Un chico de veinte años… mata a sangre fría y con saña
(todos los muertos tenían más de un disparo)… a 27 personas (de las cuales 20
niños de entre 6 y 7 años, y su propia madre) en una escuela primaria de un
pequeño pueblo estadunidense.
¿Por qué?
La gran mayoría de los medios de comunicación de todo
el orbe, tienen por respuesta la extrema facilidad con la cual cualquier
habitante de los USA puede comprar un arma… a mas armas mas matanzas… ¡así de
sencillo!
Hasta el prestigioso periódico francés “Le Monde”
titula uno de sus artículos “Las lagrimas de Obama no son suficientes” (Les
larmes d’Obama ne suffisent pas.)… llamando a que el Presidente se atreva a
tomar cartas en el asunto y tome alguna iniciativa para restringir la venta de
armas, con el costo político que supone tocar a la segunda enmienda de la Constitución
que reconoce el derecho de cada estadunidense a poseer armas, así como
enfrentarse a la poderosísima Asociación Nacional del Rifle (NRA) que “pone y
veta” a políticos de todos los niveles.
¡Equivocado!
Las razones de estas recurrentes matanzas tienen más
que ver con un tipo de sociedad cuyos valores inducen comportamientos
profundamente “asociales”… los cuales en
algunos individuos mas “frágiles” o “inadaptados” los llevan a expresar (externar)
sus frustraciones y rencores… dando muerte a culpables e inocentes (para
ellos no hay inocentes, su misma inocencia los hace culpables, quizás mas
culpables) de su incapacidad, imposibilidad, a existir, dejándoles solo el
vivir, o peor aun el sobrevivir.