Transcripción integral del
documento fundador del “movimiento” DiEM25, cuyo principal instigador es el ex
ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis.
De todas sus
preocupaciones por la competitividad global, los movimientos migratorios y el
terrorismo, solo hay una perspectiva que realmente aterra a los poderes de
Europa: ¡la democracia! Hablan en nombre de la democracia, pero en la práctica
únicamente la niegan, la desnaturalizan y la reprimen. Buscan coartar, evadir,
corromper, mistificar, usurpar y manipular la democracia con el objetivo de
arrestar su energía y sus posibilidades.
Porque
la voluntad de los pueblos de Europa, el gobierno del demos, es la pesadilla
compartida por:
• La burocracia de
Bruselas (y sus más de 10.000 lobistas).
• Su escuadrón de
inspectores y la Troika que crearon con “tecnócratas” no electos de otras
instituciones europeas e internacionales.
• El poderoso Eurogrupo,
cuyo poder no se fundamenta en ninguna ley o tratado.
• Los banqueros
rescatados, los gestores de fondos de inversión y las oligarquías resurgentes,
siempre displicentes con las masas y a su manera de organizarse.
• Los partidos políticos
que apelan al liberalismo, a la democracia, a la libertad y a la solidaridad y
que traicionan sus principios más básicos cuando están en el gobierno.
• Los gobiernos que
alimentan una desigualdad cruel imponiendo una austeridad contraproducente.
• Los magnates de los
medios de comunicación, que han convertido el alarmismo en un arte y en una
magnífica fuente de poder e ingresos.
• Las organizaciones
empresariales confabuladas con organismos públicos opacos que utilizan el miedo
para fomentar el hermetismo y una cultura de la vigilancia pensada para
doblegar a la opinión pública a su voluntad.
La
Unión Europea fue un logro excepcional. Consiguió unir de
forma pacífica a unos pueblos europeos que hablan diferentes lenguas y que
están inmersos en diferentes culturas, demostrando que era posible crear un
marco compartido de derechos humanos en un continente que, no mucho antes,
estaba dominado por un chovinismo homicida, el racismo y la barbarie. La Unión
Europea podría haber sido el proverbial faro entre la niebla y mostrar al mundo
que la paz y la solidaridad podían ser arrebatadas de las fauces del conflicto
y la intolerancia.
Por desgracia, a día de
hoy una burocracia común y una moneda común dividen a los pueblos de Europa que
habían empezado a unirse a pesar de sus distintas lenguas y culturas. En su
lugar hay una confederación formada por políticos miopes, funcionarios ingenuos
en temas de economía y de “expertos” incompetentes en cuanto a finanzas. Y
dicha confederación se somete al dictado de los conglomerados financieros e
industriales, desacreditando a Europa y provocando una peligrosa reacción
antieuropea. Naciones orgullosas se están contraponiendo unas a otras. El nacionalismo, el extremismo y el racismo están
despertando de nuevo.
En el
corazón de nuestra UE en desintegración anida un engaño: un
proceso de decisión sumamente politizado, opaco y vertical que nos es
presentado como “apolítico”, “técnico”, “de procedimiento” y “neutral”.
Su propósito es impedir
que los europeos ejerzan control democrático sobre su dinero, sus finanzas,
condiciones laborales y medio ambiente. El precio de este engaño no es sólo
el fin de la democracia, sino también políticas económicas erradas:
• Las economías de la
zona del euro están siendo llevadas al abismo a causa de una austeridad
competitiva que terminará dejando a los países más débiles en un estado de
recesión permanente y de baja inversión a los países más fuertes.
• Los miembros de la UE
que están fuera de la zona del euro están siendo alienados, y en busca de
socios en habitaciones sospechosas donde serán recibidos con opacos y
coercitivos acuerdos de comercio que minarán su soberanía.
• Desigualdad sin
precedentes, desesperanza y misantropía floreciendo por toda Europa.
Dominan
dos terribles alternativas:
• recluirse bajo el
caparazón de sus Estados nación
• o rendirse al espacio
carente de democracia de Bruselas
Tiene
que haber otro camino. ¡Y lo hay!
Es contra la que la
“Europa oficial” se resiste con toda su fuerza y cada nervio de su mentalidad
autoritaria: el avance de la democracia.
Nuestro movimiento, DiEM-25, pretende propiciar este
avance.
La fuerza que impulsa DiEM-25 es una simple y radical idea:
¡Democraticemos
Europa! ¡La UE tiene que ser democratizada o se desintegrará!
Nuestro
objetivo de democratizar Europa es realista. No es
más utópico de lo que ya lo fue la construcción inicial de la Unión Europea. De
hecho, es menos utópico que intentar mantener con vida la actual Unión Europea
antidemocrática y en proceso de fragmentación.
Nuestra meta de
democratizar Europa es terriblemente urgente. Si no comenzamos de inmediato
podría resultar imposible vencer la resistencia institucional a tiempo, antes
de que Europa llegue al punto de no retorno. Le damos un plazo de una década,
hasta el año 2025.
Si por entonces
fracasamos en el intento de democratizar Europa y sus poderes autocráticos
logran sofocar la democratización, la UE se derrumbará bajo su arrogancia; se
astillará y su caída provocará dificultades inenarrables en todas partes, no
sólo en Europa.
¿POR
QUÉ EUROPA ESTÁ PERDIENDO SU INTEGRIDAD Y SU ALMA?
Durante las décadas de
posguerra en las que la UE fue inicialmente construida, las culturas nacionales
fueron revitalizadas por un espíritu de internacionalismo, desaparición de fronteras
y prosperidad compartida que elevaron el listón que hizo cohesionar a los
europeos. Pero “el huevo de la serpiente”
anidaba en el mismo corazón del proceso de integración.
Desde un punto de vista
económico, la UE inició su camino como un cártel de la industria pesada
(cooptando más tarde a los propietarios agrícolas) decidido a fijar los precios
y a redistribuir las ganancias del oligopolio a través de la burocracia de
Bruselas. El cártel emergente, y sus administradores con sede en Bruselas,
temían al demos y despreciaban la idea del gobierno-por-el-pueblo.
Paciente y
metódicamente, se puso en marcha un proceso de despolitización en la toma de
decisiones, siendo el resultado una lenta pero implacable campaña hacia el
sacar-al-demos-de-la-democracia y encubrir toda la política de decisiones con
un fatalismo omnipresente y pseudotecnocrático. Los políticos nacionales fueron
espléndidamente recompensados por su aquiescencia a la hora de convertir la
Comisión, el Consejo, el Ecofin, el Eurogrupo y el BCE en zonas libres de
política. Todos los que se opusieron a este
proceso de despolitización fueron tildados de “antieuropeos” y tratados como
una nota discordante.
Así pues, nació el
engaño en el corazón de la UE, dando lugar a la institucionalización de un compromiso
a políticas que generan resultados económicos deprimentes y dificultades de
otra manera evitables. Mientras tanto, principios básicos
que una Europa más segura de sí misma una vez comprendió han sido abandonados:
• Las normas tienen que
estar al servicio de los europeos y no al revés.
• Las divisas tienen que
ser instrumentos, no un fin en sí mismas.
• Un mercado único es
congruente con la democracia solo si incluye mecanismos de defensa,
democráticamente elegidos y construidos, para los europeos más débiles y el
medioambiente.
• La democracia no puede
ser un lujo que solo se puedan permitir los acreedores y denegado a los
deudores.
• La democracia es
esencial para mantener a raya las peores tendencias autodestructivas del
capitalismo y abrir una ventana con nuevas vistas hacia una armonía social y un
desarrollo sostenible.
En respuesta a la
inevitable crisis de la “cartelizada” economía social de Europa para la
recuperación de la Gran Recesión posterior a 2008, las instituciones de la UE
causantes de la crisis han recurrido a un autoritarismo cada vez mayor. Cuanto
más asfixian a la democracia, menos legítima se vuelve su autoridad política,
más fuerte es la recesión económica y más necesitan recurrir al autoritarismo.
