diciembre 28, 2015

LA DOMINACIÓN... ayer, hoy, mañana... ¿siempre?


En estas vacaciones navideñas leí un libro francés del filósofo Ruwen Ogien, titulado L’Etat nous rend-il meilleurs?... lo cual podría traducirse al castellano, como: ¿Nos hace mejor el Estado?

Me pareció un libro de obligada lectura… o por lo menos cuya lectura goce.
Libro del cual no he detectado ninguna traducción al español, sin embargo me permito traducir la contraportada del mismo, por el simple gusto de hacerlo.


¿Cómo compaginar la justicia social y las libertades individuales? El pensamiento conservador y su visión moralista de las urgencias políticas triunfan hoy en día sin complejo alguno en todos los ámbitos políticos así como en el actuar del Estado, sea cual sea el color de los gobiernos.
El principal problema de nuestras sociedades no sería el de mejorar la situación económica de los más desfavorecidos, el de proteger mejor los derechos y libertades de cada uno, el reducir las desigualdades de riqueza y poder. NO.
Lo que preocupa el pensamiento conservador es el desmoronamiento de un cierto orden moral, fundado sobre el gusto por el esfuerzo, el sentido de la jerarquía, el control de los deseos, la fidelidad a las tradiciones, la identificación de la comunidad nacional y la valorización de la familia “natural” heterosexual.
Filósofo, Ruwen Ogien muestra que tenemos razones filosóficas para resistirnos a este pensamiento y preferirle ideales políticos igualitarios y libertarios. Porque estos ideales son más armónicos con la concepción que parece ser más justa… lo que en filosofía se llama la libertad negativa.
Según esta ser libre no es ni más ni menos que el hecho de no estar sometido a la voluntad del otro.


Hasta aquí la traducción de la contraportada de este libro.


He aquí la reflexión que la lectura de este libro me género.

No es para nada nueva, pero reforzó con una nueva “argumentación” lo que desde siempre ha sido para mí el fundamento de todas las relaciones sociales y humanas en general.

1.- El Estado es la estructura política institucionalizada que permite ejercer la dominación. ¿De quién sobre quién? De cualquiera sobre cualquiera.

2.- El Estado de Derecho es la forma jurídica que legitima el ejercicio de esta dominación.

3.- Es trascendental no perder de vista que la explotación es hija de la dominación y en ningún caso su madre.
La explotación solo es una expresión, entre otras, de la dominación… la cual es quien posibilita la explotación. Si bien puede darse la dominación sin explotación… sin dominación no hay explotación.

4.- Si bien en términos de política (principalmente electorera) la “separación social” acostumbra todavía expresarse en una separación horizontal derecha/izquierda… en sentido antropológico, esta no es horizontal sino vertical, entre “los de arriba” y “los de abajo”, los que ejercen la dominación y quienes padecen la sumisión.

5.- No hay que confundir poder, autoridad o coerción con dominación. Poder, autoridad y coerción pueden ser injustos o justos, malos o buenos, impuestos o aceptados… posibilidades que no existen en la dominación.

6.- La dominación no acepta calificativos, grados, juicios de valor… solo modalidades… es dominación “a secas”… rige en su casi totalidad las relaciones sociales, y la gran mayoría de las relaciones humanas… aun cuando se disfrazan de Democracia las primeras o Amor las segundas.

7.- Solo una combinación simbiótica entre por un lado la solidaridad y la fraternidad y por el otro la autonomía y el autogobierno (tanto social como individual) pueden hacer mella al dominio de la dominación… siempre y cuando sean absolutas, totales… la más mínima grieta abriendo, lenta e insidiosamente en un principio, de par en par al poco tiempo, la puerta a la llegada o el regreso de la dominación.
Paradójica paradoja… las relaciones sociales o humanas solo prescindirán de la dominación en la medida en que la unión de las dos exigencias, a primera vista contrapuestas e inconciliables (ahí radica toda la dificultad), de solidaridad y fraternidad por un lado y de autonomía y autogobierno por el otro (este “por un lado y el otro” es el que no puede tener cabida), goce de un “total dominio”.
En el caso de las relaciones sociales, comunidades humanas que solo podrán ser tales en la medida en que estas se crean no solo, no prioritariamente, sobre la base de la “necesidad”… sino esencialmente (en el sentido de primordial y el de esencia) sobre la base de “afinidades escogidas”.




diciembre 01, 2015

ATENTADOS DE PARIS. El gobierno francés ¿socialista y democratico? me avergüenza.


