septiembre 17, 2013

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS... y un breve TESTAMENTO.





Desde hace unos días a uno de mis sobrinos le dio por entablar un intercambió de correos electrónicos (mejor conocidos como emails) conmigo.
En el ultimo me hacia una pregunta (¿o dos?) relacionada con el actual “conflicto magisterial”… a lo cual le conteste que, de momento, lo único que le podía contestar es que leyera la última entrada de mi blog dedicada a este tema.
Obviamente que lo ahí expuesto no contesta sus preguntas (ya averigüe y si, efectivamente son dos, aunque en una sola) pero ¿quien puede pretender conocer respuestas y contestar preguntas?… NADIE… o por lo menos no yo.
No estoy huyendo, no le doy la vuelta, no me escondo… pero las preguntas se las formula uno mismo (por lo menos de preferencia)… y uno mismo tiene que contestárselas. Tarea más que difícil… cuando las respuestas no existen. Sé que muchos rebatirán esta afirmación… pero me mantengo en lo dicho… NO HAY RESPUESTAS. Por lo menos en el sentido de respuestas irrebatibles… todos tenemos que encontrar respuestas (casi se podría afirmar que en esto consta la libertad… por lo menos en una gran medida) pero a sabiendas de que estas son NUESTRAS respuestas y no LA respuesta.

En esto estaba, cuando me acorde (las conexiones neuronales a veces tienen algunas razones que la razón ignora… creo que es a un tal Blaise Pascal que me tomo la libertad de plagiar, aunque él se refiriese al corazón y no las neuronas) que hace un tiempo había escrito un texto que en su momento había publicado bajo una forma distinta… siendo entonces quizás demasiado temprano hacerlo (principalmente, visto la edad de algunas de las personas a las cuales iba dirigido)… sin embargo me parece que hoy… además de que todos tienen la suficiente edad, por lo anteriormente expresado este viene al caso… por lo que ahí les va.




Breve TESTAMENTO






A MIS HIJOS, SOBRINOS Y NIETA (para cuando sea un poco mayor… esperando que no pierda nunca su actual inocencia y amor a la vida)



Hace algún tiempo, bastante pero no se cuanto, después de una visita al notario, Marina me platicó del testamento que previsoramente había hecho por si un funesto día, de sopetón, le pasase lo que a todos nos pasará. Después de la sorpresa y la natural incomodidad que siempre provoca el invitar la muerte a sentarse inopinadamente a la mesa, mi primera y natural reacción fue… ¿y yo?… ¿que pasara el día en que la señora muerte me lleve, si fallezco (me parece que fallecer es menos agresivo, más suave, que morir) intestado? Pero rápidamente me di cuenta que no pasaría nada, porque nada tengo que heredar (bueno en realidad si hay una figura en la cual pasaría algo, pero que no viene al caso comentar aquí en este momento.) Sin embargo, ya en la cama, solo conmigo mismo, pensé (con ánimo gregario) que era sumamente frustrante que no tuviese nada que legar… y que si no podía ser algún bien material (salvo libros que posiblemente no interesarían a nadie)… bien podría ser algún bien “espiritual”.

Un breve listado (aunque enlistar sea tarea de burócrata) de algunos comportamientos y ciertas actitudes que me parecen fundamentales para la “calidad” moral e intelectual de todo ser que se precia de ser humano.
A saber:

Siempre DUDAR… sin duda no hay libertad… ni deseada, ni buscada, ni ejercida.

CUESTIONAR siempre… el consentimiento acrítico es el primer paso hacia la sumisión servilmente aceptada o impuesta.

Tratar siempre de COMPRENDER… el esfuerzo por entender hace la diferencia entre juzgar y sentenciar... siendo lo primero un derecho legítimo (que se tiene que ejercer) y lo segundo una arbitrariedad.

Atreverse a decir NO… y lo más difícil, sostenerlo.

Ser consciente de que la VERDAD, y quizás la REALIDAD, como tales, NO EXISTEN… sino que no son más que nuestra muy particular percepción e interpretación del entorno ¿existente?.

Ser HUMILDES y TOLERANTES… lo cual no hay que confundir con la abyecta sumisión o la castrante falta de voluntad.

Rehusarse a ejercer LA DOMINACIÓN (fuente primaria de la negación a la existencia para con los demás) sin tolerar jamás LA SUMISION (que nos arrebata toda dignidad)… y… ser SOLIDARIOS… siendo lo segundo mucho más fácil que lo primero… pero lo primero mucho más importante que lo segundo… dándose lo segundo casi por añadidura si se cumple con lo primero.
Actitudes indispensables para poder pretender que (algún día, en algún lugar) el ser social favorezca la construcción del individual (el florecimiento de su existencia)... y no su destrucción.
En la relación con los seres más cercanos que uno quiere o para quienes sentimos afecto y aprecio es preciso (aunque a veces resulte difícil) RESPETAR su existencia (el modo de ser al mundo que escogieron) sin renunciar a la nuestra.

Consecuentemente, dos de las palabras más importantes para la constitución de la humanidad del ser son POR QUÉ y NO… lo que nuestro entorno se encarga de desalentar, reprobar, condenar y prohibir, llegando a sancionarlo y castigarlo… lo cual queda más que de manifiesto si consideramos que estas dos actitudes (interrogar y negar) son las propias de todo ser humano recién nacido y que en el transcurrir de la infancia a la vejez estas van siendo sustituidas (conscientemente o no, voluntariamente o no) por el conformismo y la aceptación… aunque las buenas consciencias lo interpreten como parte del necesario (y natural) proceso de "formación" de la madurez y la responsabilidad.

Sin pretender emular a Unamuno (por lo “del sentimiento trágico de la vida”) y porque, si lejos estoy todavía de sentir su aliento sobre mi nuca (por lo menos eso espero), la huesuda me pisa los talones cada día de más cerca... una última anotación… la más importante quizás… porque es (ahorra si sin duda) la única verdad e incuestionable certeza… saber que desde el momento mismo en que nacemos empezamos a morir… vivir con esto… intentar vivir sabiéndolo… atreverse a EXISTIR PORQUE LO SABEMOS.

Si el Ser es producto del azar o la necesidad…
y el Vivir nos es dado…
el EXISTIR ES NUESTRA OBRA.



Posdata: Siendo el lenguaje (entre muchas otras cosas) lo propio del ser humano, tengan siempre un buen diccionario a la mano y tómense el tiempo y la molestia de consultarlo… vale la pena… enriquecerán su humanidad… es más, puede que se hagan adictos… y si, como se pretende, algunas adicciones matan… otras no solo ayudan a vivir sino a existir… y el poder nombrar con acierto es una de ellas.

 

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