agosto 31, 2011

ALTA TRAICION

Para mis amigos del PSOE… quienes deben estar pasando las de Caín.


La reforma a la Constitución española (negociada en solitario y a oscuras por el PP y el PSOE) que pretende fijar y garantizar un límite al déficit y por lo tanto al gasto público, es el medio más eficiente para darle la puntilla al “Estado de bienestar” (porque recursos siempre los ha habido y los seguirá habiendo, la cuestión es a que se dedican, a que gastos se destinan… y todos sabemos que cuando de austeridad y sacrificio se trata, siempre se piensa en reducir el gasto social antes que cualquier otro, principalmente los mas imprescindibles para la población y el futuro del país, como la salud y la educación, nunca se recorta el gasto destinado a la eufemística seguridad y/o al dispendioso y perfectamente inutil gasto militar disfrazado de defensa nacional)… pero el colmo es que (como siempre) esta reforma la hagan, en contubernio, las elites profesionales de la política sin, siquiera, consultar al pueblo (los sumisos gobernados de toda la vida)… cuando se supone que la democracia representativa (ni hablemos de una democracia más participativa) es el sistema mediante el cual el pueblo (la suma de todos y cada uno de los “Juan Pueblo”) se da unos gobernantes (dirigentes) para que estos gobiernen (administren) en su nombre y representación (por lo tanto respetando una voluntad general… que en la práctica no tiene medio alguno para expresarse, si no es a través de unos sondeos de opinión, que idean y realizan los mismos profesionales de la política, obviamente en función de sus intereses que son los de quienes detentan el real poder, siendo las elecciones una mera formalización de las relaciones de fuerza existentes en una determinada comunidad… donde mandan quienes disponen del mayor poder que no es más que la capacidad para imponer a los demás sus visiones y decisiones traduciéndolas en acciones que retroalimentan y consolidan esta misma dominación). Hace tiempo que todos los políticos “responsables” que velan por los intereses de (en este caso) España han olvidado la diferencia que existe entre “mandatarios” y “mandantes”... atribuyéndose la facultad de gobernar en nombre de sus mandantes sin siquiera la necesidad de rendirles cuentas de su actuar… hasta las siguientes elecciones donde competirán los mismos con diferentes antifaces.

Es que se trata de una imprescindible obligación impuesta por los mercados (sus actores como sus representantes y las  instituciones capturadas por este y a su servicio), sin la cual se desmoronara la economía… no tenemos margen alguno de maniobra… o nos doblegamos o se nos viene la noche.
Quizás… pero, a unas cuantas semanas de las próximas elecciones generales, en las cuales todos saben (sabemos) que el PP ganara de calle (con una gran posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta)… ¿por qué tenderle la cama al enemigo?… no solo tendérsela, sino calentársela, hacérsela la más confortable posible… asumir nosotros (aquí tomo provisionalmente prestado el papel de miembro del PSOE, siendo que no lo soy, considerándome, eso sí, de una izquierda libertaria) la autoría (compartida pero a iniciativa nuestra) y los costos de medidas contrarias a nuestro ideario (al no ser que nos lo hayan cambiado sin avisarnos) que ellos si (como buenos representantes que son de la derecha… más conservadora… remanente y resquicio del franquismo) en su momento tomaran con orgullo, gusto, e incluso una pizca de gozo.
Es que mientras estemos gobernando (que no es lo mismo que estar en el poder) tenemos la obligación ética de ser responsables, y procurar lo mejor (o lo menos mal) para España… y si las reglas del juego son estas, pues con estas tenemos que jugar. ¿Desde cuándo lo mejor para España (queriendo entender para los españoles) se identifica con lo mejor para el mercado cuando este, (tal Saturno devorando a sus propios hijos) impone mas y mas sacrifico, mas y mas austeridad al común de los españoles, para el mas gran beneficio de quienes si personifican (proveen de sustancia carnal) esta falacia abstracción del mercado?
No soy economista, pero en estos últimos días, mucho que si pretenden serlo, han puesto en duda la “eficacia” de esta medida (incluir en la Constitución la obligación de respetar un determinado limite al déficit y por ende el gasto publico) para, a mediano y largo plazo, asegurar el bienestar de la población en general (abatir el desempleo, incrementar el poder adquisitivo, en general acrecentar la calidad de vida) sino todo lo contrario… como tampoco y ni siquiera, a corto plazo, asegurar la tranquilidad de los mercados y poner un freno a su voracidad (lo cual es por definición extranjero a su esencia misma que es la obtención de la máxima utilidad posible, mediante procederes impropios de la economía productiva y de preferencia especulativos). Si es que la finalidad de la conducción de la economía de una entidad estatal (u otra) es la de proveer a la mayor calidad de vida posible (mínimamente en lo que a la procuración y disfrute de los bienes materiales se refiere)… porqué si no es así… ¡que nos lo digan de una vez! … y entonces actuaremos en consecuencia.


