Fíjense en la expresión corporal de
los dos personajes principales de esta fotografía.
La señora Lagarde, directora del
FMI… de pie, la mirada severa,
reprobatoria, inflexible, ¿sería exagerado decir, asesina? clavada sobre el
señor sentado delante de ella.
El señor Tsakalotos, ministro de
finanzas del gobierno griego… sentado, la mirada perdida y profundamente
triste, que se sabe engañado, vituperado, vencido… humillado por la señora cuya
mirada siente sobre su nuca.
La vencedora... y el vencido.
La que
manda... y el que no puede hacer mas que obedecer.
La que, segura de sí, sabe detener el poder, incondicionalmente
apoyada por sus semejantes cuyos intereses defiende... y el que no puede hacer más
que someterse y sabe estar traicionando a quienes supuestamente sirve y depositaron su confianza en él.
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