diciembre 28, 2017

LECCIONES DE UNA ELECCIÓN.



Con el objetivo de “solucionar” (aunque provisionalmente) el problema que le plantea el independentismo catalán, este pasado 21 de diciembre, el gobierno español organizo en Catalunya unas elecciones autonómicas de estado.
Con la aplicación del 155 que da al gobierno central español el total control político-administrativo de la Generalitat. Con el President de la Generalitat Puigdemont y parte de sus Consellers en Bruselas (en el exilio para unos, huido para otros), el vicepresident Oriol Junqueras y los principales líderes de las organizaciones civiles pro independentistas en la cárcel. Con la totalidad de los medios de comunicación españoles volcados, como nunca, en el apoyo al gobierne central, la defensa a ultranza de la unidad de España y rabiosamente opuestos al independentismo. Con la intensa movilización y presión de las fuerzas económicas, asentadas en Catalunya o no, contra toda veleidad independentista. Con la desenfrenada campaña de odio contra todo lo que huele a catalán y la exaltación del sentimiento nacionalista español.
Con todo esto en contra, a pesar de todo esto… el bloque independentista logro hacerse con la mayoría absoluta en el congreso catalán.

¿Por qué?

En parte, precisamente por esto, porque, si bien todo esto favoreció el voto “españolista” o “constitucionalista”, también reforzó el sentimiento nacionalista de muchos catalanes que se sintieron profundamente agredidos, vilipendiados, denigrados, vejados… y ante la ausencia (quizás imposibilidad) de una contundente oposición de (y en) la calle, no encontraron mas respuesta que la del voto, mas recurso que el de las urnas.

Sin embargo, creo que si esta es una razón más que plausible para ¿explicar? el resultado, la supervivencia, en términos numéricos electorales, de la fuerza independentista, lo que propicio su nacimiento y mantiene intacto su arraigo en una gran parte de la sociedad catalana, es un fenómeno más de fondo, que no solo se expresa en Catalunya.
“Fenómeno”, o tendencia si prefieren, que tiene dos vertientes: en el ámbito puramente político, la sustitución del raciocinio por el sentimentalismo, y de manera mas general, el relevo del Estado-nación por la Globalización. Tendencias, simultaneas, que se alimentan la una de la otra.

Una ¿provocación?… que mis amigos catalanes independentistas, no me perdonaran quizás jamás… pero que pienso ser cierta.
Trump, el FN (Frente Nacional, partido francés de extrema derecha) y el independentismo catalán (entre otros) tienen algo en común.
Son “fenómenos” identitarios.
Nacidos como respuesta a la decadencia de los Estados-Nación, frente al empuje de la globalización.
Fenómeno identitario que, en su expresión política, lleva a la prevalencia de los sentimientos sobre la racionalidad, que supuestamente, se manifestaba en el marco ideológico.

Si, hasta hace poco, el Estado-nación había podido mantenerse encolumne es esencialmente porque encarnaba una alianza funcional y, en cierta medida eficiente, entre el estado de bienestar y la democracia representativa.
Era el espacio en el cual cada uno disfrutaba de derechos sociales y podía luchar para preservarlos e incrementarlos.
En cambio, la mundialización de los intercambios, con la movilidad de todos los componentes del capital (hoy todo es considerado como mercancía, y por lo tanto capital), la potencia de las grandes empresas multinacionales (o supranacionales) y la supremacía de las organizaciones tecno-burocráticas extraterritoriales, hacen que los Estados nacionales sean los simples gestores de las consecuencias sociales de decisiones económicas sobre las cuales, cada día, tienen menos influencia.
El “progreso social” aparece como algo inalcanzable para una parte, cada día mayor, de la población, los “perdedores” de la mundialización. Los que se quedan atrás, abandonados, excluidos, rechazados.
No solo lo son, sino que se sienten como tales, y ante tal desamparo, buscan “algo” que les restituya su sentido de pertenencia. Ser Uno, un individuo, pero sin dejar ser parte de un Todo protector.
Se acepta su reclusión como mero productor-consumidor, su servidumbre voluntaria, pero con dos condiciones inconciliables y sin embargo irrenunciables: poder vivir la ilusión de la libertad, pero sin perder la garantía de la red protectora, poder ejecutar piruetas, pero no sin la red que evite estamparse contra el suelo en caso de una caída, más que probable.
Al desaparecer esta red, queda la ilusión de la libertad… a sabiendas (o intuyendo) de que es solo una ilusión… incómoda situación, generadora de un profundo sentimiento de indefensión y orfandad.
Vacío y soledad que se busca llenar y combatir, mediante la integración a algún todo que nos provee de la “identidad social” extraviada.  Adhesión en favor de, o adhesión en contra de… poco importa… pero adhesión al fin y al cabo… a menudo adhesión “en pos de para ir en contra de”, o, lo cual viene siendo lo mismo, “en contra de para afincar el pos de.”
Cualquier identidad sirve, la “cosa” como la “idea”, el pasado como el presente o el futuro: el género, la raza, la etnia, la clase, la religión, el idioma, el territorio… lo que guste y mande.

Las “buenas almas” pueden replicar que la pertenencia no tiene por qué separar, que, por lo contrario, la diversidad puede ser pacifica cohabitación, dichosa complementariedad, cooperación, solidaridad… en sumo, fuente de armonía. Que se puede pertenecer a un solo y único Todo… la Humanidad… la Vida… porque no, el Universo.

Desgraciadamente, no es que para que haya paraíso se requiere del infierno, que el bien necesite del mal para existir como tal.
No… la desgracia es que haya dominación y sumisión.

Perdón.

Ya me extravié, sin darme cuenta, ya me fui a mi querencia.
Así que regreso a pisar la tierra de la posible explicación del resultado de la elección catalana con la victoria del bloque independentista, cuando este tenía todo en su contra.

Era una competencia electoral muy desigual.
El lado “constitucionalista”, arrancaba con mucha ventaja, la que le otorgaba el disponer de toda la fuerza del Estado, el financiamiento y sobre todo el disponer del legítimo, y exclusivo, uso de la violencia y la coerción… de las cuales dispuso bajo sus múltiples formas (ya enumeradas con anterioridad).
Frente a esta abrumadora disparidad de fuerzas “tangibles”, el bando “independentista”, al carecer de estas, solo podía recurrir a la representación y el discurso.
La construcción de un discurso encalado principalmente, y casi exclusivamente, en la identidad. Un discurso del cual fueron excluidos las temáticas y reivindicaciones sociales y políticas tales como la lucha contra las desigualdades, el combate por una mayor y más real democracia, o la batalla contra la corrupción tanto política como económica.
Se silencio todas estas cuestiones, centrándose únicamente en la reivindicación de la independencia… insinuando implícitamente que las problemáticas sociopolíticas se resolverían “en automático” al conseguir dicha independencia, serian la natural consecuencia de este logro.

En suma, y resumen, la representación discursiva se deshizo de todos los elementos del discurso racional propio de la acostumbrada ideologización partidista, sustituyéndolo por la apelación a los sentimientos, recurriendo a las emociones y los afectos.
Es indudable que en una época en la cual la comunicación, como tal y a todos los niveles de la misma, responde y se conforma a los imperativos de las “redes sociales” y se agota en la utilización de los tuits, memes y likes, cualquier persona es mucho mas dispuesta y preparada para sentir que para pensar, para aplaudir y/o odiar que para cuestionar racionalmente.
Y con mayor razón cuando estas emociones y afectos solo requieren del despliegue y meneo de una bandera para traducirse en un acto político.

Tan es así, que los contrincantes (sometidos a la misma pobreza comunicativa e interpretativa) rápidamente aprovecharon la ocasión para sacar ellos también sus banderas. Aunque, claro, en este campo de batalla, la ventaja es para quien saca primero su bandera y viene ondeándola con orgullo desde tiempo atrás… y no quien saca la suya al ultimo momento y empieza a ondearla por vez primera y más por mimetismo que por un hondo sentimiento.
No es lo mismo tener su bandera en su balcón o guardada desde tiempo atrás en la casa, listo para salir a la calle con ella, que tener que salir repentinamente a comprar alguna.

Resumiendo… la identidad y las banderas son hoy las mejores armas del combate político electoral… seamos catalanes o no…  de derecha o de izquierda… siempre y cuando no seas dueño de tu vida.
Regresando a mi querencia… a quienes detentan y ejercen la real dominación, les importa un cacahuate, tanto la identidad como las banderas… por supuesto, porque no requieren de ellas… no pertenecen a algo… todo les pertenece.
Aunque, eso sí, tanto la una como las otras, les son útiles, forman parte de los instrumentos que, adoptados por los sumisos, aseguran la perpetuación de su dominación.
No tienen necesidad de manejar las marionetas, para esto disponen de todo un ejército de titiriteros a sus órdenes… entre estos la identidad y las banderas.

Todas las identidades, al igual que las banderas son fuente e instrumentos de la dominación.







noviembre 20, 2017

ALGUNOS CELEBRAMOS... MIENTRAS OTROS CONMEMORAN.


Hoy, 20 de noviembre 2017, se celebra el 42 aniversario de la muerte del dictador… y carnicero… Francisco Franco.
Varias organizaciones franquistas (¡si todavía las hay!) se hicieron muy visible en las últimas manifestaciones en defensa de la UNIDAD de España y el día de hoy organizan en varias ciudades españolas conmemoraciones en honor al dictador.
Muchos de los actuales políticos, que hoy gobiernan España, también conmemoraran en silencio y a escondidas, no la muerte del dictador, sino su legado que se esfuerzan en mantener siempre vivo, acomodándolo al aire del tiempo.

Celebración (no conmemoración), del cual me hago participe, copiando y pegando el siguiente texto, publicado por David Bollero en su blog “posos de anarquía” retomado por el diario digital Publico.


Brindo por cada año que Franco lleva en el hoyo

Nunca he pensado que sea hipócrita. De hecho, en esta vida, eso tiene un precio que, personalmente, he pagado siempre con gusto. Por este motivo, no me tiembla la mano cuando digo que yo no soy de esas personas que dicen que no le desean mal a nadie. Yo sí, incluso, me alegro de la muerte de algun@s. Este es el caso de Franco, que cada año por estas fechas tiene el honor de hacerme descorchar una botella de vino y brindar por cada uno de los años que lleva en el hoyo.

Si no soy de esas personas que cuando muere alguien olvida lo canalla que fue, imaginen cuando, además, estoy convencido de que el mundo gana su fallecimiento. Hay muertes que no suponen una pérdida sino, más bien, una ganancia. Lo único que lamento con el dictador es que éste muriera en su cama, en lugar de pudrirse en una cárcel pagando por lista interminable de crímenes. A pesar de ello, ¡qué rico me sabe el vino cada 20-N!

Cuando veo a los miembros de la Fundación Francisco Franco celebrar sus misas, sus actos y publicar sus esquelas hablando de que el asesino “murió cristianamente al servicio de la patria”, miro a mi billetera y pienso la cantidad de botellas que me quedan por descorchar, porque aún tengo muchas ganancias que celebrar.

Cuando escucho intervenciones infames como las de Pablo Casado o Agustín Conde en el Senado, lo primero que me viene a la mente es cómo en cuestión de mezquindad no aparece el conflicto generacional. ¡Oh, casualidad! Estos dos personajes son del Partido Popular, el mismo que nunca se ha atrevido a condenar los crímenes del franquismo, el mismo que, de hecho, ha impedido que éstos se investiguen y que en cada Ayuntamiento en el que gobierna pone todos cuantos palos en las ruedas puede para que no se cumpla la Ley de Memoria Histórica.

Al fascismo en primera línea política y empresarial lo tenemos perfectamente identificado; a los personajes caricaturescos de cabeza rapada, bandera de aguilucho y olor a naftalina añorando al asesino por el que yo brindo, también. Me preocupa más ese atajo de indeseables que, detrás de la cortina, también hacen fuerza para que los últimos vestigios del franquismo no desaparezcan, para que los herederos de la dictadura, como si de un monarca se tratara, sigan gozando de privilegios de apellido compuesto.

Todas esas personas, también me sobran. El mundo está mucho mejor sin ell@s y, algún día, no habrá vino suficiente para que la gente de bien brindemos por que ya no están, por nuestra ganancia. Mientras tanto, Paquito, 42 años en el hoyo y qué rico me sabe este vino.




noviembre 16, 2017

UN FRACASO ANUNCIADO.



Las principales figuras del independentismo catalán (encarceladas o en el “exilio”) están justificando el fracaso de su “apuesta” y estrategia, tejiendo un discurso que va en el sentido de: “cometimos el error de ser ingenuos, al creer que el Estado español no emplearía este grado de violencia y represión.”

En mi opinión, no se trata de ingenuidad, no es posible que unos políticos pequen de tal ingenuidad.

   Era más que previsible que el Estado (tanto el ejecutivo como el judicial detrás del cual el primero se esconde) emplearía todos los medios a su disposición, fuesen estos legales o no, recurriendo a la violencia o no (no olvidemos que el Estado es, por definición, el depositario de la violencia legítima, a la vez que quien decide de lo que es legal o no, importándole poco o nada la legitimidad) para impedir la independencia (aun simbólica, con mayor razón si esta es simbólica, algunos símbolos siendo, para el establishment, más peligrosos que ciertas “realidades”) de una región que genera alrededor de un 20% del PIB español.
   Como tampoco, y por las mismas razones lo iba a permitir “el capital” y todos los poderes facticos.
Como también era más que previsible que los dos grandes partidos “constitucionalistas” (entiéndase PSOE y Ciudadanos) apoyarían las decisiones que tomara el “Poder” para llegar a su fin.
   Como lo era también que Podemos, no iría mas allá de la defensa del “derecho a decidir”, dado que, tal como sucedió, un posicionamiento contrario (en cualquier sentido) se traduciría en una cuantiosa perdida de su “peso electoral” a nivel nacional. Me tomo la libertad de abrir un paréntesis, para expresar mi lamentación por el hecho de que Podemos haya dejado de ser lo que en un principio fue (o pretendió ser) para integrarse de lleno a la lógica del “sistema partidista”, si bien sigue teniendo más vergüenza y coherencia que los demás partidos, grandes o chicos.
   Como también era más que previsible que los Estados de la Comunidad Europea, no podían atreverse a abrir una semejante “caja de Pandora” y en consecuencia mirarían hacia otro lado en el mejor de los casos, cuando no apoyarían abiertamente al Gobierno central español.

¿Entonces cuáles eran la finalidad y la estrategia de los partidos (y organizaciones civiles) independentistas catalanes, al entrar en este pulso con el Estado español… a sabiendas de que era de antemano condenado al fracaso?

Mas sabiendo que solo podrían contar con el apoyo del “Pueblo catalán” si este se declaraba, en los hechos, no en las palabras, en rebeldía (haciendo un uso efectivo de las armas de la resistencia, desobediencia e insumisión)… cuando ellos mismos no estaban dispuestos a que esta rebeldía fuese más allá de una que otra gran “manifestación pacífica”. Todos a reunirse, todos a marchar, todos a llevar sus banderas y pancartas, quizás, todos a escuchar algún discurso dado desde lo alto de algún podio, y terminado el discurso… todos a regresar a sus casas… y ver el relato (fiel o doloso) de su participación en la pantalla de la TV, el celular o el Ipad.

Ningún poder instituido, NINGUNO, ve con agrado que el Pueblo emprenda acciones que vayan más allá de un nivel (tanto en su modalidad como en su prolongación) que EL pueda controlar. No solo no lo ve con agrado, sino que, de darse, hará todo lo posible para frenarlo y acabarlo. Así nos lo enseña la historia de todas las rebeliones y sublevaciones emprendidas por el Pueblo como tal, con líderes que surgen al calor de la misma lucha, y no los dirigentes que, como su nombre lo indica, lo único que pretenden, es DIRIGIR. Recomiendo muy ampliamente la lectura del magnífico libro, que, en francés, se titula “L’expérience plébéienne, Une histoire discontinue de la liberte politique” del politólogo canadiense Martin Breaugh, ignorando si existe una traducción al idioma español, cuyo título vendría siendo “La experiencia plebeya. Una historia discontinua de la libertad política.”

Regresando a la pregunta.
Desgraciadamente mi escaso conocimiento de la política catalana y española no me permite, siquiera, esbozar una respuesta.
Solo ellos lo saben… y, obviamente, no nos lo harán saber… dado que la lógica (mi lógica) me sopla al oído que responden al interés de estos mismos partidos y no a los del “pueblo catalán” como tal.

Lógica partidista, que, en realidad, es la misma que movió a los partidos independentistas catalanes como a los constitucionalistas españoles, encabezados por el PP y el jefe del gobierno miembro del mismo, con el apoyo incondicional de Ciudadanos y el “vergonzoso” del PSOE.
Lógica, que me atrevo a calificar de electorera. Es decir, a ver cuántos votos gano y cuantos pierdo en función de la aplicación de una determinada política.

Votos que son los que les permitirán acceder al Poder o conservarlo… poder del cual solo serán prestanombres, dado que, en realidad, este se encuentra en otras manos e instancias… pero cuyo ejercicio (aun ficticio, siendo solo para el espectáculo y la galería) siempre es muy importante para unos políticos profesionales, dado que es su razón de ser y modo de existencia.







noviembre 08, 2017

MANCHESTER ORCHESTRA.



La “crisis”, “situación” (o como se le quiera llamar) catalana, provocándome una tal tensión entre lo que en su momento llame la predominancia de la “Razón” o la “Emoción” (aunque creo que en mi última entrada tratando este tema, esta quedo resuelta) he tomado la decisión de alejarme un tiempo de esta disyuntiva, dedicando el paso de las horas a escuchar más música y ver más películas (de hecho buscar música por mi desconocida y ver nuevamente películas ya vistas).


En este afán de escuchar música, cuya existencia desconocía, esencialmente por medio de YouTube, acabo de “descubrir” el grupo musical MANCHESTER ORCHESTRA… ya escuche varias piezas y me encantaron (en el sentido de cautivar y embrujar)… así que les comparto este video.




noviembre 07, 2017

PRESOS POLÍTICOS… de quienes ejercen la dominación.

Los soberanistas catalanes y muchos actores políticos españoles “no soberanistas” han expresado que consideran a los miembros del Govern de Catalunya y los líderes de las organizaciones civiles independentistas que fueron encarcelados estos últimos días, unos PRESOS POLITICOS. Mientras el gobierno de Rajoy, y los tres grandes partidos “constitucionalistas” (PP, PSOE y C’s) recusan esta cualidad, diciendo que son “políticos presos” porque al intentar (de hecho, no lo lograron) poner en práctica sus ideas, cometieron una serie de delitos contra la Constitución española.

Claro que son PRESOS POLITICOS y no políticos presos.

Para mí, un preso político es cualquier persona a la que se mantenga en la cárcel o bajo arresto, porque sus ideas suponen un desafío o una amenaza para el sistema político establecido, sea este de la naturaleza que sea, independientemente de cuales hayan sido las modalidades de expresión de sus ideas y las acciones emprendidas para llevar a la práctica (materializar) sus ideas.

Resulta más que obvio que los señores Oriol Junqueras (vicepresidente de la Generalitat), Jordi Turull (consejero de Presidencia), Josep Rull (consejero de Territorio), Meritxell Borràs (consejera de Gobernación), Joaquim Forn (consejero de Interior), Raül Romeva (consejero de Asuntos Internacionales), Dolors Bassa (consejera de Trabajo) y Carles Mundó (consejero de Justicia), así como los dirigentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Omium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, fueron encarcelados porque sus ideas suponen un desafío o una amenaza para el sistema político establecido.

Por lo cual, aun sin ser partidario de la independencia de Catalunya, al ser hijo de padres catalanes exiliados en Francia al final de la Guerra Civil Española, emocionalmente, simpatizo con este anhelo

Condeno, en su totalidad, las acciones llevadas a cabo por el gobierno de Rajoy para enfrentar las aspiraciones independentistas de una gran parte de los catalanes, mediante políticas represivas (disfrazadas de decisiones tomadas por el poder judicial, cuando las decisiones de este responden a la “orientaciones”, por no decir ordenes, del poder ejecutivo) propias, no de un poder que se pretende democrático, sino de cualquier dictadura.
Rectifico, no de cualquier dictadura, sino una “dictadura soft” que es la digna heredera de la dictadura franquista. No olvidemos que el Partido Popular (PP), fundado en 1986, tiene su origen en Alianza Popular, (fundada en 1976,prácticamente a la muerte de Franco surgida en 1975) liderada por antiguos dirigentes del franquismo, siendo su líder más destacado un tal Manuel Fraga Iribarne, quien fue diputado, senador y ministro bajo el régimen de Franco, y nada menos que ministro del interior y vicepresidente del Gobierno de España bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro (Presidente de Gobierno de diciembre 1973 a julio 1976) conocido como “el carnicero de Málaga” por la feroz represión que se produjo en Málaga tras su conquista por las fuerzas franquistas en 1937.

Algunos, pocos, han destacado, o por lo menos mencionado, el carácter manifiestamente punitivo y vengativo de la actuación del gobierno Rajoy, aderezado de una clara intención de humillar.
Una apreciación con la cual concuerdo… pero que, sin embargo, creo que tiene unas raíces mucho más profundas, que, de plano, se remontan a la guerra civil. El PP y el gobierno que emana de este es profundamente reaccionario y nacionalista (en el sentido de “españolista”). También ya hemos destacado el origen franquista de este partido, sus miembros son los herederos directos del franquismo, los hijos legítimos del franquismo. ¡¡Son los vencedores, se sienten los vencedores, se viven todavía como los vencedores!! Para ellos la ¿democracia? no puede, no debe, ser otra cosa que la continuación del disfrute del poder y los privilegios que algún día (a la muerte del padre) tuvieron que compartir con unos bastardos. No solo bastardos, sino los antiguos enemigos, derrotados. A partir de ahí… ¿qué representa, que puede representar Catalunya, y principalmente Barcelona, para estos “hijos de Franco”? Una Catalunya que se resistió a SU victoria hasta el final, que tuvo la osadía de aprovechar la debilidad y complacencia de la odiada Republica para proclamarse, aunque solo por unas cuantas horas, Republica catalana, libre e independiente.  Una Barcelona que fue la cuna de la mayor peste habida y por haber, el anarquismo; en la cual estos bandidos fomentaban huelgas y sublevaciones, ajusticiaban a los patrones y sus pistoleros, al igual que los héroes del naciente fascismo, y que, para colmo, mataban curas y violaban monjas. Una Catalunya que quiere subvertir el orden representado durante tantos años por el lema franquista de una España “UNA, GRANDE y LIBRE”. Estos “hijos de Franco”, no solo desprecian a Catalunya, sino que le tienen rencor y odio… y si la ocasión se presenta de poder castigarla, humillarla, hacerle pagar el precio más alto posible por su insensato atrevimiento de romper la sacrosanta UNIDAD, además de pretender implícitamente que es más grande y libre que la grande y libre España… entonces no dejaran pasar la ocasión de aplicarle castigo y humillación (que son los recursos de quienes se saben ser moralmente los más débiles pero físicamente los más fuertes.)
Para estos “hijos de Franco”, simplemente… la guerra no ha terminado. Los comandantes en jefe, los soldados y las armas son otros y otras, pero los enemigos siguen siendo los mismos…. y tienen que ser derrotados… es la hora de pagar las facturas pendientes

Respaldo, también en su totalidad. las acciones dichas de “resistencia”, desobediencia” o “insumisión” que puedan protagonizar los partidos independentistas y las organizaciones civiles soberanistas.
Cualesquiera que estas puedan ser, esperando que sean masivas y se doten de una cierta dosis de virulencia y contundencia… a sabiendas de que tales virulencia y contundencia serán acotadas por las dirigencias que tendrán puesta su mirada en las elecciones del 21 de diciembre, y tomaran sus decisiones en función de los posibles escenarios y resultados de dichas elecciones.
Elecciones, orquestadas por el Gobierno con la idea de que sean una trampa mortal para el independentismo. No tengo la menor duda de que para Rajoy y sus secuaces se trata de introducir una cuña en el movimiento independentista para que este se divida y desgarre.
Primero, poniéndolos en la falsa disyuntiva de participar o no en dichas elecciones. Si participan, entonces se asumirá que reconocen implícitamente la legitimidad de la autoridad y las leyes del gobierno central, y si no lo hacen, dejaran el campo libre para que las fuerzas institucionalistas se alcen con una victoria aplastante, que de bien poco servirá que la desconozcan.
Segundo, colocándolos en la disyuntiva de si se presentan a estas elecciones en orden disperso, cada quien por su cuenta (promoviendo y resaltando la división entre los integrantes del frente independentista) o si van a la batalla electoral bajo una sola bandera, unificados en una sola fuerza (coalición) que agrupe todas las organizaciones (en cuyo caso cuentan con que se dé una encarnizada batalla entre los diversos componentes para el reparto de las cuotas de poder en el seno de dicha “lista única”.
Con la obvia esperanza de que estas luchas de “aparatos” aleje a los “independentistas de a pie” de sus líderes y, asqueados por estas discordias, terminen por mostrar su reprobación quedándose en su casa el día de la votación.