Mientras no se nos asegure lo contrario, y un partido político se declare “Socialista” (lo de “Obrero” ya no tiene sentido alguno), es inadmisible que este traicione sus valores y sus ideales… porque, temeroso del poder de las “fuerzas del mercado”, prefiere complacerlas adelantándose a sus deseos y designios, antes que respetar la lealtad que lo obliga con quienes, creyendo en estos valores e ideales, le aportan los votos necesarios para que haga todo lo que esté en su poder, para hacerlos realidad.
Sabíamos, desde tiempo atrás, que la economía no tenía por finalidad, en lo que a ella le corresponde, procurar la felicidad del hombre… intuíamos que la “política profesional y/o burocrática” tampoco tenía por fin contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la felicidad del hombre… menos todavía tratándose de unos partidos pretendidamente de izquierda… hoy lo sabemos…. cada día que pasa estos se encargan de hacérnoslo saber, demostrárnoslo.
Quizás, el poder que tengan de hacer realidad una política de izquierda que contribuya a la felicidad de todo hombre sea muy poco… y ahí radique su debilidad... y su inutilidad… por lo menos para tal fin.
Por lo que ¿quizás? sea un error la pretensión a ejercer las responsabilidades del ejercicio de un poder del cual se carece… generando desengaño y frustración entre quienes todavía lo creen posible. Quizás los partidos “tradicionales” autonombrados como de izquierda, deban renunciar a la lucha electoral por alcanzar el espejismo de un evanescente poder… y dedicarse mejor a una política de confrontación radical (en el sentido primario de ir a la raíz de las manifestaciones y las causas de la “mala vida” y no forzosamente en el sentido de recurrir a la violencia) con el sistema que nos impide, siquiera intentar, hacer realidad nuestros sueños. Una lucha frontal, sobre todos los terrenos y por todos los medios, contra las realidades impuestas, por la elaboración y propagación de la nueva “visión del mundo”, la auto construcción de la organización y los instrumentos que permitan el avance de esta lucha… en otras palabras… el abandono de la lucha por el poder… sustituida por la simultanea construcción de una alternativa y un movimiento… obviamente por definir.
Claro que para esto hay que estar dispuesto a renunciar a los beneficios que, como miembro de la elite gobernante (o por lo menos esto nos hacen creer y creemos) nos provee el sistema, con tal de que sigamos en el juego y lo avalemos.

Hace poco, en un ensayo sobre G.A. Cohen y John Rawls (pensadores norteamericanos “especialistas” de los temas ligados a “la justicia”), el "filosofo político" francés Jean Fabien Spitz escribió: “¿Debemos renunciar a defender la igualdad, con el pretexto de que es irrealizable? En la medida en que confunde lo que es justo con lo que es posible, grande es para la izquierda la tentación de hacerlo. Para pretender inspirar la acción y el deseo de transformar, la reflexión política no debe ni puede renunciar al ideal o a la utopía.”
Me permito completar este enunciado, especificando… no solo la reflexión política sino también la acción política.

agosto 26, 2011

¿Algo esta fallando... o es un rotundo exito?


En la edición del 25 de agosto del periódico mexicano LA JORNADA, se puede leer, como principal noticia:

Jóvenes aprueban tortura y hasta pena de muerte contra delincuentes.
Están en favor de combatir la violencia con violencia, revela encuesta de la UNAM.
Si se les da a elegir entre libertad y seguridad, los adolescentes se inclinan por la segunda.
Consideran válido que fuerzas de seguridad maten a criminales, aunque puedan ser detenidos.

Y en la famosa RAYUELA de la última página se lee:
Causa tristeza y alarma que los jóvenes mexicanos favorezcan la tortura y la pena de muerte. Algo está fallando.


Normalmente tan atinado e ingenioso, me parece que en esta ocasión el contenido de la Rayuela esta más que equivocado… no hay tal falla… sino todo lo contrario… es un total y rotundo éxito.

En este mismo blog se han publicadas varias entradas analizando la política de combate al crimen organizado (calificada de “guerra”, con un saldo al día de hoy de más de 50,000 muertos) emprendida por el presidente Calderón, nada más empezar su sexenio… la cual, además de ser, en su principio, un intento de legitimación (derivado del fraude que lo llevo a la presidencia) es hoy en día la parte medular de una “política de seguridad” cuyo verdadero objetivo no es el combate al crimen organizado, sino la implementación soterrada de un estado de excepción que no dice su nombre… cuya finalidad es obviamente la intensificación (por medios policiacos y militares) del control de la población y el afianzamiento del poder de la elite oligárquica y política… que, directa o indirectamente, participa del negocio de la criminalidad.
Admitido esto… que los jóvenes mexicanos “aprueben la tortura y la pena de muerte contra los delincuentes, puestos a escoger se inclinen por la seguridad contra la libertad y consideren como valido que las fuerzas de seguridad maten a los criminales en lugar de detenerlos”… ¿es una falla (de quien, en función de que) o un rotundo éxito (de esta política de seguridad) de Calderón?
Me parece que la respuesta no admite muchas dudas… por no decir duda alguna.

Al escenificar la máxima y cruenta violencia posible, al infundir miedo e inyectar día con día dosis (homeopáticas o de caballo) de temor… ¿Qué se busca, que fin se persigue, que respuesta se espera?... sino la de estos jóvenes.

agosto 11, 2011

De WALL STREET a LONDRES pasando por MADRID




Pienso que todo el mundo puede encontrar la relación que existe entre estas tres fotografías… salvo, como de costumbre, los políticos… y no es que sean ciegos… sino que, como todo el mundo también lo sabe, su campo de visión (de acción) se encuentra limitado por las anteojeras que quienes detentan y ejercen el verdadero poder, les colocan en el momento mismo en que son candidatos a alguna elección de cualquier cargo de representación tramposamente calificada de “popular”.

Hasta en el viejo diario conservador londinense “Daily Telefraph” una de sus cronistas, Mary Riddell, hacia este análisis: “No es una coincidencia si las peores violencias que Londres conoció en varias décadas tienen lugar en un contexto de economía mundial en proceso de desmoronarse… los gobiernos británicos sucesivos se esforzaron por cultivar la pobreza, las desigualdades, y la falta de humanidad que son exacerbados hoy con la crisis financiera… observe a los equipos de rompedores en las calles de nuestras ciudades, y llore para nuestro futuro…la generación perdida se entrena para la guerra. »

Sin embargo, los gobernantes (de igual manera Cameron hoy en Inglaterra que Sarkozy ayer en Francia) piensan que la crisis económica tiene las espaldas demasiadas anchas para explicar actos de vandalismo y pillaje cometidos por “rufianes” (Cameron) o la “escoria” (Sarkozy). No se atreven a decirlo abiertamente, tal como si lo hace toda la extrema derecha europea, pero para ellos la culpa la tienen, en primer lugar los inmigrantes que no quieren integrarse, y en segundo lugar los vagos que no quieren trabajar… por lo que la solución pasa por la implementación de una “política de seguridad”… también conocida como “política Kärcher”. De último momento, en su comparecencia ante la cámara de los Comunes, Cameron no descarta la posibilidad de sacar el ejercito a la calle y restringe la libertad de expresión (controlando las redes sociales) al tiempo que responsabiliza a los padres de los saqueadores por la actividad criminal de sus hijos y prevé la adopción de leyes destinadas a facilitar el trabajo de la policía… lo de siempre, más de lo mismo… quienes, dizque, gobiernan no tienen ninguna responsabilidad en los hechos, las raíces de estos “actos criminales” no son económicas ni políticas sino culturales… y la única solución consiste en menos “consideración” y mas mano dura, mas represión, tanto visible como encubierta.

Quizás los motines de Londres no estén directamente ligados a los últimos episodios de la crisis financiera, que se trate de los sobresaltos de la zona euro o de la degradación de la nota de la deuda americana… pero de lo que si no hay duda es que forman parte del paisaje
social de una Europa ultra liberalizada y pauperizada… cuyos miembros más desprotegidos ya no soportan los continuos electrochoques que les recetan sus médicos de cabecera de turno o los cirujanos que no conocen otra terapia que la de cercenar.
Aquí es dónde la crisis financiera y el pánico actual entran en escena. La crisis financiera, centrada sobre la problemática de la deuda y los equilibrios presupuestarios, incita todos los gobiernos europeos a más austeridad y reducciones de gastos públicos, que recortan y diluyen el modelo de sociedad edificado en la postguerra, conocido como el “Estado de bienestar.”
Políticas recesivas de ajuste, presentadas como inevitables para « calmar los mercados » y poner fin a la ' "esclavitud " de la deuda y del déficit, que son percibidas por una parte creciente de la población como el injusto precio a pagar por los “pobres y sin voz de siempre” para salvar un sistema que, como siempre, premia a los “ricos de siempre” que apuestan en una “economía casino” donde la casa siempre gana… porque resulta que quienes apuestan no solo son jugadores sino también dueños del casino.
Porque evidentemente la casa nunca pierde… en 2008-2009, los ciudadanos de a pie vieron como sus gobiernos salvaban al casino y sus dueños con su dinero (el del Estado, es decir el que este recauda, de preferencia a quienes no disponen de los medios para evadir la contribución porque carecen de cualquier medio de defensa)… y hoy ven como estos mismos gobiernos, que no se atrevieron a implementar las mínimas políticas correctivas que se imponían para restar en alguna medida (por tímida que sea) el poder de quienes juegan en la economía casino, les carga, una vez más, todo el peso del saneamiento de un desastre en el cual no tienen ninguna responsabilidad.

Hasta aquí el background de estos motines (que personalmente prefiero llamar revueltas)… pero porque una “salida” con tanta violencia y no alguna más civilizada, como por ejemplo la de los “indignados” españoles.
Quizás (por no decir seguramente), porque los jóvenes británicos que se amotinan ya se encuentran mas allá de la indignación… se saltaron esta expresión que se puede todavía calificar de política… porque su indignación (si es que la resintieron algún día) ha dejado lugar a la rabia (como la expresaron en 2005 los jóvenes franceses de los barrios periféricos de Paris, los jóvenes griegos hace apenas algunas semanas o los mismos ingleses de Brixton en 1981 o Tottenham en 1985)… y que como dice el antropólogo francés Alain Bertho “estos jóvenes destruyen para imponerse en un sistema que los rechaza… la juventud carece de porvenir, o más bien este mundo no está en posibilidad de proponerles alguno”.
En ausencia de esperanza, en ausencia de proyecto colectivo, en la ausencia de un relato compartido de construcción de un futuro mejor, la rabia y la destrucción actúan como única catarsis posible. Quién no tiene nada que perder, no pierde nada saltándose todas las normas de una sociedad que los mantiene en la orfandad.

¿Por qué tendrían que someterse a las reglas de la convivencia pacífica (supuestamente democrática) y a la autoridad (supuestamente democráticamente) constituida cuando estas les arrebatan su futuro, su vida, negándoles diariamente su existencia, dejándoles solos con su ausencia?  Estas revueltas son las de quienes gritan “paren el tren que aquí me bajo”… o quienes fueron bajados a empellones del mismo… o quienes nunca pudieron subirse en el.

¿Por qué respetarían los bienes (públicos o privados, poco importa, bienes al fin y al cabo) de una sociedad que al tiempo que les dice que lo único que dota de valor una vida es la posesión y el consumo… les impide poseer y consumir… debiendo contentarse de ver en los comerciales de la tele y los aparadores de las tiendas estos objetos (de unos deseos insidiosamente programados y propagados) que otros poseen y compran a carretadas?
Perpetua incitación a una ficticia felicidad que no pueden comprar… y les llena de humillación, frustración, rencor e ira… hasta que, con la muerte de alguno de los suyos a manos de cualquier “guardián del orden” (tan odiado) como detonador, explota toda la rabia contenida… saqueando y destruyendo (de preferencia con las llamas del fuego purificador) lo que les dijeron que “tenia que ser suyo” sin poder hacerlo suyo.

Pero no todo es Londres, muchos de los jóvenes (y los no tan jóvenes) que se han bajado del tren o que han sido bajados del mismo, que manifiestan su rechazo a este sistema que los desprecia e ignora… se indignan y expresan su repudio mediante manifestaciones, marchas, sentadas, gritando todavía civilizadamente “¡aquí estamos, escúchennos, hágannos caso!”
Más vale que quienes pretenden representar a todos los que no tienen voz los oigan y les hagan caso… si no quieren que algún día, hartos de ser ignorados y negados, dejen las pacificas acampadas por medios más violentos y destructivos… al cabo que no se puede hacer una tortilla sin romper huevos… o como decía más elegante y poderosamente el anarquista Buenaventura Durruti a un periodista en el momento más álgido de la revolución española de 1936: Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

Iba a concluir con un optimista, “estamos a tiempo, pero hay que darse prisa”… pero no… porque como dijo en estos días el periodista Ramón Lobo en su blog, “debería cambiar el sistema, pero esto es algo más complejo porque el sistema dejó de cotizar en las urnas y pasó a hacerlo en los mercados.”




agosto 09, 2011

EL FUTBOLISTA INDIGNADO




Por lo general se tiene la idea de que los deportistas son seres dotados de cualidades fisicas fuera de lo comun con algunas muy destacadas habilidades o destrezas corporales que expresan en la práctica de alguna actividad deportiva, ya sea individual o de conjunto… pero que carecen de cerebro… o por lo menos de la facultad de pensar e involucrarse en problemáticas que vayan mas allá de sus pies, piernas, manos, puños o cualquier otra parte de su cuerpo.
He aquí un artículo publicado en el diario español EL PAIS… que nos demuestra que quizás pueda ser cierto para algunos de ellos (quiero creer que la minoría)… pero no para todos.



Javi Poves podría seguir ganándose la vida en el fútbol y con mejores ingresos que la mayoría de la gente de su edad, 24 años, pero la pasada semana decidió armonizar sus ideales y su vida. Poves, que jugó dos temporadas en Segunda División B con el filial del Sporting de Gijón y debutó en Primera en la última jornada de la pasada Liga, resolvió sus contradicciones de forma drástica: "¿De qué me sirve ganar 1.000 euros en vez de 800 si sé que se obtienen con el sufrimiento de mucha gente?"
Un puñado de detalles pusieron al entorno de Poves en la pista de la decisión que acaba de tomar. Los compañeros de equipo se sorprendían al ver cómo el defensa central se entretenía en los viajes y las concentraciones con libros como El capital, de Karl Marx, o Mi lucha, de Adolf Hitler. En las oficinas del club también se sorprendieron cuando pidió que anulasen el ingreso de su nómina por transferencia bancaria para que no se especulase con su dinero o cuando devolvió las llaves del coche que una firma comercial entregaba a los futbolistas del primer equipo porque con el suyo, un Smart, le bastaba.
Unas declaraciones de Javier Poves Gómez (Madrid, 28 de septiembre de 1986) al diario La Nueva España en junio pasado, en plena efervescencia del Movimiento 15-M, anticipaban su prematura retirada del fútbol profesional. Nada tenía que ver con su ostracismo, traducido en los únicos 10 minutos que Manuel Preciado le concedió en el partido final de la temporada anterior, intrascendente, en Alicante. Le quedaba un año de contrato, pero ya entonces barruntaba el adiós: "Cuando era pequeño, jugaba por amor al deporte, pero cuanto más conoces el fútbol más te das cuenta de que todo es dinero, de que está podrido, y se te quita un poco la ilusión".
A diferencia de los indignados que tomaron las calles y plazas la pasada primavera, Poves no cree en la vía pacífica para enfrentarse al sistema. Lo explicó muy gráficamente al portal Lainformación.com, en el que anunció su retirada: "En vez de tanto 15-M y tanta hostia, lo que hay que hacer es ir a los bancos y quemarlos, cortar cabezas. La suerte de esta parte del mundo es la desgracia del resto".
Tras cambiar impresiones con ellos en la plaza Mayor de Gijón, Poves no cambió su opinión sobre los indignados: "Es un movimiento creado a propósito por los medios de comunicación para canalizar ese malestar social que hay y para que esa chispa no se convierta en peligrosa e incontrolable para el sistema. Es un lavado de cara para el sistema capitalista, pero no un cambio radical".
En julio, mientras sus compañeros realizaban la pretemporada, Poves se fue a Mareo y firmó la rescisión de su contrato. Podría haber seguido jugando en Segunda B o en alguna Liga exótica, pero decidió desandar el camino que tomó hace unos años y volver a los estudios para cursar Historia por la UNED. Una materia que le ayude en su nuevo camino: "No tengo definido mi punto de vista. Lo que quiero es leer mucho e informarme de todo".
"Creo que lo llaman antisistema", reflexiona Poves cuando se le pide su adscripción ideológica: "El problema es que o eres de derechas o eres de izquierdas. Yo no soy de nada. Soy antitodo eso". Y, frente a su nueva realidad, sin el colchón de unos ingresos seguros, espeta: "Quiero conocer el mundo de verdad, saber lo que hay. Ir a África. Para eso no hace falta mucho dinero. He estado en Turquía en hoteles que costaban tres euros. No quiero vivir prostituido, como el 99% de la gente. Si no puedo tener una vida limpia en España, la tendré en Birmania. Donde sea".

LONDON'S BURNING

Londres arde. 
Cuatro noches consecutivas de disturbios, motines y vandalismo en Londres con metástasis en otras ciudades inglesas como Liverpool, Leeds, Bristol… No… no se trata de vándalos o gamberros… se trata de jóvenes (poco importa el color de su piel o su nacionalidad) a quienes les han robado su vida y su futuro… que ante esta negación de su propia existencia… expresan su rabia… con la misma violencia que la que ellos sufren… diente por diente…ojo por ojo.
Ni siquiera es cierto... mientras ellos destruyen coches y edificios... el sistema destruye vidas... ¿quien ejerce una mayor violencia?

Hace algunas décadas, THE CLASH y SEX PISTOLS ya expresaban este “malestar” que en estos días se manifiesta “de a veras”.







agosto 08, 2011

LA LUCHA POR EL SUEÑO LIBERTARIO


Hace ya varios años subí a la red una página web titulada Somnisllibertaris… en la cual (por las razones que exponga en la introducción de esta misma página) pongo a disposición de sus eventuales lectores, en versión integral, una serie de libros (hoy muy difíciles de conseguir) tratando de la Revolución libertaria (y la contrarrevolución encabezado por el Partido Comunista) que se dio en los años 1936 y 1937 de la guerra civil española.
Tenía la intención de agregar a dicha pagina algunos documentos relacionados con mi padre, quien fue partícipe de esta revolución… sin embargo perdí el rastro de quien me ayudo en la elaboración de dicha pagina web… por lo que opte por publicar estos cuantos documentos en este blog… aprovechando la ocasión para dar a conocer la dirección de la mencionada pagina web… por si hubiese algún interesado en estos temas.







agosto 05, 2011

Dos buenos pretextos para alguna reflexión

He aquí dos artículos (una crónica y un análisis) publicados los días 3 o 4 de Agosto (no me acuerdo) en el periódico español “PUBLICO”… y que creo… valen la pena ser leídos… como vale la pena hacer un pequeño comentario al final de cada uno de ellos.



Amador Fernández Savater

Os dejo con este relato de mi amiga H. sobre la increíble tarde-noche de ayer en Madrid. El “pueblo unido” contra los que quieren un “espacio sin pueblo”.



[Tercera ley de Newton: a toda acción le sigue siempre una reacción de igual fuerza y sentido contrario]

Madrid, 2 de agosto de 2011.
Por la mañana, la policía nacional y la policía municipal han escoltado a los servicios de limpieza y han desmantelado el punto de información, la cocina y lo poco que quedaba en Sol. Han arrancado hasta las flores.
Por la tarde el mensaje que circulaba por las redes sociales era “vamos de paseo a Sol”.
A las 19:30 leo en el facebook de D. que está de compras por el centro y que ni los trenes ni los metros hacen parada en Sol “por orden gubernamental”. Sol está acordonado. Toda la plaza está cercada por la policía nacional y no se puede entrar. Hay identificaciones y registros. Y algún momento de tensión.
Alrededor de las 20:00, incapaz ya de concentrarme, abandono el maravilloso mundo de la matemática griega, cierro el portátil, y bajo a ver qué pasa.
Compruebo que por Preciados, llena de gente de paseo y de compras, no se puede llegar a Sol. Por Carmen tampoco.
La de Sol probablemente sea una de las plazas de Madrid en la que más calles confluyen: Preciados, Carmen, Montera, Sevilla, San Jerónimo, Espoz y Mina, Carretas, Correo, Mayor y Arenal. Y todas están cortadas.
Entre la gente que ha considerado apetecible la invitación a pasear por Sol, los que están de compras, los que pasaban por allí, los turistas, los curiosos y todas las personas que hay en Madrid a pesar de ser agosto, se forma una multitud de los más variopinta que rodea la plaza por todos los frentes.
Se corean consignas ya habituales desde el 15-M, “lo llaman democracia y no lo es, es una dictadura, eso es”, “que no, que no, que no nos representan”. Entre las nuevas consignas oigo frases como “no pasa nada, si no es hoy, será mañana”.  Alguno se dirige a los policías: “Cambiad esos caretos, hombre, que no se ha muerto nadie”, “iros a vuestras casas con vuestras familias a ver tele 5″.
Alguien se lamenta de no haber traído confeti. En el otro lado de la plaza, en Carretas, alguien suelta al cielo un montón de globos de colores. La gente de este lado lo celebra aplaudiendo, saltando, agitando la mano y saludando a la otra orilla.
[Me viene a la memoria la película Barrio: "En agosto se está mejor en Madrid".]
De repente un tipo grita: “Ciao, ciao, cia, nos vamos a Callao” y todos a una decimos adiós con la mano a la policía, nos giramos y comenzamos a caminar por Carmen y Preciados en sentido contrario cantando “adiós con el corazón”.
El efecto velcro hace que los que están por allí se unan y en Callao ya somos muchos, nos sentamos y nos sentimos como si estuviéramos en Sol. Todos juntos en una plaza. Todos juntos en el ágora.
Circula el mensaje “a las diez en Ópera, pásalo”.
Se une tanta gente que Callao comienza a desbordarse. Al principio la gente se coloca en las aceras y en las isletas, pero somos tantos que, si bien en ningún momento hay ningún plan, acabamos en la Gran Vïa, ahora ya desbordada por todos los que llegan de Sol, por los que no han podido cruzar la plaza por ninguna de todas las calles cortadas y se han tenido que dar la vuelta.
Las reuniones multitudinarias espontáneas se comportan como el agua: pasan por donde pueden, por donde queda hueco. Y así es como miles de personas abarrotan la carretera de la Gran Vía cantando, aplaudiendo, silbando, coreando, gritando “no nos mires, únete”,  levantando los brazos y mostrando las palmas vacías al helicóptero que lleva desde las 6:30 AM sobrevolando el centro de Madrid, en este momento ya a muy baja altura.
