abril 30, 2012

¿LLEGO LA HORA DEL SABOTAJE?



En el blog “Fuera de lugar” de Amador Fernández Savater leí:

El capitalismo se ha vuelto completamente punk: no future”… El capitalismo improvisa, pero también los movimientos que se le oponen. No hay brújula que valga, los mapas que tenemos se nos caen de las manos, no sabemos dónde vamos. Parece como si sólo nos quedara ir siguiendo los acontecimientos del día: ayer lo del Rey, hoy lo de Repsol, mañana ya veremos. The time is out of joint… Protestar parece inútil… Es como si los poderes hubieran desconectado de la sociedad y no hubiese modo de afectarlos. Da miedo… Si todo se hunde, participemos al menos en el hundimiento… Lo normal, lo obvio es la rabia, el odio, la violencia. Legítima pero inútil. Cabezazos contra la pared, cada vez más furiosos, ciegos y desesperados. Pero la pared no cede.

Ellos ponen los temas.
Ellos ponen los tiempos.
Ellos ponen los escenarios.
Nosotros reaccionamos.


Ya no indignarse, reaccionar o demandar, sino actuar como si la República del 99% fuese una realidad, combatir al poder ignorándolo, no seguir sus reglas, sino inventar las nuestras. ¿Qué podría significar esto?... Imagino primero en todas las plazas una declaración masiva de ruptura con la realidad podrida de la monarquía, la economía y la política. Un gesto sereno, tranquilo: “estáis despedidos, nos despedimos”… ¿qué resulta de ello? Poner nosotros los tiempos, los temas y los escenarios. Hacerlos existir y respetar y durar y crecer. Habitar ya otro país: real y ficticio, visible e invisible, intermitente y continuo.
La mejor manera de defender algo es reinventarlo todo.
No para ti y los tuyos, sino para el 99% (seguimos todos en el mismo tren).
Nuestra venganza es ser felices.

Hasta aquí lo dicho por el señor Amador Fernandez Savater.

No hay la menor duda de que los hechos avalan su diagnostico cuando dice: “Ellos ponen los temas, los tiempos y los escenarios, mientras nosotros reaccionamos”… como tampoco tengo la menor duda de que ya no debemos indignarnos, reaccionar o demandar, sino actuar… somos nosotros quienes tenemos que poner los tiempos, los temas y los escenarios, hacerlos existir, respetar y durar y crecer.
Falta saber cómo.
Se propone “despedir” esta realidad para construir otra… pero cuando en esta realidad lo urgente, lo apremiante, lo prioritario… es sobrevivir… puede que resulte particularmente difícil construir una nueva realidad… salvo, quizás, si la construcción de esta realidad es destructiva… si nuestros temas, tiempos y escenarios se ordenan alrededor de la destrucción de la realidad que nos imponen.



Durruti decía: “Al fascismo no se le discute, se le destruye”. A este capitalismo, tampoco se le discute, también se le destruye. No se puede discutir de tu a tu con un sistema que somete todo lo existente (vivo o no) a sus leyes (leyes cuya función y finalidad son el sometimiento y la explotación), da forma a lo que somos.

Abandonada la participación (que no puede ser otra que el sometimiento)… abandonado el recurso del dialogo y la negociación (que no puede ser distinto al compromiso y la renuncia) abandonada la resistencia pacífica (que no puede ser otra que la derrota disfrazada de resistencia)… queda la acción directa.
La acción directa cuya modalidad central, el sabotaje, bajo la infinita variedad de sus posibles formas y expresiones, permite socavar el orden antes de derruir las estructuras.

Sabotaje de los pilares políticos que son los órganos de los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales (con particular interés por este último, el más nefasto de los tres por ser el puntal de la falacia del tan cacareado estado de derecho)… el cual puede ir desde la no participación a la farsa que es todo proceso electoral enmarcado en la democracia representativa, hasta el atentado contra los titulares, representantes y símbolos de estos poderes.
Sabotaje de los aparatos de coerción y control como la policía, pero también (y ante todo) los medios de comunicación y todas las estructuras que encarnan las dimensiones sociales, culturales e ideológicas como los centros de enseñanza, las cárceles y un sinnúmero de etcéteras.
Sabotaje de los pilares económicos que son en primera instancia los centros de producción (fabricas) de toda índole y naturaleza, así como los centros en los cuales la mercancía (tanto real como virtual) expone impúdica sus encantos, pero sobre todo las instalaciones estratégicas que proveen la energía y permiten las comunicaciones. En esta etapa del capitalismo, la información y las comunicaciones (desde las vías de comunicación “clásicas”, hasta los centros de computo, pasando por las redes satelitales), junto a la siempre creciente demanda de energía, son las arterias y el corazón que sustentan la producción de los bienes tangibles e intangibles (hasta la actividad meramente especulativa)… dan cuerpo y vida a la gran maquinaria que tritura las existencias.
El factor tiempo en tanto que velocidad, asi como el factor espacio en tanto que ubicuidad, son también una de las características esenciales, vitales, de la actual maquinaria capitalista.

Por lo que en buena lógica, toda acción que logre detener, paralizar, inmovilizar, o por lo menos frenar, ralentizar, por un tiempo mas o menos largo, la producción de energía y/o su aprovisionamiento, así como los circuitos de producción y circulación de la información y comunicación, es la mas efectiva y por lo tanto idónea para poner en jaque las estructuras que aseguran (constituyen) el diario funcionamiento de la actual maquinaria capitalista que genera y perpetua la dominación de la oligarquía económica y las elites políticas.

Falta saber cuáles podrían ser las diferentes modalidades de este sabotaje. No es el objeto de esta entrada y serán quienes opten esta acción los que deberán de responder a la pregunta… sin embargo podemos decir que el abanico es amplísimo y puede ir desde la abstención activa en todo proceso electoral, hasta la destrucción física de los centros de producción y distribución de los bienes y servicios, tanto físicos como virtuales, pasando por la intervención, desvió y parálisis de  los flujos de información computarizada con lo cual es más que factible detener la maquinaria.

En estos tiempos de una intensísima ofensiva del capital y sus secuaces para ampliar su dominación y sus ganancias… el sabotaje es el único medio mediante el cual quienes padecen la sumisión y la explotación… dejen de ser reactivos… para poner, ellos, los temas, tiempos y escenarios.



El dia 26 los periódicos españoles daban cuenta de la siguiente noticia:
Sabotaje coordinado en nueve líneas de Metro en protesta por el 'tarifazo'
Unos activistas accionan los frenos en 13 convoyes de nueve líneas cuando estaban parados.

Y un “colectivo” reivindicaba esta acción con la siguiente comunicación:

PAREMOS EL TARIFAZO
Comunicado acerca del parón del Metro de Madrid durante la mañana del 25 de abril de 2012
     En el día de hoy, un grupo de personas decididas a actuar contra la subida abusiva de las tarifas del transporte público, hemos hecho saltar las alarmas de decenas de trenes del Metro de Madrid, para detener durante unos minutos la actividad en todas sus líneas. Con esta acción queremos demostrar que no estamos dispuestos a aceptar que se nos prive del acceso a una necesidad tan básica como es poder movernos por la ciudad en la que vivimos, y que haremos lo que sea necesario para frenar este escandaloso e intolerable incremento de los precios.
     El tarifazo llega, además, mientras vivimos una situación laboral y social dramática: la mitad de la juventud no tiene trabajo, el despido es libre, las viviendas inaccesibles, sólo en Madrid 25 familias son expulsadas cada día de sus casas por no poder pagar al banco, 1500 jóvenes emigran cada semana en busca de un futuro fuera de aquí, todo aquello que podíamos considerar mínimamente común está siendo destruido, estamos regresando a condiciones laborales de hace décadas, con situaciones de explotación cercanas a la semiesclavitud, y la represión en la calle comienza a asemejarse a la de épocas oscuras de nuestra historia reciente. Y ahora quieren que paguemos doble por usar el medio que la mayoría (de quienes tenemos la “suerte” de tener un empleo) necesitamos para llegar cada mañana al lugar en el que perdemos las mejores horas de nuestras vidas produciendo beneficios que nos son para nosotr@s, a cambio de salarios miserables que cada vez dan para menos, y cuya mayor parte es siempre para el banco. Basta. No aceptaremos ni un céntimo de esta subida porque no podemos.
     La acción de hoy es sólo la primera. No vamos a parar de actuar colectivamente hasta que la subida de tarifas sea retirada y comience una bajada progresiva de los precios hasta que el acceso de todas las personas al transporte público esté garantizado; cosa que, por supuesto, no es el fin de esta subida, que prohíbe de facto el uso del transporte público a una gran parte de quienes vivimos en esta ciudad.
     Instamos además a tod@s los ciudadan@s de Madrid a que emprendan la acción colectiva, la desobediencia y la movilización en las calles, para que entre tod@s demostremos que no pagaremos sus tarifas, que esta es nuestra ciudad y este es nuestro Metro, y que sin nosotr@s no son nada.

¡NO AL TARIFAZO!
¡VUESTRA CRISIS NO LA PAGAMOS!



Obviamente que se trata de una acción de carácter todavía simbólico y muy puntual, que no afecta el funcionamiento de la maquina… pero es alentador que la modalidad de tal acción sea precisamente la parálisis (aunque temporánea y sin mayores consecuencias para la economía) de un infraestructura dedicada a la comunicación.
Incluso, lo mas probable es que sus autores no lo visualizaran como un sabotaje de algún medio de comunicación y este se enmarcara dentro de una estrategia ofensiva sino que se tratara únicamente de una acción de “resistencia activa” (y que varios de los medios que lo reportan como sabotaje lo hagan por amarillismo y con la finalidad de descalificar, inculcar miedo y favorecer un sentimiento de rechazo)… pero, a pesar de todo… es alentador.

El sabotaje es destrucción… pero como lo dijo en su tiempo Durruti: Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante"







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