Wikileaks, Julian Assange, Bradley Manning, Ed Snowden…
pero también las mal llamadas “revoluciones árabes” norteafricanas, las
protestas ciudadanas en Turquía y Brasil, antes el “15M” en España o el “Occupy
Wall Street” en los USA… plantean la pregunta: ¿Internet, con sus derivadas
redes sociales (Facebook, Twitter, You Tube, Google y las que no paran de
aparecer) una herramienta de liberación o de opresión, de presión de los
ciudadanos sobre el Poder o de control de los Estados sobre los individuos?
Comunicar, comunicarse, intercambiar información… las
señales, las palabras, la escritura… las tabletas de arcilla, el pergamino, el
papel… la imprenta, el telégrafo, el teléfono… el teletipo, el fax, internet.
Millones de individuos podemos intercambiar, en tiempo
real, millones de informaciones, de todo formato (textos, fotos, videos y otros)
de un lado a otro del planeta, con otros tanto millones de individuos. Ni el
tiempo ni el espacio existen ya… dejaron de ser un obstáculo a la
instantaneidad de la comunicación, la naturaleza y el volumen de esta.
Hoy, desde Juan Pueblo, hasta los Estados, pasando por
todo tipo de organizaciones y empresas, utilizan intensivamente (casi de modo
exclusivo) esta nueva tecnología para comunicar… con importantísimos impactos sobre
todos los campos y espacios sociales (trabajo, ocio, transmisión del
conocimiento, etcétera)… y por lo tanto, sobre las relaciones de dominación y
el ejercicio del poder.
En un principio (y a pesar, como casi siempre, de ser
un fruto nacido de una semilla creada para fines militares por una estructura
militar: en este caso el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, bajo el
nombre de Advanced Research Projects
Agency Network ARPANET) el
Internet (junto que las posteriores llamadas redes sociales) fue mayormente
considerado como un instrumento civil, “políticamente neutro”, de esencia y
efectos liberadores (incluso libertarios), en la medida en que permitia a los
individuos liberarse de las ataduras del tiempo y el espacio al momento de querer
entrar en comunicación.
El lado oscuro que se percibía
y denunciaba estaba mayormente y prioritariamente ligado a los efectos de esta
sobre la mente de sus usuarios, y a partir de ahí sobre las relaciones
sociales, mas no sobre el fundamento de estas, a saber el ejercicio del poder,
la naturaleza de la dominación y la sumisión.
Nos alejábamos cada día mas
(movimiento que sigue su marcha, con mayor velocidad y profundización) de la civilización
de los libros para adentrarnos en la de las pantallas. El objeto libro, como
soporte de la transmisión del saber y el aprendizaje, por su misma naturaleza
generaba una percepción e inteligencia lentas, lineales, reflexivas,
acumulativas… en cambio las pantallas (de toda índole, computadoras, tabletas,
smartphones) conectadas al Internet inducen una transmisión basada sobre la
velocidad, la fluidez, la fragmentación, la automatización. Utilizando las
diversas tecnologías que permiten “ver" la actividad cerebral, la primera se
manifiesta en las aéreas cerebrales del pensamiento, el juicio, la comprensión,
cuando la segunda “ilumina” mayormente las regiones sensoriales del cerebro.
En cuanto a la relación del
individuo con su entorno, la critica mas recurrente y acertada que se dirige al
Internet es la relativa a su relación con la realidad. En qué medida esta
tecnología y sus aplicaciones más comunes, las diversas modalidades de las
llamadas “redes sociales”, alejan al individuo de la realidad para sumergirlo
en un mundo virtual.
Con la primera de todas las
pantallas… la televisión… el mundo lejano, el mundo desconocido, al igual que
los eventos y las manifestaciones del
orden de la vida social de la comunidad más
próxima (la mía) hasta la más alejada (la humanidad del planeta Tierra) pasando
por la regiones, las naciones y otras aglomeraciones más o menos abstractas y
artificiales, no eran parte de mi mundo, de mi vida… me llegaban imágenes y
sonidos, representaciones la mayor parte del tiempo acompañadas de algún discurso
interpretativo y explicativo. No me encontraba en la realidad sino en su imagen,
una imagen no escogida por mí sino impuesta… no me encontraba en mi realidad
sino en la de los demás, que por la mediación de la imagen venía siendo mía.
