El consumo funciona como un doping, es el paliativo para contrarrestar la vida difícil del individuo y su miseria cotidiana.
La acción de comprar es como una pequeña fiesta en la vida cotidiana, una actividad que rompe la angustia de la rutina y combate la fosilización de la existencia.
Dicho por Gilles Lipovetsky (filosofo y sociólogo francés) en una reciente conferencia en México.
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