agosto 03, 2013

INTERNET, Facebook, Twitter, You Tube, Google… ¿UNA HERRAMIENTA DE LIBERACION U OPRESION?




Wikileaks, Julian Assange, Bradley Manning, Ed Snowden… pero también las mal llamadas “revoluciones árabes” norteafricanas, las protestas ciudadanas en Turquía y Brasil, antes el “15M” en España o el “Occupy Wall Street” en los USA… plantean la pregunta: ¿Internet, con sus derivadas redes sociales (Facebook, Twitter, You Tube, Google y las que no paran de aparecer) una herramienta de liberación o de opresión, de presión de los ciudadanos sobre el Poder o de control de los Estados sobre los individuos?

Comunicar, comunicarse, intercambiar información… las señales, las palabras, la escritura… las tabletas de arcilla, el pergamino, el papel… la imprenta, el telégrafo, el teléfono… el teletipo, el fax, internet.
Millones de individuos podemos intercambiar, en tiempo real, millones de informaciones, de todo formato (textos, fotos, videos y otros) de un lado a otro del planeta, con otros tanto millones de individuos. Ni el tiempo ni el espacio existen ya… dejaron de ser un obstáculo a la instantaneidad de la comunicación, la naturaleza y el volumen de esta.

Hoy, desde Juan Pueblo, hasta los Estados, pasando por todo tipo de organizaciones y empresas, utilizan intensivamente (casi de modo exclusivo) esta nueva tecnología para comunicar… con importantísimos impactos sobre todos los campos y espacios sociales (trabajo, ocio, transmisión del conocimiento, etcétera)… y por lo tanto, sobre las relaciones de dominación y el ejercicio del poder.

En un principio (y a pesar, como casi siempre, de ser un fruto nacido de una semilla creada para fines militares por una estructura militar: en este caso el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, bajo el nombre de Advanced Research Projects Agency Network ARPANET) el Internet (junto que las posteriores llamadas redes sociales) fue mayormente considerado como un instrumento civil, “políticamente neutro”, de esencia y efectos liberadores (incluso libertarios), en la medida en que permitia a los individuos liberarse de las ataduras del tiempo y el espacio al momento de querer entrar en comunicación.
El lado oscuro que se percibía y denunciaba estaba mayormente y prioritariamente ligado a los efectos de esta sobre la mente de sus usuarios, y a partir de ahí sobre las relaciones sociales, mas no sobre el fundamento de estas, a saber el ejercicio del poder, la naturaleza de la dominación y la sumisión.
Nos alejábamos cada día mas (movimiento que sigue su marcha, con mayor velocidad y profundización) de la civilización de los libros para adentrarnos en la de las pantallas. El objeto libro, como soporte de la transmisión del saber y el aprendizaje, por su misma naturaleza generaba una percepción e inteligencia lentas, lineales, reflexivas, acumulativas… en cambio las pantallas (de toda índole, computadoras, tabletas, smartphones) conectadas al Internet inducen una transmisión basada sobre la velocidad, la fluidez, la fragmentación, la automatización. Utilizando las diversas tecnologías que permiten “ver" la actividad cerebral, la primera se manifiesta en las aéreas cerebrales del pensamiento, el juicio, la comprensión, cuando la segunda “ilumina” mayormente las regiones sensoriales del cerebro.

En cuanto a la relación del individuo con su entorno, la critica mas recurrente y acertada que se dirige al Internet es la relativa a su relación con la realidad. En qué medida esta tecnología y sus aplicaciones más comunes, las diversas modalidades de las llamadas “redes sociales”, alejan al individuo de la realidad para sumergirlo en un mundo virtual.
Con la primera de todas las pantallas… la televisión… el mundo lejano, el mundo desconocido, al igual que los eventos  y las manifestaciones del orden de la vida social de la comunidad  más próxima (la mía) hasta la más alejada (la humanidad del planeta Tierra) pasando por la regiones, las naciones y otras aglomeraciones más o menos abstractas y artificiales, no eran parte de mi mundo, de mi vida… me llegaban imágenes y sonidos, representaciones la mayor parte del tiempo acompañadas de algún discurso interpretativo y explicativo. No me encontraba en la realidad sino en su imagen, una imagen no escogida por mí sino impuesta… no me encontraba en mi realidad sino en la de los demás, que por la mediación de la imagen venía siendo mía.
No era la realidad captada, en la inmediatez de mi presencia, por mis sentidos e interpretada por mi cerebro… sino la que alguien me daba a ver en la pantalla, “preinterpretada” por un ente ajeno a mí mismo. No solo mi mundo no era mío… tampoco lo eran mis sueños… soñando sueños ajenos.

Obviamente que con Internet, sus soportes y sus aplicaciones, esto sigue siendo cierto, nada más que multiplicado a la potencia “n”. Si anteriormente estábamos frente a la pantalla de la tele, en nuestros momentos de ocio… ahora nos encontramos frente a una multitud de pantallas, en todo momento y lugar, solos o acompañados… en realidad, acompañados en nuestra esencial soledad.
Sin embargo, el mayor cambio no tiene que ver con la multiplicación de las pantallas y el tiempo que pasamos frente a estas… sino en el uso que hacemos de estas. No solo vemos… también tecleamos (empezamos apretando teclas, hoy apenas si rozamos representaciones de teclas, mañana bastara con pensar en la tecla o la palabra para que se plasmen los signos)… comunicamos… nos comunicamos. Por una multitud de razones, como parte de nuestro trabajo o por motivos meramente personales, con un fin “utilitario” o de entretenimiento… pero en todos los casos BUSCANDO… a la espera de una RESPUESTA. Respuestas a nuestra búsqueda de información y necesidad de mayores conocimientos… para fines meramente funcionales o para “simplemente” ensanchar nuestro saber, disminuir nuestra ignorancia, vencer nuestras dudas, nuestra esencial (constitutiva) incompletud. Buscamos hechos, recetas, leyes, resultados, certezas… pero también, y quizás ante todo, necesitamos exponer, decir, expresar… comunicar y compartir… que alguien escuche y conteste… buscamos la compañía, el acompañamiento, de una presencia. La cual, desgraciadamente, es mas ausente que presente… virtual que real. Presencia virtual o virtual presencia… he aquí el oxímoron que define este frustrado intento de compartir su soledad con un algún ser… que resulta sin presencia corporal… ser que se limita, la mayoría del tiempo, a una pobre existencia textual, amenizada por fotografías y videos que pretenden confirmar, comprobar que estamos vivos, seguimos vivos, a pesar de nuestra ausencia. Me siento vivo, me sé vivo, en la medida en que me cuento, me muestro… me leen, me ven.
Sin contar con la posibilidad de la ilusión en el mejor de los casos o el engaño en el peor. Virtualidad que me proporciona la posibilidad de ser, ante los demás y ante mí mismo, ya no quién soy, sino quien quisiera ser… o por lo menos quien creo ser.




Si con la “contaminación” de lo real por lo virtual (disolución de la hermeticidad entre quien soy, quien quisiera ser y quien creo ser), Internet y sus aplicaciones modifica y moldea la relación del individuo consigo mismo y con su entorno más cercano (la “virtualidad” impacta sobre nuestra manera de ser, de percibir  y de pensar)… no existe la menor duda de que sobre la misma base esta tecnología también introdujo importantes cambios en la relaciones sociales al nivel de la convivencia de los individuos en los diversos núcleos sociales institucionalmente organizados o no… y por lo tanto en las relaciones de poder que rigen en estos.
Desde el nacimiento de Internet se dieron (se enfrentaron) las dos posiciones… quienes sostenían que esta nueva tecnología comunicacional ensanchaba el campo de la libertad, tanto del individuo como de los diversos núcleos del primer círculo, de la más próxima cercanía… y quienes sostenían que esta pretendida mayor libertad era un espejismo que ocultaba su naturaleza profundamente engañosa, disgregando y disolviendo los lazos sociales a todos los niveles, posibilitando y fomentando una mayor manipulación y un mayor control de quienes ejercen la dominación sobre quienes la padecen, aprovechando los primeros para su beneficio propio (obviamente en prejuicio de los segundos) las ventajas que le daban esta tecnología en el terreno de la economía.
Los “optimistas” sostenían que a mayor conectividad, mayor democracia, posibilitando esta agrandada conectividad el advenimiento de una democracia que ya no fuese solo representativa sino participativa. En cuanto a los “pesimistas” estos sustentaban su recelo en que esta mayor conectividad permitía a los empoderados disponer de la tecnología que favorecía la toma de decisión por parte de la reducida elite que intervenía en el campo de la economía que es donde se encuentra el verdadero poder (por ejemplo en las transacciones bursátiles que se efectúan sobre la base del tratamiento de una enorme cantidad de datos proporcionados en tiempo real y complejos cálculos algorítmicos efectuados por sistemas computacionales, que toman, de forma prácticamente autónoma y en milésimas de segundo, las decisiones resultantes del mismo.)

De unos pocos años (particularmente en estos dos últimos) a la fecha se han dado eventos, de toda índole, que en un primer momento han dado “armas” tanto a unos como a otros… pero que pasado el primer momento en el cual se daban los hechos, hacen inclinar la balanza del lado de los escépticos.

Por el lado de la posición que ve en Internet una tecnología, una herramienta, que favorece la democratización de la sociedad, están, obviamente, todas las movilizaciones ciudadanas, tanto en los países dichos desarrollados, como en los países musulmanes.
En el primero de estos espacios, se encuentran lo que se conoció como el movimiento del “15-M” en España (con todas las posteriores movilizaciones sociales en defensa de las políticas que se pueden englobar dentro del concepto del “estado de bienestar”), así como el movimiento “Occupy Wall Street” en los USA, y toda una serie de movimientos, movilizaciones y manifestaciones similares en muchas naciones del “primer mundo”.
A continuación la introducción (tal cual, en copiado/pegado) que se hace en la Wikipedia en español de los “artículos” correspondientes a estos dos movimientos:





El Movimiento 15-M, también llamado movimiento de los indignados, es un movimiento ciudadano formado a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011 (convocada por diversos colectivos), donde después de que 40 personas decidieran acampar en la puerta del Sol esa noche de forma espontánea, se produjeron una serie de protestas pacíficas en España, con la intención de promover una democracia más participativa alejada del bipartidismo PSOE-PP (PPSOE) y del dominio de bancos y corporaciones, así como una "auténtica división de poderes" y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático. Ha aglutinado a diversos colectivos ciudadanos con distintos lemas, como el de la manifestación del 15 de mayo: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros» o «Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros».
 




Occupy Wall Street (en español Ocupa Wall Street o Toma Wall Street, a menudo expresado como #occupywallstreet o abreviadamente #ows debido al hashtag empleado en Twitter) es una rama de la acción de protesta Movimiento 15-O que desde el 17 de septiembre de 2011 ha mantenido ocupado el Zuccotti Park de Lower Manhattan en la Ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
Esta concentración de protesta se dirige contra el poder omnímodo de las empresas y las evasiones fiscales sistemáticas del 1% más rico y está inspirada en las protestas en España de 2011 que surgieron con el Movimiento 15-M. Los iniciadores expresaron el deseo de que la ocupación dure "algunos meses".39 El 27 de septiembre hubo protestas en 52 ciudades, entre ellas Boston, San Francisco, Los Ángeles, Portland y Chicago.

Como se aprecia, estos “movimientos”, manifestaciones” o “movilizaciones”, surgen no de un llamamiento hecho por organizaciones institucionalmente “reconocidas” como partidos políticos o sindicatos, sino por iniciativa de ciudadanos “independientes y autónomos”, sin lideres visibles, que se organizan a partir de lo que se conoce como las redes sociales. Todas tienen por objetivo la lucha contra el establishment (grupo social o elite, visible o no, que detenta el poder y/o la autoridad en una determinada nación o grupo de estas) y todas reclaman básicamente una mayor igualdad (menor disparidad económica entre los diversos grupos sociales) y una mayor democracia (menos representativa e institucional, mas participativa).

