La violencia no es un accidente de nuestros sistemas,
sino su fundación.
Nuestra pertenencia a la sociedad implica fatalmente
esta paradoja: debemos aceptar con toda libertad lo que nos es impuesto.
Lo más a menudo, nuestra libertad de escoger se reduce
a un simple gesto de asentimiento formal a nuestras propias opresiones y
explotaciones.
¿Qué importancia tiene el robo de un banco, comparado
con su fundación?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario