Del 8 al 11 de octubre
Marina asistió a la Convención Nacional de la Industria Textil que tuvo lugar
en un hotel de la Riviera Maya.
Como siempre la
acompañe pero, evidentemente, no asistí a los trabajos de dicha Convención,
aprovechando este “tiempo en suspensión” para dedicarme a lo que más me gusta:
la lectura y, si puedo, la escritura.
En esta ocasión leí una
traducción al francés de un libro escrito por el sociólogo y economista alemán
Wolganf Streeck, titulado en francés: Du temps acheté. La crise sans cesse
ajournée du capitalisme démocratique. Lo cual traducido al idioma
español sería algo como: Del tiempo comprado. La crisis siempre
pospuesta del capitalismo democrático.
Hace muchos años que
no había leído un libro de “sociología económica” que me hiciera tal impresión,
me pareciera tan interesante, importante, esencial, para entender los comos y
los porqués del paso de la economía del
bienestar de corte “keynesiano” a la
economía neoliberal de corte “Hayekiano”.
No sé si existe alguna
traducción al idioma español de este libro (en mi búsqueda en internet, no la
he encontrado. Sin embargo si existe una traducción al inglés, titulada “The
delayed crisis of democratic capitalism”.) pero les recomiendo más que
ampliamente investigarlo, y de encontrarlo, comprarlo y leerlo.
Está muy bien escrito
(por lo menos en su traducción francesa) de manera muy entendible para quienes
poseemos un mínimo de “entendimiento de la interacción entre política y
economía” sin tener una formal formación académica como economistas.
A pesar de ser un
libro de cerca de 400 páginas se lee con mucho gusto… en mi caso, de un solo
jalón e incluso con gozo.
La temática del porque
y el como del paso de “la economía del bienestar” a la “economía neoliberal” es
tratado de un punto de vista político-económico (con algo de sociología) en un
espacio que abarca todo “el mundo occidental capitalista” políticamente regido
por el sistema de la “democracia representativa”, pero con particular énfasis
en la Unión Europea.
Un libro que
proporciona las herramientas teóricas para “entender” (comprender, mas no
avalar) muchos de los eventos de estos últimos tiempos, como por ejemplo la tan
alabada y supuestamente modélica “transición española” o, aun habiendo sido
escrito antes de que esta se produjera, la tan comentada y polémica “traición
de Tsipras”.
Un libro un poco
“desesperado” (carente de esperanza)… o según sea el caso, sumamente “lucido”…
en el sentido de que después de su lectura te das cuenta que ningún gobierno
“democrático”, sea cual sea su “color” o posicionamiento en el espectro
político Derecha/Izquierda (desde la extrema derecha a la izquierda más
radical, pasando por todos los posibles “centros”, tanto de derecha como de
izquierda o engañosamente centristas o “independientes”) podrá oponerse (si es
que esta fuese su real intención) a la política económica impuesta e
implementada, desde la globalización, por quienes (grandes corporaciones
transnacionales, instituciones financieras antropófagas que engullen todo a su
alrededor, organismos e instituciones multinacionales y multilaterales) se
ocultan detrás de las “fuerzas del mercado”, el Todo Poderoso Dios Mercado (omnipotente
e omnipresente) que “representa” los intereses de unos personajes que lejos de
ser unas siglas, unas marcas, o unos logotipos… son hombres de carne y hueso
(tan de carne y hueso como usted o yo) que constituyen… SON… la elite, la clase
(si queremos emplear un término marxista hoy condenado al ostracismo), que
posee los medios (todos los medios) para ejercer la dominación (y
consecuentemente postrar a los demás en la sumisión, la exclusión, la
explotación)… entre otras cosas, pero esencialmente, mediante SU política
económica.
Lo cual, ya en
términos políticos “prácticos”, significa que votes por quien votes (desde la
extrema derecha hasta las izquierdas radicales pasando por todos los centros
más descoloridos los unos que los otros) al día siguiente de unas tan
democráticas elecciones… seguiras atrapado en la misma jaula… encadenado a la
misma picota… colgando de la misma horca.
Por lo que, hoy, votar
es solo escoger lo exiguo de tu jaula, la longitud de tu cadena, el nudo y
grosor de tu cuerda.
Visto lo anterior, con
toda lógica y congruencia, la conclusión de este libro (que hice mía mucho antes
de haberlo leído) es que la única posibilidad de revertir esta situación de
real y consentida esclavitud o “servidumbre voluntaria” es la de decidirse por
fin a abandonar una imposible “oposición constructiva” por una “oposición
destructiva”. Desencadenar una explosión de protestas aparentemente
“irracionales”, “irrealistas y “meramente emocionales”.
Cuando las vías
democráticas de la articulación de los “intereses opuestos” en conflicto, y el
camino de la búsqueda de las alternativas se encuentra cortado… solo queda la
respuesta extraparlamentaria, la vía de las protestas espontaneas y
fragmentadas que serán “unánimemente” calificadas de emocionales, irracionales,
irresponsables… suicidas, agrego yo.