No era la realidad captada,
en la inmediatez de mi presencia, por mis sentidos e interpretada por mi
cerebro… sino la que alguien me daba a ver en la pantalla, “preinterpretada”
por un ente ajeno a mí mismo. No solo mi mundo no era mío… tampoco lo eran mis
sueños… soñando sueños ajenos.
Obviamente que con Internet,
sus soportes y sus aplicaciones, esto sigue siendo cierto, nada más que
multiplicado a la potencia “n”. Si anteriormente estábamos frente a la pantalla
de la tele, en nuestros momentos de ocio… ahora nos encontramos frente a una
multitud de pantallas, en todo momento y lugar, solos o acompañados… en
realidad, acompañados en nuestra esencial soledad.
Sin embargo, el mayor cambio
no tiene que ver con la multiplicación de las pantallas y el tiempo que pasamos
frente a estas… sino en el uso que hacemos de estas. No solo vemos… también tecleamos
(empezamos apretando teclas, hoy apenas si rozamos representaciones de teclas,
mañana bastara con pensar en la tecla o la palabra para que se plasmen los
signos)… comunicamos… nos comunicamos. Por una multitud de razones, como parte
de nuestro trabajo o por motivos meramente personales, con un fin “utilitario”
o de entretenimiento… pero en todos los casos BUSCANDO… a la espera de una
RESPUESTA. Respuestas a nuestra búsqueda de información y necesidad de mayores
conocimientos… para fines meramente funcionales o para “simplemente” ensanchar
nuestro saber, disminuir nuestra ignorancia, vencer nuestras dudas, nuestra
esencial (constitutiva) incompletud. Buscamos hechos, recetas, leyes, resultados,
certezas… pero también, y quizás ante todo, necesitamos exponer, decir,
expresar… comunicar y compartir… que alguien escuche y conteste… buscamos la
compañía, el acompañamiento, de una presencia. La cual, desgraciadamente, es
mas ausente que presente… virtual que real. Presencia virtual o virtual
presencia… he aquí el oxímoron que define este frustrado intento de compartir
su soledad con un algún ser… que resulta sin presencia corporal… ser que se
limita, la mayoría del tiempo, a una pobre existencia textual, amenizada por
fotografías y videos que pretenden confirmar, comprobar que estamos vivos,
seguimos vivos, a pesar de nuestra ausencia. Me siento vivo, me sé vivo, en la
medida en que me cuento, me muestro… me leen, me ven.
Sin contar con la
posibilidad de la ilusión en el mejor de los casos o el engaño en el peor.
Virtualidad que me proporciona la posibilidad de ser, ante los demás y ante mí
mismo, ya no quién soy, sino quien quisiera ser… o por lo menos quien creo ser.
Si con la “contaminación” de
lo real por lo virtual (disolución de la hermeticidad entre quien soy, quien
quisiera ser y quien creo ser), Internet y sus aplicaciones modifica y moldea
la relación del individuo consigo mismo y con su entorno más cercano (la
“virtualidad” impacta sobre nuestra manera de ser, de percibir y de pensar)… no existe la menor duda de que
sobre la misma base esta tecnología también introdujo importantes cambios en la
relaciones sociales al nivel de la convivencia de los individuos en los
diversos núcleos sociales institucionalmente organizados o no… y por lo tanto
en las relaciones de poder que rigen en estos.
Desde el nacimiento de
Internet se dieron (se enfrentaron) las dos posiciones… quienes sostenían que
esta nueva tecnología comunicacional ensanchaba el campo de la libertad, tanto
del individuo como de los diversos núcleos del primer círculo, de la más
próxima cercanía… y quienes sostenían que esta pretendida mayor libertad era un
espejismo que ocultaba su naturaleza profundamente engañosa, disgregando y
disolviendo los lazos sociales a todos los niveles, posibilitando y fomentando una
mayor manipulación y un mayor control de quienes ejercen la dominación sobre
quienes la padecen, aprovechando los primeros para su beneficio propio
(obviamente en prejuicio de los segundos) las ventajas que le daban esta
tecnología en el terreno de la economía.
Los “optimistas” sostenían
que a mayor conectividad, mayor democracia, posibilitando esta agrandada conectividad
el advenimiento de una democracia que ya no fuese solo representativa sino
participativa. En cuanto a los “pesimistas” estos sustentaban su recelo en que
esta mayor conectividad permitía a los empoderados disponer de la tecnología
que favorecía la toma de decisión por parte de la reducida elite que intervenía
en el campo de la economía que es donde se encuentra el verdadero poder (por
ejemplo en las transacciones bursátiles que se efectúan sobre la base del
tratamiento de una enorme cantidad de datos proporcionados en tiempo real y
complejos cálculos algorítmicos efectuados por sistemas computacionales, que
toman, de forma prácticamente autónoma y en milésimas de segundo, las
decisiones resultantes del mismo.)
De unos pocos años (particularmente
en estos dos últimos) a la fecha se han dado eventos, de toda índole, que en un
primer momento han dado “armas” tanto a unos como a otros… pero que pasado el
primer momento en el cual se daban los hechos, hacen inclinar la balanza del
lado de los escépticos.
Por el lado de la posición
que ve en Internet una tecnología, una herramienta, que favorece la
democratización de la sociedad, están, obviamente, todas las movilizaciones
ciudadanas, tanto en los países dichos desarrollados, como en los países
musulmanes.
En el primero de estos
espacios, se encuentran lo que se conoció como el movimiento del “15-M” en
España (con todas las posteriores movilizaciones sociales en defensa de las
políticas que se pueden englobar dentro del concepto del “estado de
bienestar”), así como el movimiento “Occupy Wall Street” en los USA, y
toda una serie de movimientos, movilizaciones y manifestaciones similares en
muchas naciones del “primer mundo”.
A continuación la
introducción (tal cual, en copiado/pegado) que se hace en la Wikipedia en
español de los “artículos” correspondientes a estos dos movimientos:
El Movimiento 15-M, también llamado movimiento
de los indignados, es un movimiento ciudadano formado a raíz
de la manifestación del 15 de mayo de 2011 (convocada por diversos colectivos), donde después de que 40 personas
decidieran acampar en la puerta del Sol esa noche de forma espontánea, se
produjeron una serie de protestas pacíficas en España, con la intención de promover una democracia más participativa alejada
del bipartidismo PSOE-PP (PPSOE) y del dominio de bancos y corporaciones, así como una "auténtica
división de poderes" y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático. Ha aglutinado
a diversos colectivos ciudadanos con distintos lemas, como el de la
manifestación del 15 de mayo: «No somos marionetas en manos de políticos y
banqueros» o «Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de
políticos y banqueros».
Occupy Wall
Street (en español Ocupa Wall Street o Toma Wall Street, a
menudo expresado como #occupywallstreet o abreviadamente #ows
debido al hashtag
empleado en Twitter)
es una rama de la acción de protesta Movimiento 15-O que desde
el 17 de septiembre de 2011 ha mantenido ocupado el Zuccotti Park
de Lower Manhattan en la Ciudad de Nueva York, Estados
Unidos.
Esta
concentración de protesta se dirige contra el poder omnímodo de las empresas y
las evasiones fiscales sistemáticas del 1% más rico
y está inspirada en las protestas en España de 2011 que surgieron
con el Movimiento 15-M. Los iniciadores expresaron el
deseo de que la ocupación dure "algunos meses".39
El 27 de septiembre hubo protestas en 52 ciudades, entre ellas Boston, San Francisco, Los Ángeles,
Portland
y Chicago.
Como se aprecia,
estos “movimientos”, manifestaciones” o “movilizaciones”, surgen no de un
llamamiento hecho por organizaciones institucionalmente “reconocidas” como
partidos políticos o sindicatos, sino por iniciativa de ciudadanos
“independientes y autónomos”, sin lideres visibles, que se organizan a partir
de lo que se conoce como las redes sociales. Todas tienen por objetivo la lucha
contra el establishment (grupo social o elite, visible o no, que detenta el
poder y/o la autoridad en una determinada nación o grupo de estas) y todas
reclaman básicamente una mayor igualdad (menor disparidad económica entre los diversos
grupos sociales) y una mayor democracia (menos representativa e institucional,
mas participativa).
En cuanto a lo
que se dio en llamar las “revoluciones de la primavera árabe”, que se dieron
principalmente en África del Norte (Túnez, Egipto y en menor medida Marruecos,
siendo que los casos de Libia y Siria se “cuecen aparte”) pero también en ciertas
monarquías y emiratos del Medio Oriente y la Península Arabica (Jordania, Omán,
Yemen)… también se acostumbra resaltar el papel jugado por las redes sociales
en las movilizaciones y el objetivo de los participantes caracterizado por las
demandas de mayor igualdad económica y mayor democracia.
Tanto en un caso
como el otro, esta conjunción de unas manifestaciones aparentemente
espontaneas, sin lideres visibles, convocadas a través de las redes sociales,
junto a la principal demanda de una mayor democracia… es lo que hizo que se
asegurara que la nueva tecnología del Internet (con sus aplicaciones conocidas
como las redes sociales) era una herramienta “liberadora” y “democratizadora”,
tanto en cuanto a sus modalidades como a las finalidades de quienes hacían uso
de esta. Internet y Democracia se presentaban y consideraban, se siguen
presentando y considerando, prácticamente como un pleonasmo, Internet y Democracia
son por antonomasia, no solo aparentados sino prácticamente sinónimos, “la
misma cosa”.
Desgraciadamente…
si a los resultados nos remitimos… vemos que en los dos casos (movilizaciones
del “15-M” y “Occupy Wall Street” de un lado y “revoluciones árabes” del otro)
la demanda (o el objetivo) de una mayor democracia (como obviamente tampoco el
de una mayor igualdad) no se consiguió… por mucho que las “concentraciones
ciudadanas” se dieran mediante el uso del Internet.
Queda más que
claro que si bien tiene su importancia la congruencia entre la forma y el fondo,
la demanda y el cómo lograr esta, esta congruencia no garantiza la obtención o
el logro de lo demandado. La ciudadanización de los reclamos, la espontaneidad
de las formas y modos para expresarlos y exigirlos… que el movimiento se de de
abajo hacia arriba (tanto en su desencadenamiento como en su posterior
dinámica) es sin duda esencial (para cualquier “sublevación” y no solo para las
ligadas a la demanda de una mayor democracia) para evitar toda manipulación y
toda desviación por parte de los “aparatos constituidos” o autonombrados
lideres carismáticos… pero es insuficiente, se requiere de la auto
organización, de una estructura “horizontal” respetuosa del “mandar
obedeciendo” (tanto en su formación como en su funcionamiento) que sea capaz de orientar y mantener la lucha
sobre el largo plazo. De lo contrario solo son “hermosas chispas” que
entusiasman por su espontaneo brote, pero son incapaces de prender fuego a toda
la pradera.
Como lo expresa
el escritor brasileño Julian Fucks en uno texto suyo titulado “Una flor ha
nacido en la calle”, en el cual se muestra entusiasta por la revuelta que se dio en Brasil (“Somos una multitud
convocada por el preciado poder de las redes sociales, que ahora inunda las
calles en una gigantesca marcha proteiforme.”), el Internet y las redes
sociales pueden ser el instrumento de las movilizaciones… mas para nada lo que
las origina. El detonador puede resultar ser un miembro del “pueblo”
(considerado este como la parte económicamente más pobre y políticamente más
sumisa del espectro social) como el joven que se inmolo por el fuego en Túnez,
o una reivindicación o inconformidad “popular” (como anteriormente, sostenida
por la parte económicamente más pobre y políticamente más sumisa del espectro
social) como el incremento del pasaje del transporte público en Brasil… pero estas
revueltas que ocupan plazas e inundan calles, son todas el hecho de unas clases
medias que se inconforman con su pauperización, en lo económico… no se sienten
representadas por las estructuras partidistas, en lo político… y viven su
movilización como un acto impregnado de una estética profundamente narcisista.
