Hoy, 16 de abril ha empezado en Oslo el juicio contra Andreas Behring Breivik autor del asesinato a sangre fría, en la isla de Utoya, de 69 jóvenes pertenecientes a las Juventudes Laboristas noruegas, y 8 personas más en la explosión de un artefacto colocado por el mismo en el centro de Oslo a modo de distracción.
El proceso, que ha suscitado un gran interés mediático, se centrará sobre todo en determinar si Breivik, de 33 años, es o no penalmente responsable de sus actos, ya que nunca ha negado la autoría de los hechos. De hecho, después de la lectura del acta de acusación ha declarado ante el tribunal: "Reconozco los hechos pero no la culpabilidad. Actué en defensa propia" (en una comparecencia anterior durante la instrucción de los hechos, se había incluso mostrado extrañado de que le hubiesen otorgado todavía alguna decoración).
Un informe pericial del pasado noviembre diagnostico que Breivik padece una esquizofrenia paranoide que lo eximiría de responsabilidad penal. Pero un segundo informe pericial presentado la semana pasada lo estima cuerdo y responsable de sus actos. Los jueces deben decidir cuál de los dos informes se corresponde con la realidad. Si es considerado enfermo, ingresaría en un centro psiquiátrico indefinidamente, sujeto a una revisión periódica. De ser considerado cuerdo, podría ser condenado a una pena máxima de 21 años de cárcel por los delitos de terrorismo y asesinato.
¿Por qué esta disyuntiva, porque esta pregunta, porque preguntarse si Breivik está loco o cuerdo? La cuestión de la cordura o la locura no se consideraría en lo más mínimo si se tratase de un “terrorista” musulmán. Hasta donde sepamos (o por lo menos sepa) Bin Laden nunca fue presentado como un esquizofrénico paranoico… era un terrorista islámico… y punto.
Creo que la respuesta está en que Breivik ES NOSOTROS Y NO ELLOS.
Creo que la respuesta está en que Breivik ES NOSOTROS Y NO ELLOS.
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