Abandonando por un
momento lo expuesto en este libro por Wolfang Streeck, y permitiéndome exponer
mi propia posición al respecto, retomare lo ya expuesto en varias entradas de
este mismo blog.
Las protestas y
manifestaciones “espontaneas, fragmentadas y emocionales”… no acabaran nunca
con un capitalismo neoliberal totalmente “financierizado” incapaz de generar
las mínimas condiciones de conservación de la “paz social”, empujado cada día más
hacia el abandono de la coartada democrática y dispuesto a excluir y matar (no
simbólicamente sino efectivamente) quienes, política o económicamente, son una
amenaza para su supervivencia en tanto que generador de las condiciones que
posibilitan el ejercicio de la dominación de sus beneficiarios y ejecutores.
Protestas
antisistémicas… si… pero racionalmente pensadas, organizadas, planeadas, VIOLENTAS (la legitima violencia de los
sometidos contra quienes los mantienen como tales)… recurriendo a la formación
de unidades coordinadas pero autónomas de ciudadanos, debidamente capacitados,
dispuestos a llevar el SABOTAJE al
corazón (y el cerebro) mismo del sistema… mediante acciones capaces de PARALIZAR sus centros neurálgicos que
son las comunicaciones (de todo tipo y género, desde el transporte hasta las
transmisiones de información) y las fuentes de energía… destruir sus neuronas y vaciarlo de su sangre… sin olvidarse del simultaneo ajusticiamiento del reducido
grupo (de carne y hueso) de sus beneficiarios y ejecutores… sin olvidarse, tampoco y primordialmente, del simultaneo, fundamental, esencial, “movimiento
ciudadano insurreccional” manifestándose pacífica y masivamente… al tiempo
que, soportado por esta dinámica, va paulatina y libremente, imaginando y
construyendo “la comunidad de libres e
iguales”, el “tejido” de comunidades autoconstituidas, autogestionadas,
autónomas y libremente asociadas sobre la base de la fraternidad
(intracomunitaria e intercomunitaria) y el bien común… que suplantara la bestia
que se estará muriendo.
¡Utopía… contaría a la
naturaleza humana!
La naturaleza humana
“per se”… no existe… es una invención conceptual… fabricada por quienes
detentan y ejercen la dominación… una pieza más del arsenal de su “ideario”
construido e instituido para contribuir a mantener su dominación.
La única naturaleza
humana que existe es la que, los humanos, alumbramos al tiempo que construimos
nuestra “casa común”. Casa común que… no hay que cansarse en repetirlo, una y
otra vez… hoy, no es otra que el sofisticado entramado de las relaciones
(estructurales y privadas), que en el orden de lo material y lo mental,
constituyen las relaciones que permiten la dominación y su permanencia… cuyos
“ejecutores” y beneficiarios creen (quieren hacernos creer, tampoco son tan
estúpidos), ya no en tanto que obra de Dios o destino manifiesto, sino más
simplemente como natural… obra y parte del inmutable orden de la naturaleza.
Concluiré, dejando la
palabra a Wolfang Streeck: La única alternativa a un capitalismo sin
democracia sería una democracia sin capitalismo.
En realidad no puedo
concluir sin aceptar que, de momento (y conmigo quienes propugnan esta “salida”
insurreccional portadora del germen de la comunidad que alumbrara) no soy (no
somos) capaces de contestar a la pregunta formulada en su tiempo por Lenin… ¿Qué hacer?... para que, un día, esta
“utópica insurrección” se ponga en marcha… ¿Cuándo?... ¿Dónde?... ¿Cómo?...
¿Quiénes serán sus progenitores, cual y cómo será su periodo de
gestación?... ¿Quiénes la alumbraran y
cómo?... ¿Cómo conciliar y articular, la “abierta” espontaneidad y autonomía de
los ciudadanos que irán construyendo la “comunidad de libres e iguales”, con la
necesaria “secrecía y capacidad técnica” de quienes, en sincronía, llevaran a
cabo las tareas de sabotaje, indispensables para privar el sistema de su capacidad
de funcionamiento?
Desgraciadamente, no
puedo contestar estas preguntas (como no lo han podido hacer quienes están
esbozando este mismo camino)… pero de lo que estoy convencido, es que este es
el único camino que puede lograr la “destrucción”, el aniquilamiento del actual
sistema que rige las relaciones de dominación y consecuentemente de
explotación.
Mi única duda es…
¿Cómo hacer este camino transitable?
Aunque, no descarto la
posibilidad, ya no de una explosión provocada, pero si de una implosión de este sistema que como
expresa el economista francés Daniel Cohen… necesita (es su razón de ser, su esencia
misma) conciliar lo inconciliable… el
deseo infinito en un mundo finito.
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