Lo
expresado en el texto que sigue es efectivamente la gota que derramo el vaso…
y la razón por la cual, por esta, y ultima vez, retomo la publicación de un
texto en este Blog.
Jaime y Carlos
13 de agosto 2025
Supe
que ayer agredieron con mucha violencia verbal a Marina.
Se
cual fue el motivo, pero la verdad es lo de menos… lo único importante es la agresión
verbal que sufrió Marina de su parte.
Les
ruego que sea la última vez que agredan a Marina.
Marina
es su hermana y dueña de la tercera parte de las acciones del grupo Omega (a
pesar de lo cual, en los hechos, la relegaron a una función de simple
secretaria, además de ser quien siempre saca la cara por el negocio), y como
tal es vergonzosa su actitud.
En
este momento no puedo decir cuál será mi reacción en caso de que se produzca
nuevamente una agresión de esta naturaleza… aunque lo mas probable es que haga público
el listado, de 60 páginas, en el cual asenté todas las agresiones verbales que Marina
sufrió de parte de ustedes, del 4 de enero de 2001 hasta el 15 de enero de 2011.
Estando
seguro de que tales agresiones no se detuvieron en la fecha del 15 de enero
2011, aunque ya no las asenté por escrito.
Puede
ser que este escrito les parezca una intromisión totalmente indebida y un chantaje
susceptibles de romper nuestra relación familiar… sin embargo, al ser el esposo
de Marina me parece que tengo todo el derecho de tratar esta innoble dinámica.
LUCHA
POR EL PODER Y VICTIMIZACION, un caso concreto y verídico… o como pasar de la
dicha al infierno.
Desde
hace algunos días (semanas quizás)… Marina ha regresado al infierno… no hay día
en que, de regreso a casa después de dejar su trabajo en la empresa familiar,
no me cuente del maltrato (agresión psicológica mediante continuos reproches y
gritos) que sufre a manos de sus hermanos.
Así que, ante este recrudecimiento de la violencia, que por un tiempo había decrecido, y ante el sufrimiento de Marina, he tomado la decisión de hacer público (al publicarlo en este blog) los hechos y su correspondiente análisis que durante años (de principios de enero del 2005 a febrero del 2011) he consignado por escrito.
Se
muy bien que esta comunicación puede afectar (creo que lo normal sería que así
fuese) en forma quizás definitiva, o por lo menos profunda, las relaciones en
el seno de LA familia, pudiendo llevar a una ruptura, quizás definitiva y
espero que no violenta, entre las tres familias, la de Jaime, la de Carlos y la
de Marina (o sea la mía)… lo cual equivaldría a echar aceite hirviendo en las
ya de por si profundas heridas de Marina.
Por
lo que abogo, para que, si la lectura de esta entrada de mi blog tuviese este
efecto… la ruptura fuese entre mi persona y el resto de la familia, dejando, en
la mayor medida posible, Marina fuera de esta “disputa”.
Dicho lo anterior, paso a la exposición de los eventos constitutivos de esta LUCHA POR EL PODER Y LA VICTIMIZACION DE MARINA.
Escenario… la empresa
familiar.
Actores principales:
Marina,
la víctima, mi esposa.
Jaime, el victimario,
hermano de la víctima.
Carlos, el cómplice del victimario,
hermano de la víctima y el victimario.
Actores secundarios:
El padre y la madre,
secundarios en esta relatoría, pero esenciales en el origen de esta.
Fernando, el hermano
victima ausente, que se suicidó a tiempo, para no ser testigo ni actor de esta.
Testigo y narrador:
Yo mismo, esposo de la
víctima y cómplice por omisión.
Presentación, antecedente y breve explicación:
Tengo que empezar aclarando que como
esposo de Marina (porque al casarme con Marina y encontrándome sin trabajo me
lo propuso su padre, lo cual acepte, bajo ciertas condiciones que siempre se
respetaron) hasta mi jubilación anticipada, trabaje en la empresa en cuestión…
precisando que durante todo este tiempo no labore en las oficinas centrales de
la empresa (donde se daba esta lucha) sino en distintas unidades de producción,
primero en el mismo Distrito Federal y después en la hilatura situada en el
vecino Estado de Tlaxcala (a poco kilómetros de la ciudad de Puebla.)
A pesar de esta distancia estuve
constantemente al tanto de esta lucha por el poder, la cual presencie
personalmente en varias ocasiones cuando por algún motivo me encontraba en las
oficinas centrales, o bien por los dichos de Marina, que para poder soportar la
intensísima presión generada, con el consiguiente stress, se desahogaba conmigo
(y sigue desahogándose en el momento presente) contándome, a diario, lo que
sucedía (y sigue sucediendo) en este permanente y continuo encontronazo entre
ella y sus hermanos por la dirección de la empresa… aunque hoy en día (y desde
hace ya bastante tiempo) el combate de Marina sea ya únicamente de carácter
defensivo frente al poder ya definitivamente monopolizado por Jaime, con el
apoyo aparentemente más mesurado pero no menos manifiesto de su hermano Carlos.
Tengo
que agregar que, en las ausencias de Jaime por acompañar a su cuñado Luis
Estrada en la filmación de sus películas, Carlos, que se quedaba al frente del
negocio en estas ausencias, parecía una oveja comparada con el lobo Jaime.
Sin embargo, en la última de estas ausencias (para filmar una serie de Netflix) y según lo comentado por Marina, la actitud de Carlos supero con creces la de Jaime, quien, al decir de Marina, había suavizado en gran medida su agresiva postura hacia ella. Supongo que porque el tiempo no pasa en balde para nadie… y que el peso de los años hace que la magnitud de la virulencia vaya inconscientemente cediendo… al no ser que esta mayor proximidad al final de la vida, haya despertado un cierto arrepentimiento.
Durante
diez años, en el periodo comprendido entre el 4 de enero del 2001 y el 15 de
enero del 2011, documente por escrito los momentos más álgidos de esta lucha
por el poder y de mayor sufrimiento para Marina.
¿Por qué? Con la intención de poder en un momento dado entregar este documento a Jaime… y así intentar que se pusiera fin a esta situación sumamente lastimosa para Marina, o por lo menos aminorara la violencia de la misma.
¿Por
qué lo aquí relatado a continuación afecta tanto a Marina?
Porque
Marina es una persona, muy sensible, muy inteligente, con un gran don para la
comunicación y la escritura, que hubiese podido cursar de manera muy exitosa
alguna carrera universitaria… a lo cual se opusieron sus padres… porque lo
único que las mujeres buscaban al ingresar en la Universidad era poder fumar y
tener relaciones con los estudiantes del género masculino… puro pretexto,
siendo la verdadera razón, porque sus padres querían que estudiara una carrera
corta de tipo secretarial… para que empezara a trabajar cuanto antes en la
empresa familiar… lo cual hizo desde los 16 años.
También porque es una persona muy sensible… y pasablemente ingenua… educada desde su más tierna infancia a obedecer “sin chistar” y acatar las órdenes y valores de los padres… lo que hace impensable todo tipo de desacato que pudiera poner en entredicho esta total sumis
Por lo tanto, para Marina, desde
siempre, su trabajo en la empresa “ha sido (y sigue siendo) toda su vida…diría
yo, su razón de vivir. Su desempeño en la empresa no es para ella un simple
trabajo… sino un sacerdocio al cual se entrega cuerpo y alma.
Desde que empezó a trabajar en la empresa… o sea desde muy joven y durante la mayor parte de su vida… Marina fue primero la ayudante de su padre que dirigía la empresa (y de su madre que controlaba el trabajo en la misma)… para, poco a poco, con el tiempo y la adquisición de mayor experiencia, volverse el “brazo derecho” de su padre… la persona que conjuntamente con su padre intervenía directa o indirectamente en la dirección de la empresa.
Es
importante recalcar que sus padres (exiliados políticos de la guerra civil
española) fundaron la empresa prácticamente sin capital alguno (desde abajo y
desde cero)… y que es gracias a su constante dedicación al trabajo que poco a
poco la empresa fue consolidándose primero y creciendo después, hasta
convertirse en la número uno de México en su campo… el de la fabricación de
toda clase de hilos, hilazas y estambres domésticos.
También es esencial insistir en que, desde su adolescencia y con el paso del tiempo, por su total y absoluta dedicación al negocio de la familia, Marina fue parte esencial de esta consolidación y crecimiento. Lo cual la llenaba de dicha y una gran autoestima… no trabajaba en la empresa sino para la empresa… la cual, por una apreciable parte, era su obra.
Así fue, hasta que tiempo después sus hermanos (Jaime primero, Carlos posteriormente) fueron integrándose también en la empresa, cumpliendo diversas funciones (Jaime de orden administrativo y Carlos en la producción)… pero sin quitarle a Marina su preponderante lugar en la dirección de la misma.
Esto
hasta que, habiendo fallecido el padre, Jaime emprendió la tarea… primero
soterradamente… posteriormente con más protagonismo y finalmente con éxito… de
tomar el control de la dirección de la empresa… echando a un lado a Marina….
que poco a poco sus hermanos despojarían de todo protagonismo en la dirección
de esta.
Al tratar Marina (la mayoría del tiempo, casi siempre, sin éxito) conservar la mayor cuota posible del poder que le habían arrebatado y considerar que algunas (o varias) de las decisiones tomadas por su hermano, eran erróneas y perjudiciales para “la buena marcha de la empresa” se gestó un clima de enfrentamiento que al poco tiempo se volvería de una inusitada violencia de parte de Jaime contra Marina. Violencia verbal y sicológica de una gran virulencia (a veces los regaños y gritos de Jaime hacia Marina se podían, y se pueden, escuchar hasta las aéreas de trabajo más alejadas de la oficina de la Dirección en la cual conviven) que afortunadamente nunca rebasaría el umbral de la violencia física.
Durante algunos cortos lapsos de tiempo (esencialmente mientras Jaime estaba mayormente ocupado por el rodaje de alguna de las películas de su cuñado en las cuales participa con guionista, así como otros cortos momentos) parecía que la violencia sicológica y verbal, ejercida sobre Marina disminuía notablemente… desgraciadamente, está siempre regresaba.
Por la continua acumulación de esta violencia… y por la edad de Marina (que ya debería de haberse jubilado y dejar de trabajar en la empresa desde hace varios lustres) me temo que el impacto sobre su salud física (con posibles consecuencias cardiovasculares) y mental (ha estado en varias ocasiones al borde de la depresión) pueda traducirse en un evento de insospechada gravedad.
Razón por la cual he tomado la decisión de incluir esta “relatoría” en este blog… a pesar de que sé que, al ser leído por la familia, existe la posibilidad (casi la certeza… si es que algún miembro de esta “se mete conmigo”) de una crisis mayor en el seno de esta… incluyendo desgraciadamente a Marina.
Sin
embargo, antes de transcribir esta “relatoría de los hechos” me veo obligado a
abordar una pregunta. ¿Por qué no intervine con mayor decisión y virulencia en
defensa de Marina?
Uno,
porque a pesar del sufrimiento de Marina, en este pleito, al fin y al cabo,
interno al negocio, como en todo lo concerniente al mismo, desde que empecé a
trabajar en las empresas de la familia me di por regla no intervenir jamás en
la conducción de estas… simplemente para que alguna intervención de mi parte no
se malentendiera y la familia pudiera pensar que si había contraído nupcias con
Marina era de manera interesada… por el negocio… y no por el amor que sentía
por ella.
Sin
embargo, y quizás contradictoriamente, en varios de estos “relatos”, me permití
hacer sugerencias en cuanto a la conducción del negocio… pero todas ellas con
un propósito conciliador, con la finalidad de que ayudaran a poner fin o por lo
menos aminoraran la violencia de este enfrentamiento fratricidio entre Marina y
sus hermanos, particularmente Jaime.
Dos,
porque en muchísimas ocasiones dialogando con Marina sobre este tema, le dije
que la única manera para poner fin a esta continua y virulenta violencia en
contra de su persona… era que ella dejara de ser la pasiva víctima, dejara de
aceptar este rol, que debía tener el
suficiente valor para enfrentarse a su hermano con las mismas armas, tenía que
“marcar su línea” y hacerle ver que si la cruzaba ella también tomaría las medidas
necesarias, empezando, en un primer tiempo por dejar de presentarse a su trabajo
por un indeterminado periodo de tiempo, y en caso de que esto no surtiera
efecto, de plano que renunciase a su trabajo (obviamente sin renunciar a su
participación accionaria en la empresa, de la cual ella era, y es, dueña en
partes iguales con sus dos hermanos.)
Nuestro
hijo mayor Xavier que durante un tiempo trabajo en la empresa y renuncio al mismo,
por lo que consideraba como una permanente actitud de desprecio hacia su
trabajo por parte de sus dos tíos, así como no verse arrastrado a defender a su
mama con una cierta dosis de violencia … también trato en repetidas ocasiones
de que su mama se atreviera a hacer frente a sus hermanos… pero sin éxito
alguno.
Marina jamás acepto estos “consejos” … jamás se atrevió ni se atreverá a enfrentar a sus hermanos. La razón de lo mismo, viéndose con claridad en el cuerpo mismo de esta “relatoría
Dicho
esto… he aquí la exposición de esta relatoría de una LUCHA POR EL PODER.
La
cual transcribo de la manera más fiel, sin quitar ni agregar ni una sola
palabra, de lo escrito a lo largo de este periodo.
1.- 4 y 5 de Enero del 2001.
A LOS 53 AÑOS, QUIZAS SEA UNA LOCURA, PERO TENGO UN NUEVO PROYECTO DE VIDA…
POR LO QUE DENTRO DE APROXIMADAMENTE CUATRO O CINCO AÑOS DEJARE DE TRABAJAR PARA DEDICARME A ESCRIBIR.
Teniendo dificultades para expresarme mediante la palabra, y considerando de cierta importancia lo que tengo que comunicarles, lo hago por escrito.
La
compra, a mi parecer ineludible, de
Sin embargo, con la actual estructura administrativa de OMEGA, de tipo “familiar”, esta compra (agregada a la anterior y todavía reciente de TAMM) trae aparejado también, un importante aumento de la carga de trabajo para Marina, Jaime y Carlos, la cual, a mi parecer, es hoy en día sumamente exagerada.
Es por esta previsible y cada día mayor carga de trabajo para todos ustedes que me siento con la obligación de hacerles parte, con la suficiente antelación, de la decisión que desde tiempo atrás he tomado con relación a mi trabajo en OMEGA, o más bien dicho con relación al tipo de vida que quiero llevar dentro de unos cuantos años.
Dentro
de
No
como trabajo para algún medio impreso, sino para mí mismo, mi propio gusto y
placer. Desde adolescente he empezado en varias ocasiones algunos cuentos,
ensayos y novelas que nunca he terminado, esencialmente porque me cuesta
bastante esfuerzo y tiempo llegar a un resultado que me satisfaga, razón por la
cual necesito dedicarle mucho más que unos cuantos minutos al día con la mente
ocupada en otros asuntos o actividades. Dicho de otro modo, quiero dedicarme de
tiempo completo a la escritura. Ya tengo en mente dos proyectos bastante
definidos.
No sé si lo lograre o serán solo intentos frustrados y frustrantes, pero no quiero “irme” sin haberlo intentado seriamente alguna vez, antes que la decrepitud mental propia de la edad me lo impida.
Creo
que para ustedes el trabajo, más allá de su función social y económica, es en
el ámbito individual un valor moral “per se” primordial (cuando para mí, al
nivel de cada individuo este no es más
que una actividad remunerada, indispensable a la mera supervivencia, y por lo
tanto esencialmente enajenante) y que por lo tanto les será difícil entender mi
decisión.
Como dice el lugar común, “la vida es corta y lo peor es que solo tenemos una” (lo cual más que un lugar común es la única Verdad). Así que, tal como lo he expresado, no quiero que mi vida llegue a su fin sin haber dedicado un tiempo de la misma a la única actividad que, si bien es ya demasiado tarde para pretender que esta le dé un sentido, por lo menos pueda procurarme las ansias y placeres propios de toda creación.
Dado
que, en el reino de la “mercancía” y la dictadura del “valor de cambio” (en los
cuales hoy todos vivimos), todo se reduce siempre en última instancia a una
cuestión monetaria, es altamente probable que piensen: “Mira que fácil... el
señor quiere dedicarse a lo que le gusta, mientras su esposa trabajara para
mantenerlo él y su familia”.
Al
respecto, creo que a estas alturas, como familia, Marina y yo disponemos de
suficientes ahorros para que ninguno de los dos necesite realmente trabajar
para “vivir”, en el sentido de conseguir los recursos monetarios necesarios a
los gastos de la supervivencia diaria, presente y futura. Queda bien entendido
que me refiero, única y exclusivamente, a los “ahorros monetarios” producto de
nuestro trabajo y de ninguna manera a los “bienes y cuentas” propiedad
exclusiva de Marina y sobre los cuales no pretendo ni me siento con derecho
alguno.
Si alguno de nosotros dos quiere seguir trabajando es y será sin duda más por un sentido de responsabilidad hacia Omega que por necesidad pecuniaria. Sentido, sin duda primordial para Marina, mas no para mí.
También les agradezco mucho él haberme ofrecido la posibilidad de trabajar con ustedes en Omega todos estos años. Trabajo por el cual, sea dicho de paso, me pagaron ustedes mucho más de lo que mi desempeño podía realmente valer en el mercado del trabajo, lo cual me procuraba la desagradable sensación de ser de alguna manera “mantenido” (sin hablar de la cotidiana y aceptada traición a mis “concepciones sociopolíticas”), pero que sin embargo me permitió vivir la ilusión, primordial para mi manera de ser, de no estar bajo las ordenes de algún patrón, lo que, por mi formación libertaria y mi sensibilidad antiautoritaria, nunca he soportado, si bien he tenido que aceptarlo por cortos lapsos de tiempo. Además, laborando a mi ritmo y pudiendo “desconectarme” cuando las presiones eran, a mi entender, demasiadas.
Todos
somos esencialmente hijos de nuestras circunstancias, sin embargo, en algunas
ocasiones se nos presenta la posibilidad de poder trascender estas
circunstancias y hacer uso de nuestra libre voluntad para imprimir cierta
dirección a nuestro destino. Así es como entiendo la decisión que les he
expuesto.
Espero que puedan comprenderme y que, si no fuese el caso, nuestra relación, que por mi carácter nunca fue muy “cálida” más si de un sobrio afecto y respeto mutuo, no se vea demasiado afectada por esta decisión que, en este momento, considero como de carácter irrevocable. Sé que esta decisión les puede parecer como una “traición” o por lo menos una gran falta de solidaridad en el momento en que quizás más necesitan de un apoyo efectivo para enfrentar y sortear las arduas tareas del repentino crecimiento de Omega, pero insisto en que esta decisión es para mí de carácter vital (en el sentido primero de la palabra) y por lo tanto forzosamente egoísta.
Es posible también que piensen que esta pretensión es una “pendejada”. Si así fuese, lo único que les puedo decir es que no reconociéndome a mí mismo el derecho de juzgar a nadie, nunca me he preocupado por el juicio de nadie hacia mis actos o mi propia persona. Aunque hasta ahora y en aparente contradicción, casi siempre haya tomado en consideración la aceptación y comprensión de quienes amo o respeto antes de tomar alguna decisión... lo cual muchas veces... demasiadas... impide que uno tome decisiones vitales para si mismo... razón por la cual en esta ocasión no he consultado ni informado a nadie antes de tomar esta.
Ahora
que si lo toman como una locura, es normal dado que en todo tiempo y lugar todo
acto vital siempre ha sido, es y será, considerado como un acto de locura.
POSDATA: Aprovechando que
esta “comunicación” tiene que ver con cuestiones relacionadas con el trabajo,
me permito agregar otro comentario, aunque posiblemente piensen que me
entrometo en lo que no mi importa (ante todo lo hago por Marina, quien sí me
importa, y por la pareja que formamos, lo que también me importa).
No
es mi intención juzgar del “tipo de vida” que cada quien elige ni del lugar que
el trabajo ocupa en ella, pero pienso que no es, ni física ni mentalmente,
saludable que el continuo incremento de las responsabilidades y presiones hagan
del trabajo (no como concepto abstracto sino como actividad concreta diaria)
una actividad tan agobiante que uno se sienta “atrapado” por el (cuando el
“deber hacer” inhibe el “querer hacer” y por lo tanto imposibilita el
“placer”), como creo que es el caso esencialmente para Jaime, posiblemente en
ocasiones para Marina y quizás en un futuro para Carlos.
Por otra parte la muy exagerada carga de trabajo derivada del continuo crecimiento del negocio, (sin el correspondiente cambio en la estructura organizativa del mismo que permita mantener un control adecuado de su funcionamiento) más las tensiones propias de las “relaciones de poder” que se dan en toda organización (acentuadas a su vez por la pérdida de control), provocan un “envenenamiento” de las relaciones entre los hermanos (especialmente entre Marina y Jaime por la cercanía del espacio de trabajo y quizás la indefinición de las responsabilidades de cada quien) llevándolos a “enfrentamientos” lastimosos para todos. Enfrentamientos todavía esporádicos y confinados al espacio del trabajo, pero que con el paso del tiempo pueden hacerse más frecuentes y más violentos, llevando a un deterioro de la relación que vaya más allá del propio campo del trabajo, lastimando profundamente Marina.
Raymond.
2.- Principios de Junio
del 2001. Actualización de
Si a principios de año, pensaba que los “enfrentamientos” entre Jaime y Marina eran todavía manejables, hoy en día creo que estos ya no lo son, por lo menos por lo que a Marina concierne.
Desde que nos casamos me había dado por regla no
intervenir en los asuntos tanto de la familia como del negocio, posición que he
respetado hasta hoy, pero viendo la proporción del daño psicológico (con sus
consecuencias físicas) que esto le está causando a Marina me veo en la
necesidad de romper mi silencio.
No es mi intención tomar partido o echarle la culpa a alguien en particular de lo que está sucediendo, simplemente constato.
Las diferencias entre Jaime y Marina en cuanto al enfoque
y manejo del negocio (organización, finalidad, estrategias, prioridades,
aprehensión y resolución de los “problemas”, etc…) son cada día más profundas e
irreconciliables.
Los dos son dueños por igual del negocio, ninguno es el
empleado del otro y con razón no puede aceptar serlo, y los dos piensan que su
“visión” es la correcta. Los dos hacen grandes esfuerzos por tratar de no
imponerse al otro violentándolo hasta llegar a un punto de ruptura y no
retorno, pero Marina es sin duda emocionalmente mucho más frágil que Jaime y en
esta lucha (no POR el Poder sino DEL Poder) ella, con o sin razón, se siente
permanentemente agredida y negada (la agresión siempre es negación del otro,
tal como la negación es agresión).
Y nadie puede vivir en un estado de permanente agresión sin sufrimiento psicológico. Insisto en que no tiene ninguna importancia y es totalmente irrelevante saber si es “con o sin razón” así como si esto es “realmente cierto” dado que la vivencia se da en el campo de las percepciones y los sentimientos y no en el de la razón y que la realidad objetiva no existe siendo esta únicamente lo que uno aprehende como tal.
Por mi parte, y dado que a mi juicio el fondo del problema radica en un crecimiento acelerado y de gran envergadura del negocio sin el correspondiente cambio en la estructura administrativa del mismo, con la consiguiente sobrecarga de trabajo y pérdida de control, pienso que algunas posibles soluciones podrían ser:
- Previa definición de las mismas, una repartición
perfectamente delimitada de las funciones y responsabilidades entre los
hermanos, con prohibición absoluta de cualquier tipo de injerencia de cualquier
de ellos en lo que fuese del dominio y responsabilidad de los otros.
En caso de existir alguna diferencia de fondo y/o inconformidad que se juzgara insoslayable se podría recurrir a una “junta de familia” en la que se debatiera el punto en conflicto intentando llegar a una “solución de consenso” (aunque pienso que lo más probables es que estas juntas serian casi siempre diálogos de sordos).
- Previa determinación de la estructura de mando y funciones de los integrantes de la misma, contratación de Gerentes y/o Contralores que sean realmente responsables del manejo y control de sus áreas y departamentos respectivos. Lo cual significa que estos dispongan de un verdadero poder de decisión y mando sobre sus subalternos en la definición e implementación de las políticas, a la vez que rindan periódicamente cuentas de los resultados ante sus superiores.
- Si la contratación del Ing. Pachiano no dio ningún
resultado, fue simplemente porque los dos dueños varones de la empresa no le
dieron la más mínima posibilidad de dar los resultados esperados, con el afán
de no perder la más mínima parcela de poder, lo trataron como si no estuviese
en la empresa (le hicieron, lo que los niños llaman la “ley del hielo”), sin
embargo a pesar de esta mala experiencia creo que hace falta contratar un
Gerente o Director General que administre el negocio en su conjunto. Ante todo
porque, como lo he expresado, a mi juicio el mayor problema radica en una pérdida
de control y que no veo como este podría lograrse con la actual estructura
administrativa de tipo familiar y las limitaciones propias de la misma. Además
de ser, quizás, benéfico para la buena marcha del negocio, esta contratación
redundaría en una menor carga de trabajo, menores presiones, menor desgaste
“emocional” y por lo tanto una mejor “calidad de vida” para todos ustedes. Me
dirán que en teoría suena muy bien, pero que en la práctica... En la práctica
dependerá de las “cualidades” de la persona que se haya contratada
(conocimientos profesionales, capacidad para asimilar rápidamente la
“especificidad del negocio”, grado de responsabilidad y honestidad, suficiente
sentido común, etc.) así como del tipo de relación (profesional y humana) que
se logre establecer entre ella (en tanto que administrador) y ustedes (en tanto
que dueños).
Si bien no tiene directamente que ver con lo aquí tratado, pienso que ya es indispensable y urgente la contratación de algún Gerente de Producción para Textiles Mont Blanc.
- Estas posibles soluciones no tienen por qué ser excluyentes entre sí, sino más bien complementarias.
Sé que no sería fácil, primero, encontrar las personas adecuadas, segundo, aceptar el incremento que esto acarrearía en los costos administrativos, y tercero, adaptarse a un cambio de esta magnitud que implicaría forzosamente no solo el abandono de un sistema de gestión sino el de una mentalidad y “manera de ser”.
Pero algún precio hay que pagar (para beneficio de todos)
y, pensando en Marina, no es posible que pasados los cincuenta años, y después
de toda una vida dedicada cuerpo y alma a Omega, ella se levante cada mañana
temerosa de un posible “pleito” con Jaime. Pleito que desgraciadamente se da
cada vez con más frecuencia, llegando incluso en varias ocasiones al llanto.
Sin contar que los “problemas del trabajo” no terminan para ella al salir de la
oficina, sino que se los lleva a casa.
Creo que a estas alturas Marina se merece llevar una vida la más placentera posible y que no hay derecho que esta situación la fastidie.
Una vez más me disculpo por intervenir en “asuntos de
familia y de negocios” que hasta ahora había considerado siempre como no siendo
de mi incumbencia, pero sinceramente no podía quedar ajeno al sufrimiento (aunque
este vocablo les pueda parecer exagerado) de Marina.
En cuanto a Jaime en particular, espero que no tome esto como un ataque a su persona y le aseguro que mi estima sigue siendo la misma.
Ultima “reflexión de mal gusto”: Sé que es fácil decirlo,
máximo cuando anuncio mi próximo retiro, pero espero que se encuentren las
soluciones a lo expuesto en la anterior PD a modo de que lo que para mí es el
“proyecto de un nuevo modo de vida”, para otros quizás una “pendejada o una
locura”, no sea el instinto de las ratas que abandonan el navío antes de que
este naufrague… Principalmente porque en su huida las ratas suelen ser las
primeras en ahogarse.
3.- posdata de fecha 4 de Mayo del 2002. “Organización VS Mercado”
Al final de la « penosa » junta de esta mañana dije que para poder avanzar era necesario que por un tiempo se olvidaran de los temas que los enfrentan, centrando dichas juntas de dirección en tratar de encontrar soluciones a los problemas sobre los que de alguna manera ya existe un cierto grado de consenso. En este momento pensé que esta era la única solución factible, tanto en cuanto al logro de una mínima productividad de estas juntas como en cuanto a la mayor disminución posible de los enfrentamientos.
Sin embargo, al ver y
sentir el “estado de ánimo” de Marina, en este momento sé que estaba equivocado
y que esta proposición no es realmente viable a mediano plazo y, quizás, ni
siquiera a corto plazo. No lo es porque ignora algo tan fundamental como las
diferencias de “sentir” y de “visión” que Marina y Jaime tienen acerca de
Omega. ¿Qué es Omega para cada uno de ellos en tanto que negocio (problemática,
estrategia, etc.) pero también en cuanto a lo que “significa” en sus vidas?
Quizás,
o posiblemente, este equivocado, pero ahí les va mi respuesta a esta cuestión.
Respuesta que, si se asemeja a la realidad, debería de llevarnos a una posible
solución; no para resolver los problemas de Omega sino para evitar estos
“penosos y lastimosos enfrentamientos”.
Lo
prioritario para Marina es sin duda alguna el MERCADO. Lo que a ella le
preocupa e interesa es la venta y por lo tanto su visión de Omega es hacia
AFUERA y su temporalidad es el MEDIANO y LARGO PLAZO.
En
cambio para Jaime lo prioritario y lo que le preocupa es
Además de lo anterior, es
evidente, por lo menos para mí, que la “significación” de Omega en sus vidas es
bastante diferente.
Haciendo caso omiso del
condicionamiento psíquico que todos heredamos (y que en el caso de los dos creo
muy importante), pienso que ambos escogieron “libremente” trabajar en Omega y
sin embargo lo que representa Omega en la vida de cada uno, es muy diferente.
Para
Marina, trabajar en Omega es lo que, en gran medida, da sentido a su vida. Sin
haber tenido la oportunidad de cursar estudio universitario alguno (lo cual es
una lástima visto sus capacidades y su sed de saber) empezó muy joven a
trabajar en Omega cuando esta era todavía una pequeña empresa familiar. Sin
exagerar, para Marina Omega es un poco (o mucho) su obra, iba a decir su hijo.
Para ella no hay duda de que su presencia en Omega es vivida como un apostolado
y por lo tanto un QUERER HACER.
En
cambio pienso (y aquí puedo equivocarme dado que no conozco a Jaime tan bien
como a Marina) que desde su juventud Jaime tenía otras ambiciones que las de
estudiar la carrera de administración de empresa y pasar la mayor parte de su tiempo en Omega.
Dudo que sus “intereses culturales”, particularmente por el cine, encuentren un
campo de realización en Omega, de no ser la muy relativa libertad que le
permite este trabajo para colaborar en las películas de Luis Estrada. A la
inversa de Marina, creo que para Jaime Omega es una responsabilidad aceptada
mas no deseada, vivida como una carga, quizás un impedimento, seguramente un
DEBER HACER.
Agregado a lo anterior, y
en gran medida como consecuencia, surge inevitablemente una noción íntimamente
ligada a la expresión misma de
Para Marina, cuyo trabajo es la expresión
misma del sentido de su vida, el Poder es “poder hacer” y por lo tanto es
“poder vivir”. Dicho de otro modo, restarle a Marina este “poder hacer” es
simplemente amputarle una parte esencial de su vida.
Para
Jaime, cuyo trabajo no es más que una responsabilidad aceptada mas no deseada,
el Poder es lo que en su vida viene a suplir “la falta”, carencia de lo que
quiso o quisiera, tanto hacer como ser (el ejercicio del Poder suple la
ausencia de..., llena el vació...).
En resumen, para los dos
la posibilidad del disfrute del Poder es vital, y por lo tanto, en esta empresa
como en cualquier otra comunidad la lucha por el Poder es esencial en la
relación entre sus integrantes, al nivel en que esta se dé.
Mi primera conclusión es
que ninguna de las soluciones a los males que pueden aquejar a Omega (falta de
información y control principalmente) será mínimamente viable si antes no se
encuentra la manera de poner fin a los enfrentamientos entre Marina y Jaime.
Mi segunda conclusión es
que la única manera de poder poner fin a estos enfrentamientos consiste en que
cada uno acepte la “visión” del otro y haga prueba de la suficiente tolerancia
como para aceptar, sin ninguna cortapisa, que el otro ponga en práctica las
acciones y los elementos que le permitan construir (hacer realidad) esta
visión.
Una última nota optimista: sinceramente no creo que, tal como las sintetice anteriormente, las visiones de Marina y de Jaime sean contrapuestas y menos aún excluyentes, sino más bien complementarias (haciendo abstracción claro está del lado psicológico ligado al ejercicio y/o disfrute del Poder)
Una última nota pesimista: si la voluntad de tolerancia no es lo suficientemente fuerte para vencer “la certeza de que tengo la razón” y “la dictadura del manejo del capital”, (recemos para que no se caigan las ventas) entonces creo que la única solución, para el bien de todos (quizás mucho menos de Marina) es la venta de Omega.
Y consta que me cuesta
mucho expresar esta posibilidad, dado que hasta ahora siempre me había negado
siquiera a mencionarla, imaginando que podrían pensar que esta “sugerencia” era
el fruto de un interés propio.
4.- posdata de fecha 25 de Mayo del 2002. “De los tiempos”
En la anterior posdata plantee que a mi juicio no había
posibilidad alguna de resolver los “problemas de Omega” sin antes poner fin a
los enfrentamientos entre Jaime y Marina, los cuales resultan de dos visiones
opuestas de lo que es y debería de ser Omega. Así mismo concluía que la única
posibilidad de poner fin a este enfrentamiento, sin que esto implicara el
avasallamiento de una de las visiones por la otra (lo cual no sería una
solución viable) radicaba en que cada una de estas dos visiones fuese reconocida
como válida y aceptada como tal por las dos partes. Lo cual, insisto, es
posible dado que estas no son opuestas sino complementarias.
Partiendo de la premisa de que las dos visiones sean aceptadas como válidas, después de la mini junta que tuvimos Jaime, Marina y yo mismo este día 24, en la cual quedo más explícita que nunca la visión de Jaime (que Marina no rebatió), me queda claro que el próximo escollo será el de los tiempos para la implementación de estas.
Me parece obvio que Jaime
argumentara que “lo primero es lo primero”, y que la reorganización
administrativa del negocio es prioritaria, siendo que esta será de alguna
manera la base sobre la cual se edificara el “nuevo Omega” y que al igual que
cualquier obra, se debe de empezar por los cimientos antes de pensar en
levantar las paredes.
Por su parte, Marina
argumentara que la locomotora del negocio, independientemente de cual sea su
estructura administrativa, es la venta y que sin una buena locomotora el tren
bajara su velocidad pudiendo incluso llegar a pararse. Por lo que no se puede posponer
el desarrollo de una política de venta (con las inversiones y gastos que esto
supone) en espera de una reorganización administrativa cuyos tiempos de
implementación y resultados son desconocidos.
Una vez más,
afortunadamente o desgraciadamente, los dos tendrán razón. A mi parecer, como
lo he dicho desde el principio mismo de esta comunicación, la reestructuración
administrativa del “Grupo Omega” es urgente dado que los actuales males (falta
de información y de control) se originan precisamente en la actual organización
de tipo familiar, ya totalmente obsoleta (además de que les impide “vivir”).
Así mismo me parece también que, en estos momentos de una competencia mucho más
despiadada y difícil de enfrentar, es primordial idear y poner en práctica una
política de ventas más agresiva.
No hay duda de que el
edificio necesita urgentemente de una nueva cimentación si no queremos que este
se nos venga abajo. Como tampoco hay duda de que sin una potente locomotora, el
tren va ir perdiendo velocidad hasta verse rebasado por los demás sin posibilidad
de alcanzarlos, terminando quizás por detenerse.
Por lo tanto, creo que la
reorganización administrativa no puede esperar más, como también creo que no se
puede poner un freno (y menos un alto) al desarrollo de la política de ventas.
Me parece obvio que lo
mejor es encontrar la manera de compaginar estas dos visiones, traducirlas en
acciones e implementarlas simultáneamente. Con la obvia necesidad de que Jaime
sea el responsable del proyecto de “reorganización” y Marina la del proyecto de
“ventas”, lo cual significa que cada quien pueda desarrollarlo conforme a su
entender, sin la oposición, explicita o soterrada, del otro.
Aquí es donde seria de
mucha ayuda la contratación de algún “contralor” o “gerente general” que
pudiese (además de su tarea específica) zanjar las diferencias desde una
posición neutral y profesional.
Es una suerte que estas
dos visiones, aparentemente opuestas pero complementarias, existan. Las dos
tienen su importancia y son particularmente relevantes en este momento. Tratar
de aterrizarlas en acciones, me parece una gran oportunidad que no se debe desperdiciar.
Sea dicho de paso, y tal como lo acabo de mencionar, creo que para las dos se
requerirá de la ayuda de “profesionales”.
Queda el meollo de
siempre, los recursos financieros necesarios (que sea dicho de paso, serán, a
mi parecer, cuantiosos). Pienso que sería un error que, pretextando la falta de
estos, se tomara la decisión de implementar una acción, relegando la concreción
de la otra hasta la terminación de la primera.
Mi opinión es que una vez
tomada la decisión estratégica de implementarlas en forma simultánea, se
decidiera de la asignación y repartición de los recursos disponibles en función
de los costos estimados de cada una de ellas.
La “reorganización
administrativa” será sin duda una importante ayuda para las “ventas”, como las
“ventas” ayudaran sin duda a la obtención de los recursos necesarios a la
implementación de la “reorganización”.
5.- posdata de fecha 9 de septiembre del 2003. “Solo quedan tres caminos… ¿intransitables?“
Después de haber tomado la decisión de “profesionalizar” la administración de Omega, la relación entre Marina y Jaime parecía haber mejorado muy sustancialmente al no presentarse las anteriores desavenencias entre ellos, o por lo menos no derivar estas en los acostumbrados enfrentamientos. Desgraciadamente, y a raíz de la “sorpresa” que fue para todos el enterarse del real estado financiero del negocio así como la pronunciada disminución de la demanda, como era de esperarse, esta “paz” no perduro y desde hace varios meses la relación se ha deteriorado de manera muy significativa, lastimando nuevamente, y en grandes proporciones, a Marina.
No hay día que no me toque vivir el drama de Marina. ¡No exagero!. Marina vive esta situación como una agresión que la lastima profundamente (más todavía si consideramos que “no entiende” los motivos de la misma) y que, en mi opinión, terminara afectándola severamente en su salud física y psíquica. Además, creo que esta situación (tanto la difícil problemática actual del negocio como el enfrentamiento con Marina) ya está afectado también a Jaime, a quien percibo a veces como preso de una cierta (en el doble sentido cuantitativo y afirmativo) dosis de histeria.
Quizás la profesionalización de Omega pueda ser la solución (o un principio de solución) a los críticos problemas de “información y control” que padece la organización, pero francamente ya no creo que esta “institucionalización” pueda poner fin a los enfrentamientos entre Marina y Jaime. Simplemente porque el motivo que, en mi opinión, los origina no desaparecerá con ella. Ahora estoy totalmente convencido de que la principal razón de tales enfrentamientos (además de la lucha por el ejercicio del Poder, ya mencionada con anterioridad) se encuentra en la “visión” radicalmente diferente que cada uno de ellos tiene del manejo estratégico del negocio lo cual se traduce en una lucha por el poder, o sea por la prevalecía de la particular visión de cada quien. Diferencia que radica principalmente en que la sensibilidad y el perfil de Marina son esencialmente los de una EMPRENDEDORA, cuando los de Jaime son los de un CONTRALOR.. Perfiles contrapuestos dado que el Emprendedor teme la implementación de controles que percibe con grilletes que detienen la marcha hacia adelante y que el Contralor teme las ideas y acciones del Emprendedor que percibe como “ocurrencias” que dispararan el gasto y acentuaran la falta de control. Lucha de la cual saldrá sin duda victorioso Jaime, no tanto por sus virtudes sino por las debilidades de Marina (es demasiada inocente e inexperta en las artes de la manipulación). Pero mucho me temo que esta victoria se lograra a un altísimo costo para Marina...quizás también para Jaime... y para la familia en general.
Ante la irremediable contraposición de las visiones de Jaime y Marina, la imposibilidad de acuerdos que de ella se deriva, así como la imperiosa necesidad de poner fin a los enfrentamientos que esto propicia (para el bien de todos pero de Marina en particular por lo que a mi me concierne) creo sinceramente que solo quedan tres posibles caminos:
- La venta de Omega.
- Nombrar un Director General que se haga cargo de la administración del grupo con un “alejamiento” real de todos los dueños (Marina, Jaime y Carlos) cumpliendo todos exclusivamente con su papel de dueños y dejando realmente de participar en la operación diaria del negocio.
- El “retiro”, real también, de cualquiera de los dos (se entiende que de la operación del negocio y no de la propiedad del mismo).
…desgraciadamente
intransitables todos por el momento… hasta que algún evento de gran
trascendencia lleve natural y obligatoriamente a uno de ellos… o a una solución
que por el momento no vislumbro.
6.- posdata del 14 de febrero del 2004. “Premisas de Jaime”
El jueves 12 de febrero se dio un nuevo y muy desagradable enfrentamiento entre Jaime y Marina, esta vez en presencia de Patricia (la nueva contralora) y Alberto (el nuevo gerente de ventas).
Situación que inquieto bastante tanto a Jaime como a Carlos ya que al día siguiente ambos me buscaron, por separado, para exponerme su preocupación por el aparente “desgasto y cansancio” de Marina (expresado por Carlos) así como por las posibles consecuencias de los ya acostumbrados enfrentamiento. En esta ocasión Jaime me hizo una extensa exposición de lo que llamo “sus premisas”, las cuales expongo a continuación.
**Omega Distribuidora se encuentra sumisa en el caos debido a una total ausencia de orden y control.
**La situación de “enfrentamiento” entre el mismo y Marina se ha vuelta ya muy difícilmente manejable y el riesgo de que en alguna ocasión esta pueda desembocar en una ruptura violenta que los lastime profundamente (así como al resto de la familia y al negocio en si) es a esta altura una posibilidad real.
**Los “responsables” de esta situación son un pequeño grupo de personas (principalmente Margarita y Mauricio pero también en menor grado Maricela, Viky y otras mas) enquistadas en Omega desde hace varios años y quienes fomentan con mucha habilidad esta falta de orden y control con la finalidad de sacar cierto provecho personal de ello, posiblemente robando a la empresa según modalidades todavía por descubrir.
**La
estrategia desarrollada por este grupo de personas para llegar a sus fines
consistiría en haber maniobrado hábilmente para primero ganarse la confianza de
Marina y a partir de esta posición
fomentar hábilmente el “enfrentamiento” entre ella y Jaime, con la finalidad de
impedir así la implementación del proyecto de orden y control de Jaime, el cual
les impediría seguir con su “propio negocio” dentro de la empresa.
Aquí cabe señalar que Marina está totalmente consciente de que esta es la premisa de Jaime, pero que la considera como totalmente errónea. Esto por tres razones principales; primero porque con el tiempo ella ha desarrollado un cierto aprecio por estas personas, segundo porque las considera como “su” equipo de trabajo y el único sobre el cual puede apoyarse (que va a ser de ella el día en que no estén) y tercero -y quizás la principal- porque a su parecer no existe ningún hecho concreto que avale dicha premisa, descansando esta única y exclusivamente sobre sospechas sin fundamento ni prueba alguna y chismes promovidos por los allegados a Jaime.
Habiendo llegado a este punto quiero externar que si tengo mis dudas en cuanto a la validez de esta premisa de Jaime (la considero como posible pero al igual que Marina no dispongo de ninguna información objetiva que me permita confirmarla y darla por cierta, además de que en mi opinión el problema entre Marina y Jaime es psicológicamente mucho más complejo y responde a todo lo señalado en mis anteriores posdatas) en lo que si estoy totalmente de acuerdo es en que se corre el riesgo de que esta situación se vuelva muy pronto inmanejable y termine con daños muy graves (quizás irreparables) tanto para la relación entre Marina y Jaime como para la familia en su conjunto y de paso claro está para el negocio.
Admitiendo sin conceder (como dicen los abogados) que la premisa de Jaime sea cierta, la solución radicaría evidentemente en el despido de los integrantes del susodicho grupo que obstaculiza los esfuerzos de Jaime, en pro de un mínimo de orden y control, mediante el fomento de continuos enfrentamientos entre Jaime y Marina.
Además, e independientemente de que esto se dé o no, a mi parecer es urgente que Marina se consiga (o le consigan) una asistente (tipo secretaria particular) que la apoye y ayude en sus labores diarias y rutinarias.
Sin embargo me parece importante insistir en que una vez cumplimentado este paso previo, que no solución, sería necesario pensar e implementar muchas otras medidas y acciones de mayor trascendencia y envergadura en cuanto a la reorganización de la estructura administrativa del negocio.
También es muy importante señalar la relevancia del hecho de que los dos actores principales del enfrentamiento tengan la visión (avalada por hechos o no) de que cada uno de ellos dispone de un equipo de aliados (y por lo tanto también de enemigos) en la empresa.
Me parece gravísimo por el efecto multiplicador y distorsionador que esto induce tanto en el enfrentamiento como el ambiente de trabajo en la empresa
7.- posdata del 10 de marzo del 2004. “Lucha por el poder”.
Después del nuevo altercado de esta mañana misma, llegue a las conclusiones:
** De que en última instancia los enfrentamientos entre
Jaime y Marina no son más que una lucha de ambos por el poder. Jaime en
posición ofensiva en pos de la obtención del mismo y Marina en posición
defensiva tratando de salvar lo que pueda del que aun ostenta.
Esta constatación no
quiere ser ofensiva para ninguno de los dos pero es para mí más que evidente.
Estoy totalmente
convencido de que no se trata en lo absoluto de una lucha por el disfrute de
los beneficios económicos resultantes del ejercicio del poder (tratar de
quedarse con el negocio), sino sencillamente para su mero “disfrute
existencial”, o sea el bienestar psicológico (para no decir el placer) que
procura el simple hecho de ejercerlo, es decir de ser quien toma las decisiones
y por lo tanto manda. Poco o nada importa aquí que los dos o alguno de ellos
piense que lo hace por tener él la razón estando equivocado el otro o que las
decisiones sean objetivamente las acertadas ya que por definición quien toma
las decisiones piensa obviamente estar en lo cierto (nadie toma una decisión
contraria al fundamento de su propio juicio) y que solo el paso del tiempo
puede juzgar de lo acertado o no de las mismas.
Definir perfectamente las
funciones de cada quien dentro del negocio y que por lo tanto cada quien tenga
un campo bien delimitado de responsabilidades en el cual pueda ejercer su parte
de poder sin injerencia del otro, es desgraciadamente una utopía. En cualquier
estructura vertical, y toda empresa lo es por antonomasia, el poder no se
comparte. Quizás se pueda delegar, mas no compartir. Siempre habrá quien mande
y quien ejecute. Jaime quiere mandar (ejercer el poder al tomar e implementar
las decisiones que le parecen las correctas) y Marina se rehúsa a ser una
simple empleada con responsabilidades (quizás muchas) pero sin poder de
decisión y debiendo simplemente acatar lo decidido (ordenado parece demasiado
fuerte) por Jaime.
**Por
lo anteriormente dicho me parece obvio que el enfrentamiento entre Jaime y
Marina no cesara (de hecho solo puede
agudizarse) mientras Jaime no logre ejercer su poder con relación a las
premisas ya señaladas (dicho de un modo más abrupto, “no se salga con la
suya”).
**En
consecuencia, para el bien de Marina (esta lucha permanente la desgasta en
grandes proporciones, tanto física como psicológicamente y esto no puede seguir
así) pienso que hay que darle carta blanca a Jaime para que tome e implemente,
bajo su responsabilidad, las decisiones que él piense que se deben de tomar
para resolver el problema planteado en sus premisas.
**Como
lo exprese, el tiempo dirá si Jaime acertó o no, y como también lo exprese
tendríamos que estar todos conscientes que, sea cual sea este resultado, habrá
la necesidad de pensar e implementar muchas otras medidas de más fondo en lo
que a la organización administrativa del negocio se refiere… y sin querer ser
pesimista… a ver cómo se resuelve la cuestión central del ejercicio del poder a
la hora de hacerlo.
8.- posdata del 16 de abril del 2004. Marina: “no tiene caso seguir trabajando.”
Estas son unas reflexiones hechas por Marina el día de
hoy, pero en sus grandes líneas son las mismas que me viene comentando desde
hace ya varios meses, si no es que años:
“Antes me sentía orgullosa de mi trabajo, siendo este muy gratificante para mí. Tomaba decisiones que muchas de las veces implicaban alcanzar logros, fuesen estos importantes o no.
Ahora soy una simple
empleada que nada más utilizan (en este contexto el término “utilizar” es muy
importante) para dar la cara por decisiones que no solo no he tomado sino con
las cuales estoy en desacuerdo.
Estoy agotada y me canso
de trabajar sin obtener la más mínima satisfacción a cambio y menos aún algún
reconocimiento y para colmo resulta que también tengo la culpa de todo.
Además de que no tengo
ninguna necesidad económica para seguir con un trabajo que solo conlleva
corajes, disgustos y un gran desgaste”.
Personalmente estoy
convencido de que esta apreciación de Marina es fundada y que (como lo exprese
más arriba) se trata de la lucha por el control del poder. El fin, obvio para
mi, es apartar Marina de las tomas de decisión, bajo el pretexto de evitarle disgustos.
No pretendo decir con esto que Jaime lo haga con algún fin inconfesable, sino
simplemente que ante la discrepancia irremediable que existe entre él y Marina
a cerca de muchas decisiones estratégicas para el negocio, Jaime abandono la
posibilidad de llegar a acuerdos decidiendo imponer sus puntos de vistas
mediante la separación de hecho de Marina de la toma de tales decisiones. Lo
cual, me resulta más que evidente.
Lo grave del asunto es
que ya no sé qué es peor para Marina, si tener que padecer unos enfrentamientos
de una intensidad y violencia cada día más insoportables, o verse ignorada y
por lo tanto negada como persona.
La conclusión es que, aunque Marina no se atreva todavía a hacerla suya y expresarla, no tiene ningún caso que ella siga trabajando en Omega si es que a pesar de ser dueña, al mismo título y con los mismos derechos que Jaime y Carlos, se la relega a ser una empleada más a quien se recurre únicamente para cuestiones de relaciones públicas, cuando hace falta que alguien dé la cara…ya que nadie se atreve nunca a hacerlo. Con lo difícil y terrible que debe resultar tener que defender ante terceras personas una decisión con la cual uno está en desacuerdo.
9.-
posdata
de fecha 8 de Julio del 2004. “¿Se hunde el barco?”
Puede sonar exageradamente pesimista, pero pienso que Omega se encuentra en una situación muy difícil que hace bastante incierta su permanencia en el mercado.
I.- La
primera razón radica en la evolución misma del entorno socioeconómico. La cual
puede desglosarse en cinco “situaciones” concatenadas y una conclusión
obligada.
El sistema capitalista es por su naturaleza misma depredador y en la lucha a muerte por la permanencia en el mercado solo sobreviven los más fuertes.
Con
el proceso de mundialización (crecimiento y concentración del poder de las
firmas transnacionales, desaparición de las fronteras comerciales, división del
trabajo a escala planetaria, desvanecimiento de las regulaciones estatales y
los controles políticos, preeminencia de los mercados financieros sobre la
economía productiva, instantaneidad de la información, etc.) la competencia se
ha vuelto mucho más encarnizada y difícil. De hecho se puede decir que
despiadada.
En este entorno, solo las empresas que dispongan del capital financiero y humano que les permita ser más productivas y eficientes (tanto tecnológico como organizacionalmente) que sus competidores permanecerán en el mercado. Esto siempre ha sido así, sin embargo la diferencia radica en que la cuantía y calidad de los recursos (tanto financieros como humanos) que se requieren hoy en día para salir airoso de esta competencia no tienen comparación alguna con los que se necesitaban anteriormente
…en
un mercado muy diferente, que se achica día con día…
Si las condiciones de la lucha por el
mercado son otras, la estructura del mismo ha cambiado mucho también.
Lo
primero y más importante es que el mercado natural o tradicional de Omega se
achica a pasos agigantados. Este mercado es esencialmente interno y de tipo doméstico
en el sentido de que los consumidores finales de los productos fabricados y/o
comercializados por Omega son individuos, “las amas de casa”, y no la
industria. Productos que por otra parte no son, para quienes los consumen,
artículos que se puedan considerar como de primera necesidad sino más bien
prescindibles.
Aquí también la evolución
socioeconómica juega un gran papel, y desgraciadamente en contra de Omega. La
época del crecimiento acelerado basado en el circulo virtuoso de unas ganancias
de productividad que se repartían más o menos equitativamente entre el capital
y el trabajo, generando un mayor poder adquisitivo que favorecía el consumo y
por tanto las ventas, las cuales, a su vez al requerir una mayor producción,
empujaban una política de mayores inversiones que se traducían en incrementos
de productividad, y así ad infinitum… esta época ha terminado. Hoy en una
economía “neoliberal” de corte virtual y especulativo, las prioridades ya no
son el crecimiento y un reparto medianamente equitativo de la riqueza como
motor del mismo, sino la lucha contra la inflación, la salvaguarda de los
grandes equilibrios económicos (balanza de pagos, déficit, etc.) y la
concentración deliberada de la riqueza generada por los aumentos de la
productividad, la cual ya no se dirige al consumo y ni siquiera a la producción
de bienes sino a la acumulación y concentración del capital mediante su eterna
recirculación especulativa en el circuito financiero.
El resultado es el letal
incremento de la pobreza y la exclusión debido a la drástica disminución del
poder adquisitivo y el imparable crecimiento de un desempleo hoy en día ya
estructural y por lo tanto irreversible. En estas condiciones la gran masa de
los “consumidores populares”, que son la gran mayoría de los clientes de Omega,
tiene que velar por su supervivencia diaria dedicando sus magros ingresos a la
compra de los indispensables artículos de primera necesidad, pasando los
productos de Omega a ser si no un lujo por lo menos prescindibles.
A
esta limitante económica se agrega el cambio de las condiciones de vida de
estos mismos individuos, así como del núcleo familiar, como por ejemplo el
hecho de que la mujer que trabaja posiblemente ya no tenga ni el tiempo ni las
ganas de dedicarse a la elaboración de labores “laboriosamente preciosas”,
prefiriendo la práctica de unas manualidades cuya elaboración sea más fácil y
rápida. Lo cual se ve reforzado por el entorno “cultural” de los nuevos valores
del neocapitalismo tales como la flexibilidad, la movilidad, la velocidad, y la
aparentemente contradictoria pasividad propia de su condición de espectador.
…con
una posición en el mismo grandemente fragilizada…
Además
de tener que competir en un mercado que se achica día con día (lo que
incrementa proporcionalmente la ferocidad de la lucha por este mercado) la
posición de Omega en dicho mercado se ha vista grandemente fragilizada.
Hasta
hace poco, OMEGA detentaba sin lugar a duda una posición dominante en “su”
mercado, lo que le permitía en alguna medida tener un cierto control del mismo
o por lo menos unos márgenes de maniobra que hoy en día ya pertenecen al
pasado.
Primero, nacieron un sin número de pequeños competidores que si bien no representan en lo individual un gran peligro para OMEGA, crean en conjunto una fuerte presión en cuanto a la política de precios (dado que su misma talla les permite tener costos fijos bastantes más bajos y por lo tanto ofrecer mejores precios). Sin contar el crecimiento exponencial de la economía subterránea o informal.
Segundo,
algunos de nuestros competidores tomaron el camino de recurrir a una serie de
medidas “ilegales” (evasión fiscal, no facturación, contrabando, etc.) que les
permiten tener unas muy amplias ventajas comerciales en comparación con
quienes, como nosotros, se niegan a hacer uso de este tipo de medidas.
Tercero,
importantes competidores fueron absorbidos por muy importantes compañías
transnacionales, lo que les permite, apoyándose en unos recursos infinitamente
mayores y unos costos más bajos, implementar estrategias y políticas
comerciales muy agresivas.
Cuarto,
y quizás lo más importante, el mercado mismo, en lo que toca a los compradores
que comercializan el producto al consumidor final, está cambiando de manera muy
radical. Hasta hace poco el mayor volumen de venta de los productos elaborados
y comercializados por Omega descansaba sobre un sin número de pequeñas
mercerías y unas cuantas más dedicadas al mayoreo. Hoy, de acuerdo con la
evolución propia y natural de un sistema de tipo capitalista, un gran número de
estas pequeñas mercerías se han visto, se ven y se verán, en la obligación de
cerrar, incapaces que son de poder competir con los grandes establecimientos
que fijan sus precios en función de los grandes volúmenes de compra que su
capacidad financiera les permite adquirir. La consecuencia natural es que, si
anteriormente el control del mercado era compartido por fabricantes y
comerciantes, hoy este se encuentra total y exclusivamente en manos de las
grandes comercializadoras (en este caso, Wal Mart, Gigante, Comercial Mexicana,
Telas Parisina, Chedraui, cadena Barato, etc.) quienes tienen la suficiente
fuerza para imponer sus condiciones a los fabricantes, entre ellas los precio y
plazos (es bien sabido que estas empresas se financian con los recursos de sus
proveedores). Incluso, en los países más desarrollados, la tendencia es que en
la práctica los productores pasan de hecho a ser unas maquiladoras de las
grandes comercializadoras quienes les imponen directamente muchas de sus
condiciones ya no solo en cuanto a la comercialización sino incluso en cuanto a
la fabricación.
Como consecuencia de lo anterior, vale mencionar que
si en el mercado de antes la competencia se daba en función de un equilibrio entre
los tres factores de precio, calidad y servicio, hoy en día los grandes
compradores dan por descontado los criterios de calidad y servicio
(considerados como una condición sine qua non de la compra) reduciendo la
competencia al único criterio del precio. Lo que significa que si anteriormente
era posible “jugar” con la proporción relativa de las tres variables (calidad,
servicio y precio), hoy las tres tienen que ser optimas, lo que implica una muy
fuerte presión sobre los costos de fabricación y comercialización, al tener en
la practica la obligación de tener un producto que este “inmediatamente
disponible, de buena calidad y barato”.
Desde mucho tiempo atrás, la principal fuerza o
ventaja competitiva de OMEGA ha sido su imagen y el renombre de su marca,
basadas en la calidad de sus productos. Fuerza que, como se expuso
anteriormente, se ve mermada por el predominio del factor precio sobre el de
calidad así como por la necesidad, impuesta por la obligación de ser
competitivos, de ser, en muchas circunstancias, más laxos en cuanto a la
exigencia de la calidad.
…y un aprovisionamiento en materia prima mucho más incierto y oneroso…
Por último y para colmo, desde hace poco tiempo, como consecuencia del proceso de globalización, la competencia ya no se da solo en el campo de la fabricación y la comercialización, sino también en el de la obtención de las materias primas. Conseguir la materia prima con la calidad adecuada, en los volúmenes y momentos requeridos así como al mejor precio posible se ha vuelto también un componente decisivo de la competencia. Al punto de que si estas condiciones persisten quien se alzara con la “victoria” sobre sus competidores será quien consiga la materia prima adecuada a las mejores condiciones y precios. En estas condiciones, debido a la estructura del costo (hay que tener presente que para los artículos fabricados con nylon la pura fibra representa alrededor del 50% del costo total) una diferencia, aun menor, en las condiciones y precio de compra de la materia prima será mucho mas determinante que cualquier otro componente del costo y por lo tanto hará la diferencia en el mercado.
Como ya es del conocimiento de todos, “Fibras Químicas” (Akra), nuestro principal proveedor de fibra, ha cerrado su línea de nylon al tiempo que “Arteva” (Kosa) se ha visto en la imposibilidad de surtirnos más allá de la cuarta parte de nuestros actuales requerimientos de fibra (con la posibilidad de que deje de proveernos del todo el próximo año). Ante este hecho dependemos casi por completo de la importación de nuestra materia prima, la cual es difícil de conseguir al tiempo que mucho mas costosa que la nacional.
Difícil de
conseguir, debido a la gran escasez que existe actualmente a nivel mundial por
el acaparamiento de enormes volúmenes por parte de China.
Mucho mas onerosa
debido a esta misma escasez (ley de la oferta y la demanda), al continuo
incremento del petróleo (la caprolactama con la cual se elabora el nylon es un
derivado del petróleo) pero también a las nuevas condiciones de compra que
descapitalizan a las Empresas. En este aspecto hay que recalcar que si
anteriormente los proveedores nacionales nos otorgaban un crédito (plazo de
pago) de 60 días, ahorra los proveedores extranjeros nos exigen pagar por
anticipado el 20% del valor de la fibra a la hora de levantar el pedido y el
resto a su llegada al puerto mexicano. Si tomamos en cuenta el tiempo que se
tarda el hilo en llegar después de haberlo pedido, el tiempo que se tarda la
empresa en fabricarlo, el tiempo que se tarda Omega en venderlo y en cobrar
dicha venta, se llega a que el capital invertido en la compra de la materia
prima no se recupera hasta seis meses después. Lo cual evidentemente genera una
descapitalización cada día mayor dado que la fabrica no puede parar esperando
la recuperación de la inversión en fibra antes de comprar mas materia prima.
…alimentando el circulo vicioso del incremento de los costos, el aumento de precios, la disminución de las ventas, etc., etc…
Es importante mencionar también que el continuo incremento del petróleo repercute no solo sobre el precio de la fibra sino sobre la totalidad de los componentes del proceso de fabricación (colorantes, productos auxiliares de la tintorería, celofán, película incogible, tubos y conos, etc.) dado que todos (sin excepción) son derivados del petróleo.
Lo cual, sobra decir, incrementa los costos de
fabricación, obligando a incrementar los precios, reflejándose esto en una
disminución de las ventas, lo cual a su vez propicia un incremento de los
costos fijos, etc., etc. No hay escapatoria. Vendemos por debajo del costo…
quebramos y cerramos. Vendemos carro… nadie compra… quebramos y cerramos.
Conclusión.
No hay otro camino que el tomar todas las medidas que nos permitan reducir nuestros costos, entre estas la de una reorganización estructural del conjunto del grupo OMEGA, tanto en el ámbito administrativo y comercial como productivo.
En las unidades administrativas y de comercialización la reestructuración se viene llevando a cabo, paulatinamente, desde hace ya varios meses. En cuanto a la reestructuración de las unidades de producción esta pasa, entre otras medidas, por la imprescindible y urgente fusión de las tres plantas productivas ubicadas en Iztapalapa.
II.- La segunda razón es que ante el acelerado crecimiento del grupo Omega, no se ha podido, sabido o querido, pasar de una estructura administrativa de tipo “familiar” a otra más “profesional” que incremente la eficiencia del mismo para ser así más competitivo.
Todos sabemos, o sentimos, que es imposible que tres
personas administren y controlen un negocio de la envergadura de Omega. Los
conocimientos profesionales son insuficientes, las luchas de poder a la orden
del día, el desgaste impresionante, y el resultado es que se deja de lado la
administración estratégica del negocio para dedicarse de tiempo completo a
tratar de mantener un mínimo de control, el cual a pesar de todos los esfuerzos
se nos va de las manos.
Sé que es un proceso largo, difícil y costoso…pero aquí también tengo muchas dudas de que se pueda lograr. Con mayor razón si no puedo (o no podemos) responder a la interrogante de si el verbo adecuado de la primera oración es poder, saber o querer… peor aún si es una combinación de los tres.
III.- Por ultimo (y esto va ligado al anterior párrafo) tengo la impresión de que no hay un verdadero proyecto a futuro y que la cúpula dirigente carece de una verdadera motivación. Metafóricamente hablando, en muchas guerras (y Omega, al igual que todas las empresas esta, quiera o no, en una guerra) la falta de medios puede suplirse con la motivación (batalla de Inglaterra, Vietnam, etc.) y llevar a la victoria…pero…sin la intención de pretender juzgar y menos aún ofender a nadie, me parece que:
- La energía que se requiere para salir a luchar hacia el exterior, atacar el mercado, idear estrategias, implementar los cambios estructurales requeridos, etc., se dispersa y se agota en la acción inmediatista y agobiante del trajín diario, así como en las interminables luchas intestinas.
- Marina, quien era el alma del negocio y para quien Omega era en gran parte su vida, agotada física y sicológicamente por su perpetuo y cada día más virulento enfrentamiento con Jaime ya se está dando por vencida y muy pronto será una empleada más que hará su labor a disgusto.
- Jaime, que se encontró metido en la gestión del negocio cuando sus inquietudes (y quizás aspiraciones) eran del orden de la creación, suple su frustración con un inconsciente y a veces enfermizo disfrute del poder, que lo lleva a librar contra Marina una batalla fratricida por el control de Omega.
- Carlos, por ser el menor y quizás por convicción (al haber reconocido y aceptado el liderazgo de Jaime), se ha conformado hasta ahora en gran medida con ser el auxiliar de Jaime, interviniendo muy poco con voz propia.
- Yo mismo, dado mi circunstancia de pariente político y para evitar cualquier malentendido al respecto, he tomado desde el principio la decisión de autoexcluirme de toda responsabilidad hacia Omega como negocio, contentándome de la rutina de un trabajo que me permitía una supervivencia material más que holgada sin tener que estar sometido a la tiranía de un jefe, lo cual me ha sido siempre literalmente insoportable.
En resumen, en cualquier guerra (militar, comercial u otra) gana quien tiene el mejor armamento (en este caso recursos y productos), los mejores hombres (tanto al nivel de la tropa como en el del mando) y la mejor organización capaz de idear e implementar la mejor estrategia…y la verdad… no sé si es cuestión de fe… pero por todo lo anteriormente expuesto no creo que Omega este en condición de ganar esta batalla.
¿Posibles soluciones?
Ahora bien, ante la gravedad de la situación actual (principalmente la muy preocupante baja de la demanda de muchos productos fabricados por Omega, la actual escasez de materia prima y el muy importante incremento de los costos derivado de lo anterior), así como el carácter muy probablemente perdurable de la misma, y tratando de ser mínimamente constructivo, opino que las medidas más urgentes deben de ir en el sentido de la búsqueda de una mayor eficiencia del negocio en su conjunto, lo cual a mi parecer pasa por su reestructuración y la reasignación de los recursos disponibles. Lo que, a grandes rasgos, debería significar adaptar la capacidad de fabricación y comercialización de Omega (en tanto que grupo) a la demanda actual y a su capacidad financiera. Lo cual debería de traducirse en:
- Hacer un estudio de la
rentabilidad de todos los productos, tanto los fabricados por Omega como los
comercializados, tanto los nacionales como los importados, y sobre la base de
este ver la conveniencia, ya sea de modificar los precios, ya sea de dar de
baja los que en la actualidad generen perdidas.
El carácter
definitivo o provisional de la baja dependiendo de las perspectivas a futuro,
tanto de estos productos en si como de la “salud” de Omega.
- En el mismo sentido (principalmente determinar la rentabilidad) y con la misma finalidad (jerarquizar los esfuerzos y prioridades) hacer un estudio de los diferentes mercados de Omega: domestico, industrial, interior, exterior, mercerías, centros de distribución, cadenas de autoservicios, etc, etc.
- Tomando en consideración lo anterior, hacer un estudio comparativo de la capacidad de producción instalada de la totalidad de las diversas plantas versus la demanda de los productos fabricados por estas, tratando de adaptar la primera a la segunda, con el consiguiente incremento de la productividad y eficiencia y la aparejada reducción de los costos (conclusión del anterior punto I).
Lo cual puede
lograrse mediante el cierre provisional de alguna planta o su fusión con otra u
otras. Pensando, por obvias razones, en el caso de las tres unidades de
Iztapalapa, creo que la operación sería teóricamente factible y relativamente
sencilla. En cuanto a eficiencia y productividad no es lo mismo tener tres
plantas laborando cada una al 50% o 60% de su capacidad instalada que, por
ejemplo, dos trabajando lo más cerca posible del 90% con la máxima
productividad y una tercera “de reserva” para ir adaptando la producción del
conjunto a la demanda. Por ejemplo, en
Claro está que es
necesario evaluar toda una serie de otros factores tales como el costo de la
operación, la conveniencia fiscal de la misma, etc.
- El mismo espíritu debería de aplicarse en el “adelgazamiento” del aparato de comercialización y la estructura administrativa (que a últimas fechas a crecido una barbaridad sin, hasta la fecha, ningún beneficio palpable a cambio).
- Es muy importante insistir en que esta búsqueda de una mayor productividad y eficiencia no debe de ninguna manera hacerse en detrimento de un esfuerzo continuo y redoblado del incremento de las ventas. En particular hacia el exterior, dado que la perspectiva de la situación del mercado interno es cada día más preocupante.
No sé nada de
ventas, pero me parece que los puntos claves son la formación de una fuerza de
ventas más eficiente (capacitación, incentivación, metas, etc.) con un mayor
control de la misma, una estructura también más eficiente, una política de
innovación (nuevos artículos), sin quitar el dedo del renglón de la calidad (a
pesar del costo que esta representa) que es la imagen de Omega y supuestamente
su principal fuerza.
No hay duda de que
todo esto cuesta, pero me parece de vital importancia no ver este esfuerzo
dirigido al incremento de las ventas como un gasto que se podría ahorrar sino
al contrario como una inversión imprescindible, condición de la supervivencia
de Omega. Todos sabemos que la venta es la finalidad y el principal motor de
cualquier negocio.
En resumen, tomar medidas, simultaneas y complementarias, destinadas a incrementar tanto la eficiencia de la producción y administración como las ventas, principalmente hacia el exterior…sabiendo que es mucho más fácil decirlo que hacerlo…que la simple valoración de su conveniencia y la respuesta a la pregunta del “como” generaran nuevos enfrentamientos…que a estas alturas del partido se requeriría de un entusiasmo…que a mi juicio no existe.
Conclusión, existen tres posibilidades.
- Una, seguir como estamos, esperando un milagroso y favorable cambio del entorno socioeconómico y de las condiciones de la competencia en el mercado, con la muerte, más o menos lenta, de Omega si este no se da.
- Dos, bajar la cortina desde ahorra, sacándole el mejor beneficio posible. Surgen entonces las preguntas. ¿Cómo?. ¿Quién podría ser el eventual comprador, si lo hay?. ¿Qué tanto puede valer Omega en este momento y en qué sentido fluctuara su valor con el paso del tiempo?
- Tres, emprender las medidas de reestructuración que se juzguen necesarias para adaptar Omega a las nuevas circunstancias…con alguna remota posibilidad de éxito.
Dado…
que la tercera depende ante todo de la capacidad y de
las ganas que se tengan, las cuales a mi entender son escasas, a la vez que
generara enfrentamientos de gran envergadura…
que la segunda implica poner un punto final a lo que
ha sido la “vida profesional” de los dueños (la cual ha sido hasta ahora toda
su vida) a la vez que hipoteca el futuro ¿todo trazado? de la siguiente
generación…
pienso que “de modo natural” la opción que tiene la
mayor probabilidad de ser llevada a la práctica es la de que creer en un
milagro y seguir tratando mientras tanto de ganarle tiempo al tiempo con la
adopción de medidas coyunturales y reactivas…aunque ante la previsible
adversidad el desgaste va a ser tremendo… al punto de que no dudo que este
pueda acabar con la salud física y psicológica de varios miembros de la
familia, Marina y Jaime en primer lugar…quienes posiblemente ya se encuentren
afectados.
10.- Posdata de fecha 3 de diciembre del 2004. Lo que me temía.
El día de hoy ocurrió lo que me temía desde hace ya mucho tiempo. El enfrentamiento entre los hermanos (entre Marina y Carlos esta vez) desbordo el ámbito del negocio para trasladarse al de las relaciones personales.
Carlos había comprado unos boletos para el concierto de REM, y al decirle Marina que no quería hacer uso del suyo y que se lo regalaba al marido de una empleada de Omega, este tuvo una reacción totalmente desproporcionada e irracional, con un grado de violencia tal que toda la oficina se enteró del asunto.
Lo grave del asunto no es este enfrentamiento en si mismo sino el hecho de que este se haya dado en ocasión de un suceso totalmente ajeno al trabajo y las funciones de cada cual en el negocio.
Tal como se podía prever, los continuos enfrentamientos así como la cada vez mayor virulencia de los mismos, crearon su propia dinámica, extendiendo así mismo paulatinamente su campo del ámbito de las relaciones “profesionales” al de las relaciones “privadas”. Con el paso del tiempo, estos conflictos ya no se circunscriben al ámbito, que en un principio los propiciaba, sino que, al modificar los comportamientos, las percepciones y el sentir de los involucrados estos últimos van perdiendo poco a poco su capacidad de raciocinio y su ecuanimidad. Las continuas agresiones van dejando marcas indelebles que hieren profundamente el “alma” y hacen que el uso de la fuerza y la violencia pase a ser el modo normal según el cual se diriman todas las diferencias, hasta las más insignificantes.
Ojala me equivoque, pero de seguir las cosas por este derrotero, estoy casi seguro que en cuanto sus papas fallezcan y por lo tanto desaparezca el elemento que por amor, temor o simplemente respeto “aglutino” la familia... se soltaran los demonios.
11.- posdata de fecha 3 de Enero del 2005. Poder… siempre el poder… definitivamente el poder.
Apenas transcurrían los primeros minutos de este primer día de trabajo del año que una vez más se suscitó un virulento enfrentamiento entre Marina y Jaime.
Lo preocupante es
que, confirmando lo asentado en mi anterior posdata, el motivo no era ni
siquiera una cuestión de orden estratégico para el negocio sino una minucia,
sin importancia alguna (a mi entender).
Sé que Jaime podrá
argumentar que, menor o no el asunto, era una cuestión de principio.
He aquí
precisamente lo preocupante, no valorar ni la conveniencia, ni la magnitud, ni
las consecuencias de un enfrentamiento mayor solo por “dejar bien claro quién
manda”. Porque me queda cada día más claro que el fondo del asunto es
simplemente una cuestión de lucha por el poder en el negocio. Marina tratando
de resistir los embates de Jaime y tratando de salvar el poquito que le queda
antes de ser “una empleada más”, y Jaime tratando de imponer sus decisiones (de
una manera cada día más contundente) conforme a su visión que, conscientemente
o no, considera siempre como la única valida.
Las “razones
profundas” de esta lucha por el Poder son evidentemente de orden psicológico y
aquí me contentare de reproducir (pegar/copiar en términos de computación) lo
expresado en alguna posdata anterior:
Haciendo caso omiso del condicionamiento psíquico que todos heredamos (y que en el caso de los dos creo muy importante), pienso que ambos escogieron “libremente” trabajar en Omega y sin embargo lo que representa Omega en la vida de cada uno, es muy diferente.
Para Marina, trabajar en Omega es lo que,
en gran medida, da sentido a su vida. Sin haber tenido la oportunidad de cursar
estudio universitario alguno (lo cual es una lástima visto sus capacidades y su
sed de saber) empezó muy joven a trabajar en Omega cuando esta era todavía una
pequeña empresa familiar. Sin exagerar, para Marina Omega es un poco (o mucho)
su obra, iba a decir su hijo. Para ella no hay duda de que su presencia en
Omega es vivida como un apostolado y por lo tanto un QUERER HACER.
En cambio pienso (y aquí puedo equivocarme
dado que no conozco a Jaime tan bien como Marina) que desde su juventud Jaime
tenía otras ambiciones que las de estudiar la carrera de administración de
empresa y pasar la mayor parte de su
vida en Omega. Dudo que sus “intereses culturales”, particularmente por el
cine, encuentren un campo de realización en Omega, de no ser la muy relativa
libertad que le permite este trabajo para colaborar en las películas de Luis
Estrada. A la inversa de Marina, creo que para Jaime Omega es una
responsabilidad aceptada mas no deseada, vivida como una carga, quizás un
impedimento, seguramente un DEBER HACER.
Para Marina, cuyo trabajo es la expresión misma del sentido de su vida, el Poder es “poder hacer” y por lo tanto es “poder vivir”. Dicho de otro modo, restarle a Marina este “poder hacer” es simplemente amputarle una parte esencial de su vida.
Para Jaime, cuyo trabajo no es más que una
responsabilidad aceptada mas no deseada, el Poder es lo que en su vida viene a
suplir “la falta”, carencia de lo que quiso o quisiera, tanto hacer como ser
(el ejercicio del Poder suple la ausencia..., llena el vació...).
En
resumen, para los dos la posibilidad del disfrute del Poder es vital.
La gran diferencia entre los dos es que, si bien Marina puede aceptar compartir dicho poder, no lo creo así en lo que a Jaime se refiere. Percibo a Jaime como profundamente autoritario, y por lo tanto no creo que, considerándose siempre detentor de la razón, ceje en su enfrentamiento con Marina hasta lograr el completo sometimiento de esta a su voluntad... como lo haría contra quien le dispute el poder, sea quien sea.
12.- posdata de fecha 4 de Enero del 2005. Digresión que… ¿quizás?… no tenga nada que ver.
En mi opinión, más que
cualquier otra, la pregunta existencial más importante es sin duda “comment
être au monde?”
Al tener el idioma
español dos verbos para traducir el “être” francés, a saber “ser” y “estar”, no
sé si la pregunta debe de traducirse “¿cómo estar en el mundo?” o “¿cómo ser al
mundo?”, aunque me inclino más por la segunda ya que el verbo estar se refiere
quizás más a la noción de permanecer o encontrarse, y el verbo ser se relaciona
quizás más estrechamente con el sustantivo ser.
Desde siempre la
respuesta a esta pregunta ha implicado para el individuo la separación entre el
“mundo visto” de la contemplación y el “mundo vivido” de la acción. Aunque, si
bien hay una infinidad de contemplativos pasivos (la casi totalidad de la humanidad,
por lo menos en lo que a la civilización occidental se refiere), a mi parecer
la separación realmente digna de interés se da entre el “hacer” y el
“entender”. He ahí, muy pocos comprenden, muy pocos actúan y solo un
pequeñísimo puñado tiene el atrevimiento de pasar del previo entendimiento a la
consecuente acción.
Ahora bien, si hasta hace
algunas décadas, para los más osados, la respuesta se podía efectivamente
buscar y encontrar en el campo del “hacer” como voluntad fruto del previo
“entender”, hoy esto resulta ya prácticamente imposible. Creo que el año de
1968 fue en muchos sentidos y para muchos en todo el mundo occidental la última
aventura del “actuar” histórico. Hoy, frente al incremento de la extrema
violencia del Poder y la infinita Miseria propias de la omnipresente y
omnipotente razón económica y la irresistible propagación de la
mercantilización de la vida toda; al común de los mortales, la única
posibilidad de “ser al mundo” no puede ya ser otra que la afanosa búsqueda del
entendimiento (comprensión más que conocimiento) de las estructuras sociales en
cuyo seno cada cual intenta sobrevivir.
Si no podemos ser ya más
que espectadores y no actores, que por lo menos seamos unos espectadores
conscientes (no pretendemos ser inteligentes) y no nos tomen por lo que no
somos… y quisieran que fuéramos.
Creo que he tenido
la suerte (¿o la cobardía?) de aprehender (los dos sentidos de concebir y temer
se valen) esta limitación, desde bastante tiempo atrás (de hecho, poco tiempo
¿antes o después? de mi llegada a México), lo cual me ha permitido salvaguardar
la cordura al renunciar a las vanas veleidades de la acción contentándome de la
búsqueda del entendimiento del mundo (espacial y temporal) en el que me toco
estar (vivir sería una mentida). Mi pretensión al “hacer” reduciéndose cuando
mucho al de la escritura, que a su nivel es también “hacer” al ser creación.
Pretensión que, aunque tardíamente, quiero llevar a la práctica, tal como lo he
expuesto en el principio de este escrito, que del simple anuncio de una
renuncia anticipada se ha vuelto ya… quien sabe qué.
Regresamos al principio, se cierra el círculo... la creación como posible fusión del entender y el hacer... después de tantas lecturas (tratando de entender) creo que llego el momento de actuar (tratando de escribir). No sé si entendí algo como no sé si lograre escribir... pero creo que, consciente de mis limitaciones y sin mas pretensiones que las del gozo personal, vale la pena intentarlo.
Está muy bien toda esta digresión, pero y… ¿qué tiene que ver con “nuestra temática”?.
Más de lo que
parece.
Sin querer
filosofar, al saberse mortal, para el hombre “ser al mundo” es saberse vivo,
sentirse vivo. Anteriormente ya enuncie algunas de las principales vías, a mi
juicio éticamente validas, mediante las cuales el individuo puede saberse y
sentirse vivo, a saber, la contemplación o la comprensión de su entorno, la
acción “transformadora” sobre este entorno o en su caso la creación; pero
existen muchas otras tales como la posesión (cuando el tener suple el ser,
paréntesis en el paréntesis, tan funcional para la perpetuación del actual modo
de producción), el sacrificio (tan arraigado en la cultura judeocristiana,
paréntesis en el paréntesis, como el trabajo que es sin duda alguna el mayor de
los sacrificios, vivido mas no reconocido como tal), el placer y el gozo
(culpabilizados por esta misma cultura porque contrarios al sacrificio), el
amor (hacia otro, otros o uno mismo, ya sea dado o recibido) y el ejercicio del
poder (sin duda una de las más anheladas por más “efectiva”, al implicar el
ejercicio de la dominación y ser la que de alguna manera concentra y autoriza
casi todas las demás…pudiendo por lo tanto suplirlas… ventajosamente).
7 de Enero.
Hace unos cuantos
minutos, “paseándome” por la red de Internet me he enterado que un
psicoanalista y filósofo argentino (Miguel Benasayag) público hace poco tiempo
un libro (traducido al francés en 2004 bajo el título de “La fragilité”), en el
cual expone que, a pesar de todo, la separación entre el “hacer” y el
“entender” no es hoy todavía irremediable.
¡¡ Habrá que
leerlo !!.
Según la reseña,
parece ser también que para este autor rebelarse es crearse. ¡Como son las
cosas!, me recuerda el tema de una disertación de primer año de preparatoria
que en gran medida marco, definió y encauzo mi adolescencia y juventud: ¿Puede
la negación ser afirmación? Me acuerdo haber obviamente contestado que si,
concluyendo que para mí la palabra más importante de todas era NO. La capacidad
(como posibilidad y atrevimiento) de decir no.
13.- posdata del 12 al 15 de Enero del 2005. Recapitulación, resumen... y algo más.
Ante la perspectiva de la junta convocada por Patricia para tratar el tema del perpetuo enfrentamiento entre Marina y Jaime, voy a tratar de recapitular las principales ideas vertidas hasta este momento, con unas cuantas más que creo deber agregar.
I.- Enfrentamiento Marina / Jaime.
1.- Gravedad del conflicto y peligrosidad de su evolución.
- El conflicto
entre Jaime y Marina es grave para Omega, en la medida en que puede frenar sino
es que impedir la toma de decisiones estratégicas para el negocio, aunque a mi
juicio no ha sido el caso hasta ahora.
- El carácter
realmente grave del asunto tiene que ver con las afectaciones físicas y
psíquicas que estos recurrentes enfrentamientos tienen sobre la salud de Marina
(quizás también sobre Jaime aunque no tengo datos al respecto) que se siente permanentemente agredida y negada.
Insisto en que la cuestión de saber si existe o no tal agresión es irrelevante
dado que al nivel de las percepciones esta situación si es vivida como
agresión.
- La evolución de
esta situación es preocupante, dado la frecuencia de dichos enfrentamientos así
como la virulencia cada día mayor de los mismos. No tengo la menor duda de que
con el paso del tiempo la dinámica propia de estos llevara a que desborden el
campo del trabajo para abarcar el de las relaciones personales entre los tres
hermanos. Digo los tres porque me parece que falta muy poco para que Carlos se
suba también al ring.
- Considerando las causas profundas de estos enfrentamientos, y adelantándome a la exposición de las mismas, me parece que esperar una tregua, un cese al fuego o un armisticio, es pura utopía.
2.- Causas: de visiones y lucha por el poder.
- Me parece obvio
que la causa más inmediata y palpable es una visión diferente del negocio
(finalidad, estrategia), así como una diferente manera de administrarlo y
resolver los problemas que se van presentando. Marina lo ve con una mentalidad
de “emprendedora” y Jaime más bien con una mentalidad de “contralor”. Mientras
Marina jala y empuja viendo hacia adelante y hacia el exterior, Jaime frena,
volcado hacia adentro y tratando esencialmente de establecer un cierto orden y
control. Cada cual siente (hasta la medula) que su manera de percibir las
prioridades es la correcta y por lo tanto tiene un miedo casi irracional a que
prevalezca la visión del otro. Marina cree que si prevalece la visión de Jaime,
Omega se morirá de inanición (se marchitara), cuando Jaime cree que si
prevalece la visión de Marina, entonces Omega morirá de sobredosis (se
desbocara). Persuadido cada uno que si la visión del otro se impone esto
significara la muerte de Omega, la lucha no puede cesar sino hasta la derrota
de una de las dos.
- Sin embargo, en
mi opinión, lo que estos enfrentamientos manifiestan es indudablemente una
lucha abierta y cruenta por el poder. No en el sentido de la apropiación del
negocio o el disfrute de los beneficios económicos del mismo, sino por la
supremacía en la toma de las decisiones, desde las estratégicas (o sea la
dirección del negocio) hasta las más insignificantes (relacionadas con la
operación diaria). Lucha abiertamente ofensiva de parte de Jaime que busca
hacerse de la totalidad del poder y ejercerlo (imponer su visión en la toma y
posterior aplicación de todas las decisiones) y más bien defensiva de parte de
Marina quien busca esencialmente salvaguardar la parte de poder que le disputa
Jaime. Sea dicho de paso, Marina es dueña de Omega al mismo título que los
demás miembros de la familia y por lo tanto tiene el mismo legítimo derecho a
querer dirigir el negocio (y no simplemente operarlo) conforme a su visión de
lo que es lo más conveniente para este.
- Otro punto importante es que, de mi punto de vista, más que motivos racionales de orden funcional lo que “alimenta” esta lucha es una serie de móviles de orden psicológico, por definición insuperable dado que no son conscientes y se inscriben en la “historia psíquica” de cada quien. Para Marina, su estancia en el negocio es del orden del “querer hacer” (aspiración a…, voluntad o deseo de…) y el ejercer el poder en Omega es lo que en gran medida le ha dado y le sigue dando sentido a su vida. En cambio, para Jaime, su estancia en Omega es del orden del “deber hacer” (obligación aceptada, autoimpuesta) y el ejercer el poder en Omega es lo que de alguna manera viene a llenar un cierto vacío de su ser supliendo o compensando esencialmente la renuncia a ciertas aspiraciones del orden de la creación. Por lo cual el ejercicio del poder en el espacio de Omega es para los dos el inevitable enfrentamiento de dos necesidades vitales, y por lo tanto irrenunciables, tanto para uno como para el otro.
- En fin y para rematar, como un sustrato más de esta lucha por el poder, está la personalidad misma de Jaime. Cuando más pasa el tiempo más percibo a Jaime como alguien profundamente autoritario y fundamentalista. En cualquier tema y en toda circunstancia, está perfectamente convencido de tener la razón en todo y que por lo tanto su personal visión u opinión son objetivamente las únicas válidas. Lo que, por ejemplo, convierte cualquier intercambio de opinión con Marina en un virulento y apabullante monologo sin real posibilidad de réplica y sin la más mínima posibilidad de que pueda reconocer lo bien fundado del punto de vista de su interlocutor. Actitud que, consecuentemente y de modo natural, lleva a negar, o por lo menos poner en duda, la capacidad, en el campo que sea, de quien no esté de acuerdo con “la particular visión” de uno. Pienso que Marina es más tolerante, más humilde, menos orgullosa que Jaime, y por lo tanto menos agresiva y menos terca, pero igualmente convencida de tener la razón.
3.- Posibles soluciones… que no lo son
- Determinar áreas
de competencia y definir las funciones de cada quien en la estructura del
grupo, otorgándole la absoluta responsabilidad de su área y garantizándole la
ausencia de la más mínima injerencia del otro en su coto de poder, es, además
de inoperante, totalmente utópico.
- Profesionalizar
Omega es sin duda necesario e indispensable para la supervivencia de Omega en
el nuevo entorno socioeconómico, pero esto no tendrá ninguna repercusión sobre
el posible fin, ni siquiera la atenuación, de los enfrentamientos entre Marina y
Jaime, sino más bien un nuevo pretexto
para los mismos. Además de que la persona cubriendo el puesto de director,
contralor, o el que sea, se verá, quiera o no, involucrada en estos conflictos
terminando por tener que asumir la función de árbitro con el temor de tener que
darle la razón y apoyar a uno de los dos enemistándose por lo tanto con el
otro, con todo lo negativo que esto representa para el eficiente desempeño de
la verdadera función para la cual fue contratada. Esta película ya se vio y no
sé porque me temo que la volveremos a ver.
- Que los dos (los tres al incluir Carlos) se retiren por completo de la administración diaria del negocio para dejar está en manos de una estructura administrativa profesional, tampoco es una solución factible. Primero por el tiempo que esto llevaría en lograrse, segundo por la muy arraigada desconfianza (rayando la negación) al principio mismo de la delegación de responsabilidades (que en este caso se equipararía a la de poder) y tercero porque no sería más que posponer el enfrentamiento para la hora de las juntas del consejo de administración.
4.- Sentencia: alguien tiene que retirarse.
- Dado que la raíz
del problema radica en la disputa por el poder en el seno de la organización,
no hay otra verdadera solución que la separación voluntaria de uno de los dos
contrincantes. El abdicar del ejercicio del poder mediante cualquier acuerdo pero
permaneciendo en el negocio es otra vez perfectamente utópico.
- En vista de lo
expresado con anterioridad acerca de la personalidad de Jaime, me resulta
absolutamente inconcebible que este renuncie al poder y se retire.
- En vista de la
magnitud del daño físico y psíquico que este conflicto genera a Marina, pienso
que en la lógica de esta solución es ella quien debería de separarse
voluntariamente del negocio. Y con mayor razón si como ella misma lo ha
expresado en numerosas ocasiones, está harta de que la agredan y/o la ignoren…
de no ser en los hechos más que una empleada, de mucha confianza eso sí pero
empleada al fin y al cabo, con la agravante de verse en la muy difícil y
esquizofrénica situación de tener que dar la cara por decisiones con las cuales
está en total desacuerdo… de que si trabajar era antes para ella una tarea
placentera y gratificante y ahora se ha vuelto una mera obligación… cuando no
tiene realmente ninguna necesidad de aguantar esta situación…etc… etc.
