Desde
mucho tiempo atrás nunca, casi nunca, me acuerdo de lo que en los brazos de
Morfeo sueño…
extrañamiento,
hace algunos días, encontrándome en Barcelona, soñé con Fernando.
Han
pasado muchas décadas desde que a la edad de treinta y tres años Fernando se
suicido…
talentoso
joven pintor, lo decían esquizofrénico…
yo
lo veía como “perdido” por tanta manipulación y negación de su verdadero ser,
de su querer ser.
Me
encuentro caminando en las callejuelas de alguna desconocida ciudad colonial
mexicana…
me
topo con una multitud rodeando una persona, con visibles signos de amabilidad y
admiracion…
me
acerco…
sorpresa,
asombro…
Fernando,
el suicida, esta frente a mi…
igual
que siempre, con la misma profunda e interrogativa mirada, solo con una larga cabellera
y cerrada barba moteadas de gris y blanco.
Me
reconoce, nos abrazamos.
Explica
que nunca se suicido, que todo fue un montaje…
que
alguien muy parecido a él, su doble, acepto suicidarse en su lugar…
que
el engaño funciono mas allá de toda expectativa.
Vivió
estos años de ausencia…
por
ahí del siglo once..
en
una gran ciudad del Califato de Córdoba en Al-Ándalus…
dibujando…
pintando.
Regreso,
a esta tierra y este tiempo…
no en busca de algo o alguien…
solo
para poder seguir dibujando y pintando…
en
su época y lugar...
en SU sitio.
en SU sitio.
En
libertad.
PD: ¿Por qué
tratar de encontrar un significado a este sueño… porque querer racionalizar la
aparente o real iracionalidad? El simple placer que me produjo este sueño… me
basta… con él me quedo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario