octubre 27, 2015

JUNTOS y SOLOS... SOLOS y JUNTOS


En estos últimos tiempos me ha tocado comer en diversos restaurantes algunos domingos. Me resulto abrumador ver en estos restaurantes… de hecho en cualquier lugar público… parejas, familias, grupos de amigos... todos juntos… y sin embargo solos… cada uno con su celular o su tableta… ni siquiera una mirada por la pareja, el pariente o el amigo que tienen a su lado, enfrente.
Colmo de los colmos… mesas en las cuales unos niños de entre dos y cinco años, no dejan ni un momento de concentrarse en su tableta, absortos en otro mundo, debiendo sus padres, casi darles de comer en la boca.

JUNTOS pero SOLOS… SOLOS pero JUNTOS.

Cada uno en su universo… comunicando con “amigos”… manipulando sus dedos pulgares con una velocidad y una habilidad asombrosas… fotografiando sus platos de comida para mandar en el instante la foto a “alguien” o subiéndola a Instagram… quien sabe con cual texto.
Textos… cortos, lo más corto que se pueda… con la mayor cantidad posible de abreviaturas… incomprensibles para quienes no estamos iniciados a esta particular ¿comunicación?

YO… YO… YO… YO  y más YO.

YO solo con mi maquinita y mis diestros pulgares… comunicándome con el OTRO a distancia, sin su real presencia, sin su real cercanía, sin su mirada.
“El infierno son los otros.” Esta presencia virtual, distante… permite tener “la ilusión de la cercanía”, disfrutar del poder de decir y mostrar… sin asumir los riesgos que presenta toda real presencia… protegido de una eventual discrepancia, de un posible cuestionamiento.
Toda interacción con una real presencia conlleva el peligro de perder el control de nuestra propia imagen…. de lo que queremos y pretendemos ser… lo que queremos que los otros crean que somos… es un salto al vacío, sin arnés o red de protección… es exponerse… es peligrar.

Queremos exponernos, darnos a ver… pero no desnudos… no sin mascara ni artificio.


 Lo que nos permiten las redes sociales y sus vehículos… es tener la ilusión de comunicarnos con los otros, prescribiendo de su real presencia, huyendo el contacto humano… buscar ser reconocidos y aceptados…  a la vez que protegidos de su inquisidora mirada.

Comunicación cuya virtualidad nos permite engañar nuestra soledad… alejarla, rehusarnos a reconocerla, aceptarla, vivirla… cuando disfrutarla es tan necesario a la consecución de nuestra plenitud existencial, nuestro sentimiento de existir.
La “calidad” de nuestra vida es la calidad de nuestra soledad. De ella depende la calidad de nuestras relaciones… de lo contrario el OTRO no es más que un medio para evitar esta soledad… no es apreciado, amado, por ser quien es… con toda su complejidad… toda su humanidad.





octubre 22, 2015

END TIMES


Llego el fin de los tiempos…
mi tiempo.

Vengo tocar a tu puerta…
para regalarte mí último aliento.




para escuchar esta inserción, favor de subir el volumen


Es un rito pagano…
tirar una botella a la mar, con un mensaje sin destinatario, escrito con tinta invisible…
un grito en el desierto…
buscar una presencia donde solo hay ausencia.

Si creyera en algún Dios, sería una blasfemia…
en alguna Ley Divina, sería un pecado.

Pero resulta que ES MI DESEO, MI PLACER.



La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.



El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.



El Gran Jefe Blanco de Washington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Washington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.

¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña.

Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?

Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.

Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.

Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Washington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.

Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestros niños. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.

Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea porque soy un  salvaje y no comprendo.

No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.
¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago? Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.

El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.

Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.

¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.

Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas las cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo.

Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.

Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.

Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.

La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.

Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.

Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.

¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.

¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.


La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.



octubre 20, 2015

EL SENTIMIENTO DE EXISTIR

En la anterior “entrada”, terminaba con esta citación de Arthur Rimbaud:

La auténtica vida está ausente
No estamos en el mundo.


Los dejo con estas ilustraciones de lo dicho.




No dudo que para algunos si la haya…
pero ciertamente muy pocos…
no me cuento entre estos.

Rectifico…
vida si la hay, para todos los seres vivos…
lo que ciertamente, para muchos, no hay…
y me cuento entre estos...
es el SENTIMIENTO DE EXISTIR

la ALEGRÍA DE VIVIR.



octubre 19, 2015

SOLEDAD... AUSENCIA.


Hablar al otro a pesar de saberlo tan alejado… que lo dicho apenas si lo roza… ni siquiera es percibido.
Sin embargo continuar… para alejar este silencio… tratar de vivir a pesar de la indiferencia.
Caminar en medio de la multitud… sin ser visto… cruzando miradas que nos ignoran.
Sin embargo seguir… para oír sus propios pasos… sentir presencias etéreas.

Estar rodeado de un ensordecedor silencio… cercado por fugitivas y evanescentes presencias.

Carencia de presencias.
Plétora de ausencia.

La soledad por única presencia.
Ausencia del solitario.
Soledad del ausente.


La auténtica vida está ausente
No estamos en el mundo

Arthur Rimbaud



octubre 13, 2015

Del "Tiempo comprado"... a la "Comunidad de Libres e Iguales"


Del 8 al 11 de octubre Marina asistió a la Convención Nacional de la Industria Textil que tuvo lugar en un hotel de la Riviera Maya.
Como siempre la acompañe pero, evidentemente, no asistí a los trabajos de dicha Convención, aprovechando este “tiempo en suspensión” para dedicarme a lo que más me gusta: la lectura y, si puedo, la escritura.

En esta ocasión leí una traducción al francés de un libro escrito por el sociólogo y economista alemán Wolganf Streeck, titulado en francés: Du temps acheté. La crise sans cesse ajournée du capitalisme démocratique. Lo cual traducido al idioma español sería algo como: Del tiempo comprado. La crisis siempre pospuesta del capitalismo democrático.

Hace muchos años que no había leído un libro de “sociología económica” que me hiciera tal impresión, me pareciera tan interesante, importante, esencial, para entender los comos y los porqués del paso de la economía del bienestar de corte “keynesiano” a la economía neoliberal de corte “Hayekiano”.
No sé si existe alguna traducción al idioma español de este libro (en mi búsqueda en internet, no la he encontrado. Sin embargo si existe una traducción al inglés, titulada “The delayed crisis of democratic capitalism”.) pero les recomiendo más que ampliamente investigarlo, y de encontrarlo, comprarlo y leerlo.
Está muy bien escrito (por lo menos en su traducción francesa) de manera muy entendible para quienes poseemos un mínimo de “entendimiento de la interacción entre política y economía” sin tener una formal formación académica como economistas.

A pesar de ser un libro de cerca de 400 páginas se lee con mucho gusto… en mi caso, de un solo jalón e incluso con gozo.


La temática del porque y el como del paso de “la economía del bienestar” a la “economía neoliberal” es tratado de un punto de vista político-económico (con algo de sociología) en un espacio que abarca todo “el mundo occidental capitalista” políticamente regido por el sistema de la “democracia representativa”, pero con particular énfasis en la Unión Europea.

Un libro que proporciona las herramientas teóricas para “entender” (comprender, mas no avalar) muchos de los eventos de estos últimos tiempos, como por ejemplo la tan alabada y supuestamente modélica “transición española” o, aun habiendo sido escrito antes de que esta se produjera, la tan comentada y polémica “traición de Tsipras”.
Un libro un poco “desesperado” (carente de esperanza)… o según sea el caso, sumamente “lucido”… en el sentido de que después de su lectura te das cuenta que ningún gobierno “democrático”, sea cual sea su “color” o posicionamiento en el espectro político Derecha/Izquierda (desde la extrema derecha a la izquierda más radical, pasando por todos los posibles “centros”, tanto de derecha como de izquierda o engañosamente centristas o “independientes”) podrá oponerse (si es que esta fuese su real intención) a la política económica impuesta e implementada, desde la globalización, por quienes (grandes corporaciones transnacionales, instituciones financieras antropófagas que engullen todo a su alrededor, organismos e instituciones multinacionales y multilaterales) se ocultan detrás de las “fuerzas del mercado”, el Todo Poderoso Dios Mercado (omnipotente e omnipresente) que “representa” los intereses de unos personajes que lejos de ser unas siglas, unas marcas, o unos logotipos… son hombres de carne y hueso (tan de carne y hueso como usted o yo) que constituyen… SON… la elite, la clase (si queremos emplear un término marxista hoy condenado al ostracismo), que posee los medios (todos los medios) para ejercer la dominación (y consecuentemente postrar a los demás en la sumisión, la exclusión, la explotación)… entre otras cosas, pero esencialmente, mediante SU política económica.

Lo cual, ya en términos políticos “prácticos”, significa que votes por quien votes (desde la extrema derecha hasta las izquierdas radicales pasando por todos los centros más descoloridos los unos que los otros) al día siguiente de unas tan democráticas elecciones… seguiras atrapado en la misma jaula… encadenado a la misma picota… colgando de la misma horca.
Por lo que, hoy, votar es solo escoger lo exiguo de tu jaula, la longitud de tu cadena, el nudo y grosor de tu cuerda.

Visto lo anterior, con toda lógica y congruencia, la conclusión de este libro (que hice mía mucho antes de haberlo leído) es que la única posibilidad de revertir esta situación de real y consentida esclavitud o “servidumbre voluntaria” es la de decidirse por fin a abandonar una imposible “oposición constructiva” por una “oposición destructiva”. Desencadenar una explosión de protestas aparentemente “irracionales”, “irrealistas y “meramente emocionales”.
Cuando las vías democráticas de la articulación de los “intereses opuestos” en conflicto, y el camino de la búsqueda de las alternativas se encuentra cortado… solo queda la respuesta extraparlamentaria, la vía de las protestas espontaneas y fragmentadas que serán “unánimemente” calificadas de emocionales, irracionales, irresponsables… suicidas, agrego yo.


 Conste que el señor Wolfang Streeck no es un “indignado” mas, un “rabioso” mas (quizás pésima traducción, demasiado literal, del término “enragés” que se dio a ciertos actores políticos “incontrolados” de la Revolución Francesa, que irrumpieron en escena por ahí del verano de 1793) sino un respetable sociólogo y economista, egresado de la universidad Goethe de Frankfurt y de la prestigiosa universidad norteamericana de Columbia, director del no menos afamado Instituto Max Planck (en este caso de Colonia) y miembro de la no menos famosa revista de estudios políticos (que algunos califican de marxista) conocida como la New Left Review.


Abandonando por un momento lo expuesto en este libro por Wolfang Streeck, y permitiéndome exponer mi propia posición al respecto, retomare lo ya expuesto en varias entradas de este mismo blog.
Las protestas y manifestaciones “espontaneas, fragmentadas y emocionales”… no acabaran nunca con un capitalismo neoliberal totalmente “financierizado” incapaz de generar las mínimas condiciones de conservación de la “paz social”, empujado cada día más hacia el abandono de la coartada democrática y dispuesto a excluir y matar (no simbólicamente sino efectivamente) quienes, política o económicamente, son una amenaza para su supervivencia en tanto que generador de las condiciones que posibilitan el ejercicio de la dominación de sus beneficiarios y ejecutores.
Protestas antisistémicas… si… pero racionalmente pensadas, organizadas, planeadas, VIOLENTAS (la legitima violencia de los sometidos contra quienes los mantienen como tales)… recurriendo a la formación de unidades coordinadas pero autónomas de ciudadanos, debidamente capacitados, dispuestos a llevar el SABOTAJE al corazón (y el cerebro) mismo del sistema… mediante acciones capaces de PARALIZAR sus centros neurálgicos que son las comunicaciones (de todo tipo y género, desde el transporte hasta las transmisiones de información) y las fuentes de energía… destruir sus neuronas y vaciarlo de su sangre… sin olvidarse del simultaneo ajusticiamiento del reducido grupo (de carne y hueso) de sus beneficiarios y ejecutores… sin olvidarse, tampoco y primordialmente, del simultaneo, fundamental, esencial, “movimiento ciudadano insurreccional” manifestándose pacífica y masivamente… al tiempo que, soportado por esta dinámica, va paulatina y libremente, imaginando y construyendo “la comunidad de libres e iguales”, el “tejido” de comunidades autoconstituidas, autogestionadas, autónomas y libremente asociadas sobre la base de la fraternidad (intracomunitaria e intercomunitaria) y el bien común… que suplantara la bestia que se estará muriendo.

¡Utopía… contaría a la naturaleza humana!
La naturaleza humana “per se”… no existe… es una invención conceptual… fabricada por quienes detentan y ejercen la dominación… una pieza más del arsenal de su “ideario” construido e instituido para contribuir a mantener su dominación.
La única naturaleza humana que existe es la que, los humanos, alumbramos al tiempo que construimos nuestra “casa común”. Casa común que… no hay que cansarse en repetirlo, una y otra vez… hoy, no es otra que el sofisticado entramado de las relaciones (estructurales y privadas), que en el orden de lo material y lo mental, constituyen las relaciones que permiten la dominación y su permanencia… cuyos “ejecutores” y beneficiarios creen (quieren hacernos creer, tampoco son tan estúpidos), ya no en tanto que obra de Dios o destino manifiesto, sino más simplemente como natural… obra y parte del inmutable orden de la naturaleza.
Concluiré, dejando la palabra a Wolfang Streeck: La única alternativa a un capitalismo sin democracia sería una democracia sin capitalismo.

En realidad no puedo concluir sin aceptar que, de momento (y conmigo quienes propugnan esta “salida” insurreccional portadora del germen de la comunidad que alumbrara) no soy (no somos) capaces de contestar a la pregunta formulada en su tiempo por Lenin… ¿Qué hacer?... para que, un día, esta “utópica insurrección” se ponga en marcha… ¿Cuándo?... ¿Dónde?... ¿Cómo?... ¿Quiénes serán sus progenitores, cual y cómo será su periodo de gestación?...  ¿Quiénes la alumbraran y cómo?... ¿Cómo conciliar y articular, la “abierta” espontaneidad y autonomía de los ciudadanos que irán construyendo la “comunidad de libres e iguales”, con la necesaria “secrecía y capacidad técnica” de quienes, en sincronía, llevaran a cabo las tareas de sabotaje, indispensables para privar el sistema de su capacidad de funcionamiento?
Desgraciadamente, no puedo contestar estas preguntas (como no lo han podido hacer quienes están esbozando este mismo camino)… pero de lo que estoy convencido, es que este es el único camino que puede lograr la “destrucción”, el aniquilamiento del actual sistema que rige las relaciones de dominación y consecuentemente de explotación.
Mi única duda es… ¿Cómo hacer este camino transitable?



Aunque, no descarto la posibilidad, ya no de una explosión provocada, pero si de una implosión de este sistema que como expresa el economista francés Daniel Cohen… necesita (es su razón de ser, su esencia misma) conciliar lo inconciliable… el deseo infinito en un mundo finito.






octubre 02, 2015

(DES)ENCUENTRO CON DOÑA ÁTROPOS


Hace ¿exactamente? 489 días… me cruce con doña Átropos, la menos joven de la familia Moira… no sé si caminaba hacia ella… o ella hacia mí.

Hoy no reviste mayor importancia.

Lo que si se… es que salude esta todavía apuesta doña… pero que ella, indiferente a mi lasciva mirada… después de un breve instante de vacilación… me ignoro… siguiendo de largo… sin cortar el hilo de mi vida.

Si bien se porque no corto el hilo de mi vida… ni se paro para tomarme gentilmente de la mano y llevarme a sus aposentos… sigo preguntándome si fue para bien o para mal… si algún día volveremos a cruzarnos… y en esta ocasión… fortuita o no… abusando quizás de mi notable predisposición… me llevara a su cama sin mi previo consentimiento.

Posibilidad… que si bien no me genera temor… si una honda inconformidad.


Por lo que he decidido… que en cualquier caso y circunstancia… seré yo quien entre… voluntariamente… en sus dominios… forzándola… si no a compartir su cama… si a cortar el hilo de mi vida.


Con la finalidad de hacer un poco mas inteligible este “relato” (para quienes lo ignoren) me permito transcribir algunas partes del articulo “MOIRAS” de la enciclopedia Wikipedia.

En la mitología griega, las Moiras eran las personificaciones del destino. Sus equivalentes en la mitología romana eran las Parcas.

La palabra griega Moira (μοῖρα) significa literalmente “parte” o “porción”, y por extensión la porción de existencia o destino de uno. Controlaban el metaforico hilo de la vida mortal desde el nacimiento hasta la muerte.

En la mitología griega, las Moiras eran tres:

Cloto (Κλωθώ, hilandera) hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso. Su equivalente romano era Nona, originalmente invocada en el noveno mes de gestación.

Láquesis (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’) media con su vara la longitud del hilo de la vida. Su equivalente romano era Décima, análoga a Nona.

Átropos  (Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira’) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en que moría cada hombre, seccionando la hebra con sus “detestables tijeras” cuando llegaba la hora. Su equivalente romana era Morta (Muerte), y es quien va referida la expresión “la Parca” en singular.


octubre 01, 2015

CUANDO ALGUNAS HORMIGAS TAMBIÉN SON CIGARRAS



El prestigiado periódico francés  “Le Monde” publico ayer, miércoles 30 de septiembre, un articulo titulado: “Un estudio derriba el mito de la hormiga trabajadora.”

Al estudiar el comportamiento de una colonia de 255 hormigas Temnothorax rugatulus, la universidad de Arizona descubrió que 34 de estas cumplían el rol de puericultoras, 26 ejercían diversas actividades fuera del hormiguero, 62 se dedicaban a una multiplicidad de actividades en el seno del “nido”… y 103 no hacían nada de nada… esto día y noche, durante las tres semanas que duro el estudio.
Dicho de otro modo, contrariamente a lo expresado en las fabulas de Esopo y La Fontaine, ambas conocidas como “La cigarra y la hormiga” (sea dicho de paso, menudo plagiario fue este afamado fabulista La Fontaine)… más del 40% de las hormigas dedicaban la totalidad de su tiempo… ¡¡¡a holgazanear!!!

Los investigadores no fueron capaces de apuntalar hipótesis científica alguna en cuanto a la razón de este comportamiento tan alejado de lo que se suponía ser el carácter de “abnegado trabajador” de las hormigas.

Un apreciable numero de comentarios, de parte de los lectores, venían al final del artículo, tratando de adivinar o sugerir, con seriedad o burlona ironía, el motivo de tan inusual y extraño comportamiento.
Por mi parte… habiendo, desde que tengo uso de razón (y al presenciar la esclavitud de mi padre que trabajaba de albañil, más de doce horas diarias de lunes a sábado, bajo el abrasador sol, lloviendo o nevando, descansando solo algunos contados domingos y ciertos días feriados, con tal de poder alimentar y vestir adecuadamente a su familia) he abominado, aborrecido el trabajo… considerado este como la actividad remunerada llevada a cabo por quienes no tienen otra fuerza que vender que la de su cuerpo y/o mente a quienes si disponen y disfrutan de la fuerza que les otorga el ser los poseedores, no solo de los medios de producción (como lo dijo un tal Marx) sino, también y ante todo, del poder de dominación, sujeción y sometimiento… me limitare a citar la célebre sentencia de un afamado libertario (en este momento no me acuerdo de la identidad del mismo… podría investigarlo… pero mi ociosidad me lo impide)… a saber… “L’oisiveté est un art.”


Lo que podría traducirse como “La holgazanería es un arte.”



Arte al cual he tratado de rendir pleitesía a lo largo de mi vida.