junio 06, 2006

UN PELIGRO PARA LA HUMANIDAD


Como todos sabemos, uno de los lemas del candidato de la dizque izquierda a la elección presidencial mexicana, Andrés Manuel López Obrador, es "por el bien de todos, primero los pobres".

Postura que genero tal incomprensión y rechazo en las filas de la elite pudiente que esta no dudo en emprender una campaña de odio y miedo de una virulencia nunca antes vista en esta nación. El miedo que quieren infundir en los electores al acusarlo de "ser un peligro para México", es en realidad el miedo que le tienen, a él como candidato pero sobre todo a todos los que pueden o pudieran votar por él (o quizás se abstengan de cumplir con su deber cívico)... los pobres, los "vagos", los indígenas, los "jodidos" por los siglos de los siglos, los "nacos", los derrotados y sumisos de siempre y para siempre... los que se levantan a las cuatro de la mañana, pasan varias horas hacinados en el metro o el micro, llegan a mal vender su fuerza de trabajo para poder seguir vendiéndola día con día y que sus dueños puedan seguir siendo dueños ad eternum, retoman cansados y malhumorados el transporte en el cual tratan infructuosamente reposar, llegan a sus ¿hogares? para ingerir los alimentos (biológicos y electrónicos) necesarios a la sobrevivencia y acostarse para poder levantarse nuevamente a las cuatro, día tras día, mes tras mes, año tras año... hasta dejar este mundo en el cual vivieron su ausencia (eso si al igual que sus dueños.)
Es también impresionante ver y palpar el odio, tan primario tan irracional, que esta elite siente por el candidato que acusa de "ser un peligro para México", cuando en realidad teme que sea un peligro para sus propios intereses.
Tienen miedo porque odian. Odian y fomentan el odio porque tienen miedo. Odio y miedo de esta "chusma" que algún día podría bajar de los cerros, invadir sus calles y saltarse las cercas electrificadas (reales e imaginarias) detrás de las cuales resguardan su mundo, y entonces... que Dios (que con toda seguridad es güero ya que fueron creados a su imagen y semejanza) los proteja... y los tenga en su gloria.

Esto esta sucediendo hoy día en México, pero parece que por una vez México se encuentra a la vanguardia de un proceder y una tendencia de alcance mundial.
Esta elite (la de aquí y la de todo el planeta) esta incubando, con todo conocimiento de causa, el huevo de la serpiente. No de la serpiente nazi que elimino a millones de judíos (y algunos otros mas), sino la que llevara (que ya empezó a llevar) a la eliminación paulatina pero sistemática de millones de seres humanos que nacieron con un estigma, lo han adquirido o lo adquirirán. El estigma mas infamante y deshonroso de todos, el de no ser útiles al sistema, aprovechables por el sistema.
Si bien no se le puede pedir peras al olmo y por lo tanto el capitalismo no puede proceder a una distribución de la riqueza con justicia (concepto que no entiende y por lo tanto le es ajeno... o entiende demasiado bien para saber que le es consubstancial), al termino de la segunda guerra mundial el capitalismo de producción y consumo entendió que era de su propio interés no ser tan voraz y repartir la riqueza con un poco mas de equidad, aunque sea minimamente. Lo que hizo mediante la implementación de las políticas sociales del "Estado benefactor".
Lo que a todas luces no entiende, se rehúsa a entender, el actual capitalismo financiero de corte virtual que corre a su pérdida y arrastrara, deliberadamente, a millones de seres humanos en su camino hacia ella.
Aunque en realidad lo que entendió el capitalismo de la segunda mitad del siglo XX fue que sus ganancias se generaban a partir de la producción y venta de bienes de consumo masivo y que por lo tanto era de su interés un mayor reparto de la riqueza entre los productores que debían ser también consumidores. Al punto de subsidiar (mediante las numerosas medidas específicas que se enmarcaban en la estrategia de política económica conocida como el Estado benefactor) el consumo de quienes por alguna razón no disponían del suficiente poder adquisitivo o de plano no podían producir. Lo que hoy no tiene ninguna razón de ser dado que para la fracción dominante del capital la riqueza y la ganancia no se generan ya en la producción de masa para el consumo de las masas sino en la economía "virtual" de las transacciones meramente financieras.
Que en ciertas ocasiones estas transacciones involucren bienes tangibles no invalida lo anterior. En muchos casos la producción y comercialización de estos bienes no son mas que el "soporte" material obligado de dichas transacciones pero de ninguna manera constituyen la finalidad de las mismas la cual radica simplemente en la transacción en sí misma y la ganancia que esta genera. Siendo lo ideal obtener una ganancia a partir de la pura transacción como tal, limpia de la contaminación de cualquier objeto material. Estos bienes son prácticamente prescindibles como ya lo es (y lo será cada día mas) el "capital humano"... o sea los seres humanos.
Si a fines de los años 60 y principios de los 70, estaba en boga el concepto de la "cosificación" del hombre, hoy esto ya no es un concepto sino una realidad. El ser humano es una mercancía mas, al igual que toda la naturaleza, al igual que todas las creaciones del hombre (sean materiales o espirituales), al igual que las relaciones que mantienen los hombres entre si y con la naturaleza o su entorno, sea el que sea.
Todo tiene un precio y es sujeto (perdón... quise decir objeto) de compra-venta. Y lo que no lo es no tiene utilidad alguna. Esta es la otra gran característica fundacional de la actual "civilización" occidental, la de la utilidad. Todo debe de ser forzosamente útil y lo que no tiene alguna utilidad no tiene razón de ser. Mas no cualquier utilidad, hablamos evidentemente de una utilidad mercantil. ¡Favor de no confundir valor de uso con valor de cambio! Y en esta lógica, todo vale lo que vale esta utilidad.
Por esto para el capital la lógica del don es y será siempre el último enemigo a vencer. Hablando claro esta del don como lógica de intercambio... y no como caridad... dado que el don sin su correspondiente posibilidad de "retorno" no significa recibir sino contraer una deuda... impagable... y por lo tanto agradecimiento y dependencia... y por lo tanto sometimiento.

