En el blog “Fuera de lugar” de Amador Fernández
Savater leí:
El capitalismo se ha vuelto
completamente punk: “no future”… El
capitalismo improvisa, pero también los movimientos que se le oponen. No hay brújula
que valga, los mapas que tenemos se nos caen de las manos, no sabemos dónde
vamos. Parece como si sólo nos quedara ir siguiendo los acontecimientos del
día: ayer lo del Rey, hoy lo de Repsol, mañana ya veremos. The time is out
of joint… Protestar parece inútil… Es como si los poderes hubieran
desconectado de la sociedad y no hubiese modo de afectarlos. Da miedo… Si todo
se hunde, participemos al menos en el hundimiento… Lo normal, lo obvio es la
rabia, el odio, la violencia. Legítima pero inútil. Cabezazos contra la pared,
cada vez más furiosos, ciegos y desesperados. Pero la pared no cede.
Ellos
ponen los temas.
Ellos ponen los tiempos.
Ellos ponen los escenarios.
Nosotros reaccionamos.
Ellos ponen los tiempos.
Ellos ponen los escenarios.
Nosotros reaccionamos.
Ya no indignarse,
reaccionar o demandar, sino actuar como si la República del 99% fuese
una realidad, combatir al poder ignorándolo, no seguir sus reglas, sino
inventar las nuestras. ¿Qué podría significar esto?... Imagino primero en todas
las plazas una declaración masiva de ruptura con la realidad podrida de la
monarquía, la economía y la política. Un gesto sereno, tranquilo: “estáis
despedidos, nos despedimos”… ¿qué resulta de ello? Poner nosotros los tiempos,
los temas y los escenarios. Hacerlos existir y respetar y durar y crecer.
Habitar ya otro país: real y ficticio, visible e invisible, intermitente
y continuo.
La mejor manera de defender
algo es reinventarlo todo.
No para ti y los tuyos, sino para el 99% (seguimos todos en el mismo tren).
Nuestra venganza es ser felices.
No para ti y los tuyos, sino para el 99% (seguimos todos en el mismo tren).
Nuestra venganza es ser felices.
Hasta aquí lo dicho por el señor Amador
Fernandez Savater.
No hay la menor duda de que los hechos avalan
su diagnostico cuando dice: “Ellos ponen los temas, los tiempos y los
escenarios, mientras nosotros reaccionamos”… como tampoco tengo la menor duda
de que ya no debemos indignarnos, reaccionar o demandar, sino actuar… somos
nosotros quienes tenemos que poner los tiempos, los temas y los escenarios,
hacerlos existir, respetar y durar y crecer.
Falta saber cómo.
Se propone “despedir” esta realidad para
construir otra… pero cuando en esta realidad lo urgente, lo apremiante, lo
prioritario… es sobrevivir… puede que resulte particularmente difícil construir
una nueva realidad… salvo, quizás, si la construcción de esta realidad es
destructiva… si nuestros temas, tiempos y escenarios se ordenan alrededor de la
destrucción de la realidad que nos imponen.
Durruti decía: “Al fascismo no se le
discute, se le destruye”. A este capitalismo, tampoco se le discute,
también se le destruye. No se puede discutir de tu a tu con un sistema que
somete todo lo existente (vivo o no) a sus leyes (leyes cuya función y
finalidad son el sometimiento y la explotación), da forma a lo que somos.
Abandonada la participación (que no puede ser
otra que el sometimiento)… abandonado el recurso del dialogo y la negociación
(que no puede ser distinto al compromiso y la renuncia) abandonada la
resistencia pacífica (que no puede ser otra que la derrota disfrazada de
resistencia)… queda la acción directa.
La acción directa cuya modalidad central, el sabotaje, bajo la
infinita variedad de sus posibles formas y expresiones, permite socavar el
orden antes de derruir las estructuras.
Sabotaje de los pilares políticos que son los órganos de los poderes
ejecutivos, legislativos y judiciales (con particular interés por este último,
el más nefasto de los tres por ser el puntal de la falacia del tan cacareado
estado de derecho)… el cual puede ir desde la no participación a la farsa que
es todo proceso electoral enmarcado en la democracia representativa, hasta el
atentado contra los titulares, representantes y símbolos de estos poderes.
Sabotaje de los aparatos de
coerción y control como la policía, pero también (y ante todo) los medios de
comunicación y todas las estructuras que encarnan las dimensiones sociales,
culturales e ideológicas como los centros de enseñanza, las cárceles y un
sinnúmero de etcéteras.
Sabotaje de los pilares económicos que son en primera instancia los
centros de producción (fabricas) de toda índole y naturaleza, así como los
centros en los cuales la mercancía (tanto real como virtual) expone impúdica
sus encantos, pero sobre todo las instalaciones estratégicas que proveen la
energía y permiten las comunicaciones. En esta etapa del capitalismo, la
información y las comunicaciones (desde las vías de comunicación “clásicas”,
hasta los centros de computo, pasando por las redes satelitales), junto a la
siempre creciente demanda de energía, son las arterias y el corazón que
sustentan la producción de los bienes tangibles e intangibles (hasta la
actividad meramente especulativa)… dan cuerpo y vida a la gran maquinaria que
tritura las existencias.
El factor tiempo en tanto que velocidad, asi como el factor espacio en
tanto que ubicuidad, son también una de las características esenciales,
vitales, de la actual maquinaria capitalista.
Por lo que en buena lógica, toda acción que logre detener, paralizar,
inmovilizar, o por lo menos frenar, ralentizar, por un tiempo mas o menos
largo, la producción de energía y/o su aprovisionamiento, así como los
circuitos de producción y circulación de la información y comunicación, es la
mas efectiva y por lo tanto idónea para poner en jaque las estructuras que
aseguran (constituyen) el diario funcionamiento de la actual maquinaria
capitalista que genera y perpetua la dominación de la oligarquía económica y
las elites políticas.
Falta saber cuáles podrían ser las diferentes modalidades de este
sabotaje. No es el objeto de esta entrada y serán quienes opten esta acción los
que deberán de responder a la pregunta… sin embargo podemos decir que el
abanico es amplísimo y puede ir desde la abstención activa en todo proceso
electoral, hasta la destrucción física de los centros de producción y distribución
de los bienes y servicios, tanto físicos como virtuales, pasando por la intervención,
desvió y parálisis de los flujos de información
computarizada con lo cual es más que factible detener la maquinaria.
En estos tiempos de una intensísima ofensiva del capital y sus secuaces
para ampliar su dominación y sus ganancias… el sabotaje es el único medio
mediante el cual quienes padecen la sumisión y la explotación… dejen de ser
reactivos… para poner, ellos, los temas, tiempos y escenarios.
El dia 26 los periódicos
españoles daban cuenta de la siguiente noticia:
Sabotaje
coordinado en nueve líneas de Metro en protesta por el 'tarifazo'
Unos activistas accionan
los frenos en 13 convoyes de nueve líneas cuando estaban parados.
Y
un “colectivo” reivindicaba esta acción con la siguiente comunicación:
PAREMOS EL
TARIFAZO
Comunicado
acerca del parón del Metro de Madrid durante la mañana del 25 de abril de 2012
En el día de hoy, un grupo de
personas decididas a actuar contra la subida abusiva de las tarifas del
transporte público, hemos hecho saltar las alarmas de decenas de trenes del
Metro de Madrid, para detener durante unos minutos la actividad en todas sus
líneas. Con esta acción queremos demostrar que no estamos dispuestos a aceptar
que se nos prive del acceso a una necesidad tan básica como es poder movernos
por la ciudad en la que vivimos, y que haremos lo que sea necesario para frenar
este escandaloso e intolerable incremento de los precios.
El tarifazo llega, además,
mientras vivimos una situación laboral y social dramática: la mitad de la
juventud no tiene trabajo, el despido es libre, las viviendas inaccesibles,
sólo en Madrid 25 familias son expulsadas cada día de sus casas por no poder
pagar al banco, 1500 jóvenes emigran cada semana en busca de un futuro fuera de
aquí, todo aquello que podíamos considerar mínimamente común está siendo
destruido, estamos regresando a condiciones laborales de hace décadas, con
situaciones de explotación cercanas a la semiesclavitud, y la represión en la
calle comienza a asemejarse a la de épocas oscuras de nuestra historia
reciente. Y ahora quieren que paguemos doble por usar el medio que la mayoría
(de quienes tenemos la “suerte” de tener un empleo) necesitamos para llegar
cada mañana al lugar en el que perdemos las mejores horas de nuestras vidas
produciendo beneficios que nos son para nosotr@s, a cambio de salarios
miserables que cada vez dan para menos, y cuya mayor parte es siempre para el
banco. Basta. No aceptaremos ni un céntimo de esta subida porque no podemos.
La acción de hoy es sólo la
primera. No vamos a parar de actuar colectivamente hasta que la subida de
tarifas sea retirada y comience una bajada progresiva de los precios hasta que
el acceso de todas las personas al transporte público esté garantizado; cosa
que, por supuesto, no es el fin de esta subida, que prohíbe de facto el uso del
transporte público a una gran parte de quienes vivimos en esta ciudad.
Instamos además a tod@s los
ciudadan@s de Madrid a que emprendan la acción colectiva, la desobediencia y la
movilización en las calles, para que entre tod@s demostremos que no pagaremos
sus tarifas, que esta es nuestra ciudad y este es nuestro Metro, y que sin
nosotr@s no son nada.
¡NO AL TARIFAZO!
¡VUESTRA CRISIS NO LA PAGAMOS!
Obviamente que se trata de una acción de carácter todavía simbólico y
muy puntual, que no afecta el funcionamiento de la maquina… pero es alentador
que la modalidad de tal acción sea precisamente la parálisis (aunque temporánea
y sin mayores consecuencias para la economía) de un infraestructura dedicada a
la comunicación.
Incluso, lo mas probable es que sus autores no lo visualizaran como un
sabotaje de algún medio de comunicación y este se enmarcara dentro de una
estrategia ofensiva sino que se tratara únicamente de una acción de
“resistencia activa” (y que varios de los medios que lo reportan como sabotaje
lo hagan por amarillismo y con la finalidad de descalificar, inculcar miedo y
favorecer un sentimiento de rechazo)… pero, a pesar de todo… es alentador.
El sabotaje es destrucción… pero como lo dijo en su tiempo Durruti: “Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que
ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de
su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque
llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este
instante"
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