La desesperanza de
tenerlo todo.
La desesperanza de
carecer de necesidad y deseo.
La desesperanza de ser
nadie.
La desesperanza de ser
cualquiera.
No tener el derecho ni
la capacidad de decir YO como tampoco NOSOTROS, únicamente balbucear
CUALQUIERA.
Cuando el “oscuro
objeto” de nuestro deseo ha sido sustituido por el inducido deseo de objetos.
Queda la posibilidad,
el propósito, la voluntad de…
No servir a nadie.
No servir para nada.
No ser utilizado.
No ser útil.
Si la voluntad se
escabulla, entonces queda el ser nada ni nadie, el adentrarse en la NADA.
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