A la hora en que escribo estas líneas, pareciera ser que el primer puyazo no resulto tan certero y que el independentismo, si participará en las elecciones, asumiendo que el daño que puede provocar esta contradicción es de una magnitud mucho menor al de dejar que el enemigo se lleve una victoria aplastante sin haber tirado un solo tiro. Lo cual, me parece ser la mejor elección, siempre y cuando esta no suponga que se frene y acote la participación del “pueblo catalán” en las acciones de resistencia, desobediencia e insumisión, que son la más genuina expresión del rechazo al poder de los “señores feudales de Madrid”.
En cuanto al segundo puyazo, su magnitud queda en suspenso, dado que, de momento, los partidos independentistas siguen valorando la conveniencia o no de acudir a estas elecciones en una “lista única” dado que, tal como lo esperaba el gobierno (que de esto sabe más que nadie), estos partidos siguen evaluando el costo/beneficio electoral, para cada uno de ellos. Solo piensan en términos de votos y asientos ganados o perdidos para sí mismo, de su propio peso electoral dentro del independentismo (la relación de poder vis a vis de los demás “aliados”), y de ninguna manera lo más conveniente para lograr el objetivo de la independencia de Catalunya.

Además, es muy importante considerar que el “cartel constitucionalista” desarrollara una muy intensa campaña mediática (con el apoyo sin reserva de la casi totalidad de los medios, encabezados por TVE y El País) para alabar (no solo justificar) la aplicación del 155, a la par que criminalizara el secesionismo que pretende “romper la unidad de España” en una lucha fratricida ente españoles y catalanes.
Sera una campaña que no se planteará desde lo político sino desde lo jurídico, apelando esencialmente a una muy alta carga emocional, cuya principal arma será el recurso al miedo y una descarada manipulación, sin dudar en recurrir a la desinformación, lo que, hoy en día, se conoce como las “fake news”.
Por ejemplo, esta misma mañana (5 de noviembre) el diario El País inaugura un blog del periodista catalán (virulento opositor al independentismo) Lluis Basset, titulado “Això va de democràcia. Blog contra la DUI”, cuya primera entrega se titula “¿Y si vuelve a ganar el independentismo? El cual participa de esta campaña de miedo e intimidación, a la vez que es un claro reflejo de la principal preocupación de Rajoy y el bloque constitucionalista… ¿¡¡y si gana el independentismo?!!

En este sentido, si algo queda meridianamente seguro, es que la pretensión de estas elecciones no es solucionar el “problema”, o desafío; catalán… por la simple razón de que, sea cual sea el resultado, esta misma noche, este no será asumido como “un mandato de las urnas”, con carácter vinculante, por el campo perdedor, cuando si lo será por el campo ganador.
Con mayor razón, si, como creo que sucederá (sin pretender ser pitonisa), el resultado acaba siendo extremadamente cerrado entre los constitucionalistas y los independentistas.
Al no ser decisivo, ni mucho menos, para resolver la “cuestión catalana”, estoy convencido que la finalidad (o la jugada) de Rajoy y el PP con la convocatoria de estas elecciones, va mas allá del ámbito catalán. Para estos dos actores políticos, el alcance es en realidad de orden nacional. Se trata de aprovechar la perpetuación y profundización de la “crisis catalana” para debilitar los partidos de oposición, al favorecer la aparición de fracturas en su seno, tanto en el PSOE (entre otro, para esto sirve el pretendido “acuerdo” entre el PP y el PSOE para  revisar la constitución del 78) como en Podemos (con su “indefinición” y “equidistancia” en relación al independentismo), al tiempo de favorecer los dos partido de la coalición de facto, el PP y Ciudadanos (favorecer a Ciudadanos, en detrimento del PP, no es algo que preocupe en demasía a quienes ven en estos dos partidos sus representantes, sino más bien todo lo contrario, ya es hora de que un PP carcomido por la corrupción cede un poco de su hegemonía a Ciudadanos, visto no solo como una muleta del PP, sino como su sucesor)… y, a partir de ahí, si les sale bien la jugada, llamar a elecciones, ya no autonómicas, sino generales. De las cuales, en vista de su decidida actuación a favor de la “Unidad de España (presentándose algo así como “los salvadores de la Patria”), esperan salir de las urnas notablemente reforzados, por el voto extremadamente mayoritario del “pueblo español” contra la pretendida independencia de Catalunya.

Mi conclusión, sea cual sea el resultado en la noche del 21 de diciembre, es que nada habrán cambiado estas elecciones en relación al “desafío independentista catalán”, salvo si se diera una victoria de alguno de los dos “campos” en pugna, de una magnitud tan aplastante, que obligara al derrotado, a reconocer el resultado electoral y las dos partes a buscar un ecuánime compromiso pactado. Lo cual tiene una infinitesimal probabilidad de suceder.

No se trata de aspirar a ser independientes o no… sino de sacudirse la dominación de quienes la ejercen… sean estos españoles, catalanes o chinos. Para lo cual no sirven unas elecciones, sean las que sean, organizadas por quien sea. El empoderamiento de quienes quieren dejar de obedecer para ser los verdaderos y únicos forjadores de su particular destino y el de la comunidad en la cual viven, no pasa por depositar una papeleta en una urna que fue colocada por quienes decidieron como y cuando instalarla, para los fines que a ellos les conviene en función de sus propios intereses.

El empoderamiento de quienes padecen la sumisión solo puede advenir de un vasto movimiento, auto organizado, de resistencia, desobediencia e insumisión… no contra una determinada autoridad, sino contra LA autoridad.



Digámoslo claramente. En mi muy personal opinión, la aspiración de los habitantes de Catalunya de independizarse del Estado español, para erigirse en Nación es, sin duda alguna, legitima. Sin embargo, equivocan el camino si esta aspiración pasa por la creación de una nueva frontera para desembocar en la creación de un nuevo Estado, SU Estado, el Estado catalán… pero, al fin y al cabo, un Estado.
Es solo cambiar de camisola de fuerza, deshacerse de una que les apretaba en demasía, para enfundarse en otra, que quizás, al considerarla suya, les procure la impresión de ser menos ajustada y les permita una mayor libertad de movimiento, pero camisola de fuerza, al fin y al cabo.


