septiembre 26, 2012

CONTROLAR



Toda comunidad organizada… desde la familia, hasta el Estado, pasando por las diversas estructuras que conforman el “tejido” económico, político y social de una determinada entidad… requiere, para su funcionamiento y su perpetuación como tal… de que quienes detentan el poder y ejercen la dominación, puedan CONTROLAR a quienes “aceptan” vivir bajo su dominio, o sea su sumisión al orden imperante constitutivo de la comunidad en cuestión.

Papa y mama controlan a sus hijos… el maestro controla a sus alumnos… el carcelero controla a sus presos… el psiquiatra controla a sus enfermos mentales… etcétera… etcétera… hasta la parte mas alta de la pirámide… conformada por quienes detentan el poder económico y quienes recibieron de este el encargo de representarlos en los diversos órganos del poder institucionalizado… y ejercer el tan necesario e indispensable CONTROL de la población para que esta se dedique… en ORDEN… a su función básica… producir y consumir.
Como ya es harto sabido, pero jamás se insistirá en demasía. estos señores que nos gobiernan disponen para tal fin de dos medios.

Uno… sobre los cuerpos.
El uso de la “violencia legítima” mediante la represión ejercida por los cuerpos encargados del mantenimiento del orden… principalmente a cargo de las diversas policias, pero también, de ser necesario, el ejercito.



Dos… sobre las mentes.
El uso del poder mediático que formatea las conciencias… principalmente a través de los medios masivos de ¿comunicación?... sin olvidarse de las estructuras dedicadas a la enseñanza.




He aquí dos muy buenos artículos de opinión que este dia, 26 de septiembre del 2012, publica el periódico digital PUBLICO… e ilustran lo dicho.



David Torres

Querido policía, déjame felicitarte por lo de ayer. Te portaste como un hombre, te ganaste a base de porrazos la paga extra que te habían quitado y cumpliste a la perfección el encargo de apalear al pueblo. Es cierto que para otras cosas, la verdad, no vales, por ejemplo, eres incapaz de distinguir un hueso de pollo de un hueso de niño, con lo cual una simple investigación por asesinato acaba transformándose en un circo mediático y un pobre paleto te chulea durante meses, pero es que tú no estás para eso, querido policía, a ti no te pagan para pensar ni para sumar dos y dos siquiera. Lo tuyo es intimidar, montar follón, colarte dentro de una pacífica multitud y caldear los ánimos, manejar la porra y pegar hostias. Y lo cierto es que para eso no tienes precio, aunque el despliegue militar de ayer (con casi 1.500 efectivos, carretadas de lecheras, helicópteros, caballos, vallas, pelotas de goma) le haya salido por un pico al contribuyente. Con lo que te pagaron ayer a ti y a tus colegas por acojonar y romper huesos, se podía haber construido un colegio.
Da la casualidad de que ayer pasé frente al Congreso, no por Neptuno, sino por la Carrera de San Jerónimo, y vi la tremenda multitud a la que tenías que hacer frente: muchos jubilados, algunos con bastón, una señora armada de un silbato, otra con una camiseta contra los recortes, un montón de jóvenes de ambos sexos, unos cuantos fotógrafos, e incluso una pareja de ciegos que paseaba de arriba abajo tentando el aire. Aunque para ciego tú, querido policía, ciego y sordo, blindado de arriba abajo, envuelto en tu escudo y tu casco pretoriano para demostrar una vez más que no estás ahí para defender al pueblo sino para todo lo contrario. Al verte, tan chulo, tan orgulloso de tu fuerza, recordé a aquel anti-disturbios que me tropecé ventitantos años atrás, en una manifestación universitaria, un tipo grande como una montaña al que oí gruñir mientras acariciaba la porra: “Qué ganas tengo de repartir hostias”.
Querido policía, sigues siendo la misma bestia sin ojos y sin alma de toda la vida, la misma máquina de golpear de hace veinte años y de hace cincuenta años. Te conocemos ya porque te hemos visto antes, te hemos visto muchas veces, vestido con ese o con otro uniforme, el perro de presa del dinero, el esbirro imprescindible de todo poder y toda época: el mismo cosaco a caballo que golpeó al pueblo hambriento hasta la muerte en la Plaza Roja, el policía gordo que apaleaba negros en Mississipi, el tanquista ruso que entró a sangre y fuego en las calles de Praga.
Querido policía, debes de sentirte muy hombre sabiendo que enfrente sólo tienes manos desnudas y palabras, debes de sentirte justificado en tu violencia cuando hasta tú te tragas tus propias mentiras y acabas por creer que estabas haciendo frente a tácticas de guerrilla urbana cuando allí sólo había gente que no venía ni a tomar el Congreso ni a secuestrar diputados sino a expresar su rabia, a gritar que ya están hartos de tanta mentira y tanto expolio. El Congreso ya está tomado por una banda de cuatreros que ha incumplido todas sus promesas, unos sicarios del poder financiero al que sirven con la misma devoción que vosotros a ellos. Ya sé que lo tuyo no es pensar, pero piensa por un momento que si la muchedumbre de ayer hubiera ido con ganas de bronca, probablemente no habrías salido tan bien parado. A veces me pregunto cómo será eso de llegar a casa con el deber cumplido cuando tu deber consiste en agarrar del cuello a una mujer, en abrirle la cabeza a un señor indefenso, en reventar a palos a un joven tirado en el suelo. Ya sé que te pagan a tanto por hostia y a doble por cabeza abierta, pero te advierto que la gente se está empezando a hartar de que la traten como a ganado, de que la ordeñen cada cuatro años y la aporreen siempre que les apetezca.
Que duermas bien, machote.



