Naci incompleto, inacabado… como proyecto, como
posibilidad… libre.
Incapaz siquiera de seguir vivo sin el amoroso cuidado
de algún otro ser parecido a mi… con la mente y el corazón todavía inhabitados,
disponibles… pero creciendo la envoltura, de camino hacia la desaparición y
el olvido.
Entonces… mientras mis huesos crecían, mi carne adquiría
consistencia… mis ojos, mis oídos, mi nariz, mi boca y mi piel, captaban el
mundo sin conocerlo… mis neuronas lo interpretaban, lo hacían suyo, ¿mío?
Mientras mi corazón deseaba y temía… este mundo…
mineral, vegetal, animal, poblado de Otros… empezaba lo que ya no dejaría de
hacer… darme, ofrecerme… pero también, autorizarme, permitirme… cercarme,
limitarme, impedirme.
Creo acordarme que Paul Valery, en algún lugar, alguna vez, escribió: “naci varios, morí uno”… y si bien no he
fallecido todavía… se que el niño que fui, fue numeroso pero que demasiado temprano
la vida me hizo uno solo… que no soy quien quise ser, no seré quien soñé ser…
solo quien pude ser… solo quien me atreví a ser.
No hago nunca lo que quiero… y no quiero nunca lo que
hago… hago lo que creo que debo hacer… lo que creo que puedo hacer.
Soy lo que los Otros me piden que sea… me permiten ser.
Acepte ser de aquí… y no de allá.
Mea culpa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario