febrero 28, 2016

MUERTE SUBITA


Hace muy pocos días, fui a consulta con mi cardiólogo, llevándole los resultados de mi última “Prueba de esfuerzo” y mi último “Holter de 24 hrs”.

Diagnostico… o sentencia… debido a mis arritmias en forma de extrasístoles atriales y ventriculares, y tomando en consideración mi anterior gravísimo infarto al miocardio (llegue a urgencias en paro cardiorrespiratorio requiriendo de un intenso protocolo de resucitación) soy candidato para un eventual accidente cardíaco conocido como MUERTE SUBITA.

Yo… ¿muerte súbita?

Cardiólogo… inopinadamente, de forma totalmente impredecible, sin el menor síntoma ni aviso previo… los latidos de su corazón pueden entrar en un total descontrol y ser tan rápidos y “anárquicos” que el corazón tiembla como una gelatina en lugar de bombear la sangre al cuerpo y el cerebro… en cuestión de minutos o segundos, este descontrol lo lleva a la muerte.

Se desde hace ya algún tiempo que soy mortal… es más, mis divagaciones sobre la muerte me han acompañado desde la adolescencia, han sido uno de mis “temas de reflexión” favoritos… pero, que me anuncien, así de bote pronto que estoy en peligro de morir en cualquier momento, en el menos pensado, sin previo aviso, en este preciso instante… mi corazón late bastante más fuerte… afortunadamente sin desbocarse.


¿Qué puedo hacer, que me recomienda, qué medidas tomar?


Visto su terrible infarto (tome en cuenta que llego a urgencias en estado de muerte y que lo resucitaron de milagro) y las secuelas del mismo… no hay gran cosa que se pueda hacer. Llevar una vida sana y antes que nada procurar no sufrir “emociones fuertes”, no estresarse, “llevar la vida en paz.” ¡Buen consejo!... quizás no tan fácil de seguir… más si tomamos en cuenta que no depende de mi sola persona. Haremos lo que se pueda… pero sin ninguna garantía. No me parece posible, ni envidiable, vivir dejando a un lado las emociones, sean estas las que sean.

Del punto de vista médico, por lo pronto incrementar la dosis de Carvedilol, un seguimiento más exhaustivo y, dependiendo de la evolución de los resultados de los estudios, pensar en la posible implantación de un DAI (Desfibrilador Automático Implantable).
Sigue una extensa explicación de lo que es un DAI… la cual les ahorrare (si algún lector quisiera saber un poco más acerca de este “aparato”, pueden adentrarse en la web, ya lo hice, y abundan las páginas con la descripción del mismo).


Pasado el “primer susto” me dije a mí mismo.



Uno… soy mortal, ya lo sé, nada nuevo.

Dos… tengo ya 67 años… como dijo el cardiólogo, sigo aquí de milagro (afortunadamente soy agnóstico y no puedo esconder mi responsabilidad culpando a cualquier Divinidad)… he vivido lo que me he atrevido a vivir… a mi edad, lo más probable es que, visto mi cobardía para vivir algo que ya no haya experimentado, lo que me quede de tiempo de vida sea mera rutina, repetición de mi diario "actuar corporal", repetición de mis habituales “divagaciones mentales”.
En resumen… ¿qué me aportara el seguir viviendo… que no sea la continuación de mi “muda presencia”, mi real ausencia en este tiempo y espacio?

Tres… si, tratándose de mi muerte… el CUANDO ya no reviste mucha importancia (para mí, pensando egoístamente en mi persona y no en los que mi partida pudiese afectar emocionalmente)… en cambio el COMO si es (siempre lo ha sido y sigue siéndolo) de una extrema relevancia.

Cuatro… le temo sobremanera a una muerte precedida de un periodo de intenso dolor... así como a alguna importante incapacidad física y/o mental resultante de algún accidente o alguna enfermedad.
Casos en los cuales, ya he tomado, desde hace mucho tiempo, la decisión de suicidarme o solicitar la ayuda de una tercera persona para poder cumplimentarla en caso de no poder hacerlo por mí mismo.

Cinco… por lo tanto, si mi fallecimiento fuese consecuencia de una tal “muerte súbita”… ¡¡BIENVENIDA SEA!!

Seis… llegado el momento en que mi cardiólogo (si es que llega) me recomiende la implantación de este artefacto llamado DAI, me lo pensare bastante, solicitando la mayor cantidad posible de información científicamente confiable al respecto… ya que puede ser que efectivamente este aparato cumpla con su función a las mil maravillas y me mantenga en vida, como si no se hubiese presentado el episodio de la “muerte súbita”… pero también temo que el instrumento cumpla con su función únicamente a medias, o sea que me salve la vida pero también solo a medias, dejándome con el corazón latiendo pero con algún daño cerebral cuya consecuencia sea alguna incapacidad física y/o mental de gran envergadura… en cuyo caso me vería abocado a recurrir al suicidio (ya sea por mi propia mano o con la ayuda de alguna tercera persona.)

Concluyendo… BIENVENIDA LA “MUERTE SÚBITA” el día en que la huesuda tome la decisión de venir por mí para llevarme a sus aposentos.


¿Cuánto tiempo durara la partida?

That is the question.


No hay comentarios.: