La SOLEDAD en este
capitalismo de hoy es, sin duda alguna uno de los principales motores y generadores del mal llamado “progreso” o
avance tecnológico.
Al tiempo que este
pretendido progreso tecnológico favorece, induce, la soledad.
He aquí la infernal
retroalimentación que lleva el ser humano a la pérdida de su humanidad, de su
capacidad a convivir con sus semejantes siendo que tal convivencia tiene por única
razón de ser la “mercantilización” del mundo, de una humanidad gobernada por el
productivismo, la eficiencia, la rentabilidad, en última instancia el “calculo”
(los algoritmos)… lo cual políticamente (es decir la forma, la naturaleza, de
la convivencia entre los individuos de un determinado tiempo y espacio) da
lugar a la gobernanza.
La progresiva e
irrefrenable tendencia a la desaparición del antiguo sistema de dominación del
hombre por otros hombres… de una mayoría de individuos sumisos y sometidos al incuestionable
gobierno de una pequeñísima parte de individuos y “organizaciones” conformando
la “elite” detentora de todos los instrumentos permitiendo el ejercicio del
poder.
Individuos sumisos…
pero esencialmente disgregados, que ya no conforman una comunidad sino un
simple conglomerado de “almas solitarias” con la obligatoria prescripción de
ser el único emprendedor (constructor) de su vida sin el apoyo (el sostén) de una comunidad proveedora de una mínima seguridad, protección y solidaridad sociales.
Todos sometidos a las
necesidades y exigencias de una “ideología” del progreso que se materializa en
la implementación, con la mayor celeridad y extensión posible, de los supuestos
“avances tecnológicos” cuya finalidad no es jamas el bienestar de sus
productores/consumidores sino la mayor rentabilidad financiera de su proceso de
mercantilización.
Mercantilización que abarca todos los ámbitos de la vida de
los individuos y la totalidad de los procesos que aseguran la autonomía,
autosuficiencia y auto reproducción de esta “civilización tecnológica” regida
por la lógica del continuo e incontenible avance de la tecnología y la
correspondiente continua e incontenible obsolescencia del hombre.
Las relaciones humanas
y/o sociales ya no se dan entre hombres sino entre entes humanos solitarios y las
maquinas, los artefactos, los dispositivos y sus prótesis.
Una recomendación para
que entiendan mejor lo que quizás no fui capaz de expresar: no dejen de ver la
película HER.
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