abril 06, 2012

DEL SUICIDIO AL MAGNICIDIO



Hace unos pocos días, Dimitris Christoulas, un jubilado griego, de 77 años de edad, se suicido, de un tiro en la sien, frente al edificio del Parlamento en la céntrica plaza Syntagma de Atenas… donde se dieron muchas batallas callejeras contra la política de austeridad implementada por el gobierno griego a instancias de la Comunidad Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Al levantar el cuerpo, se encontró en un bolsillo del farmacéutico jubilado, la siguiente nota:
"El Gobierno de ocupación Tsolakoglou(*) ha aniquilado toda posibilidad de supervivencia para mí, que se basaba en una respetable pensión que yo había pagado por mi cuenta (sin ayuda del Estado) durante 35 años."
"Dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra forma (aunque si un compatriota griego hubiera cogido un kalashnikov, yo le habría seguido), no veo otra solución que poner fin a mi vida de esta forma digna antes de tener que rebuscar comida entre la basura para poder subsistir."
"Creo que los jóvenes sin futuro tomarán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores a este país en la plaza Syntagma, al igual que los italianos hicieron con Mussolini en 1945 en la plaza de Poreto de Milán"

(*) referencia al gobierno de  Georgios Tsolakoglou, presidente griego colaboracionista con el régimen nazi, durante la ocupación alemana.


Ante las protestas y manifestaciones de indignación que suscito este suicidio, Gerry Rice el portavoz del FMI, uno de los autores intelectuales de este asesinato (maquillado de suicidio) reacciono expresando, en una rueda de prensa, su “profunda tristeza” por el hecho… quedando de manifiesto que para los burócratas que implementan estas políticas criminales, la dignidad, de los afectados como la propia, es la última de sus preocupaciones… simplemente porque para ellos solo se trata de un frio y neutro calculo matemático de eficiencia y rentabilidad con la finalidad de acrecentar el desigual reparto de la riqueza en favor de las privilegiadas elites.

Como lo expresa el mismo Dimitris Christoulas, ¡ojala, algún día, los sumisos y sometidos se atrevan a tomar las armas y colgar a sus verdugos! ¿Apología del crimen, terrorismo?... ¡no simple derecho a la justicia!
Ante hechos como este, el magnicidio es una acción política… quizás contraproducente… pero perfectamente legítima… y liberadora.

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