- Separación de la operación del negocio y no de la propiedad del mismo, ya que Marina ha dado mucho, igual o más que sus hermanos, tanto en tiempo como esfuerzo y resultados. Para mí no cabe la menor duda de que si Omega es hoy lo que es, se debe en una muy gran medida al trabajo y empuje de Marina, tanto en los principios del negocio, como en su consolidación y posterior crecimiento.
5.- Consecuencias y viabilidad: para Omega, para uno y para otro.
- Para Omega, de
acuerdo con la visión que Jaime tiene del negocio, la ausencia de Marina de la
operación del mismo no debería de presentar ningún inconveniente, quizás
incluso ser beneficiosa al dejar de haber un obstáculo o por lo menos un freno
a las decisiones que él quiere tomar y las acciones que quiere implementar. Sé
que en el ambiente de la oficina se rumorea que Jaime quiere “sacar a Marina de
Omega”, y es que siendo escandalosos y por lo tanto públicos los
enfrentamientos entre los dos, la gente que no es tonta lo interpreta como lo
que es: una lucha por el poder… equivocándose sin embargo en cuanto a la
intención de Jaime, quitarla de hecho de la dirección compartida del negocio:
si, echarla de Omega: no.
- Para el futuro
“objetivo” de Omega, sinceramente creo que el retiro de Marina no sería para
nada conveniente. Al no estar involucrado en la gestión del negocio ni estar
interesado en la misma, me resulta imposible saber cuál de las dos visiones del
negocio es la más provechosa para Omega, si la de Marina o la de Jaime, pero
pienso que lo más indicado es una mezcla de las dos, teniendo cada una de ellas sus virtudes y sus
defectos, y que la ausencia de cualquiera de estas seria seguramente
perjudicial para Omega. Pienso sinceramente, que se requiere de la conjunción
de las dos, pensando en que son más complementarias que antagónicas. El
problema es como poner fin a la lucha por el poder para lograr conciliarlas.
Lucha que desgraciadamente veo como irremediable.
- Para Marina, me
parece obvio que, en un principio, su separación sería muy dolorosa y vivida
como un drama, porque posiblemente lo interpretaría como una derrota personal y
porque Omega ha sido y sigue siendo sino toda su vida por lo menos una gran
parte.
- Sin embargo
también pienso que con el tiempo y pasado el difícil primer momento, Marina
encontraría paz, reposo y tranquilidad (tanto física como emocionalmente),
dándose quizás cuenta que el trabajo no es todo en la vida y que uno puede
sentirse (¿ser?) feliz y gozar... aprendiendo... conociendo...
- Lo indudable es que una decisión tan trascendental para Marina solo le compete a ella y que la debe de pensar sin la más mínima presión, declarada o disfrazada. También quiero asegurarles, particularmente a Marina, que la evocación de esta “posibilidad” no tiene por finalidad apoyar indirectamente a Jaime o llevar agua a mi molino en lo que a la “anticipación de mi renuncia” se refiere, sino que no es más que esto: una posible solución.
6.- Vender: ¿podría ser la solución?
- Queda la
solución extrema de la venta del negocio, con sus interrogantes, beneficios e
inconvenientes.
- Del lado
de las interrogantes, ¿quién podría hoy en día estar interesado en comprar
Omega?. ¿Cuál puede ser el valor de Omega, y estaría alguien dispuesto a pagar
este precio?. ¿Qué haremos con nuestras vidas después de la venta de Omega? etc,
etc, etc.
- En
cuanto a los beneficios, obviamente que el más importante sería el objeto mismo
de la venta, salvaguardar la unidad de la familia, así como el respeto y el
cariño entre sus miembros. Agregándole quizás el que cada quien podría
dedicarse a lo que le gustaría hacer antes de que sea demasiado tarde o hubiese
querido hacer, además de dirigir y manejar el negocio… si es que existe tal cosa.
- Por el lado de los inconvenientes, me parece obvio que para Marina sería un poco como quitarle a su hijo, además de que quizás se hipotecaria el futuro, más o menos trazado, de por lo menos algunos de los miembros de la siguiente generación.
7.- Conclusión: estamos como al principio.
- Por la
naturaleza psíquica del problema expuesta con anterioridad, no creo que haya
una solución para esta situación. Creo que el conflicto seguirá su curso, autoalimentándose
y creciendo, hasta que quizás termine en un desastre.
- A menos que
Omega se muera antes, en cuyo caso no quiero ni imaginarme la virulencia del
enfrentamiento a la hora de buscar quien tiene la responsabilidad de dicha
muerte.
- Ultima
conclusión, con o sin muerte de Omega, les espera (¿nos espera?) todavía pasar
por muchos momentos muy pero muy desagradables, si no se encuentra una fórmula
de compromiso aceptada por todos... y respetada por todos.
- ¿Vale la pena, habrán servido de algo estos enfrentamientos a la hora de arrepentirse y dejar...?. ¡Chispas! como regresa al galope el bagaje cultural judeocristiano, a pesar de negarlo... sin demasiado empeño. Y no me hablen del futuro de quien sabe que o quien sabe quién.
8.- Una última posibilidad: el escenario “democrático”.
- Si una de las
virtudes generalmente admitidas del sistema político conocido como “democracia”
es que permite la resolución de los conflictos en forma pacífica, quizás los
enfrentamientos entre Marina y Jaime puedan evitarse o atajarse mediante el
proceder “democrático”, de la exposición y discusión civilizada de los puntos
de conflicto, con los correspondientes acuerdos a los que se llegue. ¿Sencillo,
no?.
- Sin embargo no
es tan sencillo siendo que la democracia es un sistema (como todo sistema
regulador del ejercicio del poder) básicamente hipócrita que se juega sobre dos
registros, el de la apariencia y el de la realidad. Sistema que personalmente
calificaría como el de “la renuncia aceptada” o, según la expresión del filósofo
y poeta francés Etienne de La Boétie, como el de la “servidumbre voluntaria”
(aunque obviamente en 1574 este no se refería a la democracia).
- En el primer
registro se conserva la apariencia del ejercicio compartido del poder, mediante
asambleas, juntas o cualquier otro medio que permita a los actores en conflicto
llevar a cabo la clásica secuencia de los tres tiempos esenciales: exponer, debatir
y acordar. Por desgracia, en el segundo registro la cruda realidad nos revela
que el compromiso entre los actores favorece siempre a quien posee la
suficiente fuerza (ya sea esta la de la razón, del numero u cualquier otra)
para imponer su particular visión. Todos pueden proponer, todos pueden debatir
pero al final la decisión (tramposamente llamada acuerdo) pertenece única y
exclusivamente a quien posee en última instancia la fuerza, es decir el poder.
(Sería interesante profundizar sobre la dialéctica entre derecho y poder)
- En el caso de
Omega, me parece más que obvio que cualquier “resolución democrática” de alguna
diferencia de opinión o discrepancia, sobre el tema que sea, se soldara
inevitablemente por la adopción de la particular visión de Jaime. Simplemente
porque, como lo dije antes, Jaime por principio siempre tiene la razón, además
de que no creo que quien se sabe de antemano perdedor, tenga muchos deseos y
motivos para luchar y defender su visión, de no ser que esté dispuesto a dar la
batalla cueste lo que cueste, tanto para su persona como para la organización.
- Por lo que si
bien la vía democrática puede ser la menos conflictiva, al inhibir o cuando
menos aminorar la disputa por la supremacía de alguna de las visiones en
competencia (si efectivamente Marina renuncia de antemano a llevar el conflicto
más allá de la simple exposición y un mínimo debate) queda sin embargo que esta
vía no podrá evitar que Marina tenga que padecer cierto grado de frustración y
esquizofrenia al tener que renunciar a hacer realidad su visión, y en cambio sí
implementar unas medidas u orientaciones con las cuales no solo estará en
desacuerdo sino que tendrá que hacerlas suyas y dar la cara por ellas. Ojala,
Jaime este consciente del daño causado y se dé el milagro de verlo en la mejor
disposición de reconocer la validez de algunos de los planteamientos de Marina.
Y aceptar su implementación.
- Si en política
se dice que la democracia es el menos malo de los sistemas, quien quita que
para Omega la “resolución democrática” de los conflictos (con buena fe y buena
voluntad, como diría cualquier político) sea también el menos malo de los
métodos…siempre y cuando se encuentre un mediador o intercesor con la
suficiente fuerza e imparcialidad, compromiso e independencia, para orientar y
encauzar los debates. Tarea en extremo difícil, cuando la fuerza que se finca
en las capacidades y conocimientos profesionales, así como la independencia que
se nutre de estos, se topara, tarde o temprano, con la de quien detenta en última
instancia el poder en la organización, sin necesidad de más legitimidad o razón
que la de ser el dueño.
- Ustedes dirán si este “escenario democrático” es mínimamente compatible con todo lo expuesto con anterioridad y por lo tanto susceptible de ser viable. Personalmente lo veo bastante difícil y soy muy escéptico.
9.- Interpretar mas no juzgar.
- No quisiera que
se le diera una interpretación equivocada a lo expuesto hasta aquí, por lo que
quiero aclarar que:
- No es mi
intención meterme en los asuntos del negocio (dicho de otro modo, en lo que no
mi importa) y no me atrevería nunca en decirles como lo tienen que llevar o
darles mi opinión sobre la manera en que lo están haciendo. Como tampoco lo es
meterme en las relaciones familiares. Pero dicho esto, y en tanto que compañero
de Marina (nunca me ha gustado emplear los vocablos de marido o esposo que para
mí tienen una connotación de posesión hacia el ser querido o por lo menos de
sumisión a unas instituciones sociales que la implican), si me siento con el
derecho de intervenir en esta situación al ver día tras día el grado en que
esta situación le afecta.
- Es más, no creo que se pueda considerar que mi intervención vaya más allá de una contribución a la comprensión del problema. Además de que no me he permitido hacer un juicio de valor cualquiera como tampoco pretendo poseer la verdad. Es mi interpretación del problema y nada más. Si esta puede ser de alguna ayuda en la resolución del mismo, que bueno. Si estoy en parte o totalmente equivocado, pues me lo hacen saber, no la toman en cuenta y santa paz. Si a pesar de esta aclaración piensan que me extralimite, me lo hacen saber, lo registro y tratare de tomarlo en cuenta para lo que pueda seguir. La distancia entre el tratar y el hacerlo dependiendo de las circunstancias.
II.- Mi renuncia.
1.- Retomando desde el principio: un nuevo proyecto de vida.
- Hace ya cuatro
años les informaba que tenía un nuevo proyecto de vida y que dentro de cuatro o
cinco años, dejaría de trabajar para dedicarme de tiempo completo a lo que
realmente me satisface y gusta, la escritura. Les invito a leer nuevamente esta
“anticipación de mi renuncia”. Pero por si acaso se encuentran solo en posesión
de esta posdata sin tener a su disposición la totalidad del documento en
cuestión, a continuación les van las partes medulares de dicho anuncio. Si lo
tienen, les conviene pasar directamente al punto (2) de esta sección (II) (que
es lo nuevo e importante) y revisarlo después, si es que no se acuerdan de él.
…me siento con la
obligación de hacerles parte, con la suficiente antelación, de la decisión que
desde tiempo atrás he tomado con relación a mi trabajo en OMEGA, o más bien
dicho con relación al tipo de vida que quiero llevar dentro de unos cuantos
años…
…Dentro de
No como trabajo
para algún medio impreso, sino para mí mismo, mi propio gusto y placer. Desde
adolescente he empezado en varias ocasiones algunos cuentos, ensayos y novelas
que nunca he terminado, esencialmente porque me cuesta bastante esfuerzo y
tiempo llegar a un resultado que me satisfaga, razón por la cual necesito
dedicarle mucho más que unos cuantos minutos al día con la mente ocupada en
otros asuntos o actividades. Dicho de otro modo, quiero dedicarme de tiempo
completo a la escritura. Ya tengo en mente dos proyectos bastante definidos.
No sé si lo
lograre o serán solo intentos frustrados y frustrantes, pero no quiero “irme”
sin haberlo intentado seriamente alguna vez, antes que la decrepitud mental
propia de la edad me lo impida…
…Como dice el
lugar común, “la vida es corta y lo peor es que solo tenemos una” (lo cual más
que un lugar común es la única Verdad). Así que, tal como lo he expresado, no
quiero que mi vida llegue a su fin sin haber dedicado un tiempo de la misma a
la única actividad que, si bien es ya
demasiado tarde para pretender que esta le dé un sentido, por lo menos pueda
procurarme las ansias y placeres propios de toda creación…
…Todos somos
esencialmente hijos de nuestras circunstancias, sin embargo, en algunas
ocasiones se nos presenta la posibilidad de poder trascender estas
circunstancias y hacer uso de nuestra libre voluntad para imprimir cierta
dirección a nuestro destino. Así es como entiendo la decisión que les he
expuesto…
…Espero que puedan
comprenderme y que, si no fuese el caso, nuestra relación, que por mi carácter nunca fue muy “cálida” más si
de un sobrio afecto y respeto mutuo, no se vea demasiado afectada por esta
decisión que, en este momento, considero como de carácter irrevocable…
…Sé que esta
decisión les puede parecer como una “traición” o por lo menos una gran falta de
solidaridad… pero insisto en que esta decisión es para mí de carácter vital (en
el sentido primero de la palabra) y por lo tanto forzosamente egoísta…
…Es posible
también que piensen que esta pretensión es una “pendejada”. Si así fuese, lo
único que les puedo decir es que no reconociéndome a mí mismo el derecho de
juzgar a nadie, nunca me he preocupado por el juicio de nadie hacia mis actos o
mi propia persona…
…Ahora que si lo toman como una locura, es normal dado que en todo tiempo y lugar todo acto vital siempre ha sido, es y será, considerado como un acto de locura.
2.- Ya pasaron 4 años, ¿y?
- Después de
muchas dudas sobre la fecha de mi renuncia, debido tanto a mis propias
circunstancias como a las del “negocio”, así como a mi temor de la posible
incomprensión de Marina y sus consecuencias sobre nuestra relación, he
finalmente tomado la decisión de hacerla efectiva al cumplir los 60 años.
Siendo esta la fecha límite, pase lo que pase con la evolución de Omega y
dependiendo ya únicamente de mis propias circunstancias, en particular en
cuanto a mi estado de salud y de ánimo.
- La verdad es que
si bien nunca me entusiasmo mi trabajo en Omega, últimamente ya no tengo el menor interés en él
y, salvo la programación diaria de la tintorería, la tarea de recolectar la
información estadística más indispensable así como la administración de la
relación empresa/trabajadores, dejo todo en manos de Mario. O sea que en la práctica
mi ausencia no se notara mucho.
- Solo me falta
retomar un párrafo de la tan llevada “anticipación de mi renuncia”:
…les agradezco mucho él haberme ofrecido la posibilidad de trabajar con ustedes en Omega todos estos años. Trabajo por el cual, sea dicho de paso, me pagaron ustedes mucho más de lo que mi desempeño podía realmente valer en el mercado del trabajo, lo cual me procuraba la desagradable sensación de ser de alguna manera “mantenido” (sin hablar de la cotidiana y aceptada traición a mis “concepciones sociopolíticas”), pero que sin embargo me permitió vivir la ilusión, primordial para mi manera de ser, de no estar bajo las ordenes de algún patrón, lo cual, por mi formación libertaria y mi sensibilidad antiautoritaria, nunca he soportado, si bien he tenido que aceptarlo por cortos lapsos de tiempo. Además, laborando a mi ritmo y pudiendo “desconectarme” cuando las presiones eran, a mi entender, demasiadas.
Retomando la
anterior verdad y el anterior concepto de presión:
Me pasa con las presiones lo que con el
dolor, a saber un nivel de percepción muy elevado y un nivel de “aguante” muy
bajo.
Por lo que últimamente estoy mucho más tiempo desconectado que conectado, y sin querer incursionar en un humor de mal gusto, ojalá, encuentren todos el tiempo de desconectarse… y una razón para hacerlo
PD de la PD:
No podía faltar una posdata a esta enésima
posdata, por lo que aprovecho la oportunidad para reiterar que si alguien se
sintió ofendido por alguna reflexión asentada en estas páginas, le aseguro que
no era esta mi intención y le pido una disculpa... o mejor dicho me disculpo.
Esperando no se me guarde demasiado rencor y podamos seguir casi como si nada.
14.- posdata de fecha 23 de Febrero del 2005. “¿Optimismo
de la voluntad o escepticismo de la razón?” (Antonio Gramsci).
El 21 de este mes los más altos directivos de Coats-Timon propusieron a Marina comprar Omega. De lo dicho por Marina se infiere que no se trataba solo de sondear tal posibilidad sino de una propuesta seria y firme en vista a probables futuras negociaciones.
Totalmente
al revés de lo que me esperaba que fuese la respuesta de los interesados,
Marina vio tal posibilidad con muy buenos ojos (incluso un cierto entusiasmo),
y sus hermanos prácticamente la rechazaron. Aunque entiendo que por lo pronto
se trata solo de una primera reacción “en caliente” y no de una verdadera
reflexión en la cual se hayan sopesado todos los pros y los contras de tal
propuesta.
En
realidad, pensándolo un poco, la reacción de Marina no es tan sorprendente si
se considera que hasta hace poco tiempo su trabajo era para ella sumamente
gratificante y que desde hace algunos meses su estancia en Omega, según lo vive
y expresa diariamente, se ha vuelto una pesadilla de la cual muchos días ya no
quiere saber nada.
En
cuanto a Jaime, cuya integración a Omega fue más el producto de una obligación
aceptada que parte de un proyecto de vida propio (así lo creo), y quien está
luchando con cierto éxito por hacerse del poder en la organización, ya no está
dispuesto a tirar por la borda lo logrado hasta hoy y para lo cual ha
“sacrificado” ya gran parte de su vida.
Por
lo que toca a Carlos, quien es todavía muy joven, seguramente pensara que
diablo hacer con su vida sin Omega.
En
resumen, la pregunta para los tres es que pasara con sus vidas si dejan de ser
los dueños de Omega. No en el sentido “económico” (ya que quiero suponer que la
venta de Omega les debería de permitir vivir más que holgadamente) sino
“existencial” (que voy hacer con mi vida todos los días de todos los años que
me quedan por vivir). Y claro está, la
pregunta es mucho más perturbadora cuando más joven se es. Vender Omega implica
para cada uno tener un nuevo proyecto de vida... lo cual no se saca de la
manga.
Agregando a esto las consecuencias que tal venta puede tener en cuanto al porvenir de sus hijos si es que, aunque inconscientemente, ya lo vislumbraban primero como su integración al negocio y después como los herederos del mismo.
Lo que a continuación voy a expresar debe de ser entendido como una simple opinión y no como una intromisión en una decisión que no me compete en lo más mínimo.
Pienso que la propuesta de Coats debe de analizarse muy bien, en todos sus aspectos y consecuencias, antes de tomar una decisión precipitada o “al vapor”.
En lo personal veo la propuesta de Coats como una oportunidad, en el sentido de una posible, sencilla y buena solución a los múltiples y graves problemas que aquejan el negocio, y que además llega en un momento muy oportuno.
No
tiene caso extenderme sobre la naturaleza y gravedad de los problemas por los
que atraviesa Omega, ya los enumere insistentemente en las anteriores posdatas,
además de que ustedes los conocen seguramente mucho mejor que yo.
Simplemente
insistir en que, en mi opinión, como negocio Omega está condenado a extinguirse
más pronto que tarde, no tanto en virtud de una mala administración de sus
dueños sino esencialmente como consecuencia de su propia evolución y la del
entorno socioeconómico en el cual está inmerso.
Su
rápido crecimiento ha dado lugar a una muy importante pérdida de control, misma
que a su vez ha propiciado una feroz lucha por el poder en el seno de la
organización. Pérdida de control y lucha por el poder, a las cuales no
vislumbro ninguna solución viable. No por falta de voluntad sino por la
personalidad misma de los dueños y contendientes. Personalidad fundamentalmente
autoritaria y desprovista de humildad que les impedirá aceptar delegar y
compartir el poder y por lo tanto pretender siquiera llegar a la
“institucionalización” del negocio. Personalidad que también hará imposible la
conciliación entre el ente emprendedor (Marina) y el ente controlador (Jaime),
con el perpetuo temor del primero de un mortal exceso de control de parte del
segundo, y del temor del segundo a un mortal exceso de expansión desbocada de
parte del primero. Temor a que el negocio se “marchite” por falta de… y temor a
que este “explote” por exceso de... Y ahí se quedaran paralizados por este
temor… hasta que alguno de los dos salga vencedor mediante la eliminación del
otro. Eliminación no de un “modo activo” (golpe de estado abierto o encubierto)
sino por el abandono de uno de los dos. La pregunta es, en qué estado estarán
el negocio y los contendientes para entonces... si todavía hay negocio.
Problemática
meramente interna ligada al ejercicio del poder dentro de la organización, a la
cual hay que agregar la del negocio como tal: eficiencia y competitividad
reducidas, encogimiento de la demanda, reducción acelerada de los márgenes,
desorden, falta de información y control, falta de flujo, etc, etc. Con la
agravante de que cada uno de estos problemas potencia los demás. Me parece que
la batalla que tendrán que dar para salir airosos va a ser muy ardua y
desgastante, con pocas probabilidades de éxito.
En cuanto al entorno socioeconómico, lo principal es que, como lo exprese alguna vez, la industria y el mercado en los cuales está inmerso Omega pertenecen económica y culturalmente al pasado. A diferencia de lo que nos expusieron en el curso en Puebla, pienso que no es Omega quien se encuentra ya en la parte descendente de su curva o ciclo de vida, sino las bases mismas sobre las cuales este se asienta. En lugar de jalarlo hacia la cima, la evolución “natural” del entorno socioeconómico lo arrastra hacia el abismo. La evolución es hoy en día rapidísima (Paul Virilio, filósofo francés convertido a sociólogo, o sociólogo convertido a filósofo, define nuestras sociedades occidentales actuales como las sociedades de la velocidad, del encogimiento del espacio y del tiempo) y ni toda la flexibilidad de la cual pueda ser capaz Omega (y es bien poca) podrá evitar esta “descente aux enfers” (descenso a los infiernos). Simplemente porque el avance o retroceso de Omega no está en sus manos. Con sus limitantes Omega se encuentra en la situación de una paja a la deriva en la corriente de un torrente. Cuando la tierra sobre la cual estas parado se abre, no hay de otra, esta te engulle, te vas al fondo con todo y todo.
Y
aquí viene a cuento lo de la tercera generación. Heredar el negocio a sus
hijos, o integrarlos a este, para que tengan el porvenir asegurado, para que no
tengan la desgracia de ser empleados sino la suerte de ser dueños.
Estoy
totalmente de acuerdo… quizás no haya peor cosa que ser pobre... o peor aún,
pasar de una posición acomodada a otra de relativa penuria (comparada con la
anterior). Estoy más que convencido también que no hay peor cosa que ser quien
obedece al amo, de ser sometido a las órdenes de quien, casi siempre, no tiene
ni los méritos ni la virtud para mandar.
Pero
de ahí a creer que heredar Omega a sus hijos (o integrarlos al mismo) los
librara de estas maldiciones… perdón, pero en mi opinión, si damos mínimamente
crédito a lo expresado anteriormente, es hacer prueba de mucha ingenuidad.
Harán
mucho más por sus hijos, heredándoles (o entregándoles cuando juzguen que sea
el momento) una cierta suma garantizada en alguna inversión (financiera,
inmobiliaria u otra), de la cual podrán disponer conforme a su propio proyecto
de vida, que heredándoles un negocio condenado a la extinción.
Suponiendo que de aquí a que tengan la edad de integrarse al negocio este todavía exista, lo más probable es que los pongan frente a años de angustia y de enfrentamientos que irán exacerbándose a medida que la situación vaya empeorando. No quiero ni imaginarme que serán los enfrentamientos de la tercera generación comparados con los de la segunda. Es famosa, en Francia, la expectación de Andre Gide “Familia os odio”, agregaría que cuando más grande es la familia mayor puede ser el odio.
Es
quizás muy simplista, seguramente demasiado, pero se puede hacer el siguiente
ejercicio de comparación:
Uno,
si cuando sus hijos estén en edad de integrarse al negocio o en situación de
heredarlo este ya se fue a la chingada, ¿a qué se integrarán, que les
heredaran, las deudas y los pleitos legales y/o familiares, productos de los
últimos estertores del dichoso negocio que se transmuto en maldito?
Dos,
integran o heredan a sus hijos un negocio todavía en vida, pero en vía de
extinción, ¿a qué se integran, que heredan, que vida les espera, les habrán
hecho un favor, los habrán ayudado, no los habrán puesto en la situación de
quien tiene el agua hasta el cuello… y a ver si tienen las suficientes ganas y
habilidades como para seguir luchando y mantener la cabeza fuera del agua?
Lástima que se necesite de un poco más que habilidad y que salvar un negocio en
perdición pocas veces dependa de uno.
Tres, venden Omega, lo mejor que se pueda, y ponen a trabajar toda este dinero, poco o mucho, muy poco no será (que sea el dinero el que trabaje y no uno, se me hace agua a la boca), ustedes viven de los intereses y les dejan el capital… en vida para ayudarlos a realizar su proyecto de vida, el que sea… o a su muerte, si no lo necesitaron antes o así lo prefirieron, ustedes o ellos, por las razones que sean. En cualquier momento este será bienvenido (que desgracia que así sea, pero les aseguro que será bienvenido). ¡Pero es que así fomentaremos el ocio, tomaremos el riesgo de hacer de nuestros hijos unos vagos que teniéndolo todo no sabrán lo que es ganarse el pan al sudor de su frente!. Quizás, dependerá también en alguna medida de los valores que les hayan inculcado, de su entorno (amistades, etc.)…de tantas otras cosas. Pero quizás, sus hijos puedan también ser unos “hombres de bien” o unos “honestos hombres” (en el sentido que Orwell le daba a esta expresión) con sus dudas (bienvenidas) y un proyecto de vida propio. Y les aseguro que cualquiera que este sea, un poco o mucho de dinero en el banco (que feo suena) les puede ser de gran ayuda para llevarlo a cabo. Sobre todo si les da por la creación… es de sobra conocido que la creación no va con el trabajo, que son por naturaleza antinómicos. Y si su proyecto de vida es dilapidar su dinero…pues es su vida. A la hora de la hora sabrán si maldicen la muerte, le dan la bienvenida, o les es indiferente.
Resumen,
por todo lo anteriormente expuesto, creo que la proposición de Coats es una
oportuna oportunidad (valga la redundancia). Que el sentido común los debe de
llevar a no aceptarla o rechazarla de manera epidérmica e irreflexiva.
Pienso
que lo más prudente e indicado es ponerse a estudiar seriamente los pros y los
contras de la propuesta, mientras se hacen los análisis que se requieren y se
toman las medidas para “sanear” al máximo el negocio (al fin que, se venda o
no, es imprescindible hacerlo, ya sea para poder seguir adelante con el, ya sea
para poder venderlo al mejor precio posible).
En cuanto a la actitud a tomar frente a Coats, pues decirles (más o menos) la verdad, que se sienten honrados de que hayan puesto su mirada en ustedes (¡en espera de que le pongan un precio!) que el negocio es familiar y que por lo tanto la familia necesita de un tiempo relativamente razonable para evaluar la propuesta y ponerse de acuerdo (hacer valer aquí el estado de salud de sus padres). En fin, ser receptivos a su propuesta, mostrarse francamente interesados y ganar tiempo… mientras se evalúa su proposición, “endereza” un poco el negocio y toma la decisión.
A pesar de mi más firme convicción de no meterme en lo que no es de mi incumbencia, siento la irresistible necesidad de insistir en que creo que mi percepción del futuro de Omega es la correcta y que por lo tanto la mejor opción para ustedes (el negocio en si no debería ser más que un instrumento y por lo tanto no merecer sacrificarse por el) es lograr la venta de Omega en las mejores condiciones posibles. Por lo tanto, bienvenida la oportuna oportunidad que les da Coats. Insisto sobre el carácter de oportuno, porque quien sabe si esta oportunidad se vuelva a presentar y en qué condiciones se encuentre Omega si es que esto sucede.
Claro
que puedo estar equivocado… que mi escepticismo puede hacerme ver el futuro de
Omega en negro, cuando este puede ser rosa… que la evolución “natural” del
entorno socioeconómico puede ser otra y favorable a Omega…que el valor de este
puede acrecentarse más y más…que sus hijos pueden tener la oportunidad de
integrarse a un negocio boyante…
Pero no deja de ser una apuesta…bastante arriesgada.
Claro
que Coats tratara de comprarles el negocio en un valor que quizás estimen no
ser el justo (tampoco son hermanas de la caridad que quieren ayudar
desinteresadamente Omega)… que una crisis de estas que se lo llevan todo puede
acabar con el patrimonio producto de la venta de Omega… que les dolerá no haber
tratado de “defender” Omega hasta su último aliento…
Pero, no cierren una puerta que quizás nunca mas se abrirá. Además, deben de conocer la ley de la oferta y la demanda. Hoy alguien lo quiere comprar… y no es lo mismo venderlo a quien lo quiere comprar que tener que ofrecerlo…deshacerse de el. Independientemente de cual sea su valor real, no creo que lo que ustedes pidan y lo que les ofrezcan sea lo mismo en un caso y en otro.
Simplemente… PIÉNSENLO… EVALÚENLO… antes de decir SI o NO.
Pensar en… y evaluar:
- La actual situación del negocio así como su viabilidad a mediano y largo plazo, tomando en consideración su propia problemática y la del entorno socioeconómico.
- Los posibles alcances del producto de la venta del negocio, para el presente y futuro inmediato de cada familia como tal, así como para el futuro de sus hijos.
- El lugar de Omega en el porvenir de sus hijos, ya sea en tanto que la “natural” integración de estos al mismo, ya sea en tanto que medio (mediante los frutos de su venta) que les posibilite llevar a cabo sus propios proyectos de vida.
- Que será de vuestras vidas sin Omega, cuáles podrían ser vuestros proyectos de vida para los años que les quedan, sin la rutina y la seguridad (¿será?) de Omega.
Del análisis concienzudo que hagan para cada uno de estos puntos principales y de la respuesta que aporten a cada uno de ellos en particular así como a los cuatro en su conjunto, debería de depender su respuesta a la proposición de Coats… y no negarla o ignorarla, o darle una respuesta apresurada y tajante… en el sentido que sea.
Para terminar ya casi en tono de broma, lo básico (de lo cual depende quizás todo lo demás) son las respuestas a las dos preguntas esenciales:
¿De qué estamos hablando?.
¿De cuánto estamos hablando?.
La primera pudiendo ser en gran medida función de la segunda, la segunda debería de ser la primera. ¿Se reduciría todo a una cuestión de dinero? ¡
¿Qué feo,
15.- posdata de fecha 6 de diciembre del 2006. Tensión (o presión) psicológica y presión (o tensión) arterial… o de agravios y el mundo.
Lo que me temía ya
ocurrió. El tan llevado enfrentamiento entre Marina y Jaime ya ha cobrado su
primera víctima en cuanto a las consecuencias sobre la salud física y
psicológica de los dos actores.
Desde hace algunos días
(pienso que en realidad desde hace varias semanas aunque no se había detectado)
es indudable (porque después de haber acudido al cardiólogo este le detecto la
presión sanguínea alta y se está midiendo dicha presión con mucha frecuencia y
regularidad) que existe una relación de causa a efecto directa entre los
“disgustos” sufridos por Marina en Omega y los valores de su presión arterial.
Cuando Marina pasa un día relativamente tranquilo en Omega, su presión arterial
se mueve dentro de los valores normales, en cambio cuando ha vivido algún
“disgusto” estos se disparan mucho.
Al no encontrarme casi
nunca en Omega no puedo afirmar que sigan los anteriores y violentos
enfrentamientos (supongo que la frecuencia de los mismos habrá mermado por la
decisión de Marina de no entrar en el juego de Jaime) pero lo que si vivo desde
la casa por las reseñas que me hace Marina son los agravios que viene
padeciendo. Agravios que son mucho más lesivos que los anteriores
enfrentamientos. Mucho más lesivos porque los enfrentamientos se pueden
contestar, responder… cuando los agravios son irrebatibles porque aniquilan la
dignidad de la persona agraviada. Agraviar es ofender a alguien con palabras o
hechos que atentan contra su dignidad. Hay dos otras palabras que por lo que me
cuenta Marina se podrían utilizar para precisar un poco más el termino de
agravio (que es mío y no de Marina), que es sumamente grave. La primera es
“vilipendiar”: mostrar desprecio hacia una persona o cosa mediante palabras o
actos. La segunda es “despreciar”: considerar que una persona es indigna de
aprecio, demostrándole rechazo.
Quizás me rebatan que
estos términos son muy fuertes y no corresponden a la realidad. No creo que
sean demasiado fuertes cuando a una persona se le dice (o se le da a entender)
con mucha frecuencia… que se equivoca en todo, que cree que la quieren pero que
no es así. Me disculparan pero esto si es agraviar, vilipendiar y despreciar.
En cuanto a si corresponden a la realidad, precisare una vez más que (para mí)
la realidad, al igual que la verdad, no existe “per se”. La realidad es
distinta para cada persona. Para cada persona la realidad es la que esta
percibe, aprehenda a través de sus sentidos y su mente. Por lo que la realidad
de Juan no es la de Pedro ni la de José, ni la de ningún otro ser humano sobre
la faz de la tierra. Como paréntesis, por esto, para mí, la locura no existe,
un comportamiento “anormal” tachado de locura (en el sentido de distinto a lo
que la colectividad, constituida como tal, considera como normal por ser el de
la mayoría de quienes conforman esta colectividad) no es más que el comportamiento
particular de alguien que percibe (vive) una realidad distinta a la de los
demás. El mundo (entendido como la totalidad de lo que rodea a cada ser
consciente) existe pero no es, el mundo nace y muere con la nacimiento y la
muerte de cada ser provisto de consciencia.
La situación de Marina en
Omega se ha tornado ya “inaguantable”, o se pone un alto (se decreta una
tregua) a esta situación de perpetuos reproches y denigración… y Marina podrá
seguir trabajando en Omega… o de lo contrario Marina tendrá que dejar Omega si
quiere conservar su salud… o permanecer en la empresa a sabiendas de que su
salud tanto física como psicológica sufrirá un deterioro que de momento no
puedo calificar pero que cuando si se pueda ya sea quizás irreversible.
16.-
posdata del 23 de Marzo
del 2007. Ser, vivir, existir… o de las consecuencias de la necesidad del
ejercicio del poder para existir.
Anteayer, como ya en
muchas otras ocasiones, Marina llego a la casa “hecha polvo”. ¿El motivo?, el
de siempre, uno más de los continuos enfrentamientos con Jaime. ¿El motivo, más
inmediato del enfrentamiento?, un conflicto por una diferencia de opinión sobre
la urgencia o prioridad del envió de un pedido, tomando como chivo expiatorio a
Verónica, cuya función en la empresa (no de jure sino de facto) es la de
“ayudante” de Marina. ¿El verdadero motivo (no el verdadero ni el real, ya dije
demasiadas veces que la realidad y la verdad no existen), el motivo de fondo
que “se esconde” detrás del “aparente” (en el sentido de visible)?, la lucha
por el poder. No, no la lucha por el poder, más bien dicho, la necesidad para
Jaime de ejercer el poder (es decir, someter los demás a sus decisiones) para
existir (experimentar el sentimiento de existir, sentirse existir).
¡Psicología barata,
filosofía de café!... Cuando lo relevante no debería ser pretender saber que
genera (impulsa) el comportamiento de uno de los actores, sino debatir sobre lo
sucedido, para… claro está, determinar quién tiene (accesoriamente) la
responsabilidad de lo sucedido, (principalmente) la razón. La razón que
tramposamente se asimila al concepto de racionalidad heredado del siglo de las
luces y que se “utiliza” para dotar de legitimidad el ejercicio de todo poder,
en el sentido de fundamentar su validez y por lo tanto su aceptabilidad… en
pocas palabras, la razón como instrumento de la imposición.
Atenerse a este enfoque
es obviamente aceptar esta premisa, entrar en el juego de quienes quieren
detentar y ejercer el poder.
Por lo que si quieren
pueden ahorra mismo dejar esta lectura sin mayor interés, además de sus
posibles implicaciones sobre la naturaleza y la continuidad de las relaciones
entre ustedes y mi persona.
Sin embargo, y consciente
de esta posibilidad, proseguiré la redacción de este texto (y ustedes su
lectura si así lo deciden) porque esta situación ha llegado a un límite y no
puede seguir sin que tenga nefastas consecuencias sobre la salud física y psicológica
de Marina. He intentado en múltiples ocasiones que Marina tome alguna medida
que calificaría de drástica o de fuerza (las únicas susceptibles, a mi juicio,
de poner un alto a esta “situación”, que iré calificando en el desarrollo de
este texto), pero sin éxito. Simplemente porque no está en la personalidad de
Marina y también sin duda porque es temerosa de las posibles consecuencias de
este tipo de medidas sobre las relaciones intrafamiliares, con sus múltiples e
imprevisibles consecuencias.
Desde tiempo atrás me he
preguntado si lo moralmente correcto era respetar esta decisión de Marina en el
sentido de “aguantar” lo que sea, aceptando las consecuencias sobre su salud,
con tal de no poner en riesgo sus (nuestras) relaciones al cruzar una posible
línea de no retorno, o intervenir. Intervención mía que pudiera tener las
consecuencias que Marina teme y no desea, con a la postre un empeoramiento de
su bienestar y “estabilidad”, tanto físico como emocional. Efecto por lo tanto
obviamente contrario al buscado.
Dicho de otra manera, o
resumiendo (visiblemente me encanta decir las cosas de otra manera y/o
resumirlas) ¿Cuál intervención que sea susceptible de poner fin a esta
situación (que defino como de continuos enfrentamientos), aportando a Marina la
“paz emocional” que requiere, sin que la medicina sea peor que la enfermedad?.
Me siento con la
obligación de hacer algo, ¡pero no se qué! Por lo que por lo pronto
desarrollare esta psicología barata o filosofía de café, aunque será
seguramente mucho más afín a la antropología (con el calificativo que se le
quiera agregar) que a la psicología o la filosofía. Esto con el fin de intentar
que Jaime este consciente de lo que (a mi entender) pasa, del daño que le hace
a Marina y en consecuencia corrija su actitud hacia ella. Aunque, visto su
fuerte sentido de orgullo (entendido como un exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás,
engendrando arrogancia y desprecio) dudo mucho que acepte mi explicación de lo
que está sucediendo y por lo tanto modifique su comportamiento.
17.-
Posdata abarcando el
periodo de mayo del
Pero después de la
reacción de Jaime a mi texto anunciando mi renuncia a seguir dirigiendo
La lucha por el poder
entre Marina y Jaime (Jaime para hacerse de este y Marina para salvaguardar lo
que pueda del que había tenido) se ha saldado, desde mucho tiempo atrás, por la
“victoria” de Jaime. Hace mucho ya que Marina ha renunciado a disputarle el
poder a Jaime, defendiendo con enjundia su postura, cuando, en ocasión de
alguna toma de decisión, la suya es contraria a la de Jaime.
Sin embargo, hacerse del
poder no basta, no es suficiente. No asegura que el adversario pueda seguir
detentando una parte de este o por lo menos poner un cierto coto al ejercicio
del poder por parte del supuesto vencedor. Lo esencial es que el adversario
contra quien se libra (o se libró) la disputa por el poder no pueda, en los
hechos, ejercerlo, u oponerse al pleno ejercicio de este por parte de quien resultó
vencedor en la disputa por dicho poder.
Es con este objetivo que Jaime (contando para ello con la complicidad de su hermano Carlos y de la contralora Patricia) puso (y sigue poniendo) en práctica tres estrategias que alcanzaron sobradamente el objetivo antes mencionado.
a.-
Del aislamiento.
La primera consistió en
quitar a su oponente todos los medios para que esta pudiera seguir ejerciendo
la parcela de poder que todavía le quedaba y seguía defendiendo (después de que
Jaime se hiciera con el poder formal). Se las arregló para ir destruyendo,
paulatinamente, el equipo de trabajo de Marina, es decir el personal en el cual
esta se apoyaba para poder cumplir con su trabajo. Algunos fueron
terminantemente despedidos mientras otros fueron hábilmente empujados a
presentar su “renuncia”.
Todavía hoy en día, resulta patente la intención de “retirarle” su último apoyo, mediante un intenso acoso laboral en contra de Verónica, a quien Marina considera no solo como su ayudante sino como su secretaria particular. Se le incrementa sustancialmente la carga de trabajo, agregándole tareas que no tienen nada que ver con su función de “ayudante de Marina” (obviamente con la finalidad de que no esté en posibilidad de desempeñar esta función), acentuando notablemente la presión incrementando la exigencia de resultados y la rendición de cuentas acompañada esta de las correspondientes “regañizas”.
b.-
Del desgaste y juicioso uso del tiempo y espacio.
Una vez conseguido el
aislamiento del oponente, haberle retirado sus bases y apoyos, queda otro paso
consistiendo en llevarlo a un terreno en que este sufra un intenso y
persistente desgaste que merme su capacidad de resistencia.
Ocupado el terreno, cercado y arrinconado el adversario (no me atrevo todavía a emplear el término de enemigo) viene el momento de que este se desgaste al máximo obligándolo a librar en forma permanente (día con día) una infinidad de pequeñas batallas de carácter meramente defensivo. Tenerlo permanentemente ocupado en tratar de salvar pequeñas aéreas o parcelas de su antiguo poder. Aéreas que tienen una importante carga simbólica para quien las defiende, pero que no son susceptibles de mermar el poder de quien se hizo con este. El caso más emblemático de esta estrategia siendo quizás el de las numerosas ferias a las cuales Marina asiste cada año. Aunque a últimas fechas, perecería que la férrea oposición de los hermanos de Marina a que esta participe en estas ferias (con el consiguiente desgaste de ella para lograr su anuencia) ha disminuido sensiblemente… quizás porque se dieron cuenta que en el fondo les es más conveniente temer a Marina lomas lejos que se pueda del centro del poder… al fin y al cabo que… uno, estas ferias le representan un desgaste físico que seguramente mermara su capacidad de resistencia a la hora de su regreso… y dos, que sea cual sea el “resultado” de estas, se ignorara o negara el aporte de estas, acentuando en Marina el sentimiento de su “inútil y de antemano perdido” combate de retaguardia.
c.-
De reconocimiento y aniquilamiento.
La tercera estrategia,
más compleja pero más efectiva y letal (para la salud tanto física como mental
de Marina), consiste en aprovechar todas las ocasiones posibles para destruir
su autoestima y “negarla” al retirarle el “reconocimiento”. Concepto que creo
necesario intentar definir para que se entienda.
Contrariamente al “ser” o
al “vivir”, el “existir” no es un estado sino un sentimiento. Es una conciencia
de sí que se adquiere, se confirma y se desarrolla al contacto con los demás,
en la relación del uno con los otros. Como lo dijeron muchos filósofos y
antropólogos, “como seres humanos, existimos a través de la mirada y la
aceptación de los demás seres humanos”. Por esto es tan importante para
cualquier persona, que los demás (y en particular los seres más próximos)
“reconozcan” su existencia, confirmando su valía. Por esto es tan grande el
daño que se hace a una persona cuando se le rechaza o ignora… porque se le
niega su existencia. Y esto es lo que le sucede a Marina en las múltiples
ocasiones en que se la ignora, o ella siente que la ignoran. Ya sea
deliberadamente o no, ya sea que así sea o no. Y más cuando (como ya lo he
expresado muchas veces y así es) Omega es todo para ella, cuando le ha dedicado
toda su vida.
Una práctica usada por todos los políticos y quienes en general luchan por el poder, sea cual sea el ámbito del ejercicio de este, y que me parece verdaderamente “criminal”. No solo se vence al contrincante en la lucha por el poder, sino que se le destruye en tanto que ser humano al negarle lo que constituye en una gran parte su humanidad, la necesidad de reconocimiento.
18.- posdata del 15 de enero del 2011. Violencia verbal y acoso psicológico.
El 11 de enero pasado llegue a casa y una vez más encontré a Marina
“desecha” por un enésimo enfrentamiento con Jaime, pero esta vez también con
Carlos. Por lo que me comento, esta vez la agresión verbal fue de tal
intensidad que, por primera vez desde que se empezó a dar esta situación, se
atrevió a replicar, dejando incluso de ir a la empresa al día siguiente.
En aquel entonces redacte una comunicación dirigida a Jaime y Carlos,
cuyo contenido era bastante “duro”, al punto de que pensaba que podría ser
motivo de una ruptura de los lazos familiares. Comunicación que, atendiendo al
deseo de Marina y mi hijo Xavier (según quienes Jaime había expresado su
arrepentimiento por su actitud), finalmente no hice del conocimiento de los
interesados.
Sin embargo, desde hace varios días, una vez más, Marina me comenta
diariamente del comportamiento de sus hermanos hacia su persona. Por lo visto
ya no se trata de unas violentas agresiones verbales, sino de lo que yo
calificaría como “acoso psicológico”.
Esta vez el pretexto (o la razón) del mismo está relacionado con lo
que los interesados conocen como la problemática de la Sra. Jacques y el Sr
Soto. No me extenderé sobre estos casos, ya que supongo que todos los
involucrados saben de qué se trata. Digamos únicamente que la Sra. Jacques,
quien en su momento era cliente de Omega, debe una fuerte suma de dinero
(desconozco el monto pero creo que este se sitúa alrededor de millón y medio de
pesos) y que en cuanto al Sr Soto (quien era distribuidor de Omega en
Guadalajara y como tal tenía en su domicilio un inventario de productos de
Omega) este tiene un importante faltante en sus inventarios.
La situación es que en los dos casos los hermanos de Marina le
reprochan su actuación… no solo responsabilizándola sino culpándola (lo cual es
muy diferente.)
Califico, y estoy seguro que con toda razón, la actitud de sus
hermanos de acoso psicológico, dado que esta responde perfectamente a la
caracterización de este comportamiento: se
entiende por acoso psicológico el hostigamiento, violento o no, ejercido por
una o varias personas, en forma simultánea o no, de forma sistemática y
premeditada, abusando de una asimetría de fuerza y poder entre el acosador y el
acosado, con el objetivo de desestabilizar a la víctima hasta que esta pierda
progresivamente la confianza en sí misma y la lleve a una situación de total
indefensión, anulando su capacidad de defensa y de rebeldía, logrando así
controlarla y someterla.
Me parece que el comportamiento de Jaime y Carlos hacia Marina en
relación a los casos de la Sra. Jacques y el Sr Soto, responde perfectamente y
en todos sus términos a esta caracterización del acoso psicológico.
Es cierto que últimamente no me ha tocado presenciar “eventos” de esta
naturaleza, pero viviendo con Marina y siendo testigo de su “estar” y “ser”… lo
peor es que tengo que reconocer que sus hermanos están logrando (lograron)
sobremanera el objetivo apuntado en la anterior caracterización.
No tengo nada en contra de que Jaime y Carlos piensen que Marina es la
responsable de la “problemática” de la Sra. Jacques y el Sr Soto (aunque es muy
fácil insinuar directrices guardándose mucho de no involucrarse personalmente
ni dar la cara), obviamente que pueden pensar que así es… pero lo que no se
puede admitir (y Marina no debería de tolerar) es que una posible
responsabilidad se transforme en una terminante y agresiva acusación,
recurriendo al viejo estratagema de la culpabilización ( que no tiene nada que
ver con el responsabilizar a alguien de alguna conducta) y el más “novedoso”
del acoso psicológico.
El daño psicológico (quizás no premeditado, pero si infligido) es
terrible. Quien lo padece, entra en una espiral sin fin que puede ir desde la
pérdida de su propia autoestima, la depresión, y llegar hasta el suicidio. No
lo digo yo, sino los numerosísimos estudios, perfectamente documentados,
concretos y no teóricos, que desde hace unos años llevan a cabo tanto
psicólogos como sociólogos (especialmente en el mundo del trabajo). No creo
exagerado poder afirmar que en el caso de Marina… esta se encuentra en lo que,
son ser psicólogo, llamaría un estado pre depresivo y a un ápice de la
depresión… simplemente porque (lo repito por enésima vez) su trabajo y Omega
(su trabajo en Omega) es su vida, es lo que hasta ahora le ha dado sentido a su
vida… y que estas actitudes de duros enfrentamientos verbales y acoso
psicológico se suman al patente menosprecio que sus hermanos tienen por su
labor. En unos cuantos años (desde el “golpe de estado” que se dio en el curso
sobre “negocios familiares” que se dio en Puebla) Marina paso a ser el “alma”
de Omega a una simple secretaria de la cual lo único que se le pide es que dé
la cara (con clientes, proveedores, etcétera) cuando surge algún problema (como
dicen en Francia, se le manda al matadero mientras los mandamás se quedan a
resguardo)… además, obligándola a adoptar decisiones que no son suyas (en las
cuales no cree) sino que le son impuestas (lo cual de por si la pone en unas
muy difíciles situaciones psicológicas al tener que sostener posiciones en las
cuales no solo no cree, sino que piensa que son contraproducentes y/o
equivocadas)… y si además de este ninguneo, se le agrede… pues puedo afirmar
que Marina tiene mucho aguante… demasiado.
De estar en su lugar hace ya mucho tiempo que habría contestado a las
agresiones con la misma moneda… y que les habría dicho (con mesura pero
firmeza) que fuesen ellos quienes dieran la cara cuando no estuviese y/o de
acuerdo con sus decisiones.
Además, como también es bien sabido (y queda también muy profusamente
documentado) estas situaciones estresantes, tarde o temprano, afectan el estado
fisiológico (la salud física) de quienes las padecen, manifestándose por toda
una serie de trastornos psicosomáticos más que conocidos.
Al respecto, es importante que sepan que hace unos cuantos días
detectaron a Marina el padecimiento que llaman “hígado graso”. Que las
principales causas de este padecimiento pueden ser, el alcoholismo, un virus, o
una situación de extremo estrés. Sé, sabemos todos, que Marina no es
alcohólica. En poco tiempo tendremos los resultados del estudio para determinar
si el origen es de naturaleza viral… y de no ser así… quedaría el estrés.
Espero que todos tomaran nota… y las decisiones que esto implica.
Si piensan que Marina “metió la pata” en los casos de la Sra. Jacques y el Sr. Soto (a lo cual ahora se agrega el caso de Tebi)… desde su muy particular óptica (que no comparto) quizás estén en lo cierto… pero les pido tengan a bien adoptar una actitud de “borrón y cuenta nueva” en estos tres asuntos… y dejarse de violencias verbales y acosos psicológicos en contra de Marina. No digo que renuncien a intentar resolver estas tres situaciones, pero dado que las posibles soluciones y métodos de Marina difieren radicalmente de los suyos… les pido hagan el favor de resolverlos ustedes a su manera (ya sea que lo hagan personalmente o se lo encarguen a alguien más) y no obligar a que sea Marina quien lo haga de conformidad con vuestro particular punto de vista.
Ahora bien, quizás piensen que estoy exagerando en cuanto al
sufrimiento de Marina… pero conviviendo a diario con ella, les aseguro que no
es así. Como lo he expresado en varias ocasiones, la “realidad objetiva” no
existe (como tampoco obviamente la verdad)… siendo estas las que viven y
sienten como tales cada persona en lo particular. La verdad al igual que la
realidad (y quizás sea difícil de entender de un punto de vista meramente
racional) son asuntos de percepciones.
Así mismo pueden pensar que me meto en lo que no me importa, pero como compañero de Marina, cuando veo que su “sufrimiento” dura desde hace años y que después de un periodo de relativa paz se desatan nuevamente las agresiones, llega el momento (llego el momento) en que me siento obligado a intervenir.
Terminare expresando que espero que esta comunicación no afecte
gravemente nuestra relación familiar... que es una posibilidad que tengo
presente al redactarla… pero, una vez más, que el patente sufrimiento de Marina me
obliga a correr el riesgo.
Sobra decir que, obviamente, pido que esto quede entre nosotros, que
no se involucre a Marina… y mucho menos la culpen por ello.
23 de febrero.
Cuando Marina se encuentra muy nerviosa o en un estado depresivo,
acostumbro inyectarle vitamina B, lo cual le ayuda mucho para “sentirse mejor”.
Así que desde anteayer empecé a inyectarla… y ayer, al llegar a casa y preguntarle cómo se encontraba, me contestó: “mejor, por lo menos ya no me siento como una cucaracha.” Me quede helado… ¡esto es lo que siente… ser una cucaracha!
Versión menos “intelectualizada”, más sucinta
y directa.
Por su mismo encabezado se habrán dado cuenta de que la anterior versión
forma parte del archivo, de ya
cerca de cincuenta páginas, en el cual, desde hace bastante tiempo y con cierta
regularidad, voy dando cuenta (y reflexionando) de los episodios más notables del enfrentamiento, que desde hace
una década, se viene dando entre Marina y Jaime (al cual últimamente se ha
sumado Carlos).
Por si tienen la flojera de leer esta versión… ahí les va una menos
“intelectualizada”, mas sucinta y directa.
No puedo permanecer indiferente al continuo sufrimiento psicológico de
Marina, por culpa de las repetidas agresiones verbales y el acoso psicológico a
los cuales se ve sometida por sus hermanos.
Los últimos eventos de esta naturaleza tienen que ver con las
problemáticas de la Sra. Jacques, el Sr. Soto y Tebi.
Marina está realmente muy afectada, tanto en cuanto a su salud
psicológica como física (aparentemente su problema de hígado graso se
originaría por un excesivo estrés) por lo que les pido encarecidamente tener a
bien dejar de culpabilizar Marina por estos tres asuntos. Sobra decir que
además de dejar de culpabilizar a Marina por estos eventos, pido que se le deje
de agredir verbalmente y acosar psicológicamente… así que no se le culpe por
las posibles consecuencias que esta comunicación pueda tener al nivel de las
relaciones familiares.