agosto 12, 2006

LA BATALLA DEL CAPITALISMO


















TRABAJA... CONSUME... MUERE.

TRIPTICO PARA....

pasar de la actualidad de la lucha por el poder...
al cuestionamiento de sus basamentos...
apuntando al utópico sueño libertario.

ver los siguientes o anteriores tres textos (dependiendo de la posición del presente en relación al pasado y al futuro, dicho de otro modo si el futuro precede o antecede el pasado...dependiendo de donde se situa el presente)

agosto 03, 2006

¿HABEIS DICHO ESTADO DE DERECHO?


En ocasión del “megaplantón” de los partidarios de López Obrador en el Paseo de la Reforma (que luchan por el recuento voto por voto para enfrentar el fraude electoral que se dio en la elección presidencial mexicana del 2 de julio de este año), todos los voceros de los poderes fácticos han profusamente difundido y resaltado la contradicción que existiría entre dicha manifestación que impide el libre transito en esta avenida, y el “bando 13” que prohíbe el bloqueo de las vialidades primarias. Bando expedido por el mismo López Obrador cuando era jefe de gobierno de la ciudad de México. Contradicción que se magnifica envolviéndola, como siempre en estos casos, en el sacrosanto respeto del estado de derecho.

Primero, no existe tal contradicción. No la hay porque quien emitió el bando en cuestión y quien llamo a la ocupación de dicha avenida no es el mismo personaje político aunque se trate de la misma persona (en política la esquizofrenia no existe). Quien decreto el bando era el jefe de gobierno y como tal lo hizo, en virtud de las atribuciones propias de su cargo (sea dicho de paso, en una muestra de la arbitrariedad propia de todo poder). Quien incito al citado megaplantón, fue el líder de un amplio movimiento de resistencia civil pacifica (sea dicho de paso, en una muestra de como los jefes autoproclamados acostumbran suplantar a los actores de los “movimientos”, imponiendo sus decisiones y controlando la dinámica de estos).

Segundo, no existe el tan cacareado estado de derecho. Ni aquí, ni en ninguna parte.
Lo que comúnmente se entiende por “estado de derecho” es que el Estado se encuentra sometido a un ordenamiento jurídico, que en su seno reina el imperio de la Ley, lo que significa que las normas que presiden a su constitución y rigen su actuación son la expresión de la voluntad popular y deben someterse a ellas tanto gobernantes como gobernados.
Ahorra bien, si el “derecho” se define como el conjunto de normas que regulan la convivencia social y permiten resolver los conflictos, sobre la base de las relaciones sociales existentes que determinan su contenido y carácter… y si por otra parte, de acuerdo con Max Weber, definimos al Estado como una organización formada por instituciones y personal que reclama para si el monopolio de la violencia legitima para imponer y garantizar un determinado orden dentro de un territorio determinado… entonces empieza a ser bastante evidente que existe una cierta contradicción entre los conceptos de “derecho” y “estado”, por no decir que estos son antonímicos.

El Estado no es una estructura neutra. No es que algún día, en una gran fiesta democrática, todos y cada uno de los individuos de alguna determinada comunidad hayan decidido dotarse de un instrumento que les permita organizar el funcionamiento de esta en función del bien común, conciliando las diversas visiones y los distintos intereses. No, el Estado, tanto en su formación con en su funcionamiento, es el producto de una correlación de fuerzas sociales. Quienes detentan el poder (el que realmente cuenta, el económico) son quienes idean e imponen las modalidades de su ejercicio. El Estado es el aparato administrativo y armado que hace posible el ejercicio y la salvaguarda de los intereses de la elite dominante, logrando el sometimiento, consentido (mediante el control de las mentes) o forzado (mediante el control de los cuerpos) de los dominados. En cualquier régimen político (absolutista, dictatorial o pretendidamente democrático), el poder político (valga la redundancia) se instituye desde arriba, no surge de los integrantes de la comunidad, sino del poder mismo.
Por lo tanto, el derecho, las leyes emitidas por los órganos del poder político, no son otra cosa que los ordenamientos que dotan a esta dominación de la legalidad que no solo autoriza su ejercicio sino que la dota del sentido de obligatoriedad.
El estado de derecho no es el sistema jurídico político en el cual la autoridad se somete a la ley, sino el orden en el cual los ciudadanos (supuestos ciudadanos) obedecen la ley. El estado de derecho no es un poder limitado por el derecho, es el derecho como coartada de un ejercicio autoritario del poder.
En ultima instancia el estado de derecho siempre viene siendo la razón de estado.
Como se ha visto en un sin numero de ocasiones, aquí y en todas partes, el Estado no aplica la Ley contra quienes la violan sino contra quienes de una u otra forma se oponen a sus intereses, como dicen los franceses “son bon plaisir”.

Aunque parezca fuera de la temática del estado de derecho propiamente dicho, vale la pena apuntar que si en la democracias mas “inacabadas” los gobernantes (asimilados al poder ejecutivo) instruyen a los miembros tanto del poder legislativo como del poder judicial, en las que se enorgullecen de ser “modernas”, los sumarios se instruyen en la prensa y las condenas se dictan desde los telediarios.

Terminando por donde se empezó, el pasado domingo 30 de julio, en el discurso pronunciado al termino de la marcha que congrego a mas de dos millones de personas en defensa de la demanda de un recuento “voto por voto”, el señor López Obrador dijo: “en México, desgraciadamente, el derecho ha significado por lo común lo opuesto a su razón de ser; aunque siempre se invoca el estado de derecho, los encargados de impartir justicia, en vez de proteger al débil, solo sirven para legalizar los despojos y abusos que comete el fuerte; el derecho que ha imperado ha sido el del dinero y del poder por encima de todo”.


Concluyendo… la peor de las desgracias es que en todo el orbe, sea cual sea el régimen político, el estado de derecho "desnaturalizado" no es mas que la argucia mediante la cual quienes detienen el Poder aseguran la salvaguarda y permanencia ad infinitum del orden vigente, SU Orden. La Ley esta hecha por el Poder y sus esbirros para que quienes lo detentan puedan ejercerlo al amparo de la servidumbre voluntaria garantizada en última instancia por el uso de la violencia legitima. Nos dicen que sin Leyes reinaría la ley del mas fuerte... decimos que en cualquier organización política de corte "estadista" y cualquier organización económica de corte "liberal mercantil" (donde la única ley que el Poder reconoce, respeta e impone es la del Mercado y la única aspiración legitima es la de la mercantilización de la vida toda), las Leyes están hechas por los mas fuertes para su propio y exclusivo beneficio y para que ellos sigan siendo los mas fuertes, por los siglos de los siglos.
La Ley podrá ser el marco legitimo que rija las relaciones entre individuos y comunidades solo cuando esté elaborada y reconocida como tal por todos y cada uno de quienes vivan en una organización social en la cual el ejercicio del poder se dé conforme al principio del "mandar-obedeciendo" y la estructura libertaria (anarquista si recuperamos una de las tantas palabras que nos robaron) de una "federación de municipios libres y autónomos".