En la última versión de mi
TESTAMENTO, empezaba este por una introducción, en la cual, bajo el intitulado
de “Breve recuento”, hacia, contradictoriamente, un recuento bastante
pormenorizado de las enfermedades que he padecido, y sigo padeciendo en cuanto
a algunas de estas… lo cual, pensando mi fin bastante o relativamente próximo,
me llevaba a la redacción de MIS ULTIMAS VOLUNTADES.
Hoy, he cambiado
de perspectiva… y dejando de lado este inútil y aburrido listado… quiero
simplemente asentar que padezco ciertos males del cuerpo (que todos conocen) y
del alma (que quizás algunos intuyen), que me llevan a temer (NO, temer no… si
suponer) que mi vida está por llegar a su fin… máximo cuando mi cardiólogo me
anuncio, afablemente, que era un serio candidato a sufrir lo que,
elegantemente, nombro como “muerte súbita”.
Aun si estuviese equivocado y la
Huesuda con sus hermanas La Faucheuse y La Parca, cansadas de esperarme,
decidieran levantarse y ponerse en camino para ir en busca de alguien más
dispuesto a compartir sus camas y más hábil en los juegos del amor post mortem…
a sabiendas de que las tres son por naturaleza volubles y traicioneras,
pudiendo venir por uno de puntitas, inopinadamente, cuando y como quieran… me
parece una razón más que suficiente para que juzgue ser este el momento,
sino oportuno, si propicio, para dar a conocer a mis familiares más próximos…
MIS ÚLTIMAS VOLUNTADES.
En esta fecha,
hoy 5 de mayo del 2015, quien esto escribe, RAYMOND TORRENT XAUS, encontrándome mentalmente sano (o en posesión
de todas mis facultades mentales, como prefieren)… antes que llegue el día de
mi fallecimiento, expreso estas últimas voluntades:
Uno… por mi
historial médico son grandes las probabilidades de sufrir algún día,
inopinadamente, un Accidente Cerebro Vascular, con toda la gama de las posibles
consecuencias inherentes a este… de la misma manera en que haciendo uso de su
libre albedrio, cansado de tanto latir, mi corazón decida descansar dejando
definitivamente de palpitar en mi pecho.
Dos… por lo que si
como consecuencia de algún accidente o enfermedad, de cualquier naturaleza, el estado de mi cuerpo y/o mi
mente hicieran imposible valerme por mi mismo (requerir de la ayuda de una
tercera persona para cumplir cabalmente con los actos más elementales de la
vida física y/o mental), anuncio mi firme e irrevocable intención de poner yo
mismo fin a mi vida.
Tres… si, mi estado físico o
mental, o cualquier otra circunstancia, imposibilitaran que yo mismo cumpliera
con lo anterior, solicito que algunos de mis allegados y/o algún profesional de
la salud me presten (o se la presten a mi esposa Marina y/o mis hijos Xavier y
Emilio) la “ayuda” necesaria para cumplir tal propósito.
Cuatro… Obviamente que quien
atendiera esta expresión de mi libre voluntad, no estaría cometiendo crimen
alguno, dado que solo sería el instrumento mediante el cual podría yo llevar a
cabo el acto soberano de poner fin a mi vida… por considerar que seguir vivo en
el estado antes mencionado no es, a mi juicio, existir… siendo este la
capacidad de interrelación e interacción de mi yo (corporal y espiritual) con
el entorno mediante los sentidos (que perciben y dan presencia) y el intelecto
(que procesa, interpreta y dispensa sentido) cuya conjunción de ambos procesos
físico-cognitivos confiere el sentimiento de existencia.
¿Qué vale una vida si el
existir antes definido no puede “vivirse” con plena autonomía (condición de una
existencia digna) y requiere de la constante y permanente “ayuda” de alguna
tercera persona para los actos más elementales del diario vivir?
Además, y no menos sino mas
importante, no solo se ve uno negado la posibilidad de un “existir (o simple
vivir) digno”, sino que “envenena” y aniquila el digno existir de quien o
quienes tienen que prestarle la necesaria ayuda material y espiritual (sin
ninguna connotación religiosa.)
Vivir (estar vivo) en estas
condiciones es, simplemente, un crimen de lesa humanidad. El cual me rehusó
cometer.
El suicidio, no es una
opción… sino una obligación, un deber. Si nacemos por casualidad o por decisión
de nuestros progenitores… nunca por voluntad propia… y, una vez más, vivimos lo
que nos atrevemos a vivir dentro de nuestras circunstancias… que el morir sea
nuestra decisión, nuestro último y quizás único acto en el cual expresemos
nuestra libertad y dignidad.
Resumiendo… después de haber vivido lo
que me haya atrevido a vivir… que se me permita cerrar el círculo de la vida…
sin dolor ni incapacidad física o mental para mi mismo… como sin el
sufrimiento, para mi familia, de la obligación de mantener en vida un ser ya
sin humanidad.
Cinco… habiendo fallecido, me niego
rotundamente a que mi cadáver sea velado en alguna agencia funeraria
(supuestamente para un último adiós…imposible de ser correspondido), sino que
se proceda a la mayor brevedad posible a mi incineración (o cremación, como
gusten)
Las mezclas de sentido dolor,
hipocresía, indiferencia, chismorreo y hasta buenos o malos chistes que suelen
darse en estas velaciones, siempre me han parecido de lo más aborrecible. Cada
quien puede procesar su duelo por el ser querido o respetado, sin necesidad de
estas concentraciones en las cuales imperan la falsedad, la simulación y un
notable aburrimiento para los asistentes… ¡ni se diga para el difunto!
Seis… me rehusó terminantemente a que
se publique (en donde sea y por quien sea) unas esquelas. Practica cuyo único
fin es el de informar del infortunado (o esperado) deceso a quienes ya lo
saben… o por razones generalmente de negocio, pretendiendo “quedar bien” con
quienes le sobrevivieron… o sea… en última instancia… engrosar las arcas de los
medios en los cuales se publican. Aunque tengo que reconocer que conozco gente
para quienes su “pasatiempo favorito” es abrir el periódico para leerse todas
las esquelas… sin duda para gozar de la grata sensación de no encontrar la
suya.
Siete… incinerado, me rehusó a que
mis cenizas (o lo que sea que supuestamente quede de mi cadáver) sean
depositadas en algún nicho de algún panteón… para que familiares y amigos
puedan visitarme en determinadas fechas o algunos de sus momentos de hastió y
derramar alguna que otra lagrima… esbozar una velada sonrisa… o, ¿por qué no?,
un bostezo.
Si en algún momento, para
bien o para mal, alguien se acuerda espontáneamente de mi persona… ¡¡me bastara!!…
y no veo porque tendría que infligirle el castigo de tener que visitar mis
polvos para llorarme o maldecirme.
Ocho… que mis cenizas sean enterradas
y/o esparcidas en los siguientes lugares:
Una parte enterada debajo de algún
árbol… de preferencia en algún rincón montañoso, puede ser un peral de San Pancho,
pero realmente poco importa el lugar… para que de alguna suerte estos restos
sigan siendo parte del Universo… y con un poquito de suerte, incluso de la
vida, si es que pasan a formar parte de alguna cadena alimenticia. Que me sea
permitido soñar en que mis cenizas “nutrirán” algún fruto prohibido mordido por
una joven y bella damisela… o en su defecto algún pajarito cantando la dulzura
del fruto.
Otra parte en el pueblo francés
de mi infancia, Pont-en Royans, en estos tres sitios: uno, a un lado (a mismo
el suelo, sin excavación alguna) de la tumba de mis padres (cuya única razón de
vivir, después de la derrota de sus sueños libertarios y el correspondiente exilio,
se resumió a dar la mejor vida posible a sus hijos)… dos, en las aguas del río
La Bourne, à la altura del Pont Picard preciso lugar en el cual las aguas de
este río dejan de ser rabioso torrente para tornarse repentinamente mansa y ancha
planicie acuosa… tres, esparcirlas al viento en lo alto de las ruinas del lugar
llamado “Trois Châteaux” (restos de tres muros derruidos invadidos por la
vegetación, así es como lo recuerdo) hasta las cuales subir a temprana edad fue
mi primera hazaña. Cuesta algo de trabajo y de antemano lo siento si la subida
es un poco empinada y por un caminito en
medio de la vegetación… pero una vez ahí, desde lo alto “la vue est emprenable”.
Fiel a mi
escepticismo (que en vida muchos calificaban de pesimismo cuando era lucidez)
no puedo asegurar que las cenizas que les sean entregadas sean realmente las de
mi envoltura corporal… pero hagan como si lo fuesen.
Nueve, herencia… que a mi fallecimiento… sea cual sea
la causa del mismo, muerte natural o suicidio (por mano propia o asistido)… la
totalidad de mis bienes… sean cuales sean la naturaleza, origen y procedencia
de los mismos, originariamente propios o, si fuese el caso, heredados del muy
improbable anterior fallecimiento de mi esposa Marina Sampietro Claraco… sean
heredados en su totalidad y en partes iguales por mis hijos Xavier Torrent
Sampietro y Emile Jose Torrent Sampietro… quienes dispondrán de ellos sin
restricción alguna conforme a sus intereses y las decisiones que tomen libremente
y sin coacción alguna al respecto.
Codicilo… los únicos bienes de mi
propiedad a los cuales otorgo la mayor importancia son mis libros (más del 90%
franceses), mis CD’s y mis DVD’s, los cuales dejo que mis hijos se los repartan
como gusten y hagan con ellos lo que les plazca (menos lucrar, vendiéndolos)…
aunque claro, me gustaría que conservaran los libros… y de vez en cuando
leyeran uno que otro. Dado que tengo la manía de resaltar en amarillo los
extractos más importantes o que más me gustan, podrán ahorrarse la lectura de
todo el libro, abocándose únicamente a la lectura de lo subrayado… aunque
obviamente no es lo conveniente, ya que no tienen por qué coincidir conmigo en
cuanto a la importancia y/o el gusto. De no ser de su agrado conservarlos, que
los regalen a alguna institución francesa establecida en México (dado que en su
casi totalidad son franceses) o a mi familia que radica en Francia.
A lo largo de los últimos
años, consecuencia de mi particular interés por el paso del tiempo y su
anunciado fin, he constituido una colección de relojes de bolsillo. A la fecha
son 16, la casi totalidad mecánicos (o si prefieren de cuerda), muchos de la
primera mitad del siglo pasado, algunos de muy reciente manufactura, y uno más
valioso que todos los demás (marca Zenith), el que llevaba mi padre cuando tuvo
el accidente que acabo con su vida.
Ignoro el real valor
monetario de estos, se los repartirán como mejor les parezca… eso sí sin lucrar
con su venta, y conservando el que perteneció a su abuelo paterno.
Suplica
y advertencia: Suplico
que todas y cada una de mis voluntades sean aceptadas y rigurosamente cumplidas
por todos y cada uno de los miembros de la familia…. mis hijos y mi esposa haciéndose
cargo del “destino” de mis cenizas.
De no ser así… les advierto
que, me encuentre donde me encuentre (incluso desde la más remota y absoluta
Nada) me las arreglare para atormentarlos hasta el fin de sus vidas… por lo
menos sufriendo con un atroz, permanente
e indeleble sentimiento de culpabilidad y…. si es que la tienen… de vergüenza.
De fecha
y vigencia: Por
último… pero como dicen, no menos importante… este texto tiene por fecha la de
este día, pero dejo constancia de que esta se actualiza día con día, sin que
tenga necesidad de hacerlo de mi puño y letra… aunque procurare hacerlo de vez
en cuando (de lo contrario, existe la posibilidad de que algún “astuto”
(también se vale el género femenino) argumente que no tiene validez… dado que
nada asegura que para cuando llegue la hora en que la Parca tome la decisión de
llevarme a sus aposentos (ya sea en forma inmediata ya sea con algún indefinido
tiempo de espera) me encuentre realmente “mentalmente sano y en posesión de
todas mis facultades mentales”.
El tono a veces desenvuelto
(quizás incluso sarcástico) de este texto… no le resta “seriedad”, veracidad ni
validez… así que, tal como lo exprese anteriormente, les suplico tener la
bondad (mejor, la honestidad) de hacer hasta lo imposible, para seguir las
“instrucciones” ahí vertidas o expresadas… aunque para algunos les pueda
parecer un sin sentido o incluso una “jalada”.
Posdata:
Como
algunos lo saben (o lo sospechan) desde la adolescencia, a lo largo de toda mi
vida, la actividad que mas gozo me ha proporcionado es la de una cierta
“masturbación neuronal” consistiendo en la escritura de textos (que no sabría
definir o cualificar de otra manera que no fuese la de Relatos) en mi lengua
materna el francés.
Por la combinación de una
indudable falta de talento y una exigente autocritica, en todos mis “intentos”
nunca he pasado de las cincuenta o sesenta paginas antes de tirarlas al basurero.
En este momento hago un último
intento, con un texto titulado POURQUOI PAS DEMAIN. LA MEMOIRE INFIDELE. Sin
saber si lograre llegar al punto final de este ejercicio antes de llegar al mío…
en la “introducción” del mismo preciso que la “finalidad” de esta última
tentativa es que quienes lo lean (particularmente mis hijos Xavier y Emilio) lo
hagan a título póstumo, es decir después de mi partida (quizás ¿o seguramente?
como una última cobardía).
No sé, para entonces cual
será su “forma”… pero supongo que podrán buscarlo en mi computadora.
Que mi partida sea un fuego
de artificio.
Que quienes quieran reírse,
lloren.
Que quienes quieran llorar,
rían.
Al son de un buen blues,
de preferencia de Luther Allison o Buddy Guy.
Sin tampoco olvidarse de algún “poema canción” de
Georges Brassens, Jacques
Brel y Leo Ferré
así como Alain Bashung y Gérard Manset.
También mis gustos musicales pasados y presentes
Sabina, Les Rita Mitsouko, Leonard Cohen, Van Morrison,
Neil Young, Tom Waits, Mark
Knopfler, Wilco, Bob Dylan,
The Clash, Joe Strummer & The Mescaleros
The Clash, Joe Strummer & The Mescaleros
y los desde y para siempre inolvidables Jimi Hendrix y Janis
Joplin.
Si un día lluvioso con el alma nostálgica
quieren ver alguna película en compañía de mi recuerdo
solicito que esta sea una de las que más he disfrutado:
American Beauty
Dead Poets Society
Melancholia
Her
y el documental
Searching for Sugar Man, con Sixto Rodriguez.
De un tiempo para acá, mis gustos “musicales” se han visto
incrementados con cantantes o bandas como:
Eels (Mark Oliver
Everett)
Mumford and Sons
The Head and the Heart
Of Monsters and Men
Lord Huron
Iron and Wine
Florence + the Machine
Lucinda Williams
Lykke Li
Basia Bulat
Imagine Dragons
Noah and the whale
The Avett Brothers
Young the Giant
Parker Millsap
Así que si… estando donde este…
quieren darme algún gusto post mortem…
llegada la noche, acostados a mismo el suelo,
en un entorno donde reinen
la más absoluta oscuridad y el más absoluto silencio
también pueden apreciar y gozar esta música
compartiéndola conmigo
y si hiciera falta
también con una de estas substancias
que incrementan las percepciones, emociones y sentimientos.
Leer… leer… siempre leer.
Como “super mega” importante incitación
post mortem a la lectura, quiero que los lectores de este ¿TESTAMENTO? sepan que, quizás no la mayor, pero sin duda
la más extendida fuente de gozo a lo largo de casi toda mi vida ha sido la
lectura.
Primero fueron las novelas,
destacando como autores (por orden cronológico de mis lecturas): Hemingway,
Tolstoi, Dostoievski, Gogol… Balzac, Zola, Stendhal… Malraux, Gide, Camus… y los
que sin duda me procuraron el mayor gozo, Louis Ferdinand Celine y Boris Vian.
