septiembre 13, 2016

DE AQUELLOS POLVOS ESTOS LODOS



Este pasado, 11 de septiembre se conmemoro (no tengo la menor duda de que para algunos se trató de una celebración… incluso en los Estados Unidos… incluso para algunas de las más altas esferas del Poder estadunidense) el quinceavo aniversario de los supuestos atentados terroristas contra el World Trade Center y el Pentágono.

Una nueva ocasión para “copiar y pegar” el texto que escribí al día siguiente de estos supuestos atentados, subiéndolo a este blog el 6 de mayo 2005, como introducción a otra entrada (de fecha 11 de mayo 20015) titulada “La estrategia del terror en tres tiempos”, siendo estos tres tiempos: 1.-Uno, World Trade center: asesinar para parir el mal. 2.- Afganistan: matar para poder nombrar el mal. 3.- Irak: exterminar para poder escenificar la victoria del bien.
Aquí les va este texto redactado el 12 de septiembre 2001:


EL BIEN Y EL MAL


Génesis del Enemigo.


No tengo ninguna duda de que los aparatos de inteligencia de los Estados Unidos identificaran los supuestos autores materiales de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono y que castigaran brutalmente a los supuestos autores intelectuales y sus "protectores", alcanzado de paso algunos objetivos geoestratégicos, secundarios o no. Sin embargo, tampoco tengo la menor duda de que estos no serán los verdaderos responsables... siendo que estos son ... ellos mismos.
¿Cómo puede ser posible que un Estado planee y lleve a cabo fríamente la matanza de varios miles de sus propios ciudadanos? Cuando se trata de una decisión que tiene que ver con los fundamentos mismos de un sistema de poder, este, sin duda alguna, es capaz de esto... y de mucho más. De hecho, la pregunta no es como, la cual ya ha sido contestada este 11 de septiembre, sino por qué.
En la supuestas Democracias occidentales, la adhesión a la colectividad de los individuos que la conforman ya no es vivida como integración voluntaria de estos a una comunidad cuyo interés es percibido como preeminente al de cada uno de sus miembros (primacía del interés general sobre el de los individuos), sino como una integración pasivamente aceptada e incluso muchas veces impugnada. En estas condiciones, resulta sumamente difícil para el aparato político del Poder "legitimar" la necesidad de su propia existencia.
De ahí, ante esta carencia de un apoyo activo ("en favor de"), la imperiosa necesidad de recurrir a la búsqueda de un apoyo reactivo ("en contra de") y, por lo tanto, la absoluta necesidad de un Enemigo. Enemigo que no solo legitimará la existencia del Estado, sino que favorecerá la cohesión y control de los miembros de la colectividad, quienes estarán dispuestos a ceder parte de sus autonomías y libertades individuales, aceptando la "militarización" de la vida cotidiana como parte del precio a pagar para llevar a cabo una eficiente lucha contra el enemigo de todos y cada uno de ellos.
Notemos que esto no es verídico únicamente al nivel de un determinado Estado-nación (por ejemplo, Estados-Unidos) con relación a "sus ciudadanos" sino también al nivel de la estructura de dominación política y jurídicamente preponderante con respecto al conjunto de los individuos que viven bajo su yugo. Tanto más que el control del "Todo" sobre cada uno de sus "miembros" es mucho más aleatorio y menos eficaz, dado que las estructuras político jurídicas del "Todo" son todavía en gran parte estatales (en cuanto a su origen y campo de aplicación) cuando sus "miembros" tienden, ellos, debido esencialmente a su movilidad, a escapar cada día más a su esfera de influencia.
Cuando (de acuerdo con los cánones liberales) un Estado repite a los ciudadanos hasta el cansancio que su principal y casi única razón de ser es su protección, resulta primordial e indispensable identificar al Enemigo del cual dichos ciudadanos requieren ser protegidos. Desde la noche de los tiempos este enemigo había sido el "otro", el que no pertenecía al clan, la tribu, la raza o la Nación. Desaparecida la URSS, y con ella la amenaza del comunismo (en tanto que sistema político-económico e ideología), se esfumo el último Gran Enemigo, el único supuestamente capaz de poner en real peligro la supervivencia de la "civilización" capitalista y judeocristiana. Momentáneamente se encontró un sustituto que se definió como "la guerra contra las drogas", sin embargo, al revelar en su actuar mismo demasiadas contradicciones propias al sistema y perder así rápidamente su credibilidad, este dejo de ser funcional.
En los tiempos de la globalización, que niega de hecho la razón de ser del Estado-nación, escoger o designar a uno de estos como el enemigo a vencer sería también particularmente contradictorio y poco funcional (salvo cuando su "eliminación" o sumisión obedeciese a poderosos intereses geoestratégicos). El Enemigo del "sistema" y la "civilización", encarnados los dos en la comunidad económica y militarmente dominante, y ya no mas en un Estado-nación propiamente dicho, tiene que ser el también global y encarnarse en alguna estructura supra nacional y supra estatal.
Que mejor Enemigo para un sistema cuyo verdadero Poder es invisible e inasequible que el terrorismo ciego y sin rostro. Para ser fácilmente reconocido y asumido como tal, el MAL, en su "apariencia", tiene que ser lo opuesto al BIEN, pero en su "esencia" tiene que ser lo más parecido posible.
Encontrado el concepto del mejor Enemigo posible, falta darle vida. Hacer de este concepto abstracto una amenaza real, la más cruenta, repulsiva y maligna posible. Una amenaza mortífera, no solo para las estructuras del Poder y la "representación política" que la comunidad "se dio", sino para cada uno de sus miembros como individuos... que en cualquier momento y en cualquier lugar pueden ser... sus inocentes víctimas.
Este 11 de septiembre los representantes políticos más poderosos del Poder globalizado, encarnación del BIEN, parieron a su mortífero enemigo el terrorismo, encarnación del MAL.


Hoy, a pesar de que estoy todavía más convencido de que la hipótesis, o teoría, desarrollada en este texto es certera, no voy a enumerar todos los hechos (hechos no especulaciones) que refuerzan mi certidumbre… solo me contentare de transcribir algunos extractos de algunos artículos periodísticos… con los cuales, obviamente, estoy en total acuerdo… permitiéndome resaltar en negritas las que me parecen ser los más dignos de ser destacados.

Aquí les van:

El director del Centro Nacional de Contraterrorismo de Estados Unidos, Nick Rasmussen, ha dicho que el peligro terrorista es ahora “mayor, más amplio y más profundo” que el 11 de septiembre de 2001.

De hecho, un reciente informe del diario The Guardian británico señala que, en los 15 años transcurridos desde los atentados, las acciones terroristas se han multiplicado por cinco.

Los primeros ataques en suelo americano desde Pearl Harbor fueron cometidos por 19 personas, de las que 15 eran saudíes, según los servicios de inteligencia americanos. Sin embargo, Washington no adoptó ninguna medida contra Arabia Saudí y decidió en cambio acabar con el gobierno de Saddam Hussein en Irak, que no tuvo nada que ver con los atentados.

El senador Bob Graham, que dirigió el comité que investigó los fallos de los servicios de inteligencia, declaró a la cadena de televisión CBS: “No puede creerse que 19 personas, de las cuales la mayoría no domina el inglés, no ha estado en Estados Unidos con anterioridad y no ha cursado estudios secundarios, hayan podido realizar una misión como esta sin contar con apoyo desde dentro de Estados Unidos”.

Las decisiones principales que tomó el entonces presidente George Bush fueron nominalmente contra el terrorismo islamista. Se decidió que el terrorismo era la gran amenaza para la única gran potencia del mundo unipolar que se estableció tras la desaparición de la Unión Soviética en los años noventa, y sin embargo se atacó a Irak, uno de los países que con más ahínco combatían el yihadismo.

El mundo unipolar tiene otras reglas tras el colapso soviético y probablemente necesita un enemigo que se adapte a esas reglas, que no represente una amenaza para el sistema pero que está ahí, en primera línea, y que pueda utilizarse para infundir miedo en el conjunto de la población del planeta, exactamente como se hacía antes con el comunismo. Ese enemigo es el islam.

Se ha usado el estandarte de la “guerra contra el terrorismo” para crear una situación volátil en Oriente Próximo y Occidente, una situación que ya ha tenido consecuencias de pesadilla y que todo indica que esas consecuencias no van a desaparecer de la noche a la mañana, sino que han venido para quedarse.

Curiosamente, las medidas antiterroristas de Bush provocaron que los extremistas entraran en una parte del mundo árabe donde nunca habían estado presentes. La guerra contra el terror ha sido y es el mejor caldo de cultivo para el avance integrista y la mejor propaganda para el terrorismo.

EEUU y sus aliados dejaron a su paso un Irak completamente roto. La liquidación de Sadam Hussein creó un vacío de poder que desenterró las históricas tensiones sectarias.

Los cerca de 3.000 muertos en las barbaries de Nueva York, el Condado de Arlington y Shanksville tendrán este domingo su merecido homenaje. Los cientos de miles de fallecidos en Irak y Siria y los millones de desplazados seguirán siendo las víctimas sin nombre y olvidadas de una guerra contra el terror sin fin.



septiembre 09, 2016

ASÍ ES



Totalmente de acuerdo
siempre lo supe…
sin embargo, nunca lo expresé…
y menos me atreví a hacérselo saber a quienes, llenos de certezas, creen ser inteligentes…

inútil…
vano…

puesto que creen que quienes dudamos somos ignorantes…
obviamente, teniendo ellos siempre la razón en todo…
siendo la expresión misma del autoritarismo más despótico y la suficiencia mas prepotente.



septiembre 05, 2016

INDIGNACIÓN Y RESIGNACIÓN


Esta es la “caricatura” dibujada por el sudanés Khalid Albaih.

En cuando la vi, realicé que podía tener dos “lecturas”

¿Indignación o Resignación?

pero también

¡Indignación y Resignación!




HAGAMOS UN POCO DE MEMORIA


Este pasado 2 de septiembre hizo exactamente un año que esta foto del joven sirio de 3 años Aylan Kurdi, aparecía en todos los medios de comunicación de todo el planeta (casi todos).
Todo el mundo, periodistas, buenas almas de aquí y allá, hasta los desalmados políticos, se emocionaron hasta las lágrimas y dijeron “nunca más”.
Solo en lo que va de este año (del 1 de enero al 28 de agosto), según la Organización Internacional para las Migraciones, 3165 migrantes murieron ahogados en el mar mediterráneo, al naufragar sus embarcaciones de fortuna. La OIM no precisa cuántos de estos ahogados eran niños. Supongo que porque un muerto, muerto esta, sea cual sea su edad (aunque algunos medios, sin citar su fuente, afirman que en un año fallecieron 431.)



Este pasado 18 de agosto, esta foto del niño sirio Omran Daqueesh herido en la batalla por el control de la ciudad de Alepo, apareció también en todas las portadas de todos los medios de comunicación, conmoviendo, una vez más, a la opinión pública.
Dos semanas después, nadie nos ha dicho cuántos niños sirios conocieron la misma suerte que Omran, o peor todavía, murieron bajo las bombas, en Alepo o cualquier otro lugar del planeta donde, por nobles o abyectas causas, se arrojan bombas. Incontables bombas, con incontables niños muertos o heridos.
¿Existen causas "nobles" que ameriten que bombas maten niños?