marzo 02, 2013

PRIMER ZARPAZO DEL DINOSAURIO


Sabíamos que el dinosaurio priista, aparentemente condenado por la evolución del ecosistema político mexicano, se había visto en la obligación de retirarse en sus cavernas provinciales… también sabíamos que al seguir temerosa de esta criatura, la que le había sustituido no se había atrevido a rematarla… como también veíamos que desde el fondo de sus guaridas el viejo dinosaurio, aprovechándose de esta indecisión, se estaba preparando para ocupar nuevamente sus dominios, más listo que nunca para ejercer su supremacía sobre la totalidad de los seres que pueblan las llanuras, los montes y los ríos de este territorio que considera suyo.
Criaturas que cuando lo vieron salir a la luz, por un momento, pensaron que este era de la especie de los impresionantemente grandes y pesados, pero mansos e inofensivos herbívoros Diplodocus… cuando eran de la especie de los feroces y siempre hambrientos carnívoros Tiranosaurios. 




Así, para que nadie se  llame  a engaño, el todavía aprendiz a macho alfa de la manada dinosáurica acaba de propinar su primer zarpazo… a la más débil de las criaturas que pretendía disputarle una parte, por mínima que sea, de su recobrado poder.
Claro que en el seno mismo de la manada o desde posiciones de poder fuera de la misma hay otros dinosaurios y otras criaturas, con mejores y más letales garras y hocicos que los de la “maestra”… que pueden pretender cuestionar o disputar su liderazgo y su autoridad sobre su recuperado dominio… pero por lo pronto estos potenciales antagonistas ya saben que cuando se trata de defender su dominancia sobre el territorio que considera ser suyo, y solo suyo, este dinosaurio es despiadado y puede dar muchos otros zarpazos… de ser necesario, mucho más letales que el propinado a la “maestra”.