En cuanto a lo que se dio en llamar las “revoluciones de la primavera árabe”, que se dieron principalmente en África del Norte (Túnez, Egipto y en menor medida Marruecos, siendo que los casos de Libia y Siria se “cuecen aparte”) pero también en ciertas monarquías y emiratos del Medio Oriente y la Península Arabica (Jordania, Omán, Yemen)… también se acostumbra resaltar el papel jugado por las redes sociales en las movilizaciones y el objetivo de los participantes caracterizado por las demandas de mayor igualdad económica y mayor democracia.

Tanto en un caso como el otro, esta conjunción de unas manifestaciones aparentemente espontaneas, sin lideres visibles, convocadas a través de las redes sociales, junto a la principal demanda de una mayor democracia… es lo que hizo que se asegurara que la nueva tecnología del Internet (con sus aplicaciones conocidas como las redes sociales) era una herramienta “liberadora” y “democratizadora”, tanto en cuanto a sus modalidades como a las finalidades de quienes hacían uso de esta. Internet y Democracia se presentaban y consideraban, se siguen presentando y considerando, prácticamente como un pleonasmo, Internet y Democracia son por antonomasia, no solo aparentados sino prácticamente sinónimos, “la misma cosa”.

Desgraciadamente… si a los resultados nos remitimos… vemos que en los dos casos (movilizaciones del “15-M” y “Occupy Wall Street” de un lado y “revoluciones árabes” del otro) la demanda (o el objetivo) de una mayor democracia (como obviamente tampoco el de una mayor igualdad) no se consiguió… por mucho que las “concentraciones ciudadanas” se dieran mediante el uso del Internet.
Queda más que claro que si bien tiene su importancia la congruencia entre la forma y el fondo, la demanda y el cómo lograr esta, esta congruencia no garantiza la obtención o el logro de lo demandado. La ciudadanización de los reclamos, la espontaneidad de las formas y modos para expresarlos y exigirlos… que el movimiento se de de abajo hacia arriba (tanto en su desencadenamiento como en su posterior dinámica) es sin duda esencial (para cualquier “sublevación” y no solo para las ligadas a la demanda de una mayor democracia) para evitar toda manipulación y toda desviación por parte de los “aparatos constituidos” o autonombrados lideres carismáticos… pero es insuficiente, se requiere de la auto organización, de una estructura “horizontal” respetuosa del “mandar obedeciendo” (tanto en su formación como en su funcionamiento) que  sea capaz de orientar y mantener la lucha sobre el largo plazo. De lo contrario solo son “hermosas chispas” que entusiasman por su espontaneo brote, pero son incapaces de prender fuego a toda la pradera.

Como lo expresa el escritor brasileño Julian Fucks en uno texto suyo titulado “Una flor ha nacido en la calle”, en el cual se muestra entusiasta por la revuelta  que se dio en Brasil (“Somos una multitud convocada por el preciado poder de las redes sociales, que ahora inunda las calles en una gigantesca marcha proteiforme.”), el Internet y las redes sociales pueden ser el instrumento de las movilizaciones… mas para nada lo que las origina. El detonador puede resultar ser un miembro del “pueblo” (considerado este como la parte económicamente más pobre y políticamente más sumisa del espectro social) como el joven que se inmolo por el fuego en Túnez, o una reivindicación o inconformidad “popular” (como anteriormente, sostenida por la parte económicamente más pobre y políticamente más sumisa del espectro social) como el incremento del pasaje del transporte público en Brasil… pero estas revueltas que ocupan plazas e inundan calles, son todas el hecho de unas clases medias que se inconforman con su pauperización, en lo económico… no se sienten representadas por las estructuras partidistas, en lo político… y viven su movilización como un acto impregnado de una estética profundamente narcisista.
Cómo podría ser de otra manera, si los valores del neoliberalismo que impregnan la vida de todos los que lo “habitan” son fundamentalmente los de un individualismo egoísta que no solo relega sino condena todo lo que se aparenta al bien común, lo público, la solidaridad, la ciudadanía. En esta organización social (¿se vale todavía hablar de social?) cuyos valores cardinales son, en todos los niveles y ámbitos, la mercantilización de todo lo existente (incluidos los bienes intangibles y los cuerpos), la competencia, la ganancia, la conquista, la inmediatez, la rapidez, la eficacia, la rentabilidad, en una palabra la depredación, impera la cultura de la herramienta, la tecnología. Si de la mano de la “racionalidad”  y el “calculo” hemos pasado de una cultura centrada (dirigida hacia) en el hombre, su porvenir y la finalidad, hacia una cultura de la mercancía, herramienta, y los medios. ¡Adiós el hombre… bienvenida la maquina!… y con ella, el recurso humano puesto al servicio de la ganancia y la acumulación. En semejante “sistema” es natural, lógico, obligado, que la tecnología que lo sustenta este al servicio de los valores que este vehicula, pero ante todo le dan cuerpo, espesor, consistencia, esencia, ¿alma? En tal sistema, la comunicación es esencial, vital… y por lo tanto los instrumentos que la hacen posible responden en última instancia a las finalidades del mismo…las cuales requieren de la instrumentalización de los individuos… y esta a su vez de su atomización.
El Internet y las redes, mal llamadas sociales, por definición, por esencia, son disgregadores, participan del proceso de una individuación extrema, mediante la creación de un sucedáneo de colectividad y/o comunidad… la formación de grupos, núcleos de individuos que comparten interese particulares… tanto mas que los miembros de estos “agregados”  pretenden ser “amigos”. Núcleos que cumplen la muy importante función de dotar a los átomos sueltos que los constituyen de los lazos que les permiten engañar (compensar) su esencial soledad. Esto a lo largo de toda su vida, en la cotidiana cotidianeidad (que seria de nosotros, si no pudiéramos, ver, leer los mensajes de nuestr@s amig@s, contestarles)… y cuando la soledad pesa demasiado, cuando asoma el engaño, se desvela la trampa… entonces nacen espontaneas asambleas, espontáneos reagrupamientos en algunas plazas… en las cuales podemos sentir el calor que nos proporciona la convivencia, la alegría de compartir… hasta denunciar, vituperar al sistema que nos aísla, nos reduce a meros objetos, nos explota… antes de regresar a nuestra soledad… para compartir esta experiencia “vivencial” con los “amigos”… los pocos y escogidos amigos de siempre. De los miles, las decenas o centenares de miles de almas solitarias que se habrán agrupado durante unos días… unas cuantas pocos, muy pocas, decenas cuando mucho, habrán visto la realidad y decidido seguir en pie de lucha para una sociedad en la cual la solidaridad le gane al egoísmo, los valores humanos a los mercantiles… los demás esperando a que se les convoque nuevamente a reunirse… mediante llamamientos a través del Internet. ¡¡Vente amigo!!... que este próximo día 15 estaremos todos en la plaza de la amistad… para gritar nuestra desesperanza… para vociferar que somos seres humanos y no mercancía… ¡¡vente!!... al fin que solo será por unas cuantas horas o unos cuantos días cuando mucho, y después podrás regresar a tu trabajo y tu soledad… con la suficiente provisión de la necesaria dosis de “calor humano” para aguantar hasta la próxima cita… cuando el frio de tu soledad te congele hasta los huesos. ¡¡¡Cuidado… que esto se puede tornar adictivo… cuidado con las sobredosis… que matan!!!

Amantes de la servidumbre voluntaria somos… sumisos somos… y sin embargo, quienes nos someten y dominan… no se fían de esta tacita aceptación de nuestra condición de “recurso humano”, después de tantas generaciones, genéticamente predispuesto a la obediencia.
Es necesario, imprescindible, que se tomen las medidas, se implementen las acciones, que aseguren ad æternum esta esencial separación entre dominantes y sumisos... y dado que hoy en dia el “respecto de los derechos humanos” es parte esencial de las “grandes mentiras” que permiten mantener a flote este barco… el CONTROL se ha vuelto esencial en el aseguramiento de la “paz social”, el mantenimiento del “orden social”.
Si hay que pegar se pega… si hay me matar se mata… no faltaría más… pero es preferible prevenir que curar… la sangre y los ataúdes son hoy reservados a circunstancias extraordinarias, últimos recursos a los que se recurre cuando la “política” se ha vistió rebasada, cuando “ya no queda de otra” que la represión, hasta donde haga falta.
 




Aquí es donde las nuevas tecnologías de la comunicación (Internet, con sus aplicaciones Facebook, Twiter, Google, YouTube, etcétera) son unas de las herramientas mas eficientes y valiosas que existen para llevar a la práctica esta función de CONTROL. Construcción de los “modos de vida” y por lo tanto control (remoto, inalámbrico) de las mentes (tal como se expuso en las líneas anteriores)… pero también control de las comunicaciones, de lo que se ve, se oye, se dice… se piensa… dado que de lo que se ve, se oye y se dice, sin demasiado esfuerzo, se deduce lo que se piensa.
Tampoco somos tan tontos… sospechábamos que así era… que quienes nos gobiernan (en todos los sentidos y todos los ámbitos) nos espían… tratan de saber que decimos, que pensamos, que hacemos, que hicimos, que planeamos hacer.
Crear necesidades está bien, es muy útil (tanto económica como políticamente)… pero que tal poder conocer los antojos, los deseos, las opiniones… no mediante los siempre imperfectos estudios de mercado o de opinión… sino de primera mano, directamente tomados de la fuente donde estos se originan… de los rastros que deja toda actividad de intercambio mercantil (que constituye la casi totalidad de todos los intercambios, económicos o no)… de todas y cada una de las mentes que piensan y lo expresan desinhibidamente.
 




Lo sospechábamos… pero dudábamos de que fuese técnicamente  posible, no teníamos la prueba de que así fuese… hasta que hace pocos días un tal señor Edward Snowden nos pusiera en negro sobre blanco, con nombres y señas, con lujos de detalles, las evidencias de que así era… que si se podía… y si se hacía. Quienes nos gobiernan, si así lo quieren, tienen la posibilidad de saber que compro (que, cuando, cuanto, donde, como, a qué precio, etcétera, teniendo bien presente que todo se compra y se vende) que veo, que escucho, que escribo, que digo, y por lo tanto que pienso. Conocen lo que hago, he hecho, planeo hacer (que, una vez más, se reduce prácticamente en su gran mayoría, a lo que compro… ¿cual acto, hasta el mas intimo, no requiere de una compra?)… lo que pienso. Disponen de una capacidad matemática de análisis de datos que va mas allá de nuestro entendimiento (por lo menos el mío, pero supongo que de muchos)… computadoras que mediante algoritmos insospechados, pueden tratar y analizar millones de datos por segundo, dando el resultado esperado en unos cuantos pocos de estos segundos… lo único que se necesita es recolectar estos datos… lo que hacen a su antojo interceptando nuestras comunicaciones (siendo realmente la única limitante, la del almacenamiento, el cual, con la rapidez de la innovación tecnológica, cada día crece exponencialmente.)
Mejor todavía, antes tenían que preguntar, hacer fastidiosas encuestas, colocar cámaras escondidas y micrófonos ocultos… hoy nosotros mismos (conscientemente o no) les proporcionamos gustosos la información… sin pensarlo hacemos de nuestra vida privada, intima, una vida pública, a la vista de quien quiera tomarse la pena de verla…y, como dicen en francés, “ils ne s’en privent pas”.
Nos dicen que estos señores Snowden, Assange, Manning y otros (desconocidos, pero que en su ámbito y a su nivel, hacen lo mismo) son los nuevos héroes de estos tiempos… y si para todos los gobiernos (los que lo dicen y los que así lo piensan, pero se callan) son traidores que dan a conocer datos y hechos… fechorías y crímenes… que deberían de quedar ocultos, resguardados por el “secreto de Estado”… seguro que lo son (que el espía de espias, el Gran Hermano que no nos pierde de vista ni un minuto tache de espía a quien revela su espionaje, eso sí que es sarcástico, digno del mejor teatro del absurdo)… sin embargo… en el fondo, que le importa al criminal que sus víctimas sepan que lo es… si tiene asegurada la impunidad (dado que el criminal es quien hace las leyes y seguro que sabe hacerlas a modo de no poder ser inculpado)… y si tiene la suficiente inteligencia para que las mismas victimas no solo consientan en serlo sino que lo piden a gritos. Puesto ante el dilema “libertad” o “seguridad” no hay la menor duda que la gran mayoría, casi la totalidad, de los hombres y las mujeres escogerán la seguridad… el tan conocido instinto de supervivencia de todo animal… por humano que este pretenda ser. La parte reptiliana de nuestro cerebro siempre prevalecerá sobre el neocortex… simplemente porque nos mantiene en vida.






Me tacharan de “conspiracionista” (ver la entrada del 06/05/2005 en la cual transcribo un texto que había redactado al día siguiente de los atentados del 21/09/2001)… pero no tengo la menor duda de que la “construcción” del terrorismo como principal enemigo de nuestra civilización occidental y democrática, tuvo (tiene) como principal finalidad la de propagar el miedo, instaurar el permanente temor a una amenaza siempre presente, posible pero desconocida, invisible, inasible… cuya naturaleza precisa de unas medidas de protección capaces de salvaguardar la integridad física, la corporalidad y la vida misma de todos y cada uno de los individuos. Cuando MI vida corre peligro, cuando el peligro puede surgir de improvisto… cuando mi vida depende del azar de una bomba colocada por donde paso o donde me encuentro… entonces que espíen a todos, que me espíen, si esto me garantiza una mayor seguridad, una mayor probabilidad de que la bomba que puede matarme (o matar a quien quiero) no explotara.
El atentado a las torres gemelas del World Trade Center de New York se produjo el 21 de septiembre del 2001… y el 26 de octubre, un poco más de un mes después, con el trauma todavía muy presente para todos los estadunidenses, se promulga la Patriot Act, que restringe enormemente las libertades constitucionales dotando a las autoridades de poderes extraordinarios para poder combatir el terrorismo. Desde entonces, con cierta regularidad se informa de posibles atentados terroristas que no se concretizaron gracias a los instrumentos de control y vigilancia que autorizan esta Patriot Act.

De última minuta: Ayer, 2 de agosto del 2013, de forma casi simultánea, se dieron tres noticias.
Una… Rusia concede asilo temporal por un año a Edward Snowden.
Dos… el diario británico The Guardian, en base a informaciones proporcionadas por Snowden, da a conocer el norteamericano súper programa de espionaje XKeyscore, capaz de interceptar la totalidad de la “información privada” circulando sobre internet.
Tres…EE UU intercepta mensajes de Al Qaeda, relacionados con la posible preparación de atentados. El país cierra 21 embajadas y consulados en Oriente Próximo y norte de África
Me pregunto… ¿será casualidad... o quieren convencernos de la necesidad del espionaje?

De seguir por este camino (ya muy andado, ¿se puede todavía echar marcha atrás?)… no tengo la menor duda de que en unos cuantos años más, la película Minority Report no será una película de ciencia ficción, sino una película costumbrista retratando nuestra cotidiana realidad… o sea, que se arrestara y juzgara (si se les juzga) a las personas, no porque hayan cometido algún delito, sino porque se sospecha que lo van a cometer.



















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