De este modo, los enemigos de la democracia ven renovado su poder al mismo
tiempo que pierden legitimidad y restringen la esperanza y la prosperidad a
unos pocos (que solo pueden disfrutar de ellas detrás de las barreras y las
vallas necesarias para protegerlos del resto de la sociedad).
Este es
el proceso invisible por el que la crisis de Europa está provocando el
ensimismamiento de nuestras naciones, enfrentándolas unas a otras, extendiendo
el patriotismo mal entendido y la xenofobia preexistente. La
privatización de la ansiedad, el miedo al otro, la nacionalización de la
ambición y la renacionalización de la política amenazan con una desintegración
tóxica de los intereses comunes. A partir de esto, Europa solo puede sufrir. La
lamentable reacción de Europa a su crisis bancaria y de deuda, a la crisis de
refugiados y a la necesidad de una política antiterrorista y exterior coherente
son ejemplos de lo que sucede cuando la solidaridad pierde su significado:
• El daño a la
integridad de Europa causado por el aplastamiento de la Primavera de Atenas y
por la posterior imposición de un programa de “reforma económica” que fue
diseñado para fracasar.
• El supuesto ya
habitual de que, cada vez que un presupuesto estatal tiene que ser reforzado o
un banco rescatado, la clase trabajadora y los más desfavorecidos de la
sociedad son quienes han de pagar por los pecados de los más ricos.
• El impulso constante a
mercantilizar el trabajo y expulsar la democracia del centro de empleo.
• La escandalosa actitud
de la mayoría de los estados miembros de la UE a involucrarse en la solución
del problema de los refugiados que llegan a nuestras costas es un mero reflejo
de la forma en que un modelo roto de gobernanza europea produce un deterioro
ético y una parálisis política, así como evidencia una xenofobia hacia los no
europeos que resulta del fin de la solidaridad intraeuropea.
• La frase cómica con la
que acabamos cuando juntamos las palabras “política”, “exterior” y “europea”.
• La facilidad con que,
después de los horribles ataques terroristas en París, los gobiernos europeos
decidieron que la solución estaba en el restablecimiento de fronteras cuando la
mayoría de los atacantes eran ciudadanos de la UE. Esto es otra muestra del
pánico moral causado por una Unión Europea incapaz de hacer que los europeos den
respuestas comunes a problemas comunes.
¿QUÉ DEBE
HACERSE? NUESTRO HORIZONTE.
El
realismo exige que trabajemos con el propósito de alcanzar ciertas metas en un
período de tiempo razonable. Por esto el DiEM-25 se plantea cuatro objetivos a
intervalos regulares con la intención de alcanzar una Europa funcional y
plenamente democrática antes del año 2025.
A día de hoy, los
europeos se sienten abandonados por las instituciones de la UE. De Helsinki a
Lisboa, de Dublín a Creta, de Leipzig a Aberdeen. Los europeos perciben que una
dura encrucijada se aproxima rápidamente. Hay que elegir entre una democracia
auténtica y una desintegración insidiosa. Debemos decidirnos a
unirnos para asegurarnos de que Europa tome la decisión sensata: ¡democracia
auténtica!
Cuando
nos preguntan qué queremos y cuándo lo queremos, nuestra respuesta es:
INMEDIATAMENTE:
transparencia absoluta en la toma de decisiones.
• Las reuniones del
Consejo de la UE, del Ecofin, del ITF y del Eurogrupo han de ser retransmitidas
en directo.
• Las actas de las
reuniones del consejo de gobierno del Banco Central Europeo serán publicadas
unas semanas después de que las reuniones hayan tenido lugar.
• Todos los documentos
relativos a negociaciones cruciales (por ejemplo: TTIP, “rescates”, el estatus
de Reino Unido) que afecten de cualquier manera al futuro de los ciudadanos
europeos deberán ser publicados en Internet.
• Un registro
obligatorio de grupos de interés que incluya los nombres de sus clientes, su
remuneración y sus reuniones con personal oficial (electo y no electo).
EN UN
PLAZO DE DOCE MESES: abordar la persistente crisis económica
utilizando las instituciones actuales y en el marco de los tratados en vigor de
la UE.
La inminente crisis de
Europa se desarrolla simultáneamente en cinco ámbitos:
• deuda pública
• sector bancario
• inversiones
inadecuadas
• migración y
• aumento de la pobreza
Estos cinco ámbitos se
han dejado en manos de gobiernos nacionales impotentes para hacerles frente.
DiEM-25 presentará propuestas de políticas concretas para europeizar los cuatro
ámbitos a la vez que se limita el poder discrecional de Bruselas y se devuelve
ese poder a los Parlamentos nacionales, a los consejos regionales, a los
ayuntamientos y a las comunidades. Las políticas propuestas estarán dirigidas
hacia un nuevo despliegue de las instituciones ya existentes (a través de una
reinterpretación creativa de los tratados y acuerdos en vigor) con el fin de
estabilizar las crisis de deuda pública, banca, inversión inadecuada y aumento
de la pobreza.
EN UN PLAZO
DE DOS AÑOS: Asamblea Constituyente
Los pueblos de Europa
tienen el derecho a considerar qué futuro quieren para la Unión y el deber de
transformar Europa, hacia 2025, en una democracia plena con un Parlamento
soberano que respete la autodeterminación nacional y que comparta el poder con
los Parlamentos nacionales, las asambleas regionales y las juntas municipales.
Para ello ha de convocarse una Asamblea de sus representantes. DiEM-25
promoverá una Asamblea Constituyente formada por representantes elegidos en
listas transnacionales. Tal y como hacen las universidades al solicitar fondos
para investigación a través de alianzas en otros países, las elecciones para la
Asamblea Constituyente requerirán listas que incluyan candidatos de la mayoría
de los países europeos. La Asamblea Constitucional resultante tendrá el poder
de decidir sobre la futura Constitución democrática que en una década
sustituirá a todos los Tratados europeos existentes.
EN
2015: promulgación de las
decisiones de la Asamblea Constitucional
¿QUIÉN
TRAERÁ EL CAMBIO?
Nosotros,
los pueblos de Europa, hemos decidido recuperar el control sobre nuestra Europa
que ahora está en manos de ‘tecnócratas’ irresponsables e instituciones opacas.
Procedemos de diferentes
partes del continente y estamos unidos por diferentes culturas, lenguas,
acentos, afiliaciones políticas, ideologías, colores de piel, identidades de
género, creencias y concepciones de una buena sociedad.
Constituimos el
movimiento DiEM-25 con la intención de avanzar desde una Europa de “Nosotros,
los gobiernos” y “Nosotros, los tecnócratas” hacia una Europa de “Nosotros, los
pueblos de Europa.”
Nuestros
cuatro principios:
• Ningún pueblo europeo
será libre en tanto en cuanto la democracia de otro sea profanada.
• Ningún pueblo europeo
podrá vivir con dignidad mientras a otro le sea denegada.
• Ningún pueblo europeo
podrá aspirar a la prosperidad si otro es empujado a la insolvencia y depresión
permanente.
• Ningún pueblo puede
crecer sin bienes de primera necesidad para sus ciudadanos más desfavorecidos,
sin desarrollo humano, sin equilibrio ecológico y sin la determinación de
convertirse en una región libre de combustibles fósiles en un mundo que cambia
sus maneras, no el clima.
Formamos parte de una
magnífica tradición de conciudadanos europeos que han luchado durante siglos
contra el precepto de que la democracia es un lujo y que los débiles están
condenados al sufrimiento.
Con
nuestros corazones, mentes y voluntades imbuidos en estos compromisos y con
nuestra determinación de marcar una diferencia, declaramos que:
NUESTRA
PROMESA
Nosotros,
los abajo firmantes, hacemos un llamamiento a nuestros conciudadanos europeos
para que se unan a nosotros de forma inmediata para crear el movimiento europeo
que hemos llamado DiEM-25
• Para democratizar a la
Unión Europea.
• Para acabar con la
reducción de todas las relaciones políticas a relaciones de poder disfrazadas
de decisiones meramente técnicas.
• Para someter a la
burocracia de la UE a la voluntad de los pueblos soberanos de Europa.
• Para desmantelar el
habitual dominio del poder empresarial sobre la voluntad de los ciudadanos.
• Para volver a
politizar las normas que regulan nuestro mercado único y moneda común.
Consideramos obsoleto el
modelo de partidos nacionales que forman débiles alianzas en el Parlamento
Europeo. Si bien es necesaria una lucha por la democracia desde abajo (a nivel
local, regional o nacional), es insuficiente si se lleva a cabo sin una
estrategia internacionalista que lleve a una coalición paneuropea para la
democratización de Europa. Los demócratas europeos tienen que reunirse primero,
establecer una agenda común, y encontrar luego la forma de conectarla con las
comunidades locales y a nivel nacional.
Nuestro objetivo
primordial de democratizar a la Unión Europea está entrelazado con la am-bición
de promover el autogobierno (económico, político y social) a nivel local,
municipal, regional y nacional; de despejar los pasillos del poder a la
ciudadanía; de confluir con los movimientos cívicos y sociales; y de emancipar
del poder burocrático y corporativo a todos los niveles de gobierno.
Aspiramos
a una Europa de la Razón, la Libertad, la Tolerancia y la Imaginación que será
posible mediante una Transparencia integral, una Solidaridad real y una
Democracia auténtica.
Aspiramos
a:
• Una Europa Democrática
en la que la autoridad política emane de los pueblos soberanos de Europa.
• Una Europa
Transparente en la que todas las decisiones se tomen ante la atenta mirada de
los ciudadanos.
• Una Europa Unida cuyos
ciudadanos tengan tanto en común entre las naciones como dentro de ellas.
• Una Europa Realista
que adopte la tarea de emprender reformas democráticas radicales, pero
factibles.
Una Europa
Descentralizada que utilice el poder central para maximizar la democracia en el
lugar de trabajo, en los pueblos, en las ciudades, en las regiones y en los
Estados.
• Una Europa Plural de
regiones, etnias, creencias, naciones, lenguas y culturas.
• Una Europa Igualitaria
que celebre la diferencia y termine con la discriminación basada en el género,
la raza, la clase social o la orientación sexual.
• Una Europa Cultural
que aproveche la diversidad cultural y que celebre no solo su patrimonio de
valor incalculable, sino también el trabajo de poetas, escritores, músicos y
artistas disidentes de toda Europa.
• Una Europa Social que
reconozca que la libertad requiere no solo la ausencia de interferencias, sino
que también necesita bienes básicos que hagan que todos estén libres de
carencias y de explotación.
• Una Europa Productiva
que dirija la inversión en aras de una prosperidad ecológica y compartida.
• Una Europa Sostenible
que viva de los recursos que ofrece el planeta, minimizando el impacto
medioambiental y dejando todos los combustibles fósiles que sea posible dentro
de la tierra.
• Una Europa Ecológica
comprometida con una verdadera transición verde en todo el mundo
• Una Europa Creativa
que fomente la capacidad innovadora y la imaginación de sus ciudadanos.
• Una Europa Tecnológica
que ponga las nuevas tecnologías al servicio de la solidaridad.
• Una Europa consciente
de su Historia que luche por un futuro mejor sin ocultar su pasado.
• Una Europa
Internacionalista que trate a los no europeos como un fin en sí mismos.
• Una Europa Pacífica
que reduzca la tensión en su parte oriental y en el Mediterráneo, actuando como
baluarte contra los sectores militaristas y expansionistas.
• Una Europa Abierta
llena de ideas, gente e inspiración de todas partes del mundo, que reconozca a
las vallas y las fronteras como signos de debilidad que difunden inseguridad en
nombre de la seguridad.
• Una Europa Liberada
donde desaparezcan los privilegios, los prejuicios, las privaciones y las
amenazas de violencia. Que los europeos nazcan con menos estereotipos, que
tengan las mismas oportunidades para desarrollar todo su potencial y sean
libres de elegir a sus compañeros en la vida, el trabajo y la sociedad.
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