septiembre 30, 2013

FUEGOS ARTIFICIALES... POSMORTEM.



Acabo de leer esta noticia:

Los restos mortales, identificados con un código QR, se introducen en una carcasa con pólvora y se lanzan al cielo en un lugar de especial recuerdo para el fallecido

La empresa es valenciana (España)… su sitio web es www.lapidasparanichos.com... y el costo del servicio es de 300 euros.

 

Interesante... espectacular… tendré que pensar en esta opción... lástima que haya que viajar hasta España... saldrá un poco caro... pero si es mi última voluntad y alguien que dice quererme, de verdad me quiere... seguro que estará dispuesto a hacer el gasto... y sino que espere a recibir la herencia… en caso de que la haya.

Posdata facilitadora: no tengo lugar de especial recuerdo.

septiembre 23, 2013

IRRESUELTO DILEMA... por irresoluble.



Ayer domingo, una vez más, el inoxidable AMLO, reunió sus huestes (cada día más menguadas) en un determinado punto de la ciudad de México, para invitarlos a caminar a su lado unos cuantos kilómetros y llegado al final del recorrido, darles la buena  nueva.
Esta vez se trataba de invitarlos a oponerse, con toda la energía de la que fuesen capaces, a la reforma energética que no es más que la disfrazada privatización de PEMEX… y de paso a la reforma educativa y la reforma fiscales… que, igual a la anterior, no son más que las “reformas estructurales” exigidas por quienes, es este país como en todos los demás (al día de hoy ya ni alcanzo a distinguir las “honrosas excepciones”) ejercen la dominación y encomiendan a sus escribanos redactar las Leyes que las incluyen en el Estado de Derecho que expresa y rige esta dominación.
Una vez más a esto se reduce la estrategia de ocupación de LA CALLE (o callejera) de López Obrador… que quienes, de antemano, comparten su “visión” de cuál es la naturaleza de las políticas gubernamentales, caminen con el un rato para luego invitarlos a que se le unan a su exigencia de que quienes gobiernan o aparentan gobernar (Presidente de la Republica en turno como máximo exponente de esta simulación), de favor,  reconsideren su posición y den marcha atrás a su pretensión de redactar las nuevas Leyes.




Dicho de otro modo… más explícitamente… LA CALLE solo sirve para exigir que se rectifique la política en su ámbito INSTITUCIONAL.

Me sigo preguntando… cuando estos señores se percataran que el recurrir a LA CALLE solo para marchar y escuchar encendidas arengas… a lo que mas puede servir…es a que quienes mandan se mofan (a escondidas o abiertamente, dependiendo de la coyuntura política del momento) y se digan… con toda razón… que lo único que logran tales opositores es a que se fortalezca la creencia de la inmensa y apática minoría silenciosa en el Estado de Derecho al tiempo de que acrecienta exponencialmente la frustración de quienes solo viven derrotas tras derrotas… antes de terminar engrosando las filas de los apáticos desencantados.



Esta mañana, alguno de mis allegados comentaba (con algo de rabia) no entender porque AMLO no aprovechaba los ”Foros” que el Gobierno abrirá para que cada quien (todos) pueda libremente expresar su punto de visto respecto a estas irrenunciables reformas estructurales… y así exponer su oposición ante la opinión publica.
A lo cual conteste, un poco molesto, que “no servía de nada”, que tal como el mismo AMLO lo reconocía… solo se trataba de una maniobra destinada a “legitimar” una decisión tomada de antemano… y con mayor razón, sabiendo la cuantía de los intereses en juego.
Lo siento profundamente… pero ¿cuánto pueden valer una marcha, un discurso, una manifestación, una opinión, cualquier expresión de inconformidad… ante cambios delas reglas del juego que se traducirán, para sus beneficiarios, en billones de dólares? ¿Cuánto?
Además ¿cual seria esta “opinión pública”? (que sea dicho de paso es una de las más eficaces “tomadura de pelo” de la nueva “ciencia política”… pues nada más ni nada menos que quienes tuviesen la voluntad (o el despiste) de ver y escuchar en Canal del Congreso.