Sin olvidar el inclasificable Emil Cioran... y varios más, cuyo enlistado seria una pérdida de tiempo.
Después vinieron los “ensayos”
de toda índole, destacando sin duda los filósofos, sociólogos, economistas,
etnólogos, antropólogos, etcétera: Guy Debord, Raul Vaneigem, Jean Baudrillard,
Pierre Clastre, Jean Claude Michea, Dany Robert Dufour, Serge Latouche, Jacques
Rancière, André Gorz, François Flahault, Zygmunt Bauman, Slavoj Zizek, Jean
Michel Besnier, David Graeber, los autores de la revista del MAUSS (Mouvement
Anti-utilitariste dans les Sciences Sociales), Denis Collin, Robert Kurz y un
largo etcétera.
Sin olvidar los “teóricos”
anarquistas, Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin, Errico Malatesta, Ema Goldman, Pierre
Joseph Proudhon, Elisé Reclus, Max Stirner, Victor Serge, etcétera.
Tampoco sin dejar de
mencionar las decenas de libros sobre la Guerra Civil Española y
particularmente la Revolución y contra-revolución que se dieron en su seno.
Por si alguien tuviese la
estrafalaria idea de querer leer alguno (o varios) de estos libros, en mi opinión,
los mejores son: La guerra civil española. Revolucion y contrarrevolución de
Burnett Bolloten (por mucho el mejor, en cuanto al aspecto histórico), La
revolución et la guerre d’Espagne de Pierre Broué y Emile Temime, L’autogestion
dans l’Espagne révolutionnaire de Frank Mintz, Ceux de Barcelone de H.E.
Kaminski, Espagne 1936-1937. La guerre dévore la révolution de Henri Paechter,
El reñidero español de Franz Borkenau, Le bref été de l’anarchisme de Hans
Magnus Enzensberger, Un anarchiste espagnol DURRUTI, de Abel Paz, Homenaje a
Cataluña de George Orwell, Anarcosindicalismo y revolución en España de John
Brademas, Jalones de derrota, promesa de victoria de G. Munis, Combats pour la
liberté de Pavel & Clara Thalmann, La guerre d’Espagne. République et révolution en Catalogne (1936-1939) de
François Godicheau, La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius
y Los Amigos de Durruti de Miquel Amorós, Révolution et contre-révolution en
Catalogne (1936-1937) de Carlos Semprun Maura, Carnets de la guerre d’Espagne
de Mary Low y Juan Breá, Ma guerre d’Espagne à moi de Mika Etchebéhére (el
libro testimonial que me arranco muchas lagrimas) y todavía un largo etcétera.
También, si así lo quieren y
quizás les interese, pueden echarle un vistazo a mi página web: http://www.somnisllibertaris.com/ en la cual encontraran la
transcripción integral de libros y documentos hoy muy difíciles de encontrar.
Si se les presenta la ocasión, no se
pierdan la oportunidad de ver la película "TIERRA Y LIBERTAD"(Land
and Freedom, en su título original) del director Ken Loach.
HERENCIA…
o las pisadas que vamos dejando.
En el punto nueve…
herencia propiamente dicho, de estas ULTIMAS VOLUNTADES, de conformidad con
lo conforme (no es una redundancia)… hago referencia a los “bienes palpables”
que podría dejar en herencia… sin embargo dirigiéndome, no solo a mis
herederos, sino a mis hijos y sobrinos (tanto mexicanos como franceses) insisto
metafóricamente en que “no solo de pan vive el hombre” y que lo más importante
que puedo dejarles a todos ellos, estando yo todavía en vida, son unos ciertos
valores, un cierto comportamiento frente a la vida… ¿será exagerado decir una
cierta filosofía de la vida?
Por lo que hoy, antes de que me baje definitivamente del
escenario de este teatro en el cual, como en todo teatro, solo impera la
apariencia, me permito agregar a estas ULTIMAS VOLUNTADES… esta HERENCIA… cuyas pisadas así suenan (¿a poco no han
notado que las pisadas, sean estas sobre la arena o la nieve, suenan?)
Siempre DUDAR… sin duda no hay libertad… ni
deseada, ni buscada, ni ejercida.
CUESTIONAR siempre… el consentimiento acrítico es el
primer paso hacia la sumisión servilmente aceptada o impuesta.
Tratar siempre de COMPRENDER… el esfuerzo por
entender hace la diferencia entre juzgar y sentenciar... siendo lo primero un
derecho legítimo (que se tiene que ejercer) y lo segundo una arbitrariedad.
Atreverse a decir NO… y lo más difícil, sostenerlo…
dicho de otro modo no aceptar LA SUMISION.
Ser consciente de que la VERDAD, y quizás
la REALIDAD, como tales, NO EXISTEN… sino que no son
más que nuestra muy particular percepción e interpretación.
Ser HUMILDES y TOLERANTES… lo
cual no hay que confundir con la abyecta sumisión o la castrante falta de
voluntad.
Rehusarse a ejercer LA DOMINACIÓN (fuente
primaria de la negación a la existencia para con los demás) y ser SOLIDARIOS…
siendo lo segundo mucho más fácil que lo primero… pero lo primero mucho más
importante que lo segundo… dándose lo segundo casi por añadidura si se cumple
con lo primero.
Actitudes indispensables para poder pretender que (algún
día, en algún lugar) el ser social favorezca la construcción del individual (el
florecimiento de su existencia)... y no su destrucción.
En la relación con los seres más cercanos que uno quiere o
para quienes sentimos afecto y aprecio es preciso (aunque a veces resulte
difícil) RESPETAR su existencia (el modo de ser al mundo que
escogieron)… sin renunciar a la nuestra.
Consecuentemente, dos de las palabras más importantes para
la constitución de la humanidad del ser son POR QUÉ y NO…
lo que nuestro entorno se encarga de desalentar, reprobar, condenar y prohibir,
llegando a sancionarlo y castigarlo… lo cual queda más que de manifiesto si
consideramos que estas dos actitudes (interrogar y negar)
son las propias de todo ser humano recién nacido y que en el transcurrir de la
infancia a la vejez estas van siendo sustituidas (conscientemente o no,
voluntariamente o no) por el conformismo y la aceptación… aunque las buenas
consciencias lo interpreten como parte del necesario (y natural) proceso de
"formación" de la madurez y la responsabilidad.
Sin pretender emular a Unamuno (por lo “del sentimiento
trágico de la vida”) y porque, la huesuda me pisa los talones cada día de más
cerca, al punto de sentir, de vez en cuando, su fétido aliento sobre mi nuca...
una última anotación… la más importante quizás… porque es (ahorra si sin duda)
la única verdad e incuestionable certeza… saber que desde el momento mismo en
que nacemos empezamos a morir… vivir con esto… intentar vivir sabiéndolo…
ATREVERSE A EXISTIR PORQUE LO SABEMOS.
Si el Ser es producto del azar o la necesidad…
y el Vivir nos es dado e impuesto…
el EXISTIR ES NUESTRA OBRA.
Hace algunos meses, supe, como consecuencia de un terrible
infarto al miocardio que la Parca es traicionera y que como tal puede llegar de
puntitas, silenciosa, inopinadamente… para intentar llevarse a uno a sus
aposentos (pueden visitar en mi blog, la entrada de junio 17 del 2014, TIEMPO
DE MUNDIAL)… por lo que, ciertamente, a pesar de la posible incomprensión y
segura desaprobación de algunos… les digo, a la manera del gran François
Rabelais, VIVEZ COMME BON VOUS PLAISE (vivan como mejor les
plazca.)… por si no lo saben todavía… tienen solo una vida y es la suya… hagan
con ella lo que mejor les parezca… el único límite siendo el que ustedes mismos
se pongan… a la hora de sus bodas con la Huesuda, solo habrán vivido lo que se
habrán atrevido a vivir… ¡ATREVANCE! … que llegado el
momento, viendo lo que hicieron con su vida y lo que dejan para siempre… esta
boda sea un festejo en todo lo alto y no un concierto de lamentaciones.
En cuanto a algún “legado Político existencial” (la Política
que no comprometa la existencia no es Política sino simple politiquería) esta
se puede resumir a tres esenciales máximas libertarias…
No ejercer nunca la DOMINACIÓN, no
aceptar nunca la SUMISIÓN
(voluntaria o no)
Mis (nuestros)
sueños no caben en sus urnas.
Todas las relaciones sociales (tanto políticas como
económicas o de cualquier otro orden) deben de fundamentarse sobre…
uno, el “mandar
obedeciendo a la palabra común”…
dos, la solidaridad y
el Bien Común…
tres, el Don, el
Deseo y el Gozo compartido.
¿Utopía?... quizás… pero, el sueño utópico es el único y
diminuto rayo de luz capaz de rasgar la negrura de nuestra cotidiana
desesperanza y ausencia.
Ultima reflexión, a mi entender, válida para
todo ser humano.
Lo valioso de mi vida… para mí… cuando me veo en el espejo, más
allá del espejo… no para los demás, cuya mirada resulta siempre equivoca y
necesariamente equivocada… radica esencialmente en que tanto de mi vida
responde a MI destino (Destinée,
en francés) que, mediante mis reflexiones y acciones, voy construyen¸ y
que tanto AL destino (Destin en
francés) las circunstancias que me rodean y limitan.
Mi respuesta, a muy, muy
grandes rasgos.
EL
destino.
Obviamente no he podido
sustraerme AL destino, como cualquiera nací en un tiempo y un espacio no
escogidos.
Este tiempo ha sido mi
tiempo. En cuanto al espacio, este ha sido solo el componente espacial de este
tiempo.
Si bien hubiese preferido
vivir en la Cataluña de fines del siglo diecinueve y principios del veinte, no
me quejo. Viví el fabuloso mes de Mayo del año 1968 en Francia. El único momento
de mi vida en el cual me sentí realmente vivo. No solo espectador, sino actor,
no solo de mi vida, sino de un hermoso sueño, a la vez mío y colectivo, capaz
de cambiar no solo las estructuras sino las relaciones sociales, el modo de
vida.
También me tocó presenciar
los albores de un cambio “tecnológico” cuya amplitud, profundidad y velocidad hacen
previsible una mutación del Hombre que hará de este un ¿ser? hibrido, parte biológico,
parte mecánico, parte cibernético. Para, quizás, llegar a ser alguna “cosa” que
ya no será un Hombre. La cual, incluso, dejara la cuna que lo vio nacer y morir
para establecerse en otros espacios siderales.
El poder presenciar esta mutación,
es el único motivo por el cual hubiese deseado seguir vivo.
MI
Destino.
Saber y exponer cual ha
sido MI Destino, supondría escribir decenas o centenares de páginas que compaginarían
mi historia personal con la de mi entorno, aderezadas de reflexiones de orden filosófico,
en suma, pensar y escribir la antropología de mi ser.
Así que me contentare con
apuntar que no he vivido lo que hubiese querido vivir, tampoco lo que hubiese
podido vivir… solo lo que me he atrevido a vivir… inmerso en mi esencial
ausencia al mundo, voluntariamente encerrado en MI mundo.
Podría resumir MI Destino
como una placentera, a veces gozosa, masturbación neuronal.
Lo cual, supongo, es
infinitamente menos que una extremadamente reducida parte de la humanidad… y al
mismo tiempo, infinitamente más que la muy gran mayoría, esencialmente sumisa y
sometida a la arbitrariedad de la dominación y la dictadura de la necesidad más
básica.
¿Significa esto que he logrado
ser un hombre libre, mínimamente capaz de construirme a mí mismo?
En este momento, no soy
capaz de contestar, nunca lo seré… como nadie lo será.
1 comentario:
Buen día.
Por curiosidad di con su blog. Reciba mi saludo, tal vez me recuerde, yo lo recuerdo con gusto, siempre fue amable conmigo cuando lo visitaba en hilos la campana.
Publicar un comentario