octubre 25, 2014

ABANDONAR NUESTRA CUNA



Esta mañana (25 de octubre) leí en la página web del Nouvel Observateur (que por cierto se llama L’OBS desde hace algunos días) un artículo cuyo título, traducido al español, seria “Partir para vivir en Marte? Un día mis hijos me alcanzaran”.

Artículo en el cual se informaba que una compañía holandesa, llamada Mars One, se proponía ¿seriamente? fundar la primera colonia humana en el planeta Marte, en el año 2024.
Siempre según este articulo la “comunidad científica se encuentra dividida, entre quienes apoyan (en cierta medida y con cautela) este proyecto y quienes piensan abiertamente que se trata de una “tomadura de pelo”, por ser técnicamente irrealizable y éticamente inaceptable.
Sin embrago, según la citada empresa neerlandesa, ya son varios los candidatos a una salida hacia Marte que se han mostrado interesados y están dispuestos a colonizar el planeta rojo en caso de que se confirme su viabilidad.

No creo… más bien dicho, estoy seguro (aun sin poseer los suficientes conocimientos para poder asegurarlo científica y objetivamente)… de la inviabilidad de este proyecto a tan corto plazo.

Sin embargo… para mi… lo interesante no es el plazo que se requiera para su viabilidad… estoy convencido que, tarde o temprano, este proyecto (¿sueño?) se hará realidad.

Simplemente porque viendo la actual tendencia hacia la paulatina destrucción de nuestro planeta y la paralela evolución hacia una cada día mayor “separación” entre la ínfima minoría de quienes disponen del conocimiento, la riqueza y el poder… y la inmensa mayoría de quienes carecen de estos… la humanidad se dirige hacia la existencia, de hecho, de dos “especies” de seres humanos.

Los que… se quedaran atrapados para siempre en lo que fue su cuna y seguirá siendo rara ellos su hábitat… y los que, ante el “insoportable” deterioro de esta… saldrán de ella para salir a la conquista de otros planetas en los cuales puedan fundar una nueva civilización.

Si el plazo para alcanzar este sueño es demasiado largo… entonces dispondrán de sus conocimientos, riqueza y poder… para construir un satélite artificial en el cual vivir… o simplemente hacer habitable la luna. 
Quizás en un principio, todavía dependiente de la Tierra, pero a largo plazo autosuficiente y autónomo, sin necesidad de relación alguna con lo que fue su cuna. Para de ahí, entonces sí, partir a la conquista de algún otro planeta en el cual establecer una nueva especie humana.


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