No quiero parecer perico o cotorro… pero el UTILIZAR LA PRESIÓN DE LA CALLE PARA INFLUIR SOBRE LA POLÍTICA INSTITUCIONAL… es simplemente hacer prueba de una grandísima ingenuidad… salvo si esta no es más que una de las numerosas estrategias de la ACCION DIRECTA destinada a la paralización de “la marcha del país”… sola capaz de “intentar” (nada garantiza tampoco su éxito) la transformación de las relaciones sociales sobre una base distinta a la del binomio dominación/sumisión.
 





GATOPARDISMO... mejorado.



He aquí un video que me parece ser uno de los análisis más acertados de la actual temática de la “reforma educativa” y el conflicto entre los “maestros disidentes de la CNTE” y el Gobierno federal.





A mi modo de ver, lo esencial de lo expresado por el discurso de este video es la eterna vigencia del recurso al GATOPARDISMO por parte de los detentores del Poder y sus celosos guardianes, para que bajo la apariencia de un ficticio e inocuo cambio “estético” todo siga igual… como dice la sabiduría popular, por mucho que el lobo se disfrace de oveja, lobo sigue siendo.




Nada más que el “gatopardismo”, como todo, ha mejorado… no se trata solo de que todo siga igual… sino de que con cada cambio las modalidades de la dominación se perfeccionen y sean más eficientes.

Tengo que decir que me “sorprendió gratamente” que, para ilustrar (hacer más comprensible) su discurso, el sociólogo del Colegio de México, Manuel Gil Antón, recurriera a la metáfora del “camión y el chofer”… metáfora que yo mismo había empleado con mucha anterioridad para referirme, primero a la sustitución del PRI por el PAN (por allá del año 2000) y el posterior regreso del PRI (en este reciente 2012).
No pretendo con esto insinuar que este eminente profesor haya incurrido en un plagio… uno, porque es evidente que nunca leyó mis dos textos al respecto, por la simple razón de que nadie lee este blog, que como lo he expresado en múltiples ocasiones solo es el sano ejercicio de una masturbación neuronal… dos, porque se trata de una metáfora que carece de derecho de autor, seguramente empleada en decenas o centenas de ocasiones, por las más diversas personas en las más diversas ocasiones.




NO… lo interesante del asunto no es la metáfora como tal…como “recurso discursivo”…sino el GATOPARDISMO como tal…  como “recursos político”.
Por lo que en estos tiempos “agitados” (de tantas reformas pretendidamente estructurales y trascendentales) y de su consiguiente (quizás también pretendida) “zozobra política”… me parece oportuno reproducir, a continuación, los dos textos que, recurriendo a la metáfora del “camión y su chofer” ilustran el siempre vigente… por su comprobada eficiencia política… recurso al GATOPARDISMO.

Hago el ahorro de las correspondientes introducciones y comentarios de cada texto, para simplemente enlistar las dos metáforas (que en aquel entonces calificaba de fabulitas).




EL CUENTO DEL "CAMBIO".

Había una vez unos cuantos señores, invisibles para el común de los mortales, que eran dueños de un camión al cual le habían puesto el nombre de "MEXICO".
Como dueños, detentaban el poder de manejar dicho camión a su antojo. Ellos habían fijado la ruta del mismo, el punto de partida como el de llegada, así como las paradas en el trayecto y los caminos por los cuales transitaba. Decidían, solos, quienes viajaban en el piso superior con todas las comodidades y quienes lo hacían de pie en el piso inferior hacinados hasta el fondo, a proximidad del ruido y calor del motor.
Como dueños que eran, ellos habían contratado al conductor, al cobrador, al mecánico y demás acólitos, agrupados todos en una organización a la que habían denominada "PRI".
Quienes utilizaban el servicio de dicho camión nacían, vivían y morían en él, sin posibilidad alguna de opinar sobre el estado del mismo, el desempeño del conductor, o la ruta fijada. Solo unos cuantos malagradecidos, locos o traidores, cansados de tener que empujarlo cuando el motor fallaba, lo abandonaban para subirse a otro, arriesgando su vida al saltar por las ventanas cuando en una subida el camión disminuía en demasía su velocidad. También solía suceder que algunos de los de la plataforma superior lo hicieran en alguna de las paradas después de haber retribuido al conductor con la suma acordada y sin olvidar de llevarse con ellos todas sus pertenencias.
Dado que el tiempo no pasa en balde para nadie, después de sesenta años de haber fielmente servido a sus dueños los empleados ya se habían hecho demasiado viejos y mañosos. El conductor equivocaba a menudo el camino llevando al camión por brechas cada vez más intransitables y cayéndose al barranco con asombrosa regularidad cada seis años. Al ver el creciente número de muertos y heridos que dejaba cada nuevo accidente, llego un día en que hasta los pasajeros del piso superior amenazaron con abandonar masivamente el camión. En cuanto al cobrador, este se quedaban con una parte cada día mayor del monto del pasaje y para colmo estaba en contubernio con los asaltantes que desvalijaban a los pasajeros, sin siquiera respetar, a últimas fechas, a quienes viajaban en la parte superior.
Además, cuando los dueños decidieron cambiarle el motor al camión y llevarlo por una nueva ruta, sin avisar y mucho menos pedirles su opinión a los pasajeros, resulto que el chofer y sus acólitos se mostraron incapaces de mantener el nuevo rumbo, llegando incluso en algunas ocasiones a preguntarse si esta nueva ruta era la más indicada para sus propios intereses. Viéndose en alguna ocasión en la penosa necesidad de recurrir a la eliminación física de un candidato a chofer en demasía indeciso y escéptico, lo que lo hacía sospechoso (quien sabe de qué) y poco confiable.
Así que después de más de sesenta años, al ver el lamentable estado en el que sus empleados habían dejado el camión así como su falta de pericia y su poca fe en el nuevo rumbo, los dueños llegaron a la conclusión que de seguir así las cosas este dichoso camión ya no sería negocio para ellos. En este momento tomaron la decisión de despedir a sus viejos empleados, sustituyéndoles por unos más jóvenes, quizás menos experimentados pero menos amañados, más dúctiles, y sobre todo con mucha fe en el nuevo rumbo y muchas ganas de dejar su condición de simples pasajeros para sentir la ilusión de poder que proporcionaba el ponerse al volante.
Tomada la decisión de proceder a dicha sustitución o cambio, faltaba a los dueños decidir cómo llevarlo a cabo para que sus fieles empleados aceptasen presentar su renuncia voluntaria sin oponerse de una u otra forma a lo que en realidad no era más que su despido por incompetentes y corruptos.
Después de estudiar concienzudamente los procederes de sus competidores de otras latitudes, llegaron a la conclusión que la mejor manera (la más aséptica y menos traumática) era la que estos aplicaban bajo el nombre de "democracia", la cual consistía básicamente en que el cambio no apareciera como impuesto y producto de su única voluntad sino que fuesen los pasajeros mismos del camión quienes tomaran formalmente tan delicada y quizás peligrosa decisión, escogiendo de entre los pasajeros del piso superior quienes pensaban ellos que eran los más capacitados para componer y manejar el camión. Sobra decir que los diversos pasajeros candidatos a tan alta responsabilidad habían sido previamente seleccionados por los dueños en función de sus probabilidades de salir avante en esta particular carrera. Siendo que, de entre todos ellos, el candidato escogido para vencer y quedarse con tan alta responsabilidad lo había sido en función no tanto de sus destacados servicios como su probada fidelidad. En fin... que se podía decir que era uno de ellos disfrazado de mosquetero al servicio de la Democracia o bufón del Cambio.
Hoy los pasajeros ya eligieron al nuevo conductor del camión en que todos viajan... el anterior, sin siquiera esperar al resultado de la carrera (amañada de origen aunque se pretenda y celebre su pulcritud), ungió a su sucesor... los dueños, felices de que tal sustitución se haya dado sin que se interrumpiera el provechoso viaje, dan las gracias a quien deben de dárselas congratulándose de lo bien que les salió... soñando en los beneficios de la operación "CAMBIO"... preparándose para la siguiente después de jurar que no volverán a cometer el mismo error de mantener a sus empleados en el puesto mas allá del momento en que la curva ascendente de sus ganancias empiece a revertirse poniendo en peligro al negocio... al no ser que, cansados de transitar por caminos cada día más inseguros, les resulte más rentable vender el camión a la competencia (en su totalidad en una sola vez o en partes poco a poco), con todo y sus pasajeros, dedicándose a administrar la rentabilidad del producto de la operación.
A menos que, hartos de escoger el enésimo conductor capaz de llevarlos al destino escogido por los dueños... por la ruta que a ellos les convenga... los pasajeros decidan adueñarse del camión para ir por donde ellos quieren... al destino que ellos escojan... pudiendo cambiar de camino y meta las veces que se les pegue su real gana.




EL REGRESO DEL QUE NUNCA SE FUE.

Después de haber puesto consecutivamente, a lo largo de doce años, dos choferes escogidos de entre los integrantes de la antigua organización llamada PAN, rival de la todavía más vieja conocida como PRI, los dueños del camión “MEXICO” tomaron la decisión  (siempre democráticamente) de abandonar a su suerte los empleados del viejo PAN, para poner en el puesto de chofer (con todos sus “ayudantes”) a un integrante del dinosaurico PRI… que habían tenido el cuidado y la precaución de mantener vivo y coleando… por lo que pudiese ofrecerse… y se ofreció.
En efecto, dos hechos, que les quitaban el sueño, les hicieron tomar la decisión de sacar de su guarida (de hecho, guaridas “estatales”) al viejo dinosaurio para instalarlo al volante de MEXICO.

El primero de los dos “nuevos choferes”… les había hecho pasar el susto de su vida… el temor a la posible pérdida de la propiedad de su camión.

Resulto que un advenedizo populista, amparado por una relativamente joven organización llamada PRD, pero apoyándose básicamente en la fuerza del número de los desdichados pasajeros que viajaban en el piso inferior o como moscas adheridas a la carrocería, pretendía contender por el puesto de chofer. En efecto, cansados de ver que, lejos de cambiar de ruta y destino, cada nuevo chofer seguía llevándolos por profundos baches y peligrosas curvas hacia el despeñadero… encontraron a su “mesías” (un tal Andrés Manuel López Obrador que se había labrado un cierto respecto, como chofer de un más pequeño camión llamado este “Ciudad de México” pero también por su reputación de hombre simple y honesto”) para disputarle el puesto al candidato al chofer designado por los dueños, y por lo tanto seguro ganador de la contienda.
Resulto que este “hombre providencial” se gano el puesto… pero este le fue malamente arrebatado por el candidato perdedor apoyado por los dueños a quienes este “redentor”  les producía urticaria. Ante este robo en despoblado el ganador rebajado a perdedor, se inconformo y llamo a los pasajeros mas jodidos (apoyado por una importante porción de la casta que se autonombra como “intelectuales”) a la rebelión… y ¡ho sorpresa! estos se echaron a la calle, no uno o dos días, sino durante largas semanas… logrando poner en entredicho y casi revertir la decisión de los dueños (que con mayor inteligencia que por el pasado, decidieron no hacer uso de la fuerza bruta represiva, sino únicamente de la manipulación propagandística televisiva que, sabiendo emplearla con la suficiente destreza, mata mas certeramente que las balas)… cuando, sorpresivamente, aparentemente asustado por la magnitud de la fuerza que había echado a andar y temeroso de perder el control de la misma, en el momento más álgido de la batalla, el nuevo mesías, tomo la decisión de parar las movilizaciones, ordenando acampar durante semanas en una estratégica y simbólica avenida de la capital… matando así la esencia misma de todo movimiento relativamente autónomo… el movimiento mismo.
Como previsto, inmovilizado, sin el oxigeno y el alimento que proporciona el movimiento mismo (como el tiburón que dejara de nadar), este murió de muerte natural por inanición.
Pero fueron largos meses durante los cuales los dueños del camión experimentaron el temor de verse despojados del control de lo que era suyo, y de nadie más… jurándose que después de salir victoriosos de esta batalla… harían lo necesario para que esto nunca más sucediera… lo que equivalía a la condena a muerte de los ineptos cuya impericia los habían llevado al borde del desastre.
Quedaba la pregunta de siempre… con quien y como sustituir a esta bola de inútiles.
Para el cómo, la pregunta no era ni pertinente ni necesaria… ahí estaba el método largamente comprobado, y con éxito garantizado, a lo largo de la historia de numerosas otras naciones… el viejo truco de las elecciones democráticas… solo era cuestión de saber cómo usarlo, el no caer en la anterior equivocación.
En cuanto al quien… haciendo memoria… se acordaron que ahí estaba el viejo dinosaurio que, inteligentemente habían mantenido medio escondido pero vivo, bien alimentado, y con excelente salud… y también se acordaron que este si sabia como hacerlo.

Pero para respetar las reglas de la tan útil Democracia… era requisito imprescindible… dejar que el chofer que acababa de hacerse cargo del camión… lo manejara durante seis largos e inciertos años.
Seis años (un sexenio dicen) durante los cuales el nuevo chofer… si bien resulto ser menos inepto que su antecesor para llevar el camión por una ruta más transitable…atormentado por la falta de legitimidad (condición sine qua non del ejercicio del poder en toda Democracia que se respeta… y el ¡quería ser respetado!) resultando de su imposición a la mala… cometió el pecado originario de querer comprarse una legitimidad… nada más que emprendiendo una guerra. O sea… ya que no podía sentarse en la silla presidencial soportado por los votos mal habidos… lo haría soportado por las bayonetas.
Pero… ¿contra quién librar esta guerra, contra cual enemigo? Contra un enemigo externo… de no ser contra Costa Rica, la empresa tendría sus riesgos… la victoria no estaría asegurada… y definitivamente…se vería mal, muy mal… si la opinión pública mundial había señalado de su dedo reprobatorio a los USA en su intervención contra Irak… ¡¿cómo le iría al Goliat mexicano invadiendo el David costarricense?!
Si resultaba imposible guerrear contra un enemigo externo… porque no hacerlo contra uno interno… ¡porque no, ahí estaba la solución!... pero ¿contra quién?... unos estudiantes hábilmente manipulados, las huestes del  Nuevo Mesías… no, definitivamente no… no contra el pueblo indefenso… impensable, imposible… la reprobación seria todavía mayor.
Y… quien sabe cuándo, quien sabe si aconsejado por alguien o si salió de su propia mente… se le prendió el foco… ahí estaba el crimen organizado… los malos de la película…. de toda película… los que envenenan nuestra juventud… los que secuestran nuestras madres, hijas, esposas y amigos… los que matan para robarse un maldito reloj o un celular…los… los… los.
Y… de un día para otro… sin decir “ahí va”, o diciéndolo… a patear el panal para que las abejas enfurecidas… primero lo abandonaran para esfumarse por todo el país… y después, aprovechando la confusión, se disputaran las plazas y los territorios “descontrolados” a base de matanzas, ejecuciones en masas, decapitaciones y desmembramientos, colgados, y un sinfín de atrocidades cada día mas atroces unas que otras.
Al principio, obviamente, el decidido apoyo de los medios comprados ensalzando la valentía del comandante en jefe, los aplausos del respetable para quien “este sí que las tiene bien puestas”.
A lo cual se puede agregar la no menor ventaja de que, como en todo conflicto armado, se puede dividir al adversario entre enemigo de verdad y aliado circunstancial… aprovechando esta división para quedarse con una no despreciable parte del botín incautado al enemigo, la generosa retribución de los aliados de circunstancia, y las ganancias que genera toda guerra…. negocio redondo.
Pero, la guerra se eterniza… los muertos que se contaban por centenas, empezaron a contarse por millares y hoy por decenas de miles… muchos de los cuales ya no son delincuentes que se matan entre sí o mueren en enfrentamientos con las valerosas fuerzas armadas, sino inocentes civiles que se encontraban donde no debían en el momento equivocado.
Además, está ocurriendo algo muy grave, extremadamente preocupante, para los dueños. Uno, los enfrentamientos y las matanzas, el clima de inseguridad que se extendió por todas las rutas, empiezan a ser contraproducentes para la buena marcha del camión, afectando los intereses económicos, en claro las ganancias, de los dueños (si bien algunos de ellos, como siempre, también se benefician de ello.)… además de que con la propagación desbocada y anárquica de la violencia corren el riesgo de que esta les alcanza a ellos también en sus propias personas No hay duda de que una parte bastante sustanciosa de los beneficios del crimen organizado, irriga la “economía formal”, representa un valioso aporte para esta, quizás incluso sea el que la mantenga en relativa buena salud… pero siempre ha sido así… ¿no habría manera de que siguiera siendo así, pero sin necesidad de tantos muertos y tanta violencia?
Dos, en última instancia, el último recurso del que disponen los dueños para llegado el caso, garantizar el  mantenimiento del orden, SU orden… siempre han sido y seguirán siendo las fuerzas armadas (siempre indefectiblemente leales a la Nación… SU Nación)… que pasa cuando estas se ven infiltradas por el crimen… y pueden en todo momento (por lo menos en cierta parte y en cierta medida) cambiar su lealtad… respondiendo ya no al llamado de los dueños del camión, sino de quienes se dedican a asaltarlo. ¿Qué no habría manera de que los cuantiosos recursos del crimen organizado siguieran irrigando la economía… pero sin tomar el riesgo de ver los garantes de las leyes que aseguran la permanencia de la propiedad y el orden, cambiar sus lealtades?
Para resolver este transe… también se acordaron que el viejo dinosaurio… el si sabia como hacerlo… lo había hecho durante lustros… y a la perfección… no como este inepto que pensando primero en su propio interés… había desencadenado una dinámica guerrera que estaba poniendo en riesgo la sobrevivencia misma del camión.

¡¡Eureka!!.., la solución estaba ahí, al alcanzo de la mano… bastaba con acercarse al dinosaurio, entablar un provechoso intercambio de  puntos de vista… hacerle alguna propuesta difícil de rehusar, llegar a acuerdos provechosos para todos.
Pero… ¿y el todavía chofer, la organización de donde procedía?
¡No problem!... bastaba hacerle ver que se trataba de un acuerdo a largo plazo… en el cual él estaba obviamente incluido… provechoso para todas las partes (bueno, las tres… tu, él y nosotros… tampoco hay que exagerar e incluir a los pasajeros)… hoy te toca a ti manejar el camión… mañana me toca a mi… y todo el mundo contento.
Provecho adicional y mayor sofisticación… los pasajeros mismos, apoyarían sin duda alguna, gustosos, el acuerdo (obviamente sin que este fuese de su conocimiento, lo cual es relativamente fácil con todos los medios de manipulación al alcance de la mano y manejados por expertos en la materia)… bastaba con hacerles creer que ellos eran quienes escogían y elegían al chofer… que cada cierto tiempo estaría en sus manos decidir de quien sería el próximo chofer que  llevaría al camión, con todos ellos en el, hacia el bienestar y la felicidad.
Quizás, alguno que otro, podría oler la trampa… algún descarriado líder carismático y populista (a la usanza del último en fecha, el persistente e impertinente AMLO) podría surgir… pero sabiendo utilizar como debe de ser las numerosas artes de la manipulación y, de ser necesario, las infinitas modalidades del fraude (mas considerando que pronto será sin duda posible que la electrónica y la computación sustituyan a las obsoletas urnas y papeletas así como el antediluviano conteo manual voto por voto), no representaría un mayor problema.

¿Entendieron?... ¡Cómo no!... ¿Cuándo empezamos?... hoy mismo (porque esperar a mañana), en estas próximas elecciones.

Y todos vivieron felices para siempre… este cuento se acabo… hasta el próximo… cuya primera pagina leeremos dentro de seis años… con un extraño pero conocido olor a recalentado… diciéndonos, como que esta película ya la vimos.

Para entonces ya veremos… si me toca a mi… o si te toca a ti… pero eso sí, sin que jamás le toque a él.

PD: como se habrán podido dar cuenta, la actualización perdió mucho de sus visos de cuento… es que, hoy, la realidad es demasiado abrumadora para que me resultara posible seguir a la letra con este artificio.