En la edición del 25 de agosto del periódico mexicano LA JORNADA, se puede leer, como principal noticia:
Jóvenes aprueban tortura y hasta pena de muerte contra delincuentes.
Están en favor de combatir la violencia con violencia, revela encuesta de la UNAM.
Si se les da a elegir entre libertad y seguridad, los adolescentes se inclinan por la segunda.
Consideran válido que fuerzas de seguridad maten a criminales, aunque puedan ser detenidos.
Y en la famosa RAYUELA de la última página se lee:
Causa tristeza y alarma que los jóvenes mexicanos favorezcan la tortura y la pena de muerte. Algo está fallando.
Normalmente tan atinado e ingenioso, me parece que en esta ocasión el contenido de la Rayuela esta más que equivocado… no hay tal falla… sino todo lo contrario… es un total y rotundo éxito.
En este mismo blog se han publicadas varias entradas analizando la política de combate al crimen organizado (calificada de “guerra”, con un saldo al día de hoy de más de 50,000 muertos) emprendida por el presidente Calderón, nada más empezar su sexenio… la cual, además de ser, en su principio, un intento de legitimación (derivado del fraude que lo llevo a la presidencia) es hoy en día la parte medular de una “política de seguridad” cuyo verdadero objetivo no es el combate al crimen organizado, sino la implementación soterrada de un estado de excepción que no dice su nombre… cuya finalidad es obviamente la intensificación (por medios policiacos y militares) del control de la población y el afianzamiento del poder de la elite oligárquica y política… que, directa o indirectamente, participa del negocio de la criminalidad.
Admitido esto… que los jóvenes mexicanos “aprueben la tortura y la pena de muerte contra los delincuentes, puestos a escoger se inclinen por la seguridad contra la libertad y consideren como valido que las fuerzas de seguridad maten a los criminales en lugar de detenerlos”… ¿es una falla (de quien, en función de que) o un rotundo éxito (de esta política de seguridad) de Calderón?
Me parece que la respuesta no admite muchas dudas… por no decir duda alguna.
Al escenificar la máxima y cruenta violencia posible, al infundir miedo e inyectar día con día dosis (homeopáticas o de caballo) de temor… ¿Qué se busca, que fin se persigue, que respuesta se espera?... sino la de estos jóvenes.
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