febrero 19, 2015

RAFALE: Francia vende a Egipto su "invendible" avión de combate. CUANDO LA MUERTE HACE NEGOCIO CON LA MUERTE.


A principios de los años 80, con la finalidad de renovar su obsoleta flotilla de cazas bombarderos, el gobierno francés encargo al fabricante de aviones de combate Dassault, el diseño y fabricación de un caza bombardero polivalente de quinta generación.
El primer vuelo de este nuevo avión, llamado RAFALE (ráfaga), tuvo lugar el el 4 de julio de 1986 y su integración al ejército del aire francés y las fuerzas navales francesas a finales del año 2001.

Muchos ejércitos de diversos países se interesaron por la compra de este nuevo avión de combate para equipar sus fuerzas aéreas y navales, pero (tanto por su elevado precio como por el disfrazado veto de los USA)  ningún acuerdo de venta jamás se concretizo… hasta que, hace unos cuantos días, sorpresivamente, se anuncio que el gobierno egipcio había cerrado un contrato por la compra de 24 aviones Rafale (mas una fragata y algunos misiles de diversos tipos), por un valor de 5,000 millones de euros.

Divulgada por el periódico francés Le Monde, esta compra, hasta ahora “secreta”, fue celebrada en todo lo alto por el gobierno francés que se vanaglorio de este primer contrato de venta de un avión de combate, hasta entonces juzgado como invendible. Excepto uno que otro muy raro medio de comunicación, partido u organización… toda Francia canto al unisonó un sonoro  ¡Cocorico!... orgullosa de esta venta… sin preguntarse quién era el mariscal Abdel Fattah Al-Sissi Presidente de la Republica egipcia y comandante supremo de las fuerzas armadas egipcias… ni el porqué u objetivo de esta compra exprés cuyo compromiso de compra/venta se negocio y firmo en cuestión de algunas semanas, cuando normalmente se requiere de varios meses de negociaciones… como tampoco la proveniencia del capital necesario para tal compra, cuando el Estado Egipcio y obviamente la población civil egipcia se encuentran sumisos en un verdadero desastre económico.


Pues aquí el esbozo de una tentativa de respuesta a estas preguntas no formuladas.


El mariscal Al-Sissi es un dictador y asesino de la peor calaña. Fue elegido Raïs después de un cruento golpe de Estado (que se saldo por centenares de muertos) contra un gobierno legítimamente elegido (después de la revuelta popular de la plaza Tahirir)… que no tolera la mas mínima oposición… cuya policía tortura sistemáticamente y a gran escala… cuyo poder judicial esta a sus ordenes… cuyas frecuentes manifestaciones acaban en baños de sangre y decenas de muertos… que declaro “Los Hermanos Musulmanes” (que representaban entre un tercio y la mitad de las preferencias político-electorales de los egipcios) como terroristas, asesinado centenares de estos y en encarcelándolos por decenas de millares (alimentando así la eclosión de millares de futuros yihadistas.) Resumiendo, el gobierno de Al-Sissi gobierna mediante el terror… que dice combatir.


En efecto, la inhabitual prisa con la cual se ha cerrado exitosamente este “contrato comercial” (del cual el gobierno francés se muestra tan orgulloso) encuentra su origen en los planes del gobierno egipcio de intervenir directamente y por todos los medios a su alcance en la lucha contra las facciones yihadistas que controlan una gran parte de su vecina Libia. Así como contra los “grupos terroristas internos” que se atrincheraron y actúan en la península desértica del Sinaï.

En lo tocante a la proveniencia del capital necesario a la compras de esto aviones de combate, varios medios de comunicación europeos y estadounidenses, apuntan a que este fue suministrado, en  gran parte, por Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y, en menor medida, el Kuwait (sin mayor precisión al respecto).

En cuanto al interés del gobierno francés… obviamente se trata de un jugoso contrato de venta de unos aviones hasta ahora calificados de invendibles, con su esperado efecto de contagio… pero también, y sobre todo, de una “jugada” geoestratégica cuyo principal objetivo y beneficio consiste en asegurarse el apoyo del gobierno egipcio en sus intervenciones militares en la África subsahariana (Mali y República Centroafricana), así como su declarada intención (expresada por el mismo Ministro de la Defensa, Jean Yves Le Drian) de intervenir militarmente en Libia contra las fuerzas del Estado Islámico (Daesh) implantadas en esta país, cuyo “poderío” no cesa de crecer.





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