Conocidas las circunstancias tanto “técnicas”
(prácticamente inexistentes o por lo menos insignificantes en este caso, salvo quizas la relativa a la puerta blindada de acceso al cockpit) como “humanas” (la deliberada voluntad del
copiloto de estrellar el avión contra el macizo alpino) del encadenamiento del
los hechos que llevaron al crash del A320 de Germanwings… sabedores del COMO
sucedió… ahora todos se preguntan PORQUE.
Doble porque… porque decidió
suicidarse… pero también, y sobre todo, porque ¿decidió, escogió? llevarse con él a la muerte a
149 personas más (cuando hubiese podido ¿escoger? decenas de otros modos para
suicidarse… solo.)
Pregunta inútil… porque sin la mas
mínima posibilidad de ser contestada.
Porque la conducta humana es inaprensible,
inexplicable e imprevisible… porque no somos maquinas… y nunca lo seremos (o
por lo menos eso espero, aunque ya no estoy tan seguro de que así sea)
Eterno conflicto entre la
insensibilidad emocional de la racionalidad técnico-utilitarista y la vulnerabilidad del
alma humana.
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