En Gran Vía me encuentro con D y con R. que me cuentan lo que les ha costado reunirse. Uno estaba en Preciados y el otro en Carretas y a ninguno de los dos les dejaban cruzar al otro lado. “No nos mires, únete”, D. no entiende lo que dicen y pregunta qué significa “uve te”. Dice que ha venido en chanclas y no está preparado para tener que salir corriendo. Alegres, bajamos tranquilamente la Gran Vía hasta la confluencia con Alcalá y allí nos paramos todos un momento bajo la estatua de Atenea que corona la azotea del Círculo de Bellas Artes.
Llegamos a Cibeles y por primera vez veo la mastodóntica obra que han erigido de propio para la inminente visita del papa. Es como un enorme y feo costillar metálico que tapa el antiguo edifico de Correos y actual sede del Ayuntamiento. Cuando giramos a la derecha y enfilamos el Paseo del Prado todavía hay mucha gente bajando por la Gran Vïa. Por el megáfono alguien pregunta ¿qué hacemos? Respuesta casi unánime: “Eso, eso, eso, nos vamos al Congreso”. Los que vamos delante llegamos enseguida. Hay pocos policías. Les gritan el ya clásico “que se besen, que se besen”.
Cuando todos los que vienen detrás a un paso más lento aparecen, todo el mundo rompe en aplausos.
Unos le gritan a los nacionales: “hoy sois vosotros los que sois cinco o seis”.
Brevísimo momento de pánico colectivo: los policías ¿empujan las vallas para adelantarlas?, ¿tiran “algo”?, sale humo y un montón de gente echa a correr. Un señor que está hablando por el móvil le dice al que tiene al otro lado “carga policial”, otra una señora se queja “qué hijos de puta, ya han empezado”. La cosa se calma en menos de diez segundos. Una anciana con su perro se lamenta de que la policía no le deja pasar para regreasar a su casa.
D. tiene hambre. Nos invita a cenar, charlamos, nos reímos, les acompaño a Atocha, nos despedimos y yo regreso sola de camino a casa.
Subo por Atocha para girar en Carretas suponiendo que ya se habrá disuelto todo, pero para mi sorpresa Carretas está llena. El acceso a Sol sigue cortado. No se puede entrar a la plaza  por ninguna de todas las calles. Todos los acesos siguen cerrados por lecheras y antidisturbios.
La gente les grita “si vosotros no nos dejáis entrar, nosotros no os dejamos salir”.
Doy vueltas, miro, escucho y finalmente me alejo buscando el modo de llegar a mi casa.
Tengo que dar un rodeo enorme. Cortar Sol es cortar todo el centro de Madrid, cortar la circulación de ida y venida de las ¿nueve? calles que confluyen en la plaza.
Me subo a un bolardo y contemplo anonadada el espectáculo: casi a medianoche, la plaza más céntrica de Madrid está vacía, protegida no se sabe muy bien de qué peligros.
Los agentes de los cuerpos de seguridad están rodeando un espacio en el que no hay nadie, no hay edificios en llamas, no hay heridos, no hay peligro, no hay bienes preciadísimos de valor incaculable. No hay nada. La policía está protegiendo la nada.
[Me acuerdo de la cancioncilla de aquel anuncio: "Chimos es, es un agujero, rodeado de buen caramelo"]
Si desde el 15-M Sol se había convertido en un símbolo, lo de esta noche no ha hecho sino reforzar ese carácter simbólico, evidenciarlo, enmarcarlo. Ahora más que nunca Sol es un signo en el sentido de que es algo que remite a otro algo: Sol es una plaza vacía que remite a toda la gente que está fuera de ella, que somos todos: unos por haber dado la orden de inhabilitarla como espacio público y otros por no poder disponer de ese espacio público para pasear por él.
Cuando estábamos en Sol dijeron estábamos ocupando ilegalmente un espacio público, que impedíamos la libre circulación y el comercio y que éramos peligrosos y violentos.
Esta noche los cuerpos de seguridad estatales -cumpliendo órdenes- mantienen esa misma plaza tomada, vallada, cerrada, vacía de personas y llena de armas.
Madrid, 3 agosto. 02:25 AM. El helicóptero sigue atronando.


Precioso relato pleno de vida y poesía… lo que es incapaz de darnos la política cuando esta deja de ser política para tornarse “politiquería”, o sea lucha entre profesionales de la política burocratizada cuyo principal (sino único) fin es asumir pacifica y ordenadamente (que no democráticamente si conocemos el verdadero significado de esta palabra) las “responsabilidades” del ejercicio del poder.




Andrés Perelló
Diputado del PSOE

Ilustración por Jordi Duró

Caído el Muro de Berlín, y descubierto el gran vacío que se abría en los países de la órbita soviética, la izquierda democrática expresó su satisfacción al ver confirmado que la igualdad sin libertad era insostenible. Pero la derecha, en lugar de satisfacción, mostró su disposición a apedrear con los cascotes del muro a todo lo que, a su juicio, pudiera tener alguna proximidad con los regímenes del Este. Y, por supuesto, el socialismo democrático no era para esa derecha más que una vertiente del comunismo con el que alguna vez tuvo que pactar por temor a las amenazas procedentes del otro lado del muro. Posteriormente cayó otro muro, el de Wall Street. Y otra vez la derecha salió a apedrear con los cascotes, como si los culpables del fracaso del capitalismo especulador fueran los socialistas, en vez de los cachorros de las familias más elitistas del mundo instalados en los consejos de administración de los grandes bancos y corporaciones financieras, ávidos de riqueza rápida y carentes de cualquier escrúpulo a la hora de alcanzarla.
Poderes mediáticos, agencias de calificación, partidos de la derecha, todos ellos en perfecta sintonía no siempre bien disimulada, han logrado ir haciendo retroceder a la izquierda socialdemócrata hasta meterla en una jaula. A ello han colaborado los inventos de las terceras vías, los discursos de imitación del neoliberalismo, las escasas ganas de combatir y la funcionarización de la política a la que nos han conducido algunos líderes socialdemócratas europeos, alejándonos de nuestros aliados naturales en la sociedad que, desencantados, han ido desertando por millones del apoyo electoral al proyecto socialista.
Creer que imitando a la derecha en nuestros comportamientos internos y en algunas de nuestras políticas –supresión de impuestos de patrimonio, condescendencia con jerarquías eclesiásticas, empresariales y financieras, por citar algunas– iba a darnos los mismos rendimientos que a los partidos conservadores era, más que un error notable, una negligencia política propia de novatos.
Cuando un gobierno de izquierdas, por la razón que sea, aplica políticas neoliberales y dice que en esta coyuntura son “las únicas posibles”, los progresistas tienden a pensar que, de ser así, lo mejor es que esas políticas las hagan lo neoliberales, y que, cuando sean posibles las políticas progresistas, ya votarán a la izquierda. No vale ya pedir el voto para “ocupar el poder” si se va a hacer lo mismo que haría un partido de derechas. Hay que apuntar maneras, antes y durante el periodo de gobierno. En la era de la comunicación, las redes sociales, y la transparencia, no se pueden tener modelos de partidos contradictorios con lo que se quiere para la sociedad. Sí importa, y mucho, por ejemplo, cómo funciona la democracia interna en un partido, porque permite configurarse una idea sobre cómo trabajará con la democracia externa, o qué valor tiene la participación de los militantes en la modelación del proyecto político.
Estos temas están en el sustrato de las demandas que amplios sectores sociales, sobre todo jóvenes, plantean en calles y plazas. Muchos ciudadanos no ven con claridad que, con su actual funcionamiento, los partidos políticos puedan serles útiles, sobre todo los de izquierdas, a los que piden más y en los que desde hace muchos años no se produce un debate profundo desde las bases. En esas organizaciones, las tomas de decisión en asuntos vitales se concentran en muy pocas manos. Las asambleas y congresos no pasan mucho más allá de seleccionar liderazgos, unas veces con más fortuna que otras. Las élites dirigentes, y sus equipos de asesores y mercadotecnia, se encargan del resto.
No hay salida posible de la jaula si quienes han de abrir la puerta son los que están fuera, mirándonos desde calles y plazas, y no ven que el rearme ideológico va en serio, que existe el compromiso de encontrar políticas alternativas a las dictadas por los mercados y las derechas europeas, apalancadas en unas instituciones que utilizan para la consecución de sus fines como nunca lo hizo la izquierda socialdemócrata. Habrá que dar muchas evidencias de cambio y compromiso para conseguir la complicidad electoral de quienes hoy están fuera de la jaula.
Democracia participativa, reforma de la Ley Electoral, tasa financiera, dación de la vivienda en pago, rechazo a un Pacto del Euro carente de compromiso social, reparto del trabajo, impuestos al patrimonio y al capital especulativo, transparencia institucional, refuerzo de las libertades religiosas, de expresión, de circulación; defensa de los servicios públicos esenciales: sanidad, educación y servicios sociales; renta básica de ciudadanía, políticas efectivas de igualdad, incremento de becas y medidas de fomento del empleo juvenil, revisión de la política nuclear, lucha contra el cambio climático… Medidas de este tipo han de volver a ser compromisos claros, definidos y defendidos por todos los partidos socialistas y socialdemócratas europeos, desde la oposición y desde el Gobierno.
Nos corresponde dar ejemplo a quienes hemos decidido ser vanguardia, por militar en partidos políticos, más aún si administramos cargos públicos. Si nuestro destino es convertirnos en ujieres de la política al servicio de los mercados, es mejor que lo dejemos. De lo contrario, nadie abrirá la puerta de la jaula desde fuera para que la izquierda salga, ocupe el poder, transforme lo que queda pendiente y detenga las regresiones, ya demasiadas, a las que las derechas económica, financiera, mediática y política nos han llevado. Quien no esté dispuesto a asumir este reto, haría bien en dar un paso atrás o cambiar de acera. En la de la derecha seguramente encontrará triunfos y éxito.

Me parece sensacional que un diputado del PSOE sea el autor del mismo... me pregunto si renunciara al PSOE para ir al PP o a Izquierda Unida... si renunciara a su diputación para acompañar a algún colectivo próximo a la "sensibilidad" de "Democracia real Ya"... o si (lo cual creo ser lo más factible y  probable) después de esta "masturbación neuronal" (que personalmente practico a diario) seguirá con su "actuar político" de todos los días.
 
¡Que difícil resulta acordar su "actuar" con su "ideología"!

Personalmente, pretendiendo tener una formación política de corte anarquista y una sensibilidad libertaria... a lo largo de muchos años y como parte de mi trabajo  he procedido en varias ocasiones al despido de varias decenas de trabajadores… y diariamente a su sumisión al orden y su explotación.