La violencia y miseria institucionalizadas, sin reconocer ni nombrar. La falacia del poder, la realidad de la dominación y la servidumbre voluntaria.
La mercantilización de la vida toda. La dictadura de la Razón Económica y el Utilitarismo.
Todo nos impide "ser al mundo", dejándonos como única posibilidad ¿por cuanto tiempo? la de tratar de entender este mundo en el cual vivimos nuestra ausencia.Tratemos entonces de entender.
No nos hagamos, no seamos, lo que tanto quisieran que fuéramos.
En estas
vacaciones navideñas leí un libro francés del filósofo Ruwen Ogien, titulado L’Etat
nous rend-il meilleurs?... lo cual podría traducirse al castellano, como: ¿Nos
hace mejor el Estado?
Me pareció un
libro de obligada lectura… o por lo menos cuya lectura goce.
Libro del
cual no he detectado ninguna traducción al español, sin embargo me permito
traducir la contraportada del mismo, por el simple gusto de hacerlo.
¿Cómo compaginar la
justicia social y las libertades individuales? El pensamiento conservador y su
visión moralista de las urgencias políticas triunfan hoy en día sin complejo
alguno en todos los ámbitos políticos así como en el actuar del Estado, sea
cual sea el color de los gobiernos.
El principal problema
de nuestras sociedades no sería el de mejorar la situación económica de los más
desfavorecidos, el de proteger mejor los derechos y libertades de cada uno, el
reducir las desigualdades de riqueza y poder. NO.
Lo que preocupa el
pensamiento conservador es el desmoronamiento de un cierto orden moral, fundado
sobre el gusto por el esfuerzo, el sentido de la jerarquía, el control de los
deseos, la fidelidad a las tradiciones, la identificación de la comunidad
nacional y la valorización de la familia “natural” heterosexual.
Filósofo, Ruwen Ogien
muestra que tenemos razones filosóficas para resistirnos a este pensamiento y
preferirle ideales políticos igualitarios y libertarios. Porque estos ideales
son más armónicos con la concepción que parece ser más justa… lo que en
filosofía se llama la libertad negativa.
Según esta ser libre
no es ni más ni menos que el hecho de no estar sometido a la voluntad del otro.
Hasta aquí la
traducción de la contraportada de este libro.
He aquí la reflexión que la lectura
de este libro me género.
No es para nada nueva,
pero reforzó con una nueva “argumentación” lo que desde siempre ha sido para mí
el fundamento de todas las relaciones sociales y humanas en general.
1.- El Estado es la estructura
política institucionalizada que permite ejercer la dominación. ¿De quién sobre
quién? De cualquiera sobre cualquiera.
2.- El Estado de
Derecho es la forma jurídica que legitima el ejercicio de esta dominación.
3.- Es trascendental
no perder de vista que la explotación es hija de la dominación y en ningún caso
su madre.
La explotación solo es
una expresión, entre otras, de la dominación… la cual es quien posibilita la
explotación. Si bien puede darse la dominación sin explotación… sin dominación
no hay explotación.
4.- Si bien en
términos de política (principalmente electorera) la “separación social”
acostumbra todavía expresarse en una separación horizontal derecha/izquierda…
en sentido antropológico, esta no es horizontal sino vertical, entre “los de
arriba” y “los de abajo”, los que ejercen la dominación y quienes padecen la
sumisión.
5.- No hay que
confundir poder, autoridad o coerción con dominación. Poder, autoridad y
coerción pueden ser injustos o justos, malos o buenos, impuestos o aceptados…
posibilidades que no existen en la dominación.
6.- La dominación no
acepta calificativos, grados, juicios de valor… solo modalidades… es dominación
“a secas”… rige en su casi totalidad las relaciones sociales, y la gran mayoría
de las relaciones humanas… aun cuando se disfrazan de Democracia las primeras o
Amor las segundas.
7.- Solo una
combinación simbiótica entre por un lado la solidaridad y la fraternidad y por
el otro la autonomía y el autogobierno (tanto social como individual) pueden
hacer mella al dominio de la dominación… siempre y cuando sean absolutas,
totales… la más mínima grieta abriendo, lenta e insidiosamente en un principio,
de par en par al poco tiempo, la puerta a la llegada o el regreso de la
dominación.
Paradójica paradoja… las
relaciones sociales o humanas solo prescindirán de la dominación en la medida
en que la unión de las dos exigencias, a primera vista contrapuestas e
inconciliables (ahí radica toda la dificultad), de solidaridad y fraternidad
por un lado y de autonomía y autogobierno por el otro (este “por un lado y el
otro” es el que no puede tener cabida), goce de un “total dominio”.
En el caso de las
relaciones sociales, comunidades humanas que solo podrán ser tales en la medida
en que estas se crean no solo, no prioritariamente, sobre la base de la
“necesidad”… sino esencialmente (en el sentido de primordial y el de esencia)
sobre la base de “afinidades escogidas”.
El
tiempo pasa y sigo con mi tarea de recopilación de información… lo que por el
momento hace todavía imposible que publique la anunciada entrada tratando de
contestar la doble pregunta, ¿Por qué ESTE terrorismo? y ¿Por qué EL
terrorismo?
Sin
embargo, las ultimas noticias, centradas en las respuestas del
Gobierno francés a los atentados ocurridos el 13 de noviembre en Paris, me dan
tanta rabia que no puedo esperar más… pensaba que podían formar parte de dicha
próxima entrada, pero no, mi indignación me obliga a redactar una sucinta
entrada, en cuatro puntos, desde ya. Si bien al releerme me di cuenta que en
realidad son cinco… y un poco más.
1.-
En respuesta a los atentados, en forma inmediata, el Presidente Hollande declaraba el estado de emergencia. Al día siguiente, ante el Congreso solemnemente reunido en Versalles, los parlamentarios ahí presentes, ampliaban por una casi unanimidad (solo 6 votaron en contra) dicho estado de emergencia por una duración de tres meses.
Estado
de emergencia que proporciona a las autoridades amplísimos poderes en cuanto a
la circulación y estancia de las personas, así como la clausura de espacios
públicos. Concretándose en particular en el poder dado al ministro del interior
(de gobernación, en México) y los prefectos (equivalente administrativo de los
Gobernadores mexicanos) de ordenar “registros administrativos” (cateos), de día
como de noche, así como proceder a “asignaciones domiciliaras” (el individuo
tiene que presentarse a las autoridades tres veces al día) … sin necesidad de
orden judicial alguna.
Registros
administrativos y asignaciones domiciliaras que para el ministerio del interior
y las autoridades administrativas se justifican con el solo argumento de que
“existen serias razones para pensar que un cierto comportamiento constituye una
amenaza para la seguridad y el orden público, o que un determinado espacio es
frecuentado por dichas personas.”
A
lo cual se agregan los amplios poderes, dados a las mismas autoridades, para
decretar la interdicción de reunión y manifestación… aquí también sin necesidad
alguna de recurrir al poder judicial… obviamente con la atribución, también extrajudicial,
de “espiar”, por cualquier medio todas las comunicaciones, y en sentido amplio
todas las actividades, de cualquier individuo.
En
otras palabras, se dota a la policía y ciertas autoridades administrativas de
poderes que ponen entre paréntesis derechos individuales y sociales esenciales…
se cancela una parte importante, de hecho esencial, del Estado de Derecho.
Cancelación
de la cual el gobierno francés es tan consciente que sintió la necesidad, en
forma inmediata, de informar al Consejo Europeo de esta temporal derogación a
la Convención Europea de los derechos del hombre.
Cancelación
parcial y momentánea, aseguran… sin embargo, con el actual “estado de ánimo” de
la población, azuzado y magnificado por los medios de comunicación, existe la
real posibilidad de que el Gobierno pueda prolongarlo legalmente, como también
la de que esta excepción se vuelva una “costumbre” que no requiera de alguna
legalización.
Claro
que esta política antiterrorista, a la cual se agrega la creación de 5000
puestos suplementarios en las fuerzas policiacas, 2500 en el aparato judicial y
1000 en aduanas y el sistema penitenciario, requiere de un importante
financiamiento. Por lo que, en el Congreso reunido en Versalles, el presidente
Hollande recalco que “el pacto de seguridad se impone al pacto de estabilidad”.
Por lo cual se decidió en lo inmediato un incremento de 267 millones de euros
para el presupuesto de 2016, con la invitación del ejecutivo al Congreso para
que en la mayor brevedad posible esta suma pueda incrementarse a 640 millones.
Esto
con el beneplácito de la Comisión Europea (en principio celosa guardiana del
estricto cumplimiento de las metas del pacto de estabilidad firmado por todos
los miembros de UE), la cual se dijo entender las necesidades francesas en esta
materia y estar dispuesta a evaluar esta infracción con “corazón y humanidad.”
Esto,
sin contar con los posibles “descontroles” de estas medidas… su aplicación a
ámbitos y para propósitos otros que los para los cuales fueron expedidas.
Posibilidad
que en los pocos días transcurridos desde su votación e implementación… ya se
hizo realidad, hecho incontrovertible.
Así,
según el último balance dado a conocer por el mismo Ministerio del Interior al
día 30 de noviembre, ya se habían producido 2000 “registros administrativos”,
300 “asignaciones domiciliarias” y 529 detenciones preventivas. ¿Serán todas?
No se sabe… pero algunos periódicos, tanto nacionales como regionales, dan
cuenta de una multitud de hechos concretos (con fecha, hora, dirección, nombres
y apellidos de los individuos involucrados) reportando que en la casi totalidad
de estos: uno, todas las “acciones” se llevaron a cabo con lujo de violencia;
dos, resulta que las personas implicadas no tenían nada que ver, ni de cerca ni
de lejos, con las sospechas (que no hechos averiguados) que las hicieron
acreedoras a un tal tratamiento.
Más
grave aún, estos últimos días, se vislumbraba una clara intencionalidad
política, al ser personas u organizaciones relacionadas con la lucha contra el
“cambio climático”, quienes fueron las victimas de estas acciones policiacas y
sufrieron los maltratos. Para más precisión, 24 militantes “asignados a
domicilio” en las 48 horas previas a la apertura de la cumbre mundial contra el
cambio climático conocida como COP21.
Desde
mucho antes de los atentados, en el marco de esta “COP21”, que tiene lugar en
Paris, numerosas organizaciones y colectivos habían llamado a grandes
manifestaciones… las cuales, sobre la base de dicho “estado de emergencia”,
fueron todas prohibidas.
Sin
embargo, este domingo 29, unos quince millares de personas salieron a las calles
de Paris haciendo uso de su derecho constitucional a manifestarse, siendo
brutalmente reprimidas por la policía antimotines conocida por sus siglas como
CRS (Compañía Republicana de Seguridad) y resultando, según cifras del mismo Ministerio
del Interior, 317 manifestantes puestos en detención preventiva… juzgando el
señor Hollande “escandaloso” e “indigno”… no el comportamiento de la policía
sino el de unos cuantos “agitadores que mancillaron la plaza de la Republica,
lugar de recogimiento, con velas y flores, en recuerdo de los caídos en los
atentados terroristas.”
Resulta,
más que preocupante… profundamente indignante, constatar que, en su vertiente
“interior”, la pretendida lucha contra el terrorismo se salda por la
suplantación del Estado de derecho por el Estado de urgencia, antesala de un
Estado policiaco… encontrándonos por lo pronto en un Estado de hecho hibrido,
formalmente de derecho, pero con una real e inquietante vertiente policiaca.
Como lo escribía un editorialista del medio de comunicación digital francés
Mediapart, “Un pouvoir hors la loi, un Etat hors control”, lo cual podría traducirse
por “Un poder fuera de la ley, un Estado fuera de control.”
Más
preocupante… cuando la experiencia nos indica que estas legislaciones
antiterroristas de excepción, como en el caso del “Patriot Act” gringo, llegan
para quedarse. Por lo pronto… un recordatorio, no olvidemos que la intención
del presidente Hollande, expresada en numerosas ocasiones, es la de una notable
modificación de la Constitución francesa, con la finalidad de adaptarla a la
nueva realidad de la “guerra contra el terrorismo”… y una amenaza, este mismo
martes primero de diciembre, en un programa radiofónico de la estación RMC, el
mismo señor Manuel Valls (primer ministro) ha expresado no descartar una nueva prolongación
del estado de emergencia que vence el próximo 26 de febrero 2016. Evidentemente
argumentando que “la restricción de las libertades no tiene más objetivo que el
de proteger nuestras libertades.”
Para
Naomi Klein, el gobierno francés, practica la “estrategia del choque” (en
referencia a su famoso libro) haciendo uso del estado de urgencia para reducir
al silencio los militantes por el “combate climático”, agregando que hemos
entrado a una oscura nueva edad de la democracia.
Una
vez que se quitaron las cadenas que amaraban a la “Bestia”, a ver quién es
capaz, o simplemente tiene la suficiente “valentía política”, para amararla de
nuevo y colocarle el bozal que le impida seguir mordiendo a su antojo.
Queda
la cuestión de saber si estas medidas de corte policiaco, contra todos los
“sospechosos de terrorismo” y de hecho contra “todo lo que se mueva”, son eficaces
(dependiendo de su objetivo declarado como del oculto) pero por lo pronto
dejare la respuesta para la próxima entrada sobre la cual sigo “trabajando”.
Por
lo pronto, dejando el aspecto “interior” de esta, prioritaria y encarnizada,
“guerra contra el terrorismo”, me interesa apuntar (también someramente) dos o
tres puntos relacionado con el aspecto “exterior”.
2.-
La respuesta inmediata del señor Hollande… en caliente, quizás sin pensárselo
mucho o quizás pensándoselo en demasía… guiada por el irracional sentimiento de
venganza, fue la de bombardear, inmisericordemente las posiciones de DAECH en
Siria e Iraq.
Inmisericordemente…
dado que si bien no dudo de que entre las víctimas de estos bombardeos habrá
unos cuantos yihadistas… tampoco tengo la menor duda en que las “inocentes víctimas
civiles” se contaran en un número muy superior al de los combatientes
yihadistas (mil perdón por la equivocación, rectifico, terroristas).
Me
resulta, por lo menos curioso, que cuando unos individuos matan a sangre fría
“inocentes civiles” franceses (o de cualquier otra nacionalidad, digamos en
suelo francés o una nación occidental civilizada) se les tacha de terroristas…
pero cuando son los miembros de los ejércitos bajo el mando de los ejecutivos de
estas mismas naciones occidentales (mejor olvidémonos del calificativo
“civilizada”) que matan (a sangre fría y a ciegas, por muy sofisticada que sea
la tecnología para dar en el blanco preciso) a decenas, centenas o millares de
personas (en la sola guerra de Irak emprendido por el carnicero Bush, fueron
millones) que tienen la mala suerte de encontrarse en el lugar equivocado en el
momento equivocado, estas no son víctimas del terror, sino simplemente “daños
colaterales”… y los pilotos no son calificados de terroristas, sino de
“heroicos defensores de la libertad”. Anónimos claro, pregunto, inocentemente…
¿por qué será imposible ponerles nombre y apellido… ¿será que a los terroristas
les venga también en ganas vengarse?
3.-
En su aplaudida gira por los más importante países occidentales, en busca de
aliados en su guerra contra el terror, el señor Hollande termino por admitir…
uno, que el carnicero Bashar al Assad, que hasta ayer era “parte del problema”,
es hoy “parte de la solución”… dos, que resultaba imposible, impensable, que se
pudiera ganar esta guerra únicamente con bombardeos aéreo y que para tal
objetivo era indispensable una “intervención terrestre”. Nada más que esta deberá
ser llevada a cabo por tropas árabes.
Los
franceses y “aliados” (otro cambio de importancia, entre estos se cuenta ahora
con Rusia, hasta hace algunas horas único sostén del régimen sirio) seguirán a
resguardo bombardeando desde los aires, mientras surtirán las armas para que
los soldados y milicias árabes se enfrenten al ejercito de DAECH, en tierra. En
otras palabras… nosotros ponemos las armas y ustedes los muertos. Obviamente,
sin olvidar, que conseguida la victoria (si es que esta llega algún día)
seremos nosotros quienes decidiremos de las consecuencias y condiciones,
políticas y geoestratégicas, que resulten de esta. ¡¡Natural… no se les olvide
que nosotros hemos empezado esta guerra (hace ya más de catorce años, o para
ser más exactos desde 1916 cuando con los “acuerdos Sykes-Picot dibujamos el
Oriente Medio, para repartírnoslo) para favorecer nuestros intereses
(políticos, geoestratégicos, económicos, etcétera)… y que por lo tanto a estos
tiene que rendir justicia (disculpen el irónico contrasentido de la expresión)
esta anhelada victoria contra el terrorismo!!
Un
último párrafo para terminar este punto, terrorismo que (como veremos en la
próxima entrada que me encuentro trabajando) fue intencionalmente promovido,
organizado, entrenado y provisto de armas, por el mismo Occidente,
particularmente los Estados Unidos.
4.-
Si Occidente fue quien promovió las estructuras del terrorismo… ¿Quién las
financio y las financia hoy? En una mínima parte las mismas potencias que hoy
lo combaten, pero esencialmente Arabia Saudita (y otras monarquías y emiratos
del Golfo pérsico) a quienes los unen importantes e inquebrantables lazos
políticos, geoestratégicos y sobre todo económicos (¿dónde se encuentran los
mayores campos petrolíferos?) Poco tiempo antes de los atentados de Paris, el
mismo gobierno francés se ufanaba de los importantes contratos de venta de
armas que había logrado cerrar con Arabia Saudita (después de haberlo logrado
con el sanguinario dictador egipcio Abdelfatah Al Sisi, que acabo a sangre y
fuego con un gobierno legítimamente electo, salido de la “primavera árabe”,
pero que tenía el “inconveniente” de ser encabezado por la Hermandad musulmana,
cruento golpe de estado obviamente asestado con el beneplácito, sino es que con
la complicidad, de quienes meses antes habían ensalzado y quizás propiciado
dicha primaveral revolución.)
Para
quede bien claro… ¡¡los Estados occidentales involucrados en la guerra contra
el terrorismo, financian a quien finanza a los terroristas!! Como lo dijo el
francés profesor universitario en ciencias políticas y especialista del mundo
árabe, Stéphane Lacroix, “Arabia saudita, un DAECH que ha sido exitoso.”
5.-
Imposible dar por concluido esta pequeña reseña, consagrada a la política y
éticamente inmoral respuesta del señor Hollande (¿puede haber una política
bélica y vengativa que sea moral?) sin mencionar el apoyo, casi unánime, a la
misma por parte de los medios informativos franceses, que, como es su costumbre
(para no decir su función) se encargan de formar (formatear) la opinión pública.
Opinión
publica que, como “borregada” que es, entona a pleno pulmón la Marsellesa, tiñe
los lugares públicos, sus domicilios y las redes sociales, de los colores de la
Patria, azul, blanco y rojo.
Mal
asunto cuando las dos palabras que más veces se pronuncian en cualquier
discurso del Poder, son Guerra y Patria (o su materialización, en tanto que
Francia)… cuando se apela a los sentimientos y las emociones en lugar de la
razón, como dijo alguien (no me acuerdo quien) en estos últimos días, cuando se
apela a la parte reptiliana y límbica del cerebro en lugar de recurrir al
neocortex.
Lo
siento, me equivoque, el anterior punto no puede ser el último. Si, como lo
apuntaba desde el mismo día de los atentados, la pregunta esencial (la cual no
planteo ningún medio de incomunicación) es, tiene que ser siempre, ¿Por qué?
¿Por
qué esta respuesta del gobierno francés, y en primer lugar de su cabeza el
señor Hollande? Sin pensarlo mucho (lo cual no es lo más adecuado, pero de
momento creo ser una respuesta satisfactoria) me parece, intuyo, que la
respuesta tiene en un sola, pero esencial, palabra para todo político que se
precia de serlo, como profesional y no simple estudioso o actor de LA Política
con una P mayúscula… “eleciones”. Es de todos sabido y ampliamente documentado,
que antes de estos ¿oportunos y/o bienvenidos? atentados, la “cuota de
aprobación” (el rating, si prefieren) del señor Hollande estaba por los suelos,
ya cerca de un solo digito… cuando hoy, después de los atentados y su guerrera
respuesta a la misma, esta se disparó considerablemente… al punto de que si las
elecciones fuesen el día de hoy (como les encanta decir a todos los institutos
de sondeo) este se vería reconducido en su función y “alta responsabilidad”…
por aclamación. Sera esta la razón que guio la respuesta del señor Hollande… no
tengo la absoluta certeza… pero estaría dispuesta a apostar mucho, que
efectivamente, esta fue… sigue siendo.
Por
lo que no puedo terminar esta entrada sin mencionar que si, a medida que iba
escribiéndola, antecedí el apellido Hollande del sustantivo o (¿calificativo?)
“Presidente” (con mayúscula por favor) al de simple “señor” (con todo y
minúscula)… creo que es porque, siendo
de nacionalidad francesa (por casualidad y no voluntad propia) me avergüenza
tener que admitir (o por lo menos constatar) que este “señor” ostenta el cargo
de “Presidente” de la República francesa… que, si bien no considero que es mi
patria, si es la nación en la cual nací y viví mis primeros veinticinco años, y
que, por lo tanto, en mayor o menor medida, hizo que sea quien soy… y con mayor
razón todavía, cuando este señor se ostenta como “socialista”… aunque todos
sepamos que hoy en día el sustantivo o calificativo “socialista” ya muy poco
(¿nada?) tiene que ver con lo que significaba hace unas cuantas décadas… menos
si nos vamos a finales del siglo XIX, por ejemplo en 1864. ¿Cuántas personas
sabrán todavía lo que esta fecha significo, en su momento? No lo busquen… en
este año, en Londres, socialistas y anarquistas, fundaron la AIT (Asociación
Internacional de Trabajadores) mejor conocida como la Primera Internacional.
¡Ya
paso mucha agua por debajo de estos puentes!... ya lo sé… pero que quieren…
uno, ya no es joven, por no decir que ya soy viejo… y dos, todavía sueño.
Sueños de utopía que hoy se han vuelto pesadillas.
ESTAMOS
CONVENCIDOS QUE LIBERTAD SIN SOCIALISMO ES PRIVILEGIO E INJUSTICIA; AL IGUAL
QUE SOCIALISMO SIN LIBERTAD ES ESCLAVITUD Y BRUTALIDAD.
Mikhaïl
Bakounin
Posdata:
En el intitulado de esta entrada figura una pregunta ¿socialista y democrático?
La
cual no puedo terminar sin contestarla:
Socialista…
nunca lo fue.
Democrático…
en el estricto sentido de la palabra tampoco nunca lo fue (como cualquier
gobierno que hoy en día pretende serlo)… en el sentido que hoy se da abusiva y comúnmente
a este calificativo, está dejando de serlo, quizás nunca más lo sea.
En
este momento me encuentro en la tarea de recabar la suficiente información para
poder contestar el ¿POR QUË? de la precedente “entrada” y publicarla en este
blog.
Mientras
termino esta “investigación”… me permito dar a conocer un MANIFIESTO firmado
por varios políticos (obviamente no quienes se consideran “profesionales de
tiempo completo, al servicio de los intereses de SU partido”), intelectuales,
artistas, periodistas, “organizaciones de la sociedad civil”, etcétera… el cual
es un llamamiento a manifestarse para que quienes nos gobiernan no se vayan por
el fácil recurso de dar una respuesta violenta a la violencia terrorista… la
cual, tratándose de políticos (en el Poder o que aspiran a ocupar el lugar de
estos) se entiende si consideramos que esta postura “guerrera” es la que, en la
actual situación de “duelo”, reclama la “borregada” que con sus votos da o
quita el Poder en cuestión.
He
aquí el MANIFIESTO en cuestión.
MANIFIESTO
Los
brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban
instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros
de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e instaurando
la política del miedo en nuestro día a día. Si la respuesta a la barbarie pasa
por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria
del terrorismo será total. Si al dolor por las víctimas inocentes se responde
provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable. Si
buscamos culpables entre nuestros vecinos y vecinas por el simple hecho de
vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de
ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el
fanatismo quiere crear. No podemos permitirlo.
El
fanatismo terrorista del Daesh (ISIS) es funcional y retroalimenta al fanatismo
racista europeo, mientras nuestros Gobiernos practican recortes de derechos
sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos
indiscriminados, que se han demostrado ineficaces. Nos negamos a participar en
el falso mercadeo entre derechos y seguridad. Aquí, en París, en Iraq o en
Siria, son los pueblos los que ponen las muertes mientras unos y otros trafican
con influencias, armas e intereses geoestratégicos. El odio fanático de unos no
puede esgrimirse como justificación para nuevos odios. Nos negamos a ser
rehenes del odio, el terror y la intolerancia, eso sería claudicar ante el
terrorismo.
Las
y los abajo firmantes creemos que la democracia, los Derechos Humanos y la
aspiración a una paz con justicia no son un camino ni una moneda de cambio para
nada, sino que constituyen en sí mismos el camino y el horizonte, además de la
mejor respuesta contra quienes quieren acabar con ellos. Por eso nos oponemos
drásticamente a cualquier respuesta al odio que implique más odio, más
intolerancia, más muertes de inocentes y menos derechos y libertades.
Desde
el convencimiento de que en estos momentos la ciudadanía no solo no puede
esconderse, sino que debe ser protagonista y liderar la respuesta contra el
terror, nos convocamos el sábado 28 de noviembre a las 12:00 en la plaza del
Museo Reina Sofía para mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de
París y Líbano, nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil
siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de
seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el
Bush-Blair-Aznar. Invitamos al resto de municipios a sumarse a esta iniciativa
impulsando convocatorias ciudadanas similares.
Contra
el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras.
Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la
paz.
NO en nuestro nombre.
Firma el manifiesto
Ahí les
va el enlace al original de dicho “Manifiesto” por si quieren estampar su
firma.
Hace
unos cuantos días, al leer un libro francés, caí en la cuenta de que en el
idioma español (o castellano si prefieren) se dispone de una sola palabra
DESTINO, para expresar dos “conceptos” tan diametralmente opuestos como lo son,
en el idioma francés, DESTIN y DESTINÉE.
Hecho
a partir del cual no me atrevería a afirmar que el idioma francés es más rico y
preciso que el castellano (existen casos contarios)… pero sí creo que puede
resultar, por lo menos interesante, hacer una sucinta “disertación” sobre la
diferencia entre los vocablos DESTIN y
DESTINÉE.
DESTIN
se refiere, en un lenguaje con connotación religiosa, a lo que podríamos designar
por “Providencia”… y en un lenguaje más
profano, como el azar, la fatalidad, la imperiosa necesidad, lo ineluctable.
El
DESTIN tiene que ver con el futuro. Un futuro, el nuestro, sobre el cual no
tenemos el mas mínimo poder de decisión, ni siquiera de orientación. Una
“fuerza” exterior a nuestra persona, que nos moldea, nos va construyendo sin la
más remota intervención nuestra… que solo podemos aceptar, nunca rechazar, y de
ahí, cuando mucho, intentar adaptarnos a su dictado, su imposición.
Sin
siquiera ser capaces de determinar, ni adivinar, el origen o la procedencia,
mucho menos la “esencia”, de esta “fuerza ciega” (que solo alcanzamos a
materializar y visualizar bajo la forma de “eventos”) que nos impone su
voluntad… por definición ajena a la nuestra.
En
cambio la DESTINÉE es todo lo contrario. Es la capacidad de todo ser humano (o
que pretende serlo) de erigirse en dueño de su futuro, participe de la creación
de su ser, su existencia, su humanidad… su mundo… y por lo tanto, en mayor o
menor medida, participe de la creación del Mundo.
Dueño
de su futuro, creador de su ser… sino en su totalidad (resulta imposible
abstraerse del entorno) si con la capacidad de aceptar, rechazar, o por lo
menos componer (que no transigir), con los condicionamientos externos que
disfrazan su imposición de una supuesta libre aceptación.
Aun,
condicionado por su entorno… cada ser humano puede vivir su Destino o
abandonarse a este… luchar activa y arduamente día con día, para crear su
propia vida, participando a la creación del mundo… o aceptar pasivamente que
pretendidas ciegas e inmateriales fuerzas sean las que vayan moldeando su
supervivencia.
Difícil
elección… la primera requiere luchar contra la corriente… la segunda dejarse
llevar por ella. La segunda, invisible e inaprehensible, nos es dada, nos
envuelve, nos inmoviliza… la primera, por alcanzar, requiere que desatemos los
nudos que nos atan, rompamos las cadenas que nos encadenan, dejar el inmovilismo
y el confort, ponerse en marcha y aventurarse.
Hoy
en día, el Destino, en tanto que DESTIN, es aceptarse como Homo-economicus,
Homo-predator. Ser un engranaje más en una “maquinaria social” funcionando según un
bien aceitado mecanismo jerárquico y mercantil.
Un
engrane sin más libertad de movimiento que la de rotar indefinidamente sobre su
propio eje… sumiso, obediente, sometido… carcomido por la competencia, la
angustia de la permanente evaluación, la obligatoria eficiencia y rentabilidad…
sin más anhelo que el de poder seguir con su mecánica función, su trabajo… sin
más aspiración que la de adquirir objetos… poder comprar, tanto lo necesario
como lo superfluo, lo indispensable a la supervivencia, lo que permita seguir
siendo funcional objeto entre objetos… comprar y ser comprado… ser comprado
para poder seguir comprando. Supervivencia reducida a un balance entre pérdida
y beneficio… acompasada entre codicia y poder… entregada al esforzado
ocultamiento de su ausencia, a su propia persona, a los demás, al mundo. Un
mundo que gira sin el… engrane movido por otros engranes… ignorantes todos de
la fuente de poder que los pone en movimiento… estático movimiento… sobre su
propio eje.
El
Destino, en tanto que DESTINÉE, es negarse a seguir siendo este engrane…
rehusarse en ceder a la multitud de solicitaciones y explícitos mandatos que
nos llevan a privilegiar el tener sobre el ser. La afanosa búsqueda del ser
implica aprender a desistir del tener.
El
darse a la tarea de forjar su propio Destino, en tanto que DESTINÉE, nos obliga
(si es que queremos tener éxito en nuestro propósito) a rehuir de todo lo que
nos integra al Homo-economicus y el Homo-predator. Rechazar la dominación al
igual que la sumisión… renunciar a la apropiación y la explotación (tanto de
sus semejantes como de la naturaleza)… repudiar al trabajo, actividad, tiempo y
espacio en los cuales se encuentran y refuerzan mutuamente la dominación y la
explotación. Renunciar al ejercicio de una racionalidad instrumental, mecánica,
que privilegia el cálculo, la evaluación, la competencia, los valores propios
de la economía… en detrimento de una inteligencia sensible que acoge,
sentimientos, sensaciones, emociones… en busca de la solidaridad y el gozo.
Sustituir el valor de cambio por el valor de uso… el intercambio monetario por
el don y la gratuidad. Suplantar la fuerza productiva, por la fuerza vital… el
consumo que nos consume, por la creación que nos asemeja a los Dioses.
El
hombre puede construir su Destino… dejar la necesidad de la sobrevivencia por
la tentación de vivir, el sentimiento del existir… abandonar la preeminencia del
tener sobre el ser, la cantidad sobre la calidad, el trabajo sobre la creación,
el cálculo sobre la sensibilidad, el vender sobre el dar, la apropiación sobre
el compartir, la dominación y la explotación sobre la fraternidad y la
solidaridad.
Desde
los albores de la humanidad, con las huellas de su mano en las paredes de sus hábitats
o centros ceremoniales, el hombre dejo constancia de su presencia y paso por el
tiempo… de su humanidad.
Las
líneas de la palma de mi mano no marcan mi DESTINO… al igual que mis huellas
digitales, me hacen único, insustituible… único dueño de mi DESTINÉE… si así lo
quiero, si así lo decido, si así me atrevo.
En
estos últimos tiempos me ha tocado comer en diversos restaurantes algunos
domingos. Me resulto abrumador ver en estos restaurantes… de hecho en cualquier lugar
público… parejas, familias, grupos de amigos... todos juntos… y sin
embargo solos… cada uno con su celular o su tableta… ni siquiera una mirada por
la pareja, el pariente o el amigo que tienen a su lado, enfrente.
Colmo
de los colmos… mesas en las cuales unos niños de entre dos y cinco años, no
dejan ni un momento de concentrarse en su tableta, absortos en otro mundo, debiendo sus padres, casi darles de
comer en la boca.
JUNTOS
pero SOLOS… SOLOS pero JUNTOS.
Cada
uno en su universo… comunicando con “amigos”… manipulando sus dedos pulgares
con una velocidad y una habilidad asombrosas… fotografiando sus platos de
comida para mandar en el instante la foto a “alguien” o subiéndola a Instagram…
quien sabe con cual texto.
Textos…
cortos, lo más corto que se pueda… con la mayor cantidad posible de
abreviaturas… incomprensibles para quienes no estamos iniciados a esta
particular ¿comunicación?
YO…
YO… YO… YO y más YO.
YO
solo con mi maquinita y mis diestros pulgares… comunicándome con el OTRO a distancia,
sin su real presencia, sin su real cercanía, sin su mirada.
“El
infierno son los otros.” Esta presencia virtual, distante…
permite tener “la ilusión de la cercanía”, disfrutar del poder de decir y
mostrar… sin asumir los riesgos que presenta toda real presencia… protegido de una
eventual discrepancia, de un posible cuestionamiento.
Toda
interacción con una real presencia conlleva el peligro de perder el control de
nuestra propia imagen…. de lo que queremos y pretendemos ser… lo que queremos que
los otros crean que somos… es un salto al vacío, sin arnés o red de protección…
es exponerse… es peligrar.
Queremos
exponernos, darnos a ver… pero no desnudos… no sin mascara ni artificio.
Lo
que nos permiten las redes sociales y sus vehículos… es tener la ilusión de
comunicarnos con los otros, prescribiendo de su real presencia, huyendo el
contacto humano… buscar ser reconocidos y aceptados… a la vez que protegidos de su inquisidora
mirada.
Comunicación
cuya virtualidad nos permite engañar nuestra soledad… alejarla, rehusarnos a
reconocerla, aceptarla, vivirla… cuando disfrutarla es tan necesario a la consecución
de nuestra plenitud existencial, nuestro sentimiento de existir.
La
“calidad” de nuestra vida es la calidad de nuestra soledad. De ella depende la
calidad de nuestras relaciones… de lo contrario el OTRO no es más que un medio
para evitar esta soledad… no es apreciado, amado, por ser quien es… con toda su
complejidad… toda su humanidad.