abril 26, 2009

TERRORISMO DE ESTADO HOMEOPATICO


Advertencia previa: No pretendo negar los hechos ni minimizar la gravedad de los mismos, simplemente denunciar el aprovechamiento de los mismos por parte de las autoridades para lograr sus muy particulares propósitos y fines.

Este pasado viernes me entere de la suspensión de todas las clases en todos los niveles de enseñanza, desde el jardín de niños hasta la universidad, al mediodía de la decisión de que los partidos de futbol en la capital se jugarían a puerta cerrada. Desde el alba hasta el ocaso, para la totalidad de los noticieros televisivos y radiofónicos, la “actualidad” se reducía a un solo evento, una sola noticia acaparaba el noventa y tanto por ciento del tiempo de todos y cada uno de los noticieros: la influenza porcina. A lo largo de todo el día se nos decía que estuviésemos atentos a la evolución del fenómeno, que esperáramos y pusiéramos la máxima atención a las diferentes intervenciones discursivas de las diversas instancias gubernamentales… dando obviamente la preferencia a las del orden federal.
¿Era para tanto?

Al día siguiente, mismo tratamiento informativo… nada mas que multiplicado a la potencia “n”. En todos los medios de información, las imágenes recurrentes eran las mismas: en toda la ciudad hombres, mujeres y niños con la cara a medio cubrir por tapa bocas, soldados distribuyendo los mismos tapa bocas. En el radio y la televisión (los únicos que realmente importan, menos del 2% de la población lee ocasionalmente algún periódico) seguía el mismo bombardeo, el mismo llamada a estar atentos a las intervenciones de las “autoridades”.
En la calle, ningún pánico… pero en todos los rostros (tanto los descubiertos como los medio recubiertos) se podía leer la incertidumbre, la expectación. Quizás todavía no el temor pero si ya la preocupación.
Este mismo día dos encabezados del periódico español “El País” son los me parecieron definir mejor el estado que guardaba la ciudad de México (quizás el país): “México, atemorizado ante el brote de influenza”, y arriba de una foto con rostros de chilangos utilizando tapa bocas, “México embozado”. ATEMORIZADO… EMBOZADO (que mejor metáfora que la de decenas de miles de individuos vagando a sus actividades con un tapa boca… que se asemeja tanto a un bozal).

Esta mañana, en la primera plana del periódico Reforma, el principal encabezado reza: “Cancelan misas” y debajo de este la fotografía que (con una connotación radicalmente diferente) me permito reproducir para ilustrar esta entrada. Después del gobierno, la iglesia sumándose a la propagación del temor
Porque de esto se trata… de infundir el temor… de inocular el virus del miedo… tan o mas peligroso (para la salud política de la ciudadanía… que sea dicho de paso, de ciudadanía tiene lo que yo de mister universo) que el de esta posible pandemia.
No se trata de negar el hecho en si, ni de negar la necesidad de que se tomen las medidas preventivas mas propias para detener la propagación de la enfermedad… pero los indicios de que quienes nos gobiernan se aprovechan de la situación para montar todo un espectáculo para atemorizarnos… son demasiado evidentes. En este momento (la una de la tarde) todos los principales conductores de noticias tienen ya varias horas “informándonos” en directo de la vertiginosa evolución de la situación de emergencia que vive el país, y su planetaria y vertiginosa propagación. Todos, lo queramos o no, somos espectadores del mismo “reality show”, somos el mismo muchacho que en la (ya no tan futurista) película “Naranja mecánica” se ve obligado a ver escenas de violencia que lo lleven a la nausea.
No olvidemos que desde la campaña electoral del 2006, en México, somos especialistas en la manipulación de la borregada para infundirle miedo al lobo feroz.

¿Para que infundir miedo, con que finalidad nuestros siempre preocupados y atentos gobernantes quisieran inocularnos temores?... si ya de por si somos mas temerosos y apáticos que el mas temeroso y apático borrego.
Porque el miedo paraliza, pone al individuo como tal y a la comunidad en una situación de indefensión, de pasividad, de aceptación, de sumisión.
Hoy en día, los mecanismos de la dominación ya no son los de antaño, salvo casos de excepción, la coerción ya no requiere del derramamiento de sangre, de la tortura (por lo menos física), de la encarcelación… nos auto encarcelamos todos a través de la total mercantilización, el calculo de nuestros mezquinos intereses particulares. En tiempos “normales”, la pasividad inducida por el “estilo de vida” a la que nos someten quienes ejercen la dominación es mas que suficiente para garantizar esta ultima.

Sin embargo ciertas circunstancias pueden fragilizar este mecanismo poner en entredicho la pasividad… entonces quienes gobiernan en base a la sumisión libremente consentida requieren desarrollar alguna estrategia susceptible de reforzar el miedo y la parálisis que lo acompaña. Ya sea que crean el evento o simplemente aprovechen su existencia.
Entiendo que aprovechando la aparición de la influenza porcina, el día de hoy, este es el caso en México.

La crisis global (o sistémica según el vocabulario de moda), en un principio de orden financiero, se ha tornado en una recesión (con posibilidad de volverse depresión) que, con su cortejo de paro y precariedad, impacta directamente el bienestar de las personas y las familias, para muchos hasta su perspectiva de sobrevivencia. Ante un presente de penurias y un futuro mas incierto que nunca, la desesperanza puede ser el caldo de cultivo ideal para un malestar y una inconformidad que con el tiempo y la profundización de la crisis personal de cada uno se transforme en algún tipo de revuelta que cuestione violentamente el orden establecido.
Claro que la misma crisis con sus numerosas manifestaciones en la vida diaria de cualquier individuo o comunidad induce miedo, temor y por lo tanto pasividad… pero como ya nos lo dijo el abuelo Marx, que tenemos que perder que no sean nuestras cadenas… así que el temor no solo es de quienes padecen la crisis sino también de quienes nos llevaron a ella (y obviamente piensan beneficiarse de la misma... siempre y cuando permanezca el estatus quo.)

Ahorra bien, en el caso de México, la política de la propagación de un “clima” de miedo, ya tiene muchos meses de haberse profundamente enraizado mediante la continua exposición al temor generado por la “inseguridad”: miedo al asalto, miedo al secuestro, miedo por la vida de los seres mas cercanos y la propia.
Política que en un momento requirio de una estrategia susceptible de sentar una base perdurable a la misma, que la independizara de las circunstancias personales de cada quien para inmiscuirnos cada uno de nosotros en un marco general mas amplio, mas neutro, mas objetivo, mas inquietante... y capaz de realzar la necesidad de la imperiosa protección del Estado. Que mejor que una guerra… que al carecer de un enemigo exterior creíble… se libraría, sin cuartel, contra el sigiloso pero bien real enemigo de nuestros hijos, los malvados narcotraficantes.
Sea dicho de paso, permítanme hacer uso de mi "sospechosismo" para creer que este guerra contra el narco es una de las mas grandes escenificaciones y simulaciones jamás habidas. Nadie en su sano juicio corta la rama en la cual esta sentado. ¿Cuánto representa para la economía mexicana el negocio directamente e indirectamente ligado a la actividad del narco?. ¿Quiénes son los principales beneficiarios de esta cuantiosa derrama?.

Resumiendo, quienes ejercen la dominación (y con ella se enriquecen) le temen a una posible inconformidad social que se convierta en un levantamiento (aunque las posibilidades de éxito de este sean mas que improbables). Hasta ahorra la deliberada política de esparcimiento del temor como antídoto ha sido exitosa… pero empieza a dar indicios sino de agotamiento por lo menos de una cierta perdida de su eficacia (a todo se acostumbra uno… y mas si se es mexicano).
Por lo que ha llegado el momento de escalar un nivel mas en la política de prevención y acotamiento. Y dado que somos un Estado pretendidamente respetuoso del estado de derecho, lo primero es introducir los cambios legales que posibilitarían cualquier acción represiva violenta de cierta envergadura sin contradecir el estado de derecho vigente. Razón por la cual desde hace varios meses, el gobierno del señor Calderón ha intentado en numerosas ocasiones introducir las modificaciones legales que le permitirían implementar en México un estado de excepción… desgraciadamente para el, hasta ahorra sin éxito, por carecer de la mayoría necesaria en el parlamento.

Pero, la divina providencia quiere que en unos cuantos meses tengan lugar en el país unas elecciones legislativas cuyos resultados bien podrían cambiar este estado de cosas… e aquí que se nos presenta esta epidemia de influenza porcina. Suerte de suertudos. Bien llevado este evento puede rendir un sin numero de frutos.
Uno, incrementar en forma exponencial el esparcimiento del miedo paralizante que tanto beneficia al estatus quo.
Dos, en una de estas, decretar algún tipo de estado de emergencia… obviamente sanitaria… pero que hábilmente presentado y manejado puede extenderse “en forma natural” al ámbito social y político. Por lo menos bajo la forma de la consabida unidad nacional alrededor de nuestras abnegadas autoridades
Tres, sacar a la calle las fuerzas de seguridad y el ejercito ya no para hacer la guerra al malévolo narcotráfico sino en misión de paz para auxiliar a la población… con todas las ventajas, no solo el ejercito esta en las calles (para lo que se ofrezca) sino que este se cubre de gloria luchando contra la epidemia y protegiendo la salud de la población civil indefensa.
Cuatro, obviamente bajo el mando de su comandante en jefe quien espera que una buena parte de esta gloria de salvador de la patria recaiga en su persona… justo antes de las mencionadas elecciones.

Regalo celeste que esta epidemia de influenza porcina que, inteligentemente aprovechada, debería de permitir a nuestros gobernantes lograr sus mas anhelados propósitos sin necesidad de recurrir a ninguna violencia física, cirugía invasiva o derramamiento de sangre… simplemente haciendo uso de un hábil terrorismo de estado administrado en dosis homeopáticas.
Después de todo que es el terrorismo sino una forma violenta de lucha política mediante la cual se persigue la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar al adversario o la población en general… nada mas que en esta circunstancia, olvidándose de la innecesaria violencia física (corporal)… ventajosamente sustituida por un terrorismo administrado en dosis homeopáticas… aparentemente inocuo.


Se recomienda ampliamente leer el último libro de Noami Klein "La estrategia del shock. La aparición de un capitalismo del desastre.", en el cual la autora desmenuza la nueva estrategia de control político social de los sumisos implementada por quienes ejercen el poder. Estrategia basada en la utilización de las "crisis" (causadas o aprovechadas) y "desastres" (aprovechados o causados) para sustituir a una verdadera democracia las únicas leyes del mercado, la especulación y la barbarie.




abril 03, 2009

PRESENCIA DE LA AUSENCIA

“La verdad es que no somos mas que los inquilinos de una existencia que es un exilio en un mundo que es un desierto... Que hemos sido aventados a este mundo sin misión alguna por cumplir, sin sitio asignado, ni filiación perceptible, abandonados… Que somos tan poca cosa y que ya sobramos… A nuestro alrededor se extiende un mundo petrificado, un mundo de objetos en el cual nosotros mismos, con nuestro yo, nuestros gestos y quizás hasta nuestros sentimientos, somos cosas… Ángeles vacíos, criaturas sin creador, médiums sin mensaje, caminamos en medio de los abismos… En una palabra vivimos como si estuviésemos muertos… El Bloom es este ser que ha interiorizado el vacío que lo rodea. Relegado de todo sitio propio, el mismo se ha vuelto sitio. Desterrado del mundo, se ha hecho mundo.”



Extracto del libro “Teorie du Bloom” (Teoría del Bloom) de Tiqqun. Existe una traducción al español, editada por Ediciones Melusina.
Tiqqun es el nombre bajo el cual fueron publicados varios libros tomando textos de una revista filosófica del mismo nombre de inspiración anarquista y post-situacionista nacida en 1998 y disuelta en 2001.
“Teoría del Bloom” ofrece un diagnóstico clarividente en torno al debilitamiento/desvanecimiento del sujeto en las sociedades de hoy. Un libro imprescindible para orientarse en la tormenta. Un texto vibrante, escrito en esa rara encrucijada donde la reflexión y la vida se encuentran.