El tiempo pasa y sigo con mi tarea de recopilación de información… lo que por el momento hace todavía imposible que publique la anunciada entrada tratando de contestar la doble pregunta, ¿Por qué ESTE terrorismo? y ¿Por qué EL terrorismo?


Sin embargo, las ultimas noticias, centradas en las respuestas del Gobierno francés a los atentados ocurridos el 13 de noviembre en Paris, me dan tanta rabia que no puedo esperar más… pensaba que podían formar parte de dicha próxima entrada, pero no, mi indignación me obliga a redactar una sucinta entrada, en cuatro puntos, desde ya. Si bien al releerme me di cuenta que en realidad son cinco… y un poco más.


1.- En respuesta a los atentados, en forma inmediata, el Presidente Hollande declaraba el estado de emergencia. Al día siguiente, ante el Congreso solemnemente reunido en Versalles, los parlamentarios ahí presentes, ampliaban por una casi unanimidad (solo 6 votaron en contra) dicho estado de emergencia por una duración de tres meses.
Estado de emergencia que proporciona a las autoridades amplísimos poderes en cuanto a la circulación y estancia de las personas, así como la clausura de espacios públicos. Concretándose en particular en el poder dado al ministro del interior (de gobernación, en México) y los prefectos (equivalente administrativo de los Gobernadores mexicanos) de ordenar “registros administrativos” (cateos), de día como de noche, así como proceder a “asignaciones domiciliaras” (el individuo tiene que presentarse a las autoridades tres veces al día) … sin necesidad de orden judicial alguna.
Registros administrativos y asignaciones domiciliaras que para el ministerio del interior y las autoridades administrativas se justifican con el solo argumento de que “existen serias razones para pensar que un cierto comportamiento constituye una amenaza para la seguridad y el orden público, o que un determinado espacio es frecuentado por dichas personas.”


A lo cual se agregan los amplios poderes, dados a las mismas autoridades, para decretar la interdicción de reunión y manifestación… aquí también sin necesidad alguna de recurrir al poder judicial… obviamente con la atribución, también extrajudicial, de “espiar”, por cualquier medio todas las comunicaciones, y en sentido amplio todas las actividades, de cualquier individuo.
En otras palabras, se dota a la policía y ciertas autoridades administrativas de poderes que ponen entre paréntesis derechos individuales y sociales esenciales… se cancela una parte importante, de hecho esencial, del Estado de Derecho.
Cancelación de la cual el gobierno francés es tan consciente que sintió la necesidad, en forma inmediata, de informar al Consejo Europeo de esta temporal derogación a la Convención Europea de los derechos del hombre.
Cancelación parcial y momentánea, aseguran… sin embargo, con el actual “estado de ánimo” de la población, azuzado y magnificado por los medios de comunicación, existe la real posibilidad de que el Gobierno pueda prolongarlo legalmente, como también la de que esta excepción se vuelva una “costumbre” que no requiera de alguna legalización.

Claro que esta política antiterrorista, a la cual se agrega la creación de 5000 puestos suplementarios en las fuerzas policiacas, 2500 en el aparato judicial y 1000 en aduanas y el sistema penitenciario, requiere de un importante financiamiento. Por lo que, en el Congreso reunido en Versalles, el presidente Hollande recalco que “el pacto de seguridad se impone al pacto de estabilidad”. Por lo cual se decidió en lo inmediato un incremento de 267 millones de euros para el presupuesto de 2016, con la invitación del ejecutivo al Congreso para que en la mayor brevedad posible esta suma pueda incrementarse a 640 millones.
Esto con el beneplácito de la Comisión Europea (en principio celosa guardiana del estricto cumplimiento de las metas del pacto de estabilidad firmado por todos los miembros de UE), la cual se dijo entender las necesidades francesas en esta materia y estar dispuesta a evaluar esta infracción con “corazón y humanidad.”


Esto, sin contar con los posibles “descontroles” de estas medidas… su aplicación a ámbitos y para propósitos otros que los para los cuales fueron expedidas.
Posibilidad que en los pocos días transcurridos desde su votación e implementación… ya se hizo realidad, hecho incontrovertible.
Así, según el último balance dado a conocer por el mismo Ministerio del Interior al día 30 de noviembre, ya se habían producido 2000 “registros administrativos”, 300 “asignaciones domiciliarias” y 529 detenciones preventivas. ¿Serán todas? No se sabe… pero algunos periódicos, tanto nacionales como regionales, dan cuenta de una multitud de hechos concretos (con fecha, hora, dirección, nombres y apellidos de los individuos involucrados) reportando que en la casi totalidad de estos: uno, todas las “acciones” se llevaron a cabo con lujo de violencia; dos, resulta que las personas implicadas no tenían nada que ver, ni de cerca ni de lejos, con las sospechas (que no hechos averiguados) que las hicieron acreedoras a un tal tratamiento.


Más grave aún, estos últimos días, se vislumbraba una clara intencionalidad política, al ser personas u organizaciones relacionadas con la lucha contra el “cambio climático”, quienes fueron las victimas de estas acciones policiacas y sufrieron los maltratos. Para más precisión, 24 militantes “asignados a domicilio” en las 48 horas previas a la apertura de la cumbre mundial contra el cambio climático conocida como COP21.
Desde mucho antes de los atentados, en el marco de esta “COP21”, que tiene lugar en Paris, numerosas organizaciones y colectivos habían llamado a grandes manifestaciones… las cuales, sobre la base de dicho “estado de emergencia”, fueron todas prohibidas.
Sin embargo, este domingo 29, unos quince millares de personas salieron a las calles de Paris haciendo uso de su derecho constitucional a manifestarse, siendo brutalmente reprimidas por la policía antimotines conocida por sus siglas como CRS (Compañía Republicana de Seguridad) y resultando, según cifras del mismo Ministerio del Interior, 317 manifestantes puestos en detención preventiva… juzgando el señor Hollande “escandaloso” e “indigno”… no el comportamiento de la policía sino el de unos cuantos “agitadores que mancillaron la plaza de la Republica, lugar de recogimiento, con velas y flores, en recuerdo de los caídos en los atentados terroristas.”


Resulta, más que preocupante… profundamente indignante, constatar que, en su vertiente “interior”, la pretendida lucha contra el terrorismo se salda por la suplantación del Estado de derecho por el Estado de urgencia, antesala de un Estado policiaco… encontrándonos por lo pronto en un Estado de hecho hibrido, formalmente de derecho, pero con una real e inquietante vertiente policiaca. Como lo escribía un editorialista del medio de comunicación digital francés Mediapart, “Un pouvoir hors la loi, un Etat hors control”, lo cual podría traducirse por “Un poder fuera de la ley, un Estado fuera de control.”
Más preocupante… cuando la experiencia nos indica que estas legislaciones antiterroristas de excepción, como en el caso del “Patriot Act” gringo, llegan para quedarse. Por lo pronto… un recordatorio, no olvidemos que la intención del presidente Hollande, expresada en numerosas ocasiones, es la de una notable modificación de la Constitución francesa, con la finalidad de adaptarla a la nueva realidad de la “guerra contra el terrorismo”… y una amenaza, este mismo martes primero de diciembre, en un programa radiofónico de la estación RMC, el mismo señor Manuel Valls (primer ministro) ha expresado no descartar una nueva prolongación del estado de emergencia que vence el próximo 26 de febrero 2016. Evidentemente argumentando que “la restricción de las libertades no tiene más objetivo que el de proteger nuestras libertades.”
Para Naomi Klein, el gobierno francés, practica la “estrategia del choque” (en referencia a su famoso libro) haciendo uso del estado de urgencia para reducir al silencio los militantes por el “combate climático”, agregando que hemos entrado a una oscura nueva edad de la democracia.


Una vez que se quitaron las cadenas que amaraban a la “Bestia”, a ver quién es capaz, o simplemente tiene la suficiente “valentía política”, para amararla de nuevo y colocarle el bozal que le impida seguir mordiendo a su antojo.


Queda la cuestión de saber si estas medidas de corte policiaco, contra todos los “sospechosos de terrorismo” y de hecho contra “todo lo que se mueva”, son eficaces (dependiendo de su objetivo declarado como del oculto) pero por lo pronto dejare la respuesta para la próxima entrada sobre la cual sigo “trabajando”.

Por lo pronto, dejando el aspecto “interior” de esta, prioritaria y encarnizada, “guerra contra el terrorismo”, me interesa apuntar (también someramente) dos o tres puntos relacionado con el aspecto “exterior”.


2.- La respuesta inmediata del señor Hollande… en caliente, quizás sin pensárselo mucho o quizás pensándoselo en demasía… guiada por el irracional sentimiento de venganza, fue la de bombardear, inmisericordemente las posiciones de DAECH en Siria e Iraq.
Inmisericordemente… dado que si bien no dudo de que entre las víctimas de estos bombardeos habrá unos cuantos yihadistas… tampoco tengo la menor duda en que las “inocentes víctimas civiles” se contaran en un número muy superior al de los combatientes yihadistas (mil perdón por la equivocación, rectifico, terroristas).
Me resulta, por lo menos curioso, que cuando unos individuos matan a sangre fría “inocentes civiles” franceses (o de cualquier otra nacionalidad, digamos en suelo francés o una nación occidental civilizada) se les tacha de terroristas… pero cuando son los miembros de los ejércitos bajo el mando de los ejecutivos de estas mismas naciones occidentales (mejor olvidémonos del calificativo “civilizada”) que matan (a sangre fría y a ciegas, por muy sofisticada que sea la tecnología para dar en el blanco preciso) a decenas, centenas o millares de personas (en la sola guerra de Irak emprendido por el carnicero Bush, fueron millones) que tienen la mala suerte de encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado, estas no son víctimas del terror, sino simplemente “daños colaterales”… y los pilotos no son calificados de terroristas, sino de “heroicos defensores de la libertad”. Anónimos claro, pregunto, inocentemente… ¿por qué será imposible ponerles nombre y apellido… ¿será que a los terroristas les venga también en ganas vengarse?


3.- En su aplaudida gira por los más importante países occidentales, en busca de aliados en su guerra contra el terror, el señor Hollande termino por admitir… uno, que el carnicero Bashar al Assad, que hasta ayer era “parte del problema”, es hoy “parte de la solución”… dos, que resultaba imposible, impensable, que se pudiera ganar esta guerra únicamente con bombardeos aéreo y que para tal objetivo era indispensable una “intervención terrestre”. Nada más que esta deberá ser llevada a cabo por tropas árabes.


Los franceses y “aliados” (otro cambio de importancia, entre estos se cuenta ahora con Rusia, hasta hace algunas horas único sostén del régimen sirio) seguirán a resguardo bombardeando desde los aires, mientras surtirán las armas para que los soldados y milicias árabes se enfrenten al ejercito de DAECH, en tierra. En otras palabras… nosotros ponemos las armas y ustedes los muertos. Obviamente, sin olvidar, que conseguida la victoria (si es que esta llega algún día) seremos nosotros quienes decidiremos de las consecuencias y condiciones, políticas y geoestratégicas, que resulten de esta. ¡¡Natural… no se les olvide que nosotros hemos empezado esta guerra (hace ya más de catorce años, o para ser más exactos desde 1916 cuando con los “acuerdos Sykes-Picot dibujamos el Oriente Medio, para repartírnoslo) para favorecer nuestros intereses (políticos, geoestratégicos, económicos, etcétera)… y que por lo tanto a estos tiene que rendir justicia (disculpen el irónico contrasentido de la expresión) esta anhelada victoria contra el terrorismo!!
Un último párrafo para terminar este punto, terrorismo que (como veremos en la próxima entrada que me encuentro trabajando) fue intencionalmente promovido, organizado, entrenado y provisto de armas, por el mismo Occidente, particularmente los Estados Unidos.


4.- Si Occidente fue quien promovió las estructuras del terrorismo… ¿Quién las financio y las financia hoy? En una mínima parte las mismas potencias que hoy lo combaten, pero esencialmente Arabia Saudita (y otras monarquías y emiratos del Golfo pérsico) a quienes los unen importantes e inquebrantables lazos políticos, geoestratégicos y sobre todo económicos (¿dónde se encuentran los mayores campos petrolíferos?) Poco tiempo antes de los atentados de Paris, el mismo gobierno francés se ufanaba de los importantes contratos de venta de armas que había logrado cerrar con Arabia Saudita (después de haberlo logrado con el sanguinario dictador egipcio Abdelfatah Al Sisi, que acabo a sangre y fuego con un gobierno legítimamente electo, salido de la “primavera árabe”, pero que tenía el “inconveniente” de ser encabezado por la Hermandad musulmana, cruento golpe de estado obviamente asestado con el beneplácito, sino es que con la complicidad, de quienes meses antes habían ensalzado y quizás propiciado dicha primaveral revolución.)


Para quede bien claro… ¡¡los Estados occidentales involucrados en la guerra contra el terrorismo, financian a quien finanza a los terroristas!! Como lo dijo el francés profesor universitario en ciencias políticas y especialista del mundo árabe, Stéphane Lacroix, “Arabia saudita, un DAECH que ha sido exitoso.”


5.- Imposible dar por concluido esta pequeña reseña, consagrada a la política y éticamente inmoral respuesta del señor Hollande (¿puede haber una política bélica y vengativa que sea moral?) sin mencionar el apoyo, casi unánime, a la misma por parte de los medios informativos franceses, que, como es su costumbre (para no decir su función) se encargan de formar (formatear) la opinión pública.


Opinión publica que, como “borregada” que es, entona a pleno pulmón la Marsellesa, tiñe los lugares públicos, sus domicilios y las redes sociales, de los colores de la Patria, azul, blanco y rojo.
Mal asunto cuando las dos palabras que más veces se pronuncian en cualquier discurso del Poder, son Guerra y Patria (o su materialización, en tanto que Francia)… cuando se apela a los sentimientos y las emociones en lugar de la razón, como dijo alguien (no me acuerdo quien) en estos últimos días, cuando se apela a la parte reptiliana y límbica del cerebro en lugar de recurrir al neocortex.

Lo siento, me equivoque, el anterior punto no puede ser el último. Si, como lo apuntaba desde el mismo día de los atentados, la pregunta esencial (la cual no planteo ningún medio de incomunicación) es, tiene que ser siempre, ¿Por qué?


¿Por qué esta respuesta del gobierno francés, y en primer lugar de su cabeza el señor Hollande? Sin pensarlo mucho (lo cual no es lo más adecuado, pero de momento creo ser una respuesta satisfactoria) me parece, intuyo, que la respuesta tiene en un sola, pero esencial, palabra para todo político que se precia de serlo, como profesional y no simple estudioso o actor de LA Política con una P mayúscula… “eleciones”. Es de todos sabido y ampliamente documentado, que antes de estos ¿oportunos y/o bienvenidos? atentados, la “cuota de aprobación” (el rating, si prefieren) del señor Hollande estaba por los suelos, ya cerca de un solo digito… cuando hoy, después de los atentados y su guerrera respuesta a la misma, esta se disparó considerablemente… al punto de que si las elecciones fuesen el día de hoy (como les encanta decir a todos los institutos de sondeo) este se vería reconducido en su función y “alta responsabilidad”… por aclamación. Sera esta la razón que guio la respuesta del señor Hollande… no tengo la absoluta certeza… pero estaría dispuesta a apostar mucho, que efectivamente, esta fue… sigue siendo.


Por lo que no puedo terminar esta entrada sin mencionar que si, a medida que iba escribiéndola, antecedí el apellido Hollande del sustantivo o (¿calificativo?) “Presidente” (con mayúscula por favor) al de simple “señor” (con todo y minúscula)…  creo que es porque, siendo de nacionalidad francesa (por casualidad y no voluntad propia) me avergüenza tener que admitir (o por lo menos constatar) que este “señor” ostenta el cargo de “Presidente” de la República francesa… que, si bien no considero que es mi patria, si es la nación en la cual nací y viví mis primeros veinticinco años, y que, por lo tanto, en mayor o menor medida, hizo que sea quien soy… y con mayor razón todavía, cuando este señor se ostenta como “socialista”… aunque todos sepamos que hoy en día el sustantivo o calificativo “socialista” ya muy poco (¿nada?) tiene que ver con lo que significaba hace unas cuantas décadas… menos si nos vamos a finales del siglo XIX, por ejemplo en 1864. ¿Cuántas personas sabrán todavía lo que esta fecha significo, en su momento? No lo busquen… en este año, en Londres, socialistas y anarquistas, fundaron la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) mejor conocida como la Primera Internacional.


¡Ya paso mucha agua por debajo de estos puentes!... ya lo sé… pero que quieren… uno, ya no es joven, por no decir que ya soy viejo… y dos, todavía sueño. Sueños de utopía que hoy se han vuelto pesadillas.




ESTAMOS CONVENCIDOS QUE LIBERTAD SIN SOCIALISMO ES PRIVILEGIO E INJUSTICIA; AL IGUAL QUE SOCIALISMO SIN LIBERTAD ES ESCLAVITUD Y BRUTALIDAD.


Mikhaïl Bakounin





Posdata: En el intitulado de esta entrada figura una pregunta ¿socialista y democrático?
La cual no puedo terminar sin contestarla:

Socialista… nunca lo fue.

Democrático… en el estricto sentido de la palabra tampoco nunca lo fue (como cualquier gobierno que hoy en día pretende serlo)… en el sentido que hoy se da abusiva y comúnmente a este calificativo, está dejando de serlo, quizás nunca más lo sea.