febrero 14, 2014

ORIFICIOS


Inicialmente, el Big Bang ¿creo ? un Universo hecho de hidrogeno y helio con una pizca de litio. Todos los demás elementos que existen hoy se han forjado en las estrellas nacidas de nubes de gas y polvo producto de la explosión de estrellas gigantes, las supernovas.

Muy lentamente… extremadamente lentamente…a lo largo de cientos de millones de años, desde el Big Bang el cosmos ha ido evolucionando, evoluciona y seguirá evolucionando (se expande, nacen y mueren estrellas, etcétera)… soy parte de esta evolución… hace casi 66 años que formo parte del universo y algún día, por lo menos bajo mi actual corporalidad, dejare de serlo.  De hecho  se podría decir que procedo del polvo estelar… soy hijo de las estrellas… estoy hecho  de los primigenios átomos que sostienen la vida, carbono, oxigeno, hidrogeno que nacieron en el corazón de las primeras estrellas.

Estoy en el mundo… presente y ausente a la vez… soy YO, único, irrepetible… llegue y me iré…naci y moriré… mientras otros nacerán y morirán… nacieron y murieron… vivo… y con un poco de suerte puede hasta que exista… siendo el existir la capacidad de interrelación e interacción de mi yo (corporal y espiritual) con el entorno mediante los sentidos (que perciben y dan presencia) y el intelecto (que procesa, interpreta y dispensa sentido) cuya conjunción de ambos procesos físico-cognitivos confiere el sentimiento de existencia.

Visto desde fuera, al nivel del “agregado atómico o celular” (como gusten aunque los dos sean validos, siendo solo cuestión de escala), para los demás soy como ellos… soy una envoltura… centímetros cuadrados de piel, recubriendo, protegiendo, órganos que mantienen la vida, esqueleto y músculos que permiten ponerme en movimiento… un cerebro que ordena la envoltura al tiempo que me dota de consciencia (ahí radica mi presencia y/o mi ausencia al mundo).

Todo esto lo sabia… cuando esta mañana, en la regadera, bajo el agua que se resbalaba sobre mi piel… sin razón ni propósito… pensé que también esta piel que separa el interior del exterior, esta barrera infranqueable (salvo accidente) esta envoltura… tenia orificios… algunos “invisibles” como los poros, otros obvios… que expulsan y absorben… permiten la salida y la entrada, la eliminación, la penetración… boca, nariz, ano, uretra con su pene si soy hombre, vagina si soy mujer… sin los cuales la dicha envoltura no sería apta a la vida, por todo lo que se encuentra fuera de la misma y requiere engullir… así como apta a la perpetuación de la vida (aunque esto ya no sea hoy tan cierto.)

Orificios que al comunicar el interior con el exterior permiten la vida… al tiempo que por su conformación y función son fuente de los mayores placeres… pero también vías por las cuales (exceptuando los golpes y uno que otro objeto que pueda perfora este frágil caparazón) entran (penetran) casi todas las agresiones de todo tipo.

¿Por qué tome conciencia de estos orificios mientras me encontraba bajo la regadera?... no lo sé… ¿simplemente por mi desnudez y la sensación de ahogarme que me produce el agua que resbala sobre mi piel, cuando esta es demasiado fría?... ¿quizás?

Desde otra perspectiva… el Universo tiene sus agujeros negros… también tenemos los nuestros… invisibles.... más negros que el carbón.






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