diciembre 29, 2013

Reflexión de fin de año... o Año Nuevo.






Según un documento llamado Acta de nacimiento… si se calcular (y si no, dispongo de  un muy útil instrumento llamado calculadora)… tengo 65 años… por lo tanto hace 65 años que me pregunto si la vida vale la pena ser vivida… y sigo sin encontrar la respuesta.
¿Qué pasara el día en que la encuentre?
Sin duda… nada… porque… por lo menos de momento…  no creo que este día llegue.
Y si llegara… ya no tendría sentido la respuesta… fuese esta la que fuera (¿o fuera esta la que fuese?)



Encerrado en mi inexpugnable fortaleza del sinsentido originario, muy tempranamente, llegue a pensar que el suicidio podía ser una salida… hasta que esta noche, poco antes de despertarme… me di cuenta que cuando mucho no era más que una salida de emergencia, engañosa (por la cual te precipitabas a una caída sin fin sin jamás tocar fondo, tal un objeto viajando a una velocidad cercana a la de la luz por el espacio interestelar)… que del sinsentido de mi presencia… mi ausencia al mundo…no existe escapatoria alguna.

Era un sinsentido antes de nacer… lo he sido todos estos años… lo seguiré siendo hasta mi muerte… aun después… salvo que admita que mi sinsentido se agote en tanto que indefinida partícula del universo (quizás más compleja menos elemental… pero partícula al fin)




Posdata: Algunos conscientes de su finitud, otros no…todos los seres vivos que pueblan este planeta, ignoran si el tiempo de vida prestado por la naturaleza les alcanzara para ver morir este nuevo año y nacer el siguiente… yo incluido.
Privado de mundo… al igual que todos los seres conscientes… elucubro mientras tanto un más que incierto proyecto de vida a corto plazo… una trampa mas.
Sin embargo… esta misma noche en que me descubrí partícula sin más destino que el de vagar para siempre en la inmensidad sin fin del universo… alcance a vislumbrar un trozo, hasta ahora desconocido, de mi proyecto de muerte.
Que después de la cremación de mi envoltura quienes dispongan de mis cenizas me hagan el favor (¿tiene caso exigir, estoy en condiciones de hacerlo?) de esparcirlas, desde lo alto del Pont Picard, en el rio La Bourne que atraviesa Pont-en-Royans, el pueblito de mi infancia… preciso lugar en el cual las aguas de este rio dejan de ser rabioso torrente para tornarse repentinamente mansa y ancha planicie acuosa.



No hay comentarios.: