El 6 de diciembre del 2008, en un barrio cercano a la universidad de Atenas, un grupo de alrededor de treinta jóvenes avienta piedras contra una patrulla de la policía. Esta se detiene, un policía se baja y dispara contra el grupo. Uno de los jóvenes, Alexis Grigoropoulos, de 15 años de edad, recibe tres impactos de bala, una le da en el corazón y lo mata en el instante.
Al día siguiente numerosas escuelas y universidades son ocupadas por sus alumnos al tiempo que una gran parte de la juventud griega, primero en Atenas pero rápidamente en toda Grecia, emprende masivas y violentas manifestaciones que en ocasiones parecen verdaderos motines, incendiando y destruyendo coches, mobiliario urbano y vitrinas durante mas de tres semanas. Solo el periodo vacacional de Navidad logra amainar la revuelta.
Estas violentas manifestaciones carecen de toda reivindicación concreta y cuantificable al tiempo que expresan el profundo hartazgo de la juventud ante la sensación de ser condenada a la mera “sobrevivencia”, tanto material como existencial.
En el Mayo del 68 en Paris y toda Francia, los jóvenes expresábamos nuestra inconformidad hacia todas las estructuras autoritarias, pero sobre la base de un porvenir económico asegurado: “no queríamos de un mundo donde la garantía de no morir de hambre se cambiara por el riesgo de morir de aburrimiento”… pero creíamos en el porvenir.
Hoy, en Grecia pero en casi todo el mundo occidental avanzado (ya no hablemos del tercer y cuarto mundo, tanto extra como intramuros) la juventud no solo no quiere morir de aburrimiento… sino que tampoco quiere morir de hambre.
Cuando la generación del 68 (mi generación) llego al poder, esta afianzo el disfrute de un cuadro societal mas liberal (en el sentido del clásico liberalismo político y económico de fines del siglo XIX) pero no mas libertario. Las estructuras sociales integraron un mayor margen de libertad para los individuos, pero únicamente como una de las condiciones necesarias al desarrollo de la mercantilización de la vida… se trato de que cada individuo se integrara al reino del homoeconomicus como átomo sometido a la fuerza gravitacional de la mercancía… mas no como persona autónoma integrante de una estructura social de la cual participase activamente.
El resultado… lo vemos hoy ilustrado por estos jóvenes sobre quienes no pesan ya muchas de las viejas estructuras autoritarias… y poseen la teórica libertad de ser(es) libres sin tener los medios para hacerla efectiva. Si todos tienen permiso para ver la mercancía solo unos cuantos pueden tocarla.
Que mejor para expresar este malestar y esta rabia que la palabra de sus actores (de esto se trata, ser actor y no mas espectador) por lo que a continuación sigue un manifiesto de estos jóvenes griegos, seguido de un comentario de una participante a dicha revuelta.
“No nos hacen falta más lacrimógenos para llorar. Lo podemos conseguir solos”
“No nos critiquéis antes de entendernos.
No nos apuntéis con el dedo antes de vernos
No nos censuréis antes de hablarnos
No nos matéis antes de dejarnos vivir
Somos vuestros hijos y nietos, vuestros vecinos o amigos…
Somos la sociedad que habéis creado… Somos el resultado de las generaciones de indiferencia, de no creer en nada, del pasotismo (valemadrismo), de la apatía…
Ahora… Quemamos para que no nos quememos
Rompemos para que no nos rompan.
Nos Rebelamos porque ya estamos hart@s de este mundo!
Estamos con vosotr@s!
¡Estas noches son de Alexis! (el joven asesinado).
Hay que cambiar el mundo, y si no lo conseguimos al menos lo habremos intentado.
“Que se extienda la revuelta
Desde Grecia un fuerte saludo libertario a todos los compas del mundo. “Queremos un mundo mejor. ¡Ayúdenos! No somos terroristas, “encapuchados” ni “desconocidos conocidos.” “¡Somos vuestros hijos! Esos conocidos desconocidos”…
“Queremos soñar –¡no nos maten los sueños!
Tenemos pasión –¡no nos paren!
¡Acuérdense! Hace tiempo que ustedes eran jóvenes también. Ahora están persiguiendo el dinero, sólo les interesa la “fachada” de las cosas. Se hicieron gordos y calvos.
“¡Olvidaron! Esperábamos que nos apoyaran, que tuvieran un poco de interés, que nosotr@s por una vez nos enorgulleciésemos de ustedes. ¡En vano! Ustedes viven vidas falsas. Tienen la cabeza inclinada, los pantalones abajo y están esperando el día que se van a morir. ¡No tienen imaginación, no se enamoran, no crean nada! Sólo venden y compran:
“Todo Material –Amor por ninguna parte–. Verdad por ninguna parte ¿Dónde están los padres? ¿Dónde están los artistas? ¿Por qué no salen a las calles para protegernos? ¡Nos están matando. Ayúdenos!”
Firmado: Los Niños.
Dicho por Tonia, joven griega, entrevistada por la revista francesa “le Nouvel Observateur”:
Imagine.
El niño sufre y llama a su padre, “¡Papa!”
Este, siempre distraído, no le contesta.
El niño insiste, le jala la manga de su camisa, golpea el cuerpo de su padre con su puño.
Ninguna reacción.
Entonces para hacerse oír, toma un vaso y lo estrella contra la pared… entonces, el padre, estupefacto por esta violencia, se da cuenta de que el niño existe.
La próxima vez, a la hora de tomar la palabra, el niño empezara por hacer explotar un vaso.
Eh aquí la realidad griega.
En Navidad, nuestros ministros se hacen fotografiar esquiando en Suiza… mientras yo corro para conseguir un trabajo durante las fiestas en esta ciudad sucia, contaminada, atascada, en la cual camino y respiro con dificultad. Corro, peleo y… nada en el horizonte.
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