No se trata de cambiar una camisola de fuerza impuesta, por otra ¿libremente escogida?, sino de deshacerse de toda camisola de fuerza.
Los catalanes escogerán SU camisola de fuerza… pero… ¿quiénes se la colocarán, quienes decidirán cuando y como apretarla o aflojarla un poco más, a quienes sí y a quienes no?
El combate de los catalanes por la independencia de su tierra, una vez más, es legítimo, necesario y debe de apoyarse en tanto que a la vez significa independizarse de un Estado particularmente reaccionario, gobernado por unos “hijos de Franco” para quienes la guerra no ha terminado y quieren humillar a este pueblo hasta lo más profundo de su “alma”… la esperanza puesta en que esta independencia pueda ser solo el primer paso hacia la liberación de todo tipo de camisola de fuerza, sin importar el número de barras rojas y amarillas de esta… como tampoco si los barrotes son de acero o virtuales, encerando el cuerpo o la mente. Unos barrotes siempre serán unos barrotes. cuya finalidad siempre será la de encerramos… en una cárcel; en un territorio; en una institución impuesta (voluntariamente o involuntariamente aceptada); en un orden que separa y pone en competencia, que más que un determinado poder es un mundo en el cual vivimos, cuyo centro se encuentra en todas partes y ninguna; en nuestro propio cuerpo, en nuestra propia mente.


La secesión, no puede ser únicamente la de un territorio o un Estado, sino la de los modos de relacionarse, de los modos de producción y distribución, de los modos de percepción, de pensamiento y de vida.
La secesión de un orden en el seno del cual vivimos y actuamos, en el cual nuestra diaria actividad reproduce, a todos los niveles y en todos los ámbitos, las condiciones de la dominación.
La secesión del aire que respiramos.







octubre 28, 2017

BRINDEMOS.



No lo presencie, porque estaba viviendo en México, pero por lo que cuenta la leyenda familiar, el 20 de noviembre de 1975, mi madre, al igual que millares de españoles exiliados, brindo con champan (o más seguramente, con “Clairette de Die”, el champan francés de los pobres) al saber de la muerte del dictador Franco (dictador, es bastante condescendiente, llamémoslo como lo que fue, asesino, aderezado con el calificativo despiadado, el cual también es demasiado leve, como lo seria cualquier otro.)

Pues, ayer, 27 de octubre del 2017, de seguir en vida, también hubiese alzado una copa de champan para celebrar el nacimiento de la Republica de Catalunya.
De esto no tengo la menor duda, mi madre era “catalanista” (amaba profundamente, hasta el tuétano, su Catalunya)… al punto de que habiendo nacido en Francia, en mi casa no se hablaba otro idioma que no fuese el catalán, lo que me llevo a reprobar el grado de primero de primaria, por no hablar lo suficientemente bien el francés.

Habiéndose exiliado en Francia hasta el año 1947 (por tener que cuidar de su madre enferma) nos contaba de la hambruna de la posguerra que la llevaba a buscar en la basura la piel de las patatas… al tiempo que discurría, en voz baja (parece increíble pero viviendo en Francia, decenas de años después del fin de la guerra civil, todavía tenía miedo de que “alguien” pudiese escucharla) sobre la policía secreta que se subía a los tranvías de Barcelona para reprimir a quienes se atrevieran a hablar en su lengua materna, el catalán.
Es por esto, por el recuerdo de mi madre (y el de mi padre, también catalán, aunque por ser anarquista se definiese como apátrida, ciudadano del mundo) que ayer me embargo una muy honda emoción… si bien, me considero “catalán de corazón” (por mi madre), sin ser independentista (por mi padre).

Ayer se empañaron mis ojos, mientras gritaba para dentro ¡Visca Catalunya!... aunque quizás mañana me arrepiente de este momento de desbordada emoción y sentimentalismo… más por mis padres que para mi mismo.



DA FRIO EN LA ESPALADA cuando se añora a un tal Francisco Franco.



Algunos piensan, quizás con razón, que un Gobierno de salvación nacional no es necesario ni conveniente en estas circunstancias. En cualquier caso, la democracia hoy necesita ser salvada.

Estas son las dos últimas frases del artículo de opinión, "El régimen del 78", de fecha 28 de octubre, redactado por el señor Juan Luis Cebrián, presidente del periódico El País (periodico que, de referente de la naciente ¿democracia española? a la muerte de Franco, paso a ser hoy uno de los más ardientes defensores de los inconfesables intereses de la élite empresarial y los hijos putativos del franquismo),


Da frió en la espalda.

Si se lee con atención, es, a todas luces, un llamado a la constitución de un Gobierno de salvación nacional… siendo la palabra clave el “quizás”. O sea que quienes piensan que un Gobierno de salvación nacional no es necesario ni conveniente, QUIZAS tengan razón.
Lo cual, a mi entender y no creo estar equivocado, significa claramente que para el señor Cebrián, SI están equivocados quienes piensan que no es necesario ni conveniente. Lo cual queda más que diáfano, cuando, en la siguiente oración declara, ahora sin necesidad de ningún “quizás”, que “En cualquier caso, la democracia hoy necesita ser salvada”.  

¿Salvada por quien o quienes?
En toda la historia y en todas partes, sean del color político que sean, de derecha o de izquierda, extremas o no, todos los SALVADORES, de lo que sea, y cualquiera que hayan sido sus motivaciones, han sido dictadores, o han terminado siéndolo.
SALVAR (lo que sea, la patria, el orden, o como en este caso la democracia) justifica todos los abusos, el empleo de la fuerza, la constitución de un gobierno cuyas acciones más coercitivas y represivas, encuentran su justificación ultima, en que son medidas necesarias e imprescindibles, dictadas por la suprema misión de SALVAR.

Quienes vivimos en esta América latina y conocemos, aunque sea superficialmente, la historia política de sus países, sabemos quiénes fueron los salvadores y cuáles fueron sus crímenes. Tampoco hay necesidad de ser un experto en historia, para saber quiénes fueron los salvadores europeos y cuáles fueron sus crímenes.
Y si pensamos en España, país en el cual el señor Cebrián ¿sugiere? necesario y conveniente la constitución de un Gobierno de salvación nacional, no hace falta ir muy lejos para encontrar el ultimo salvador de una España UNA, GRANDE Y LIBRE… si mi memoria no me traiciona, creo que se nombraba FRANSISCO y se apellidaba FRANCO.

Definitivamente, el señor Cebrián, quizás (a su semejanza vamos a dejar un pequeñísimo resquicio para la duda) inconscientemente, añora a un tal Francisco Franco.


Posdata:
¿Por qué titular el artículo “El régimen del 78”?
Mi personal respuesta. Porque para el señor Juan Luis Cebrián, como para muchos otros hijos putativos de su excelentísimo generalísimo Franco, el “régimen del 78” fue, ¿y sigue siendo?, el régimen que permitió que, bajo la apariencia de una “España democrática”, conservara el poder la elite a quien tan bien había servido el franquismo.


Posdata para refrescar nuestra memoria:
En febrero de 1974, el Sr. Arias Navarro, nombro a un tal Juan Luis Cebrián, director de los servicios informativos de TVE.
¿Si se acuerdan quien era el tal Arias Navarro?



octubre 27, 2017

Comunidad autónoma o Nación.

La fachada del Ayuntamiento de Girona, donde la bandera de España que ondeaba ha sido descolgada.


“…en los próximos días la comunidad que esperaba ser una nación se quedará sin autonomía. Escrito en el, cada día más PePero diario El País, por un tal Manuel Jabois.

Lo que ignora este articulista es que, a los catalanes independentistas, les vale madre que Catalunya se quede sin autonomía… no quieren ser una “comunidad autónoma” sino una “nación”.



Bon cop de falç! (Primera reacción en caliente)



Rajoy: “El Estado de Derecho restaurará la legalidad en Cataluña”

¿Cuál estado de derecho?... cuando el gobierno “pepero”, para su faccioso beneficio, lo vulnera un día sí y otro también.

No la va a tener fácil.

Sin el empleo de medidas coercitivas no será posible... y estas medidas posiblemente desencadenen un amplio movimiento popular de resistencia y desobediencia.
Por lo menos eso espero, no por ser un ferviente independentista sino por oponerme a la "violencia institucional" de un Estado "pepero" que ya no tiene cabida en España… y menos en Catalunya, donde será considerado como una fuerza de ocupación.



Ya están retirando las banderas españolas de los edificios públicos.



Obviamente no puedo poner un punto suspensivo a esta primera reacción, sin un video de Els Segadors.




Posdata: tampoco puedo poner este punto suspensivo, sin acordarme de mi madre que tanto hubiese disfrutado de este día... por lo cual coloco este video de la canción navideña El Cant dels Ocells, que tanto le gustaba.



octubre 24, 2017

Tomado prestado de la revista digital CTXT

Que friegue otro


Gerardo Tecé


Tengo un amigo que lo hace a menudo. Dejarle el marrón al yo del futuro, llama él a este juego. Lo hace con plena consciencia, casi gustándose por la putadita temporal que le va a hacer al otro, que no deja de ser él mismo dentro de un rato. La operación es sencilla. Consiste, por ejemplo, en que se le junte un fregado de platos sucios en la cocina con las ganas de salir a la calle a tomarse unas cañas. ¿Cocina y luego calle o directamente calle? Con la respuesta clara, mi amigo toma una actitud solemne, casi institucional, diría yo: declaro este fregado cosa del yo de mañana, suele comentar, y se va de cervezas con la tranquilidad y la conciencia limpia –en contraste con su fregadero- porque la paternidad de esa pila de platos oficialmente ya no es suya, sino del que está por venir. Cuando el día siguiente llega y con él la obligación de solucionar aquello, el fregado que podría haberse resuelto ayer se convierte en algo mucho más duro, por tamaño aumentado de la pila y por la compañía de un ligero dolor de cabeza. Qué hijo de puta mi yo del pasado, dice entonces mi amigo con el estropajo en la mano, esta vez sin solemnidad, sino con tono de queja porque las leyes temporales permitan este tipo de jugarretas de las que hoy es víctima. 

Rajoy se ha ido de cañas con Pedro Sánchez y Albert Rivera, que pide que la cosa acabe en chupitos. Enunciase como enunciase Puigdemont el trabalenguas de la independencia, algunos estaban deseando pegarse la gran fiesta de la regresión democrática aprovechando el problema en Cataluña. Los líderes del tripartito legal han declarado, solemnemente, que el problema de la pila independentista se limpia yéndose de juerga de españolidad y que al asunto catalán le quedan dos telediarios de TV3. Los que tarde en aplicarse la pócima mágica del 155, artículo de la Constitución cuya principal virtud es que es legal. No deja de ser divertido que el argumento para solucionar algo sea su legalidad. Podríamos aplicarlo a un taller de coches. Le voy a colocar esta pieza en el motor, caballero. ¿Así dejará de griparse? La pieza es legal, señor. Sería preocupante esta respuesta en un taller, pero por algún motivo no parece serlo en política. Quizá la clave sea que el mecánico no tiene medios de comunicación suficientes como para hacer que sus clientes debatan sobre la legalidad de las piezas en lugar de sobre su eficacia. Ventajas y desventajas de cada oficio. Cesar al gobierno elegido por los catalanes que piden un referéndum, por convocar un referéndum, es un acto tan legal para solucionar el fregao como lo es rezarle a la virgen de la cueva como eje del plan antiincendios en Galicia. La Constitución protege el derecho al culto religioso, así que no se hable más: que llueva, que llueva.

No, el artículo 155, como rezarle a la virgen de la cueva, no sirve para nada, ni sirve para nada encarcelar líderes sociales, ni tampoco sirve para absolutamente nada poner a miles de guardias civiles a perseguir papeletas o golpear a quienes las llevan en la mano. No sirve para nada, excepto para dejar un problema urgente para mañana, que por otro lado, y aquí viene la utilidad de la pieza mecánica del 155, es la estrategia histórica de la derecha española: entre solucionar algo y pisotear al de enfrente a costa del bien de todos, no hay duda. Vencer sin convencer, dejando los problemas para mañana, cueste lo que le cueste. Al contrario que a mi amigo, a la derecha española no le ha ido mal esta estrategia que nos llevará a meses y meses por delante debatiendo sobre la españolidad de las cosas. ¿A qué huelen las nubes españolas? Tsum-tsum. La corrupción, los recortes en Sanidad o la deuda de la banca con los ciudadanos se irán por el fregadero. El mañana, en este caso, será dentro de unos meses, cuando quienes van a tomar sin votos las instituciones de Cataluña decidan que los catalanes pueden ir a las urnas a repetir lo mismo que llevan tiempo diciendo: queremos un referéndum y ahora con más motivos que nunca. El dolor de cabeza va a ser histórico entonces y no sabemos cómo pasará, pero la pila de platos, con resaca antidemocrática, la fregará tarde o temprano otro que no será el que se fue de cañas. Me voy a meter a político, se quejará mi amigo cuando se entere.






SIN COMENTARIO





octubre 23, 2017

RESISTENCIA Y DESOBEDIENCIA FRENTE AL GOLPE DEL GOBIERNO ESPAÑOL CONTRA EL PUEBLO CATALÁN… con la complicidad del PSOE.


Desde antes del ¿fallido? referéndum independentista catalán, del 1 de octubre, leí varias decenas de artículos, informativos o de opinión, sobre el proceso independentista catalán.
Lo cual me dio pie para la publicación, en este blog, de numerosas entradas relacionadas con esta temática.

En la última, de fecha 15 de octubre, titulada “Desconcertado, pasmado, abrumado… y todos los sinónimos posibles” expresaba: Como me siento todavía abrumado por el actual y provisional desenlace de las aspiraciones soberanistas de buena parte de la sociedad catalana… en este momento no me creo capaz de poder escribir texto alguno relacionado con estas situación y temática… quizás dentro de algunos días, cuando los principales actores institucionales (como se extraña la presencia y lamenta la ausencia de los ciudadanos de a pie) hayan definido con mayor claridad su posicionamiento…

Hoy, parece ser que este momento llego y uno de estos actores institucionales, el gobierno español encabezado por el señor Rajoy, ya definió con toda nitidez, su posicionamiento: la aplicación, con la mayor dureza posible, del tan mencionado, articulo 155 de la constitución española del 78.
El cual, según su particular interpretación, lo faculta para enterrar, de facto, el estatuto de autonomía de Cataluña, deponiendo de sus funciones al President Puigdemont (quien sería llevado a juicio por rebelión) y el Govern, así como despojar al Parlament de casi todas sus prerrogativas, tomando el gobierno central el control del gobierno de la Generalitat en todas sus atribuciones.
En los hechos, el señor Rajoy será el nuevo President de facto… con apenas el 8.5% de los votos catalanes (que fueron los que consiguió el candidato del PP en las elecciones al Parlament de Catalunya en 2015).

Como lo expresaba en mis anteriores entradas del 4 y 5 de octubre, a la hora de tomar posición en relación con el “proceso catalán”, me sentía atrapado entre la Razón y la Emoción… sin embargo, después del recurso al artículo 155 por parte de Rajoy, creo que se han disipado todas mis dudas y dilaciones.
Profundamente hostil a todo lo que huele a Patria, no soy partidario de la independencia de Catalunya, pero sintiéndome muy íntimamente catalán por mis orígenes, considero tal medida como un Golpe de estado, o más precisamente un GOLPE CONTRA EL PUEBLO CATALAN.
Golpe perpetrado por lo que queda del más rancio franquismo, enquistado en el Partido Popular (como también una parte no despreciable del pueblo español).

Lo cual, desde mi punto de vista, legitima que el Pueblo catalán (es muy importante hacer la distinción entre el Pueblo catalán y los lideres independentistas que solo buscan sus particulares intereses de poder y electorales) recurra a la RESISTENCIA y DESOBEDIENCIA civiles… con el efectivo apoyo y la activa solidaridad de las “fuerzas de izquierda progresistas” españolas… entre las cuales, desgraciadamente no se puede incluir el PSOE que una vez más se ha decantado por “la defensa de las instituciones democráticas”, que, en los hechos es un apoyo al gobierno del Partido Popular.


En una multitudinaria manifestación que tuvo lugar en Barcelona, para oponerse a la aplicación del 155 y expresar su repudio al encarcelamiento de los líderes de Ómnium Cultural (Jordi Cuixart Navarro) y la Assemblea Nacional Catalana (Jordi Sanchez Picanyol) por el delito de sedición, se gritaba y podía leer en varias mantas, el lema NO PASARAN (el histórico lema que acuñaron los Republicanos frente a las tropas franquistas).
Grito que me parece más que acertado si consideramos que la línea que separa a Rajoy y sus secuaces, del franquismo de antaño, es bastante delgada.

Denunciar y combatir hoy el recurso al artículo 155, es combatir a los herederos del franquismo que entienden aprovechar el "asunto catalán" para sentar y acentuar su política "antipopular" y, no solo mantener el estatuó quo, sino reforzar sus posiciones de poder.
En definitiva, lo que buscan estos franquistas de hoy, es favorecer a toda costa el enfrentamiento entre el “nacionalismo español” y el “nacionalismo catalán”, para auspiciar la humillación e inocular el odio (el expresivo “a por ellos”) anclando así un punto de no retorno que les asegure una permanencia en el poder, que, hasta hace muy poco tiempo, se encontraba más que comprometida.

Apuntalamiento al cual da su apoyo el PSOE, con tal de salvaguardar el régimen de la Constitución del 78, con su correspondiente reparto del poder entre los “dos grandes partidos constitucionalistas”, que son el PP y el PSOE, y cuyo predominio se encontraba en jaque después de los movimientos, organizaciones y partidos nacidos a raíz de lo que se conoce como el 15M.





CONTROLADO, EN ESPERA DE MI EXTINCIÓN.


Esta mañana, repentinamente, tuve la sensación, de hecho, la total certeza, de que mi ser actual (no mi persona en tanto que cuerpo y mente viviendo mi presencia/ausencia al mundo, que hago o no mío, sino en tanto que ínfima partícula de la humanidad toda ocupando un cierto espacio/tiempo del universo) estaba sometido a un tan riguroso control, que este me condenaba a mi próxima desaparición.
La certeza de que el extremo control que, al igual que tantos otros, padezco en cada instante de mi vida, mediante la tecnología y la cultura desparramada por la Silicon Valley (*), hace de mi persona un ser que pertenece a una especie en vía de extinción.

Mientras esto suceda… unos antes otros más tarde, unos sabiéndolo, otros sospechándolo y la mayoría ignorándolo, todos -cada uno- dejaremos de ser (si es que alguna vez lo fuimos) un “electrón libre” para ser el electrón que gira y gira sin cesar, pero atrapado por la invencible fuerza que lo mantiene prisionero del núcleo atómico al cual pertenece.
Eso sí, convencido de que sigue siendo el centro de su universo, los demás gravitando a su alrededor. La totalidad del “mundo social” girando alrededor de el… cuando, sin saberlo, ya es parte de un mundo en el cual reina a sus anchas la máxima “a cada individuo su mercancía y a cada mercancía su individuo”.
Su existencia como mercancía… a la espera de su programada e ineludible extinción en tanto que ser humano.

La apariencia de lo opcional, la elección, la incitación… la realidad de la obligatoriedad, la normalización, la presion.
La real coerción detrás de la aparente persuasión.
La sustitución del orden disciplinario por el del control… en el cual todo está permitido, pero nada es posible. Todo puede ser refutado, nada subvertido.


(*) Lo que el filósofo francés Eric Sadin nombra como “la siliconisación del mundo” y “la vida algorítmica”, de una “humanidad aumentada” (títulos de tres de sus libros.)