Txema Ramírez de la Piscina
Profesor de Periodismo en la UPV/EHU

Islandia. Tierra de hielo y fuego; y últimamente, también, referencia informativa (al menos para algunos).
El pasado 20 de enero el conocido artista Santiago Sierra inauguró su obra First Monument to Civil Disobedience (primer monumento a la desobediencia civil) frente al Parlamento de Reykjavick. En la placa informativa que acompaña a la obra aparece en islandés e inglés la siguiente inscripción: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes”. La cita está extraída de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1793 que posteriormente fue incluida en la Constitución francesa del mismo año. Corrían aires de revolución francesa. Tres años antes de que se colocara la escultura, la Policía islandesa reprimía violentamente en ese mismo lugar una pacífica protesta ciudadana que exigía responsabilidades a políticos y banqueros por el caos financiero. Aquella protesta marcó el inicio de los posteriores cambios políticos y sociales vividos en este país nórdico. Fue la cuña de fuego que inició el deshielo.

Supresión del pensamiento crítico
Durante los últimos tres años todos y todas, en mayor o menos medida, hemos sufrido las consecuencias de la crisis financiera. La presente reflexión censura la actitud cómplice demostrada por la mayoría de los grandes medios de difusión y por la clase intelectual ante este mega-acontecimiento informativo que nos invade.
Las noticias se suceden a ritmo trepidante: rescates, recortes, primas de riesgo, bancos malos, decisiones del Banco Central Europeo… engrasan una diabólica noria sin fin. No hay tiempo para pensar. ¿Quién habló de pensamiento crítico? Hay que tomar decisiones al momento. Poco importa que los datos de hoy contradigan los de la semana pasada o que el Gobierno haga justamente lo contrario de lo que decía hace tan sólo seis meses. Lo justifican: “Ha cambiado la situación”. Los denominados expertos lubrifican a diario con sus análisis el pensamiento neoliberal; aportan al producto el imprescindible barniz que precisa antes de su exposición al gran público: “No se puede hacer otra cosa”. Prensa, radio, televisión y medios electrónicos repiten por activa y por pasiva el mismo mensaje: “Tenéis que aceptar la Apocalipsis. Habéis sido ciudadanos  irresponsables viviendo durante años por encima de vuestras posibilidades. Sabemos que lo que os estamos pidiendo es duro, pero no queda otro remedio: jodeos”. La ciudadanía entra en estado de shock. El pánico, el miedo y la impotencia se generalizan: “¿Para qué hacer huelga?”. La cuadratura del círculo aparece como algo posible… Sin embargo, alternativas, existen, por supuesto que sí. El problema es que las ocultan miserablemente.
Uno de los deberes más sagrados de todo medio de comunicación y por ende de todo y toda buena periodista es situar el acontecimiento en su contexto. Antes de realizar un diagnóstico, es preciso indagar en los antecedentes del hecho, averiguar qué o quiénes son sus causantes, aproximarse a otros países en similares circunstancias, mirar al futuro y plantear un pronóstico… No se trata de ninguna revolución informativa. Es simple y llanamente periodismo de calidad. ¿Encuentran algo similar en el cansino mensaje dominante hoy en día en los grandes medios de comunicación?
Durante los últimos tres años estamos asistiendo a una supresión sistemática y criminal del pensamiento crítico en los medios. Aprovechando el filón de la crisis han desaparecido voces y plumas críticas relevantes. Se han jubilado o, han cambiado de puesto de trabajo (cuando lo mantienen, claro). El principal responsable de esta crisis –esa banda llamada banca? está adquiriendo cada vez más poder en los medios de comunicación, sin que nadie diga nada, alce su voz o denuncie semejante atentado a la libertad de expresión.
Mientras tanto se adelgazan las noticias (pasar de 20 segundos es un anatema en televisión), se mezclan los formatos y la frivolidad campea a sus anchas. Y si es preciso… se viste a las presentadoras como si fueran de fiesta, luciendo pecho firme y excelente presencia. El talento pasa a ser algo secundario. Rosa María Calaf, periodista de acreditada experiencia, se ha mostrado muy crítica respecto a la evolución que está teniendo la mujer en televisión: “Lo que se vende es la imagen, no el talento, y así se va llenando la pantalla de clones, porque todas son de un mismo estándar; mujeres que tienen que entrar en esta dinámica de ir vestidas como si fueran a la discoteca”.

Ser libres o descansar
El pensamiento crítico, autónomo no llega por inspiración divina. Cuesta. Hay que cultivarlo. Exige tiempo y esfuerzo personal: buscar otras fuentes, contrastar las informaciones; dedicar parte de nuestro tiempo libre a esa tarea. Es mucho más fácil sentarse en el sofá y dejarse llevar, cumplir con el rito diario de las noticias y acostarse aparentemente informado. Es pensamiento atribuido a Tucícides: “Se tiene que escoger entre ser libre o descansar”. Sería absurdo pensar que los medios de comunicación vayan a dar las revueltas populares en horario de máxima audiencia.
Mientras el Parlamento de Reykjavick homenajea la desobediencia civil, en los nuestros se glorifica la sumisión; perdón quería decir la “paz social”. ¿Qué hace falta para despertar? La revuelta social e intelectual empieza por uno mismo. Se predica con el ejemplo.



HUELGA GENERAL INDEFINIDA



Un titular de EL PAIS reza: Una huelga general desafia en Grecia la política de austeridad.

  Una huelga general de un día... no es ningún desafío para ningún gobierno... solo lo sería una huelga general INDEFINIDA… reconducible cada 24 horas por los trabajadores reunidos en asambleas en sus lugares de trabajo ocupados.





septiembre 25, 2012

NOMADAS




A ultimas fechas el gobierno socialista francés ha emprendido una verdadera cacería contra lo que allá llaman los “Rom”, o sea los nómadas o gitanos (procedentes principalmente Rumania y Bulgaria) para expulsarlos.
Me pregunte… ¿cómo es posible que un gobierno que se dice de izquierda, por lo tanto portador de unos valores humanistas, pueda implementar una tal política.
Primero pensé… porque es parte “de l“air du temps”… que siendo la seguridad un valor en boga era necesario aparentar que se estaban tomando ciertas medidas pedidas por la mayoría de la población temerosa… etcétera.
¿Temerosa de que?... de los extranjeros… de los que por su aspecto y costumbres se ven, son diferentes… de quienes tienen la desdicha de cargar con ellos el ancestral oprobio de ser considerados ladrones de gallinas y propagadores del mal de ojo.

No… no es este el peligro… podía serlo hace uno o dos siglos… pero hoy en esta civilización citadina… ¿qué gallinas van a robar?… ¿a quien van a mirar fijamente para echarle el mal de ojo si cuando los cruzamos miramos para otro lado?
No… lo que pasa… es que esta gente “es ajena” a tres de los valores sobre los cuales descansa nuestra civilización… a saber… la autoridad…  la propiedad… y el sedentarismo… condición necesaria este ultimo para la existencia de los dos primeros.