El
14 de julio, poco antes de la votación en el Parlamento griego, el cual debía
aprobar o rechazar el principio de acuerdo alcanzado entre el Eurogrupo y el equipo
de los negociadores griegos encabezados por el Primer Ministro ALEXIS TSIPRAS… en
una entrevista dada en la televisión pública griega este mismo señor Tsipras…
[
líder de SYRISA (Coalición de la Izquierda Radical) y elegido sobre la base de
un programa de gobierno decididamente contrario a la continuación de la
política económica de austeridad impuesta por la Troika (Fondo Monetario
Internacional, el Banco central Europeo y la Comisión Europea) a los anteriores
gobiernos griegos…
y
que unos poco días antes había organizado un referéndum pidiendo al pueblo que
se pronunciara a favor o en contra de un enésimo plan de rescate impuesto por
el Eurogrupo…
llamando
sus conciudadanos a votar OXI (no)…
obteniendo,
a pesar de las muy importantes presiones de los miembros de la Troika
(obviamente secundada por los partidos de oposición y las elites financieras)
un rotundo existo con más del 60% de los griegos votando OXI ]
…afirmo,
contundente y sin el más mínimo rubor:
“ASUMO LA
RESPONSABILIDAD DE UN TEXTO EN EL CUAL NO CREO, PERO NO OBSTANTE FIRMO PARA
EVITAR UN DESASTRE PARA EL PAIS.”
La
historia así nos lo enseña, los gobiernos encabezados por partidos y líderes
socialdemócratas, siempre han sido uno de los ases bajo la manga del cual
dispone el sistema capitalista para que, en tiempos de crisis y “rebelión” de
los inconformes gobernados, su
“representación política”, se haga cargo de que estos terminen aceptando las
duras políticas económicas (hoy definidas como “de austeridad”) que permitan al
sistema como tal, no solo sobrevivir, sino ver sus eternos beneficiarios salir
ampliamente reforzados, ensanchando en cada ocasión su diferencia en relación a
los sometidos y perdedores de siempre.
Lo
francamente triste y hondamente desalentador… hoy… es darse cuenta que este
capitalismo no solo puede contar sobre la traición de la socialdemocracia, que
abdico de sus pretensiones reformistas hace ya muchas décadas… sino también sobre la claudicación, en nombre
del realismo y el pragmatismo, de quienes pretendían… no solo reformar las
inmutables reglas del juego, sino cambiarlas… para que los dominantes y
ganadores así como los sometidos y perdedores, ambos de siempre, ya no sigan
siéndolo ad eternum.
Como
siempre también… traición y claudicación… que se asumen en función del “interés
superior del País” o sea del “interés general”… como si no fuese obvio que
estos conceptos y nociones son una muy útil ficción para mantener el statu quo…
como si la “separación” fuese horizontal entre “izquierda” y “derecha” o “reformista”
y “radical”… cuando es vertical entre “arriba” y “abajo”… dominantes y sumisos.
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