Cómo podría ser
de otra manera, si los valores del neoliberalismo que impregnan la vida de
todos los que lo “habitan” son fundamentalmente los de un individualismo
egoísta que no solo relega sino condena todo lo que se aparenta al bien común,
lo público, la solidaridad, la ciudadanía. En esta organización social (¿se
vale todavía hablar de social?) cuyos valores cardinales son, en todos los
niveles y ámbitos, la mercantilización de todo lo existente (incluidos los
bienes intangibles y los cuerpos), la competencia, la ganancia, la conquista,
la inmediatez, la rapidez, la eficacia, la rentabilidad, en una palabra la depredación,
impera la cultura de la herramienta, la tecnología. Si de la mano de la
“racionalidad” y el “calculo” hemos
pasado de una cultura centrada (dirigida hacia) en el hombre, su porvenir y la
finalidad, hacia una cultura de la mercancía, herramienta, y los medios. ¡Adiós
el hombre… bienvenida la maquina!… y con ella, el recurso humano puesto al
servicio de la ganancia y la acumulación. En semejante “sistema” es natural,
lógico, obligado, que la tecnología que lo sustenta este al servicio de los
valores que este vehicula, pero ante todo le dan cuerpo, espesor, consistencia,
esencia, ¿alma? En tal sistema, la comunicación es esencial, vital… y por lo
tanto los instrumentos que la hacen posible responden en última instancia a las
finalidades del mismo…las cuales requieren de la instrumentalización de los
individuos… y esta a su vez de su atomización.
El Internet y
las redes, mal llamadas sociales, por definición, por esencia, son
disgregadores, participan del proceso de una individuación extrema, mediante la
creación de un sucedáneo de colectividad y/o comunidad… la formación de grupos,
núcleos de individuos que comparten interese particulares… tanto mas que los
miembros de estos “agregados” pretenden
ser “amigos”. Núcleos que cumplen la muy importante función de dotar a los
átomos sueltos que los constituyen de los lazos que les permiten engañar
(compensar) su esencial soledad. Esto a lo largo de toda su vida, en la
cotidiana cotidianeidad (que seria de nosotros, si no pudiéramos, ver, leer los
mensajes de nuestr@s amig@s, contestarles)… y cuando la soledad pesa demasiado,
cuando asoma el engaño, se desvela la trampa… entonces nacen espontaneas
asambleas, espontáneos reagrupamientos en algunas plazas… en las cuales podemos
sentir el calor que nos proporciona la convivencia, la alegría de compartir…
hasta denunciar, vituperar al sistema que nos aísla, nos reduce a meros
objetos, nos explota… antes de regresar a nuestra soledad… para compartir esta
experiencia “vivencial” con los “amigos”… los pocos y escogidos amigos de
siempre. De los miles, las decenas o centenares de miles de almas solitarias
que se habrán agrupado durante unos días… unas cuantas pocos, muy pocas,
decenas cuando mucho, habrán visto la realidad y decidido seguir en pie de
lucha para una sociedad en la cual la solidaridad le gane al egoísmo, los
valores humanos a los mercantiles… los demás esperando a que se les convoque
nuevamente a reunirse… mediante llamamientos a través del Internet. ¡¡Vente
amigo!!... que este próximo día 15 estaremos todos en la plaza de la amistad…
para gritar nuestra desesperanza… para vociferar que somos seres humanos y no
mercancía… ¡¡vente!!... al fin que solo será por unas cuantas horas o unos
cuantos días cuando mucho, y después podrás regresar a tu trabajo y tu soledad…
con la suficiente provisión de la necesaria dosis de “calor humano” para
aguantar hasta la próxima cita… cuando el frio de tu soledad te congele hasta
los huesos. ¡¡¡Cuidado… que esto se puede tornar adictivo… cuidado con las
sobredosis… que matan!!!
Amantes de la
servidumbre voluntaria somos… sumisos somos… y sin embargo, quienes nos someten
y dominan… no se fían de esta tacita aceptación de nuestra condición de “recurso
humano”, después de tantas generaciones, genéticamente predispuesto a la
obediencia.
Es necesario,
imprescindible, que se tomen las medidas, se implementen las acciones, que
aseguren ad æternum esta esencial separación entre dominantes y sumisos... y
dado que hoy en dia el “respecto de los derechos humanos” es parte esencial de
las “grandes mentiras” que permiten mantener a flote este barco… el CONTROL se
ha vuelto esencial en el aseguramiento de la “paz social”, el mantenimiento del
“orden social”.
Si hay que pegar
se pega… si hay me matar se mata… no faltaría más… pero es preferible prevenir
que curar… la sangre y los ataúdes son hoy reservados a circunstancias
extraordinarias, últimos recursos a los que se recurre cuando la “política” se
ha vistió rebasada, cuando “ya no queda de otra” que la represión, hasta donde
haga falta.
Aquí es donde
las nuevas tecnologías de la comunicación (Internet, con sus aplicaciones
Facebook, Twiter, Google, YouTube, etcétera) son unas de las herramientas mas
eficientes y valiosas que existen para llevar a la práctica esta función de
CONTROL. Construcción de los “modos de vida” y por lo tanto control (remoto,
inalámbrico) de las mentes (tal como se expuso en las líneas anteriores)… pero
también control de las comunicaciones, de lo que se ve, se oye, se dice… se
piensa… dado que de lo que se ve, se oye y se dice, sin demasiado esfuerzo, se
deduce lo que se piensa.
Tampoco somos
tan tontos… sospechábamos que así era… que quienes nos gobiernan (en todos los
sentidos y todos los ámbitos) nos espían… tratan de saber que decimos, que
pensamos, que hacemos, que hicimos, que planeamos hacer.
Crear
necesidades está bien, es muy útil (tanto económica como políticamente)… pero
que tal poder conocer los antojos, los deseos, las opiniones… no mediante los
siempre imperfectos estudios de mercado o de opinión… sino de primera mano,
directamente tomados de la fuente donde estos se originan… de los rastros que
deja toda actividad de intercambio mercantil (que constituye la casi totalidad
de todos los intercambios, económicos o no)… de todas y cada una de las mentes
que piensan y lo expresan desinhibidamente.
Lo
sospechábamos… pero dudábamos de que fuese técnicamente posible, no teníamos la prueba de que así
fuese… hasta que hace pocos días un tal señor Edward Snowden nos pusiera en
negro sobre blanco, con nombres y señas, con lujos de detalles, las evidencias
de que así era… que si se podía… y si se hacía. Quienes nos gobiernan, si así
lo quieren, tienen la posibilidad de saber que compro (que, cuando, cuanto,
donde, como, a qué precio, etcétera, teniendo bien presente que todo se compra
y se vende) que veo, que escucho, que escribo, que digo, y por lo tanto que
pienso. Conocen lo que hago, he hecho, planeo hacer (que, una vez más, se
reduce prácticamente en su gran mayoría, a lo que compro… ¿cual acto, hasta el
mas intimo, no requiere de una compra?)… lo que pienso. Disponen de una
capacidad matemática de análisis de datos que va mas allá de nuestro
entendimiento (por lo menos el mío, pero supongo que de muchos)… computadoras
que mediante algoritmos insospechados, pueden tratar y analizar millones de
datos por segundo, dando el resultado esperado en unos cuantos pocos de estos
segundos… lo único que se necesita es recolectar estos datos… lo que hacen a su
antojo interceptando nuestras comunicaciones (siendo realmente la única
limitante, la del almacenamiento, el cual, con la rapidez de la innovación
tecnológica, cada día crece exponencialmente.)
Mejor todavía,
antes tenían que preguntar, hacer fastidiosas encuestas, colocar cámaras
escondidas y micrófonos ocultos… hoy nosotros mismos (conscientemente o no) les
proporcionamos gustosos la información… sin pensarlo hacemos de nuestra vida
privada, intima, una vida pública, a la vista de quien quiera tomarse la pena
de verla…y, como dicen en francés, “ils ne s’en privent pas”.
Nos dicen que
estos señores Snowden, Assange, Manning y otros (desconocidos, pero que en su
ámbito y a su nivel, hacen lo mismo) son los nuevos héroes de estos tiempos… y
si para todos los gobiernos (los que lo dicen y los que así lo piensan, pero se
callan) son traidores que dan a conocer datos y hechos… fechorías y crímenes…
que deberían de quedar ocultos, resguardados por el “secreto de Estado”… seguro
que lo son (que el espía de espias, el Gran Hermano que no nos pierde de vista
ni un minuto tache de espía a quien revela su espionaje, eso sí que es
sarcástico, digno del mejor teatro del absurdo)… sin embargo… en el fondo, que
le importa al criminal que sus víctimas sepan que lo es… si tiene asegurada la
impunidad (dado que el criminal es quien hace las leyes y seguro que sabe
hacerlas a modo de no poder ser inculpado)… y si tiene la suficiente
inteligencia para que las mismas victimas no solo consientan en serlo sino que
lo piden a gritos. Puesto ante el dilema “libertad” o “seguridad” no hay la
menor duda que la gran mayoría, casi la totalidad, de los hombres y las mujeres
escogerán la seguridad… el tan conocido instinto de supervivencia de todo
animal… por humano que este pretenda ser. La parte reptiliana de nuestro
cerebro siempre prevalecerá sobre el neocortex… simplemente porque nos mantiene
en vida.
Me tacharan de
“conspiracionista” (ver la entrada del 06/05/2005 en la cual transcribo un
texto que había redactado al día siguiente de los atentados del 21/09/2001)…
pero no tengo la menor duda de que la “construcción” del terrorismo como
principal enemigo de nuestra civilización occidental y democrática, tuvo (tiene)
como principal finalidad la de propagar el miedo, instaurar el permanente temor
a una amenaza siempre presente, posible pero desconocida, invisible, inasible…
cuya naturaleza precisa de unas medidas de protección capaces de salvaguardar
la integridad física, la corporalidad y la vida misma de todos y cada uno de
los individuos. Cuando MI vida corre peligro, cuando el peligro puede surgir de
improvisto… cuando mi vida depende del azar de una bomba colocada por donde
paso o donde me encuentro… entonces que espíen a todos, que me espíen, si esto
me garantiza una mayor seguridad, una mayor probabilidad de que la bomba que
puede matarme (o matar a quien quiero) no explotara.
El atentado a
las torres gemelas del World Trade Center de New York se produjo el 21 de
septiembre del 2001… y el 26 de octubre, un poco más de un mes después, con el trauma
todavía muy presente para todos los estadunidenses, se promulga la Patriot Act,
que restringe enormemente las libertades constitucionales dotando a las
autoridades de poderes extraordinarios para poder combatir el terrorismo. Desde
entonces, con cierta regularidad se informa de posibles atentados terroristas
que no se concretizaron gracias a los instrumentos de control y vigilancia que
autorizan esta Patriot Act.
De última minuta: Ayer, 2 de agosto del
2013, de forma casi simultánea, se dieron tres noticias.
Una… Rusia
concede asilo temporal por un año a Edward Snowden.
Dos… el diario británico
The Guardian, en base a informaciones proporcionadas por Snowden, da a conocer
el norteamericano súper programa de espionaje XKeyscore, capaz de interceptar
la totalidad de la “información privada” circulando sobre internet.
Tres…EE UU
intercepta mensajes de Al Qaeda, relacionados con la posible preparación de
atentados. El país cierra 21 embajadas y consulados en Oriente Próximo y norte
de África
Me pregunto… ¿será
casualidad... o quieren convencernos de la necesidad del espionaje?
De seguir por
este camino (ya muy andado, ¿se puede todavía echar marcha atrás?)… no tengo la
menor duda de que en unos cuantos años más, la película Minority Report no será una película de ciencia ficción, sino una película
costumbrista retratando nuestra cotidiana realidad… o sea, que se arrestara y
juzgara (si se les juzga) a las personas, no porque hayan cometido algún delito,
sino porque se sospecha que lo van a cometer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario