
Cuando en mi cama siento.
En mi cuerpo y espíritu,
que extrañamiento son uno solo.
Lo infínito del universo,
lo inasible y evanescente del tiempo,
que la vida necesita de la muerte para seguir siendo vida.
Me siento
abrumado...
o sea
humano.
La violencia y miseria institucionalizadas, sin reconocer ni nombrar. La falacia del poder, la realidad de la dominación y la servidumbre voluntaria. La mercantilización de la vida toda. La dictadura de la Razón Económica y el Utilitarismo. Todo nos impide "ser al mundo", dejándonos como única posibilidad ¿por cuanto tiempo? la de tratar de entender este mundo en el cual vivimos nuestra ausencia.Tratemos entonces de entender. No nos hagamos, no seamos, lo que tanto quisieran que fuéramos.
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