marzo 21, 2011

UN CRIMEN HORRENDO... PERO LICITO Y LEGITIMO




“El Gobierno japonés denuncia ataques especulativos sobre el yen”, titula el diario español “El País” en su edición del 17 de marzo.

¿Es una vergüenza?… no, ¡¡un crimen!!

Un terremoto de 8.9 grados Richter seguido de un pavoroso tsunami que dejan miles de muertos, miles de desaparecidos, miles de heridos, miles de japoneses sin hogar, una central atómica en riesgo de verter a la atmósfera radiaciones mortales… una catástrofe que tendrá un costo que lastrara por lustros la economía japonesa con todo lo que esto representa, no para la elite político económica que siempre sale confortada como tal de todas las “crisis” sino para la gente común a quien siempre le toca asumir los costos de la “recuperación”.

Un crimen, sin nombre, cometido por unos pocos chupasangre, con toda alevosía y ventaja, para sacar partido de un desastre sin parangón, de la desgracia de los ¿ciudadanos? de a pie, las victimas de siempre… de los desastres naturales como de los desastres fríamente calculados… valiéndose de los primeros para obtener las ganancias generadas por los segundos.

El capitalismo, particularmente el financiero, no considera un crimen lucrar con las desgracias (del índole que estas sean), la miseria o la muerte… ni siquiera se considera un acto inmoral, sino como una actividad licita y legitima que al manifestar la pericia, la habilidad del criminal para cometer su crimen, merece un amplio reconocimiento.