agosto 01, 2013

Respect the dead… just live your life.





Durante el día no pienso… casi no vivo… solo mato el tiempo que va pasando de largo.

Lo hago llegada la noche… solo… acostado en mi cama, a oscuras… los audífonos en mis oídos… entonces si pienso… si me siento vivo… me sé vivo… sin demasiadas ganas de serlo.

Si, a veces hasta siento la muerte rozarme… entonces, tomo una hoja de papel, un bolígrafo o una pluma fuente… escribo… entonces esta esquelética dama vestida de negro se aleja.

Nunca la había sentido tan cercana como esta pasada noche… mientras escuchaba “Respect the dead” de Otis Taylor.

Sentí… ¿puede ser que lo haya oído?... el irregular, entrecortado, latido de mi corazón en mi pecho, mi espalda, mi estomago, mi cuello… sudé… un extraño, desconocido, dolor en mi cabeza… mis pies ardiendo… una corriente eléctrica bajando de mi codo izquierdo hacia la extremidad de mi dedo anular... mis pulmones secos… por momentos, la música, aun placentera, me taladraba la cabeza… ¿qué más?

Me espanté.

Entonces pensé en X de cuyo nombre no me acuerdo y cuyo rostro he olvidado… en C, que nunca lo supo… en L, de quien dolorosamente ignoro si sigue en vida o falleció… en M, cercana, cariñosa y tierna presencia… en la primera A, sin mas presencia que la de un rostro en una vieja fotografía sepia de los años treinta… en la última A, etérea y ausente presencia que decidió refugiarse en el silencio… en todas las que quizás amé… y… de las que me enamoré… de la sentada frente a mí en el tren… de la acostada en un parque leyendo… de la que crucé y me sonrió… de sus piernas… sus caderas… su caminar… su pelo… su piel… sus ojos… su mirada… su voz… sus palabras… su sonrisa… su llanto… su alegría… su tristeza… lo que veo… y lo que imagino.

Terminó el ultimo acorde… prendí la luz… me incorporé… tomé una hoja de papel… escribí lo que estás leyendo.

Volví a la oscuridad… solo… con el dolor de cabeza… tratando de conciliar el sueño… preguntándome si mañana me despertaré… me dormí.

Me desperté, desayuné, me bañé… frente a una pantalla tecleo letras, palabras, oraciones… escuchando una vez mas “Respect tthe dead”… pensando… por si algún día hiciera falta… en cómo conseguir pentobarbital.






La escritura cierra herridas... la añoranza las abre... y sin embargo...





1 comentario:

Anónimo dijo...

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saludos