Ayer,
supe…
por
boca de Marina, quien lo sabía por la de su madre…
(o
sea mi suegra)…
la
historia que a continuación les relato.
Unos
policías tocan a la puerta de una señora…
esta
les abre…
ellos
le preguntan si sabe donde se encuentra su hija.
Esta
les dice que en su habitación…
a
lo cual estos buenos servidores públicos…
sin
pensárselo mucho…
le
anuncian que su hija ha fallecido.
Hace
un rato…
se tiro por la ventana.
Hasta
aquí, lo que supe…
no
conozco a la señora que abrió su puerta a los policías…
como
tampoco a la hija suicida.
Solo
supe que la suicida tiene…
tenia…
una
hija de unos veinticuatro años…
amiga
de una sobrina de Marina…
es
todo.
Hace
ya bastantes años…
(disculpe
por la falta de precisión)…
en
el edificio en el cual vivía…
y
sigo viviendo.
Una
joven adolescente…
de
unos doce, trece o catorce años…
(quizás
algún día me cruce con ella, pero no la conocía)…
se
tiro del octavo piso…
y
según dicen, falleció en forma instantánea…
supongo
que al momento de hacer contacto con el piso del estacionamiento.
La
pequeña historia cuenta…
que
recibía tratamiento por una depresión…
y
que el vigilante del edificio presencio su caída.
Cada
mañana…
al
despertarme y levantarme…
me
dirijo a la ventana de mi recamara…
para
abrirla de par en par…
dejar
entrar el aire fresco de la noche…
respirar
profundamente…
y
asomarme al vacío.
Vivo
en el décimo piso…
y
cada madrugada…
me
pregunto…
si
llegado el día…
en
que por voluntad propia..
decida
dejar este mundo…
el
lanzarme al vacío…
sería
una opción a considerar.
Tengo
que admitir…
y ustedes conmigo…
que
tiene indudables ventajas.
La
primera…
su
efectividad…
dudo
que una caída libre desde un décimo piso…
no
se salde por la muerte instantánea del saltador.
La
segunda…
su
rapidez…
no
creo que pasen mas de unos dos a tres segundos…
entre
el momento de emprender el vuelo…
y
el del contacto con el suelo.
Incluso…
visto
el estado de mi corazón…
posiblemente
fallezca en pleno vuelo…
de
un infarto fulminante.
Sin
embargo…
también
tiene sus inconvenientes…
igualmente
en nombre de dos.
El
primero…
existe
la posibilidad de que abolle un coche estacionado…
y
que su propietario…
carente
de toda sensibilidad…
exija
a mi familia el pago del daño.
El
segundo…
que
el conserje…
apenas
repuesto del susto…
tenga
que limpiar el charco de mi sangre...
y
quizás, incluso…
recoger
uno que otro trozo de mi masa cerebral.
NO…
es
todavía muy temprano para tomar esta decisión…
ni
siquiera he tomado la de la fecha de su ejecución….
sin
contar que no me vería bien.
Quiero
que me encuentren apaciblemente dormido.
Posdata:
pensé y estructure este texto (casi tal cual) mientras hacia mi ejercicio de
rehabilitación cardiaca… de alguna que otra forma hay que matar al tiempo
mientras camina o pedalea uno sin avanzar. ¡Dios… que buena metáfora!...
¿metáfora?
Segunda
y ultima posdata: tantos años pensando en el mismo final para la misma película
de terror (ver mi reciente entrada de fecha 18 de junio de este mismo año)…
hace que no pueda no reírme.
En
suma una película de terror… con un final… trágico… al punto de parecer
cómico... hilarante, no… simplemente cómico.
Cuando
el sujeto de la burla es uno mismo… siempre se es cómico… de lo contrario se
mataría uno en el instante mismo.
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