Si no eres útil no tienes precio... y si no tienes precio no eres útil... cuando en la lógica mercantilista y utilitarista, un número cada día más importante de seres humanos no son útiles ni tienen precio... si no es el de su supervivencia y muerte.
Cuando esta supervivencia y muerte se contabilice en la columna de los pasivos en lugar de la de los activos (cuando dejen de ser objeto de ganancia) entonces los seres humanos que sobreviven en lugar de vivir serán definitivamente prescindibles y por lo tanto listos para su eliminación... y con mayor razón si esta eliminación puede ser la ocasión de alguna transacción y ganancia.
Lo cual no será realmente ninguna novedad... de hecho esta ocurriendo cada día (basta ver la tragedia de las centenas de miles de muertes por hambre que año con año azota el continente africano, como el inexorable avance de la pobreza, tanto “económica” como “existencial”, en todo el planeta, incluyendo los países que se autocalifican como desarrollados)... solo se tratara de un cambio de escala... pasar de una eliminación casi accidental, todavía artesanal y con ganancias marginales a una eliminación planificada, a gran escala, con tecnología de punta y altamente redituable... como dicen hoy en día: un nicho de mercado con efectos multiplicadores de los mas interesantes (sabiendo todos que el vocablo interesante sustituye elegantemente el termino provechoso.)
Quizás la eliminación en si misma (como acto privativo de la vida) no sea la parte estelar del negocio (aunque conocemos los beneficios directos e indirectos de todas las guerras y conflictos armados así como los que generan las enfermedades de origen desconocido y dudosa propagación) pero las ganancias indirectas generadas por la desaparición de la obligación de mantener ciertas vidas será sin duda alguna de proporciones astronómicas. Digamos que seria como si se tomara la decisión de ejecutar a todos los infractores a la ley y demás indeseables en vez de recluirlos en cárceles o manicomios. Se generarían sin duda beneficios derivados del acto mismo de la ejecución, pero el verdadero beneficio radicaría realmente en el hecho de ya no tener que mantener a tantos presos o locos cuyo simple hecho de mantenerlos en vida desvía los recursos que tanto se necesitan para…

Hoy ya existe una floreciente industria de la muerte, solo se trata de atreverse a ampliar el mercado así como eficientizar los métodos de ejecución (tanto en el sentido de llevar a cabo una tarea como del acto privativo de la vida en si.)
No desesperemos de esta raza humana que supo, sabe y sabrá valorar el Tener a expensas del Ser. Estamos seguros que el espíritu emprendedor, el virus de la competencia y el acicate de la ganancia generaran la aparición de estos futuros caballeros del Apocalipsis… que serán admirados y venerados por lo que han sido, son y serán… los nuevos capitanes de la industria de la muerte.

La muerte al servicio de la ganancia y la ganancia al servicio de la muerte.